Título: ¿Qué haces aún entre mis piernas?
Original: ¿Cosa ci fai ancora tra le mie gambe?
Autor: Xla
Traductor: vampira horchatera
Beta: sirem
Rating: NC-13/17
Género: General
Resumen: Si no se consuma el acto sexual por amor, ni por sexo, ni pasión, ni deseo... ¿Por qué se consuma entonces?

¿Qué haces aún entre mis piernas?

Lo miró a los ojos.

― Yo no te amo.

El otro respondió.

― Yo tampoco.

Draco dejó de empujarse dentro de Harry – Y Entonces… ¿Qué estamos haciendo? –pidió.

― …¿El amor?

― ¡Potter! –dijo disgustado, el otro resopló.

― …¿sexo?

― No

― …¿deseo?

― No

― …¿Pasión?

― No

Harry lo observó desde debajo y habló con un tono curioso – Oye… intenta pensar tú también en algo, ¿o quizás me estoy oxidando el cerebro yo solo?

― Un poco de ejercicio cerebral no te irá mal, Potter –respondió descarado.

Aún estaba encima suyo, con sus manos a cada lado de su cabeza, sus piernas enlazadas a los costados.

Entonces, esas sutiles piernas bronceadas se deshicieron para dejarse caer en la cama.

― ¿Y bien? –levantó una ceja.

― ¿Y bien, qué, Potter?

Harry bajó la mirada, embarazado. Draco no entendía; Harry enrojeció.

― ¿Qué haces aún entre mis piernas?

Draco parpadeó ―Oh – hizo un amago de salir pero fue apresado de nuevo por Harry.

― ¡No te he dicho que te alejes, sólo era una pregunta!

Draco pensó un poco, luego se acercó a su rostro –Porque eres jodidamente caliente y estrecho―. Ojos de uno en el otro. Un poderoso y potente empujón tocó el punto mágico de Harry, haciéndolo empezar a gemir en voz alta, apretando las sábanas y dejando caer la cabeza sobre el cojín.

― Porque tus gemidos son como miel para mis oídos.

Empujaba tan fuerte que sus gemidos y el ruido de la penetración eran perfectamente distinguibles. La cama temblaba como sacudido por las descargas de un terremoto.

― Porque tienes un culo genial, perfecto para mi polla.

Harry se mordió los labios para no gritar y quemarse las cuerdas vocales, quedándose mudo. Apretó con fuerza las piernas alrededor del rubio, como queriéndolo absorber en él, aprisionándolo con una presión mortal y no dejarlo marchar más.

― Poético… ― masculló con esfuerzo, entre un gemido y otro― …No sé… ah… pero… me… DIOS… matas –empezó a lagrimear.

― Oh, pobre Potty –se burló, mandándolo a la mierda.

Harry pensó que había terminado todo pero, inesperadamente, Draco aumentó las embestidas.

Intensidad. Velocidad. Profundidad. Puntería. Parecía que todo ello se quisiera unir en él, y Harry estaba bien feliz de ello.

En un momento se tensaron y sus ojos se perdieron en la plata y la esmeralda.

¡Desesperados!

Draco salió de dentro de Harry, empezando a vestirse velozmente. Huyó lejos de él, por las mazmorras, dejándolo solo.

Harry aún estaba extendido sobre la cama desecha. Sucio, desnudo, y con las piernas abiertas. Sangre y semen entre sus muslos.

Draco no se paró hasta que cerró la puerta de su habitación. Se dejó caer sobre ella, resbalando hasta el suelo y haciéndose un lío allí.

Las manos y las lágrimas sobre su rostro.

No era demasiado tarde, nunca lo era.

No se podían amar. De lo contrario… se hubieran muerto por el dolor.

Fin