Naruto © Kishimoto Masashi.

Post-serie. Naruto-céntrico. OneShot a futuro.


"Chaque fois que tu t'en vas
Je pretends que tout va bien…"
(Cada que te vas,
Pretendo que todo anda bien…)
–Michelle Branch, 'Til I Get Over You.

ººº

Familia Rota
neverland

Naruto amaba a Sasuke-teme (con sus episodios sadomasoquistas, su gusto por la melancolía, su frialdad estúpida, su arrogancia insoportable y sus silencios desesperantes que siempre decían más que sus palabras),

adoraba a Sakura-chan (con sus colores rosa pastel, su tendencia violenta, su palabrería interminable y su incomprendida calidez que significaba un golpe más que una caricia cuando realmente pretendía sanarlo),

admiraba a Kakashi-sensei (con su interminable pretensión de languidez y flojera, su lealtad por las reglas-de-fraternidad sobre las leyes de los shinobi, y su condescendientes sonrisas),

idolatraba a Iruka-sensei (con su cansador amor por los mocosos de la nueva generación, porque había sido el primero en verlo y quererlo, con su sofocante tendencia a sobre-protegerlo),

quería a Ero-sennin (con su perversión insufrible y contagiable, su cruel método de enseñanza, su desespero por reparar el pasado, su fría preocupación por él),

perseguía a Tsunade-Baa-chan (con su frágil fortaleza, su fuerza inmensurable, su pánico tangible, su cariño mal camuflado),

y sentía a su familia con ellos entonces: pequeña (hasta al punto de temer que se desprenderían de él si no se aferraba a cada uno de los hilos que lo sujetaban junto a ellos con dientes y uñas),

rota (rota, tan rota que nada lo unía a ellos mas que hilachas de recuerdos y secuencias incontinuas, haciéndolo temer que al menor rasguño lo olvidarían)

y postiza (porque estaba seguro que ninguno de ellos le llamaría 'hijo, hermano, sobrino' aún si llevara una bolsa de cartón en la cara y les pagara).

Pero familia al fin y al cabo (aun si disfuncional y dispar),

y los amaba (tanto que a veces se olvida que no son su familia, que en realidad es huérfano—como tanto Sasuke-teme goza de echarle en cara—y que estar dispuesto a morir por cada uno de ellos aún si no lo quieren ni nunca se lo aceptarán, debe ser en alguna medida, malo para su salud mental),

porque cuando vuelve exhausto de una misión que Ero-sennin o Tsunade-Baa-chan le haya puesto por ser el Hokage-en-entrenamiento, Sasuke-teme le invita ramen junto a Sakura aún si sean las dos de la mañana o las cinco de la tarde (ella sonríe tranquilamente y él se rebaja a invitar a comer con ellos a todo el que pase por su lado, sólo por regodearse y lucir que ha logrado que el Teme les pague la cena, aún si dicho Teme parece querer ahorcarlo),

y Sakura-chan pasa por su casa una vez a la semana a hacerle una limpieza general, se asegura de que sus heridas estén sanadas del todo, y le obliga a comprar algo más de mercadería que ramen instantáneo (porque nunca le gusto su limpieza una vez al mes, no parece conformarse con que el Zorro Idiota le sane por seguridad, y la nin-médica nunca dejará de regañarle sobre el ramen no siendo comida sana para tres veces al día los siete días de la semana),

Kakashi-sensei pregunta por su entrenamiento cada vez que se cruza con él en una misión o en la oficina de la Godaime, y tarde-mal-y-nunca suele dejarse caer por el departamento de uno de los Tres cuando les toca la cena semanal (aún si siempre es Sakura-chan quien lo obliga a ir, y las veces que se topa con él son cada mes más escasas, pero las miradas de su sensei son suficientes para hacerle ver que el pervertido-medio recuerda aquellas cenas más de lo que nunca aceptará),

Iruka-sensei estaba siempre esperándolo en el puesto de ramen cuando Sasuke-teme estaba particularmente alejado, Sakura-chan notoriamente ocupada, Kakashi-sensei sin señales de vida, Ero-sennin lo pateaba de su apartamento para tratar de seducir a una mujer y Tsunade-Baa-chan lo pateaba también de su oficina para poder tomar sake a gusto (incluso cuando tenía clases a las que asistir y mocosos a los que cuidar, profesores con los que charlar, ex estudiantes con los que ponerse al día, estaba allí por él),

Ero-sennin lo llevaba consigo a sus viajes cuando lo veía desocupado por más de dos días y Sasuke-teme no parecía dar señales de querer tomarlo en su apartamento como hermano adoptivo ni Sakura-chan está dispuesta a tolerarlo 24/7 con el trabajo que tiene en el hospital y su constante entrenamiento—jura que esa mujer entrena mucho más que él y el Teme juntos ahora, "poco sano" le regañaba al verla—(a pesar de que el viejo debe prometerle no darle clases de perversión y de restringirse un poco—porque Sakura-chan le ha puesto límites a lo que el ermitaño tiene permitido enseñarle y sabe que debe ser importante para el viejo),

Tsunade-Baa-chan lo llama a su oficina, lo manda, gritonea y exige más allá de lo que su cuerpo puede dar para darle un poco de satisfacción que al menos está en la oficina del Hokage, y que es una ayuda para su villa con o sin su reconocimiento (incluso si lo cansa hasta que el Teme debe ir por él a arrastrarlo al departamento de Sakura-chan dónde la médica lo gritara y regañaría un tanto más por ser tan entusiasta en el abuso de Tsunade-shishou)

Unos días, no los ama tanto.

En especial a sus dos más preciados (y siente que quizás su corazón es pequeño, porque cela de manera tan furiosa sólo a ellos—al Teme, porque no permitirá que nadie más lo dañe ni sea su mejor amigo y porque necesita ser reconocido por él, ni a Sakura-chan, porque nadie querrá ni protegerá más a su mejor amiga, y no permitirá que nadie más reciba su violencia y sus cariños—aún si el Teme también se gana algo).

Porque el Teme (y siempre fue "El Teme". Nunca un teme cualquiera) le exige un combate amistoso (nunca en palabras, pero ha aprendido a leer las señales) y entonces media hora después, con la cara incrustada casi al suelo, embarrado, con la ropa hecha una pena y el ego añicos (porque hay días en que el Teme logra sobrepasarlo usando sus defectos), Sasuke-teme no sonríe ni le insulta, y sus ojos oscuros muestran vestigios de su pasado, haciéndolo sentir tan increíblemente fracasado (porque tantos años han dejado a su mejor amigo irreparable, y el ser incapaz de hacer nada a esas alturas es una falla sin arreglo)—que no puede hacer nada más que odiarlo por toda su incapacidad de dejar el pasado donde pertenece ('Déjalo. Es un hombre roto, Naruto. Basta con que estemos a su lado', dice Sakura-chan, y él le cree).

Y a veces Sakura-chan es inalcanzable (porque el Teme ha hecho estragos en su personalidad, aún si son pequeños detalles los que la delatan), trabajólica (apenas come en la semana, y jura que esta en el borde de la anorexia pero la mujer es terca y necia), y depresiva incluso, porque la ve tranquila, cansada y tan poco Sakura-chan, que sólo quiere tomarla y arrancarla de Konoha para darle todo lo que quisiera (si permitido, le haría tanto daño al Teme hasta que el grandísimo idiota aceptara todos sus errores y que Sakura-chan es la única mujer que lo soportará y que lo quiere por más que su físico—incluso lo amarraría, pondría un bozal y le ataría un listón en la cabeza si Sakura-chan se lo pidiera)

Otras veces, les tiene celos (porque les tiene miedo, y es más vulnerable que nunca cuando piensa en las posibilidades que existen en los segundos del día en que pueden abandonarlo—y era débil, y se despreciaba).

Así que dejaba a Sasuke-teme ir (porque tenía heridas que él no podía siquiera intentar de sanar, y evidentemente tenía que aceptar que ya no podía hacer más) aún si eso significaba que el Teme terminaría en algún momento en manos de una persona que quizás no estaba listo para dar.

Y dejaba a Sakura-chan libre por las tardes (porque si él mismo no iba a buscarla luego de sus largos turnos de trabajo, estaba segura que no estaría sola, y tenía que aceptar su lugar) aún si eso significaba que Sakura-chan estaría en manos de alguien que quizás aún no estaba listo de ceder.

Entonces, cuando notaba a Sakura-chan sonriendo suavemente (en esa manera que no recordaba haberle visto, porque no es eufórica ni dulce, sino sólo una simple sonrisa) y al Teme menos ausente e irritado de lo normal (cómo no recuerda haberlo visto desde hace tanto tiempo, que parece tranquilo y apaciguado) lo acepta. Porque Sakura-chan siempre ha querido al Teme, y el Teme necesitaba de alguien que estuviera a su lado en maneras que él no podía estar.

Y luego, cuando Sakura-chan tenía sus lágrimas limpiadas por el Teme (en esas noches que estaba exhausta, y que no podía salvar a todos los pacientes a su cargo—y se veía tan hermosa como nunca había sido), y Sasuke-teme tenía a sus demonios apaciguados por el toque ligero y sanador de Sakura-chan (en los días de insomnio que sabía tenía, porque sus fantasmas son persistentes y no quieren dejarlo ir—y se ve tan humano y tan hombre entonces, como nunca parecía serlo en el día), él se decía a si mismo que estaba bien. Que le cedería Sakura-chan al Teme por un tiempo, sólo un tiempo, que luego ya volvería todo a la normalidad.

Incluso cuando sabía que Sakura-chan nunca había sido suya, y que el Teme eventualmente no necesitaría sólo de él para sobrepasar su pasado (aún si Sakura-chan aún pasa más tiempo en su casa que en la del Teme, y el Teme aún exige combates para soltar la tensión de sus pensamientos con él).

Más allá del odio, los ama.

Aunque todo esté hecho trizas y nada parezca encajar.

Porque Sasuke-teme es frío (lejano y tan odioso que sólo quiere ahorcarlo, cuando discuten el Teme siendo particularmente hiriente hasta el punto de querer desaparecer del mundo porque lo hace ver que está solo y que la villa aún lo ve como el Kyuubi y nada más, y porque el Teme siempre le excedió en habilidad—y olvida que el Teme está de vuelta por sus manos),

Sakura-chan es violenta (mientras llora y grita en medio del hospital, y esta seguro que él tiene la culpa por no saber que habla ni entenderla, haciéndole querer estacarse un kunai por no poder consolarla y no leer entre líneas lo que necesita),

Kakashi-sensei está ausente (incluso cuando busca por tierra y mar por su sensei por un consejo, pero el pervertido-medio parece no querer dispuesto a enfrentarlo, y cuando lo ve con Sasuke-teme luego, recuerda que no es el favorito y se siente tan fracasado por ser una paria, olvidando que no es el único),

Iruka-sensei muy ocupado (cuando lo necesita aún si para una estupidez, pero el profesor habla de sus nuevos alumnos, de los exámenes y sus preocupaciones tan diferentes a las suyas sobre sus ex-compañeros de equipo que le parecen tan inalcanzables, haciéndolo sentir infantil y malcriado hasta que calla y trata de olvidar),

Ero-sennin de momento inoperante (porque el viejo no quiere enseñarle nada ni decirle nada de su pasado, incluso cuando necesita saber algo, porque duele, duele en los días que todos lo miran en menos, pero el viejo lo ignora haciéndolo sentir horriblemente despreciado al recibir sus miradas),

y Tsunade-Baa-chan demasiado dura (gritándole y exigiéndole cosas que no entiende mientras su mirada es despreciable, porque quiere el collar de vuelta—aún si no entiende lo que eso significa—haciéndolo sentir tan inútil porque no es capaz de ayudar a su Hokage que parece estar pidiendo a gritos ayuda).

En algún momento, se da cuenta que son hermosos.

Una pequeña, rota y disfuncional familia.

Sólo suya.

Porque un día Iruka-sensei le da vales para comer gratis en la tienda de ramen antes de correr a un encuentro con los profesores de la Academia. Ero-sennin le da una palmada cariñosa en la espalda antes de partir en otro viaje de los suyos para recolectar data. Y Tsunade-Baa-chan le sonríe sin efectos del sake al despedirlo luego de su oficina por la última misión cumplida.

Y cuando esta sentado en el puesto de ramen a solas, Kakashi-sensei aparece a sus espaldas con su 'Yo' desganado, su ojo brillando en burla mientras le desbarata el cabello y guarda su libro. Sakura-chan llega a sentarse a su lado, exhausta aparentemente (sus ojos están cerrados) y toma la iniciativa de tomar una de sus ásperas manos en las pequeñas suyas como señal de saludo, su calidez haciéndole sonreír. Y Sasuke-teme asiente en su dirección de manera silenciosa, sentándose al otro costado de Sakura-chan, calmo y tranquilo, sin dar señas de darse cuenta que la cabeza de la kunoichi está recostada en su hombro (jura que el Teme da una ojeada a Sakura-chan para asegurarse que no se cae del asiento, igual como él mismo ha estado haciendo por los últimos minutos).

Recuerda ahí, que los ama, porque con todo el daño que se hacen uno al otro, no terminan de hacerlo sentir querido.

Y su familia (postiza, hiriente y hermosa) es perfecta.

Sonríe entonces (entre los golpes, las heridas, las risas y las lágrimas que le causan), porque todo está bien en su mundo.


ººº

Para Panfla y Ponsho. Wub 'em.

NA: Hubo un algo redundante en el fic, pero quería soltarlo ya. Llevaba varios días asentado y como que últimamente mientras menos los reviso y re-reviso, mejor. La complejidad de Naruto-serie me fascina. Sai no aparece porque aún no me acostumbro a él ni a los nuevos (la panda de Sasuke sí, ya los amo. Menos a la arpía).

Me haré una central de OneShots en LiveJournal, viendo que es lo único que me nace publicar. Aparezcan, y se llevaran una Sasuke-galleta.