(El presente fic está basado en una conversación que tuve hace años con mi colega mejor conocido aqui como The Undead Pony. Da continuidad a la historia del fic de su autoría "El Color de Todo", que a su vez se basa en los primeros dos libros de mi fic "Los Colores Exteriores". El personaje de Candysmile, que es de su invención, así como Twilight Sparkle eran representados por él en aquella ocasión mientras que yo interpretaba el papel de Burning Spades. Si bien, esta retocada, completada y pulida, la historia conserva el espíritu esencial de aquella conversación.)
Una Tarde de Historias
1
—Espero no te moleste cuidar de Candysmile mientras estoy en Canterlot…
La sonrisa de Twilight Sparkle era radiante como siempre, mientras que, al otro lado del portal de la biblioteca, el rostro de Burning Spades, el herrero de Ponyville, era serio e imperturbable, como el de una estatua tallada en piedra.
La poni bibliotecaria se movió de su lugar para dejar pasar al herrero. Sus cascos hicieron ruido en el suelo de madera. A diferencia de otros ponis de tierra machos de su edad, sus cascos no eran grandes y pesados. Por su cuerpo delgaducho y tamaño pequeño, muchos habían pensado que Spades era más joven de lo que en realidad era, pero al ver su rostro malencarado, siempre velado por un par de enormes gafas redondas, comprobaban que Burning simplemente era flacucho. Su pelaje rojo pálido y su melena en dos tonos de gris remataban su apariencia nada interesante.
—Eres rojo —una vocecita infantil hizo que BS se girara.
Se encontró entonces con la mirada brillante de una potrilla, de ojos claros, pelaje y melena muy oscuras. Un par de pequeñas alitas nacían en su espalda, mientras que, en su frente, había un pequeño trozo de lo que fue en otro tiempo un diminuto cuerno, ahora roto.
Burns la miró con cierto gesto de extrañeza ante el comentario de la pequeña alicornio.
—Sí, lo soy… —dijo el corcel.
—Veo que ya se están llevando bien. Volveremos en la noche. —sonrió Twilight contemplando la extraña escena de incomodidad mutua entre Burning y Candysmile —¡Spike, vámonos!
La bibliotecaria puso cascos al camino con su asistente dragón caminando alegremente tras ella, cerrando la puerta al salir.
—…También tienes… vidrios en la cara —comentó luego la potrilla inclinando su cabecita para mirar a Burns desde otro ángulo.
—Si los tengo. Son mis anteojos, los necesito para ver porque soy miope… —respondió Spades, preguntándose si toda la tarde se le iría en responder preguntas.
—Así que miopía... —respondió pronto Candy apartando sus ojos de Burning y caminando al otro lado de la sala y al llegar hasta un sofá tallado en la madera del enorme árbol se sentó cerca de un cómodo cojín. —Twilight me leyó un libro de optometría ¿es curable?
—Pues… —pensativo, el poni trató de responder la pregunta —hay tipos de miopía que son reversibles… pero dudo que tengamos los medios para tratar con la mía, cuando menos aquí en Equestria…
Spades hablaba más para sí mismo al decir esto último que para su interlocutora, pero ella no esperó a que el corcel digiriera sus divagaciones.
―¿…Y sabes R.C.P? ¿Alguna vez has leído libros de pedagogía equina?
―Pedago… ¿Qué?... ―los pensamentos de Burning salieron pronto de donde estaban y se inundaron de un gran suspiro mental, la tiempo que repetía para sí: "¿en qué herraduras me he metido?".
―PE-DA-GOGIA Equina ―dijo lentamente Candysmile. ―Tu sabes, se trata de la forma en que se les enseñan cosas a los pequeños ponis. Twilight me dijo que eras bueno cuidando potrillos. Solo quería cerciorarme.
―En realidad, no tenía idea que hubiese un método para enseñarle cosas a los potrillos o libros sobre dicho método. Siempre supuse que las madres y maestras tenían una especie de don natural para ello o empleaban algún tipo de brujería antigua… o una mezcla de ambas. Me temo que Twilight Sparkle sobrestima mis habilidades, cuando menos, en algunas áreas. Jamás fui bueno lidiando con potrillos, ni siquiera cuando yo mismo era uno…
La mirada de Spades era severa. La pequeña aliconio lo miraba desde su posición en el sofá, y en vez de intimidarse le devolvió la mirada extrañada. El silencio se extendió un rato hasta que el ceño de Burns llego a su máximo nivel de fruncimiento y decidió cambiar la táctica.
―Y ¿bien? ¿Qué quieres hacer? ¿Twilight te dejó algunos deberes además de enfrentarme en una guerra de miradas toda la tarde?
―Sí, bueno. Ella me dejó algunos libros pero… son raros.―respondió desconcertada ―Solo tienen imágenes y ninguna está a color.
―Deben ser libros para colorear. Es lo que los potrillos hacen para divertirse. Pintan las caras de los ponis de verde, las hojas de los árboles de rojo y el cielo de morado. Creo que eso en algún punto de la infancia es divertido.
―Spike me parece divertido.
―Pues… ―el corcel miró al techo un momento pensando, admitió ―Spike es un dragón, y uno morado, nada menos. Es una especie rara y eso lo vuelve fascinante.
―Hace un sonido gracioso cuando le piso la cola.
―Si… ―Spades bajó los ojos hacia ella, recordando ―creo que también lo he escuchado… una noche de lluvia, hace no mucho tiempo… en esta misma biblioteca…
Abriendo uno de los libros para colorear, Candysmile trató de levantar con magia una crayola de su caja. Aun a pesar de su esfuerzo y de que su quebrado cuerno chispea levemente, no hay efecto alguno. Fatigada y frustrada, se da por vencida cerrando el libro con molestia, esconde la cara.
―Mis padres debieron ser unos tontos si me dejaron caer de pequeña y permitieron que mi cuernito se rompiera…
―No sé mucho de tus padres… ―observándola detenidamente, BS camina junto al sillón ―pero no creo que tuviera que ver con ser o no tontos lo que sucedió con tu cuerno.
»Aunque… ¿sabes algo? No deberías verlo como una limitante, sino como una oportunidad ―el discurso del poni de tierra comenzaba a sonar extrañamente inspirado en este punto ―Algunos unicornios dependen tanto de la magia que dejan que eso los defina y nada más. La fascinación por la magia es algo natural, pero el tener limitaciones al usarla y comprenderla nos lleva a valernos de nuestro ingenio y darle giros a la Teoría Mágica, abordarla desde puntos de vista nuevos, a ver el mundo de manera distinta.
»Imagina un pegaso que no pudiese volar. ¿Qué formas fabulosas de ver el mundo pudiera compartirnos? o ¿Que métodos ingeniosos desarrollaría para volver a retomar el vuelo? Eso es interesante. Tiene que ver con la curiosidad. Está en todoponi, pero en algunos más intensa que en otros y puede que sea una virtud preciosa y escaza aún más allá de las estrellas.
Con cada uno de aquellos inusuales comentarios, la vista y pensamientos del herrero abandonaban el aquí y el ahora como si su mente fuera atraída constantemente a los misterios de Más Allá del Mundo.
Pero el interés de Candysmile estaba más sumido en cosas cotidianas. Volviendo a abrir el libro, sujetó el crayón con la boca y no hallándose con ese método, lo sujetó entre su casco y el menudillo de una de sus piernitas delanteras y comenzó a colorear.
―Pues yo lo que quiero es tener un cuerno completo ―con la mirada fija en su dibujo el rostro de la potrilla denotaba tristeza y añoranza ―se bien que Twilight no es mi madre, pero yo la quiero mucho y cuando la veo hacer magia yo…
Un pequeño aunque lastimero suspiro salió de la boca de la pequeña al tiempo que los ojos de Burning bajaban angustiados a mirarla.
―Yo quisiera ser como ella, señor Spades…
―Creo que ahm… te entiendo, Candysmile ―No sabiendo que hacer para animarla Burns levantó uno de sus cascos lo posó en la cabeza de la potrilla y le dio un par de palmaditas. Se arrepintió en ese mismo momento de tan incómodo que fue todo ello. Prosiguió ―A final de cuentas, creo que tu estas más cerca de hacer magia de lo que yo estaré jamás.
»Se me ocurre algo ―Insistió él, tratando de animarla ―¿Qué te parece si yo dedico tiempo de mi investigación a ver si encuentro algún medio para reconstruir tu cuerno? Mientras, tú podrías estudiar e intentar aprender y usar la magia aun cuando no lo tengas entero. De esa manera, tarde o temprano alguno de los dos podría tener éxito y así ayudarte a desarrollar magia. ¿Qué opinas?
―No te molestes. Se bien que mi cuerno no crecerá y dudo mucho que puedas hacerme uno nuevo en tu yunque. Puede que sea una potrilla pero los libros me han enseñado muchas cosas.
Estirándose un poco para alcanzar el morralito que traía consigo, Candysmile lo abrió rebuscando en su interior. Pronto extrajo un viejo libro de pasta ajada en la que puede leerse "Historia de Equestria III".
―Traje esto de contrabando. ―Abriéndolo bajó la mirada para leer ―si me pongo a estudiar estoy segura que no seré una molestia para ti.
Con la vista gacha, era más que obvio que una densa sombra de tristeza pesaba sobre el corazón de la pequeña Candy aquella tarde. Tratando de descifrarla, Spades encontró que, de alguna manera, el carácter taciturno, distante y desinteresado de ella le recordaba un poco al del propio BS cuando era tan solo un potrillo y le trajo recuerdos. Recuerdos distantes de su infancia.
Recuerdos que le dieron un par de ideas.
―Estudiar es bueno. ―concedió el poni rojo― Pero no tiene caso si no lo disfrutas y no veo para nada que lo estés disfrutando.
―No se trata que lo disfrute. Si no tengo magia, cuando menos seré una historiadora importante y así hare algo con mi vida. En lo que a mí respecta, la diversión puede pasar de largo. ―con su pequeño casco cubierto de pelaje oscuro, pasó a la siguiente página ―No te ofendas, señor Spades, pero no tengo interés alguno en andar pateando pelotas o saltando en los charcos como Scootaloo.
―Todo eso está muy bien. ―respondió Burning acomodándose los anteojos en el rostro ―Lo de querer ser investigadora… y también lo de saltar en los charcos como Scootaloo. De hecho, cuando yo tenía tu edad también me la pasaba leyendo y estudiando el día entero, ¿y sabes que me dijo mi padre? que las pestañas se me iban a quemar y las rodillas se me iban a volver lisas de tanto estar sentado.
―Creo que tu padre no conocía mucho de ciencias naturales ―la potrilla sonaba incluso un tanto despectiva al decirlo y no apartó un momento la mirada del libro― las pestañas no hacen combustión al leer. Pero mira, esto es interesante: Yo estoy leyendo sobre los Caballeros de Equestria. Me cuesta creer que aluna vez existió un grupo bélico así; es decir, ¿usar armadura? ¿Qué clase de egocéntrico megalómano haría algo así?
Aclarándose la garganta para disimular que casi se atraganta con saliva ante el comentario casual de la potrilla, Burning respondió, no dándole demasiada importancia:
―No. Mi padre no sabía nada sobre ciencia. Lo más parecido a eso, eran temperaturas de fundido e índices de maleabilidad y ductilidad de los metales, lo aprendió de manera experimental y no sabía ponerlo en números o términos exactos sino que eran meras corazonadas.
»Tampoco sabía nada de anatomía. Las rodillas no se vuelven lisas por más que este uno sentado, pero era la forma que él tenía de animarme a ponerme en mis cascos y aprender de maneras diversas. Por ejemplo, los Caballeros de Equestria, si bien se les podía considerar un grupo bélico, representaban ideales mucho mayores y su armadura era más que solo protección física, pues simbolizaba la pureza y brillantez del espíritu del caballero.
»Ahora, pon mucha atención ―sin decir más, Spades salió de la habitación con rapidez, dejando la biblioteca sumida en silencio, cosa que Candy notó y levantando la cara de entre las páginas de su libro, no encontró a su cuidador.
―¿Señor Spades…?
Por un instante no hubo respuesta alguna.
