¡Hola a todos de nuevo!
Regreso retomando los caracteres de los caballeros en "Un día con cada uno de los Caballeros de Oro". No es necesario leer ese fic para comprender este, pero si haré algunas referencias, ya que se supone que es como una continuación.
Así que este fic es en clave de humor, nuevamente.
¿De qué va? Pues he querido meter mitología griega, como ya propuse, y nada mejor que enfrentarse a unas tareas encomendadas por Shion...tal y como hicieron Hércules, Ulises o Perseo. Os dejo el primer capítulo.
¡Un saludo a todos!
LAS SEIS PRUEBAS
Capítulo 1: La misión.
Tras una temporada de tranquilidad, Shion, el Patriarca del Santuario de Atenea, volvía a ser atosigado por los caballeros dorados.
De nada había servido la ristra de castigos que dedicó a los muchachos, éstos parecían haber olvidado el dolor y sufrimiento que fue cumplirlos. Sobre todo Saga que no paró de quejarse de Pandora…y de su hermano.
-Necesito unas vacaciones urgentes- dijo quitándose la máscara delante de Arles.
-Mi señor- dijo tras un leve carraspeo- ¿no ha tenido suficiente tranquilidad después de todos los castigo que NOS impuso?-
Shion miró a su ayudante.
-¿Aún te fastidia que te castigara, Arles?-
El aludido agachó la cabeza
-Pues…un poquito sí- dijo con tristeza. El Patriarca suspiró.
-Supongo que tú también mereces unas vacaciones- dijo sonriéndole. Arles se sorprendió ante tal frase.-¿Qué te parece si nos vamos, tú y yo, a un balneario que conozco? Son unas termas maravillosas, he oído hablar muy bien de ellas-
-¿En serio me lo estás proponiendo, mi señor?- dijo titubeando el ayudante. Shion asintió.-¡Muchísimas gracias!- dijo tirándose al cuello del patriarca – Pero oiga…¿cuánto va a costar?-
-No te preocupes por el precio…- dijo sonriendo maléficamente Shion –de momento, haz llamar a mis queridos santos de oro- ordenó.
Arles se puso manos a la obra. Al cabo de una hora larga, todos los dorados estaban reunidos esperando a que apareciera el patriarca.
-Nos hace llamar y ahora es él quien se retrasa- murmuró con desdén Kanon. Saga le metió un codazo.
Shion apareció tras una cortina.
-Sois la causa de mis migrañas. ¡Os llamaron hace una hora, he sido yo quien ha estado esperando por vosotros!- dijo mientras se dirigía a su trono. Arles corrió a situarse a su derecha. –Ay…este trono…mis lumbares…en fin…Arles, ¿tienes los papeles que te pedí?- el susodicho asintió – Bien, empecemos entonces…- dijo recolocándose.
-Os he mandado llamar porque ha surgido una misión, necesito la colaboración de todos- soltó solemnemente el patriarca.
Los dorados se miraron extrañados.
-Cuenta la leyenda que existen seis pergaminos de oro, repartidos por varias partes del Mediterráneo. Esos pergaminos, aparentemente, no tienen nada escrito, pero si se juntan revelan el paradero de un objeto de poder inmenso, que traerá la paz y la tranquilidad de aquel que los consiga. ¿Vuestra misión? Encontrar esos pergaminos. Fácil ¿no?- dijo sonriendo.
Aioros se adelantó, e hincando la rodilla en tierra dijo
-Mi señor…suena sencillo, pero ¿por dónde empezamos a buscar? El Mediterráneo es enorme, baña las costas de varios países, tanto de Europa, como de Asia y África. Nos tiraríamos todo la vida para buscarlos.
Shion observó a sus caballeros.
-Aioros, me alegra que me hagas esa pregunta. Porque ya se sabe la localización de esos pergaminos, tras años de búsqueda. Así que…sólo tenéis que recuperarlos- dijo sonriendo.
Todos se miraron preocupados.
-¿"Sólo"?...eso suena bastante mal…- dijo Angelo.
Shaka alzó una ceja –Es cierto, señor, ¿qué es lo que nos oculta?-
-De momento, váis a ir en parejas a por los pergaminos, puesto que son seis. Venga juntaos- ordenó Shion.
Rápidamente, los dorados se organizaron. Mü corrió hacia Shaka; Camus y Milo ya estaban juntos desde que los mandaron llamar; Afrodita se colgó del hombro de Deathmask, a pesar de éste; Aioria iba a ir con su hermano, pero Shura se le adelantó, así que fue a por Aldebarán; Saga se quitó a su hermano de encima y fue directo a por Dohko. Kanon se quedó desparejado.
Shion observó las parejas. Se pasó una mano por la cara.
-Lo sabía- murmuró.
-Oye Shion- dijo Kanon agitando la mano. Su hermano le lanzó una mirada reprobatoria – Estooo, mi señor…que yo me quedo colgado…¿me quedo sin hacer la misión?-
El patriarca agitó la cabeza.
-De ninguna manera, iréis todos. Pero visto que siempre os juntáis de la misma manera, quiero que esta experiencia os sirva para estrechar lazos con los demás. Así que os voy a poner por parejas a mi modo.-
Los caballeros se lamentaron.
-¡No quiero quejas! Os váis a colocar tal y como indica el zodiaco, con vuestro signo opuesto- miró a Arles- Por favor…indica a cada uno cómo deben ir colocados.
Arles cogió una tablilla y echó un vistazo al diagrama que tenía preparado.
- Mü, irás con Dohko- el de Aries se despidió de Shaka y se fue al lado del anciano.
-Aldebarán, te toca ir con Milo- el brasileño soltó una risotada al palmear la espalda de su
acompañante y casi tirarle al suelo. El griego miró con recelo al de tauro.
-¡Saga y Kanon!-
Los dos se miraron – Otra vez contigo no…por favor- suplicó Saga
Arles carraspeó- Los dos iréis con Aioros.-
El de sagitario miró aterrorizado a los gemelos. Su hermano le dio ánimos.
-Angelo…- el citado lanzó una mirada asesina a Arles - ….vale, vale, no hace falta que me mires así…Deathmask, acompañarás a Shura- El español y el siciliano se saludaron chocando las manos.
-Aioria, ve con Camus- señaló Arles. Los dos caballeros se miraron con curiosidad. Camus predijo que no habría ninguna diferencia tanto si iba con Aioria como si iba con Milo, puesto que ambos caballeros eran muy dados a meterse en líos. Otra vez le tocaba ejercer de hermano mayor.
-Y finalmente, Shaka y Afrodita- Ambos sonrieron y se colocaron juntos.
Shion los observó divertido.
-¿Véis? Así os conoceréis mejor entre vosotros, que siempre estáis juntos los mismos. Será divertido y quizás surjan amistades fuertes de esta misión. – dijo dando una palmada y sonriendo. – Y ahora toca asignar las tareas. Escuchadme con atención, ¿de acuerdo?- los dorados asintieron.
-Dohko y Mü, vuestro pergamino se encuentra en la región de Frigia, en Turquía. Allí vive el rey Midas. Él posee uno de los pergaminos de oro. De todas sus pertenencias, es la única que no fue transformada en oro por él. – los dos caballeros asintieron
-Al menos suena sencillo- dijo Mü mirando a Dohko.
-Aldebarán y Milo, tenéis que ir a la isla de Creta. Concretamente, a la ciudad de Cnosos-
Milo empalideció.
-¿No estaréis pensando…?- dijo el griego.
-Sí, vais a ir a Creta, porque el pergamino se encuentra dentro del laberinto del Minotauro.
-Minotauro suena a toro pequeño…como minitoro- dijo Aldebarán soltando una carcajada.
Milo miró a su compañero.
-El Minotauro es un monstruo, con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Y se alimenta de carne humana…- dijo temblando el griego. Aldebarán empalideció también.
Arles miró a los dos
-Parece mentira que seáis caballeros dorados si estas cosas os asustan…-
-Claro, como tú no tienes que enfrentarte a una bestia antropófaga…- contestó Milo, aún tembloroso.
-En fin…los gemelos y Aioros, iréis a la región de Mesenia, aquí en Grecia-
Kanon se quejó, puesto que él quería hace un viaje largo. Saga por el contrario agradeció la encomienda, puesto que sería poco tiempo junto a su hermano.
-¿Y dónde tenemos que buscarlo?- preguntó Aioros, pasando de los gemelos.
-Pues se dice que lo tienen los gemelos Idas y Linceo. Son los primos de Cástor y Pólux. Así que a ver cómo os las apañáis para recuperar ese pergamino- dijo Arles.
-No tengo suficiente con aguantar a dos gemelos, como para que me añadan otra pareja más- dijo Aioros suspirando.
-Deathmask y Shura, os toca viajar a España, al reino de los Tartessos.-
-Joder que allí hace muchísimo calor en verano- se quejó Shura.
-¡Pero si tu eres español, deberías estar acostumbrado a esas temperaturas!- dijo Arles.
-Ya, pero los tartessos están para la zona de Sevilla, Huelva y Cádiz…y yo soy del Pirineo, soy del norte de España, de montañas…frío…bueno, al menos espero ir a ver a la familia que tengo en Navarra y en Huesca, que tengo unas ganas de una buena chistorra y ternasco…- dijo relamiéndose.
Arles suspiró- Bueno, eso al final. De momento tenéis que ir a buscar a Gerión. ¿De acuerdo? Él tiene otro de los pergaminos-
Los dorados asintieron.
-Aioria y Camus irán a buscar a la Quimera. La cabeza del león custodia el pergamino de oro como si fuera su juguete, se lo arrebató a un lugareño. Así que tened cuidado. Ésta se encuentra en Turquía, por la zona de Licia, la actual Antalya. Os toca buscarla, porque se mueve mucho.-
Aioria estaba pálido. A Camus no se le notaba porque ya era muy blanco de por sí.
-Casi preferiría ir a por el Minotauro…- murmuró Aioria.
-¡Que dejéis de quejaros, coña! Además, no tenéis la peor misión de todas…- dijo Arles mirando a Shaka y Afrodita. Éstos se miraron aterrorizados.
-¿Algo peor que el Minotauro o la Quimera?- dijo tembloroso Afrodita.
-Bueno, bueno…a vosotros os toca la más difícil porque va Shaka. Será muy útil, no lo dudes. Iréis a la cordillera del Atlas, en Marruecos…a pedirle el pergamino a Medusa.- soltó Arles.
Afrodita se desmayó y cayó como un plomo al suelo. Shaka se agachó a su lado a darle aire.
-No te asustes Dita…ya verás como lo conseguimos- dijo el indio, no muy seguro de sus palabras.
Con varios caballeros acojonados por los monstruos a los que deberían hacer frente, y otros preocupados por lo que irían a encontrar en su viaje, Shion no se las veía todas consigo.
-Caballeros, por favor. Un poco de compostura. Sé que puede ser difícil, pero os mando en parejas. Necesitamos esos pergaminos. Nos serán de gran ayuda.- Se dio la vuelta – Confío plenamente en vosotros, así que, no me decepcionéis. Algunos recibiréis ayuda de los dioses del Olimpo, no os preocupéis. Ya podéis retiraros, id a preparar vuestros viajes. Por la noche os daré los pases de avión y dinero para que podáis moveros con todas las facilidades. Hasta entonces, que paséis buena tarde- dijo dirigiéndose a sus estancias personales.
Afrodita se levantó del suelo.
-Bueno…al menos algo es algo…- dijo apoyándose en Shaka. Ambos caballeros salieron a prepararse.
-¿Y Gerión quién es?- preguntó Angelo a Shura.
- Es un monstruo gigante…está formado por tres cuerpos, pero no te preocupes. Le conozco y no es tan terrible como aparenta. Es hijo de Crisaor y Calírroe ¿te acuerdas?- dijo el español mientras salían fuera del templo del patriarca.
-Pues no sé qué será peor, si Medusa, la Quimera o el Minotauro- dijo pensativo Aioria – pero desde luego que son monstruos temibles, tenemos que tener cuidado.-
-Bah, al Minotauro ese le amansaré con uno solo de mis puñetazos.- dijo Aldebarán golpeándose el pecho.
-Eso si no te lo come antes- replicó Milo con sorna. Camus asintió, pensando en el ser al que tendría que enfrentarse. Los cuatro se marcharon fuera.
-Parece que a nosotros nos tocó lo más sencillo- dijo Mü. Aioros negó con la cabeza.
-Puede, pero no bajaría la guardia. Los gemelos Idas y Linceo nos retarán seguramente. Y el rey Midas dicen que anda un poco chocho…como todos los viejos- dijo el de Sagitario - ¡Ay!- gritó al recibir un bastonazo de Dohko.-Vale, vale, tú no chocheas- dijo frotándose el golpe.
Mü y Dohko salieron junto a los gemelos y Aioros.
