Nota: los personajes de Ouran Koukou Host Club y Yamato Nadeshiko Shichi Henge no me pertenecen, sólo a sus respectivos creadoras
Badass Type
Introducción: ¿Cómo es posible que él haya resultado ganador?
No a muchos kilómetros en donde se encontraba el instituto más famoso y reconocido por todos sus estudiantes de alta sociedad, se localizaba una residencia también de la misma clase alta que siempre caracterizó tal instituto; ahí se hospedaban a cinco jóvenes que ya tenían una fama de los más atractivos, exceptuando a su tenebrosa compañera : Sunako Nakahara, sobrina de la propietaria de la lujosa residencia. Ella y su tía eran tan distintas como el agua y el aceite, ya sea en estatus social y en personalidad; sin embargo, a pesar de que la chica siempre tomaba una actitud tenebrosa que asustaba al resto de sus compañeros de clases y hasta veces sus compañeros de residencia, era querida y amada muy en lo profundo de sus verdaderos amigos.
Pero Sunako no era el caso realmente importante. No hace más de una semana, la residencia Nakahara dio un grito al cielo al recibir una carta que intrigaba y ponía de nervios a todos, pero de una manera ridículamente incrédula. El caso era que dentro de la carta se encontraba una beca por un año para entrar al instituto Ouran High School, pero lo que realmente sorprendía a todos era el hecho a quien iba dirigido aquella beca.
Es que… ¡No me lo puedo creer! – Decía Takenaga, uno de los huéspedes más intelectuales que se encontraba en la residencia - ¿¡Cómo es posible que ÉL se haya ganado esa preciada beca!? – Decía en un tono totalmente alterado.
¿Están seguros que realmente ese es el nombre de quien becaron? – Decía Ranmaru, también conocido como el "playboy" de la residencia, que también estaba impresionado por el nombre del becado. Luego se cruzó de brazos pensativo y con una mueca que reflejaba un poco de descontento – Tal vez, hizo trampa, estoy seguro de ello – Concluyó. Al parecer aquella deducción era de agrado para Takenaga Oda el cual asintió con la cabeza.
Vamos, chicos, tengamos un poco de fé, tal vez él no hizo trampa… tal vez si se lo merecía – Dijo de forma optimista, como era costumbre en el siempre tierno Yukinojo, que se encontraba como mediador de la situación.
Los otros dos ya antes mencionados, buscaban cualquier tipo de detalle solo para comprobar que aquella carta era totalmente falsa y que solo era una broma de mal gusto. Sin embargo, por más que examinaban y llamaban a los de C.S.I para que comprobara que todo era mentira y había algo entre manos, no lograban desmentir nada. Era totalmente cierto, totalmente verdadera; veían el sobre, tenía en sello la forma del legítimo escudo de Ouran, no cabía duda, no se trataba de ninguna broma.
Decepcionados y desilusionados, no quedaba más que llamar al dueño de aquella beca.
KYOUHEI!! TE LLEGÓ UNA CARTA!! – Gritaron Takenaga y Ranmaru al mismo tiempo.
¡Échenla en la basura! – Se escuchó la voz de Kyouhei desde el piso de arriba, tan descuidado, agresivo, pedante y rebelde como siempre. Los de abajo entraron en colapso, quedando todos pálidos e indignados, parecía que pronto iban a desmayarse.
KYOUHEI, SE TRATA DEL INSTITUTO OURAN! ¿Qué DEMONIOS TE PASA? –Gritó por fin Takenaga harto de aquella conducta.
Sí, sí, sí, bajo en seguida – Respondió Kyouhei casi a regaña-dientes y con absoluta pereza. Al parecer, aunque estuviera en el lugar más lujoso y fino de París, el chico rubio de ojos azules, de actitud rebelde y claramente defensiva, no iba a cambiar aunque le pagaran un millón de dólares.
Capítulo I
Una solución
Era un día hermoso y radiante en el prestigioso y exclusivo instituto Ouran, toda clase de burguesía, nobleza y reinado se encontraba en aquellas ostentosas paredes meticulosa y armónicamente bien hechas. Cada una de sus estructuras era rica, vasta y sobre todo, ideal para los alumnos que se encontraban allá. Sin embargo, no todo lo que aparentaba el instituto estaba del todo bien. En la tercera sala de música, donde siete jóvenes se encargaban de satisfacer a las delicadas féminas del plantel, tenía esa vez sus puertas cerradas, ya que todos los miembros estaban en una junta importante.
El Host Club ha bajado su clientela – Decía un chico de una atractiva frialdad y de lentes mientras mostraba una gráfica en donde una línea roja iba sutilmente hacia abajo; ese chico era mejor conocido como Kyouya Ootori, el encargado de todo lo que se refiere en administración de aquel club, manejándolo como si una gran empresa se trataba.
P-Pero, ¡Eso es imposible! El Host tiene todo lo que una chica necesite – Replicaba un encantador rubio, mientras se veía en una crisis exagerada por aquellos resultados, mientras gesticulaba toda acción realmente dramática.
Pues, las gráficas no mienten – Sentenció Kyouya, mientras se acomodaba los lentes y mantenía con su mano diestra las gráficas para que todos los miembros lo vieran bien.
Eso es culpa del tono – Se escuchó un eco, se trataban de los gemelos Hitachiin que no dudaban en hacer sentir mal al líder del grupo sólo por diversión – Esto no pasaría si tono tuviera más creatividad a la hora de transformar el Host Club – Decían los chicos con su típico sentido del humor negro mientras observaban con travesura la reacción de Tamaki, que prácticamente se estaba desmoralizando en su siempre rincón oscuro murmurando cosas negativas haciéndolo ver algo infantil.
No soy creativo, no soy creativo, no soy creativo… – Decía constantemente mientras una mirada glacial y hasta algo caricaturesco se reflejaba en sus ojos.
¡Basta ya! – Habló por fin la única miembro femenino del grupo, que mantenía oculta su identidad, Haruhi Fujioka – Esto no es culpa del senpai únicamente, todos somos responsables de que el Host Club esté así – Habló seriamente dirigiendo su mirada a todos los miembros presentes.
Haru-chan, siempre tiene razón – Dijo el miembro más tierno y bajito de todos, en su típico tono infantil - ¿Verdad Takashi? – preguntaba a su grande y altísimo primo, que respondió únicamente con un "hai".
Pero el verdadero asunto es ¿cómo vamos a solucionar éste problema? – Decía nuevamente la voz de la razón, Haruhi.
Antes de que todos hablaran o dieran ideas de una posible solución, el piso empezó a abrirse en dos para dar a la luz una plataforma metálica en la que en forma giratoria una chica salía en el medio riendo estruendosamente.
Ja, ja, ja, ja – Se escuchó su risa en toda la sala – Yo tengo la mejor manera para que el Host Club resurja y brille nuevamente – Apuntaba Renge, desde lo alto con un abanico gigante a todo los miembros del club. Al ver que todos miraban atentamente, inclusive, Tamaki había salido de su rincón oscuro para prestar atención a las palabras de la joven otaku. Por lo tanto la chica se aclaró la garganta mientras tenía una sonrisa de confianza – Busquen un nuevo miembro para el Host Club, sin embargo, tiene que ser alguien nuevo, innovador y con un sex appeal inigualable, para dar paso a un nuevo estereotipo de chico altamente atractivo: Badass Type –
¿Badass Type? – Dijeron todos los miembros al mismo tiempo a excepción de Kyouya, quien se encontraba acomodándose los lentes para dar paso a una leve sonrisa de triunfo
Sí, el Badass type entraría en la categoría como "rebelde", único en su especie, capaz de romper con todas las reglas del Host club… así que ¡Manos a la obra! – Terminó de decir Renge para estar a la altura de todos, triunfadora y bastante confiada de su gran intuición y estética para aquel trabajo.
Kyouya simplemente se alejó del resto, para empezar a organizar el protocolo para conseguir ese nuevo Host Club, el sabía a la perfección que iba a resultar, ya que antes de que Renge llegara, el mismo se iba a encargar de decirle a todos esa misma propuesta.
