NO ERES LIBRE
NOTAS DE LA AUTORA:
Two-shot participante en el Desafío 'De Amores y Desamores' del Foro I'm Sherlocked.
Línea Temporal: Se ubica después del juicio de Moriarty y antes del caso de los niños secuestrados.
Asco de título, -.-
ADVERTENCIAS:
Es mi primer Lemon!
Para aclarar SLASH.
JOHN/SHERLOCK
AGRADECIMIENTOS:
Johnlocked,
ledun,
ariam18. (espero que este también te parezca bueno)
por sus comentarios en mi primer fic. Gracias. :)
AMOR
Desde el momento que te vi en Barts, una persona brillante, un genio, la suerte fue echada.
Yo estaba roto, mi mente fragmentada, (el maldito recuerdo de la guerra) añorando el pedazo que le faltaba. Buscando la descarga de adrenalina necesaria.
Surgió el deseo.
Deseo de compartir contigo, ayudar a un genio en vida, el deseo de protegerte.
En ese entonces no lo sabía, pero tú eras el pedazo que faltaba en mi mente.
Ahora soy consciente de ese "algo" que nos une. Ese lazo que bien sé tú permitiste.
Eras mi amigo, (mi mejor amigo), el deseo de protegerte estaba bien, mas no la atracción. Esa fascinación por tus labios, las ganas inaguantables de besarte y dejarte sin aliento. No era decente.
Tuve tiempo para pensarlo, (estoy casado con mi trabajo, era el principal impedimento). Pero soy médico, ex militar, no podía rendirme sin dar la batalla, nunca me apartaría de ti.
Te sostengo en mis brazos, tu cuerpo desnudo, eres como un ángel, tanta perfección en una persona no puede ser real. Tu excelsa figura, piel pálida, suave al tacto.
Te beso y parece que mi alma se queda contigo, no es normal la lujuria que se libera en mí. Tomaré lo que necesito de ti, me perteneces, no puedes negármelo.
Mis besos bajan a tu sublime cuello, tatúo mi nombre por toda tu marfilada piel, posesión.
Eres mío, yo soy tuyo.
"Bésame" ordenas. Veo tus ojos llenos de lujuria y ese "algo" que ninguno de los dos se atreve a nombrar. Tu cuerpo perfecto sobre el lecho, eso ojos grises nublados, tus labios pecaminosos ordenando, como lo es tu naturaleza tan dominante.
Tus labios y tu lengua me sacan de la realidad, no hay razonamiento posible, cuando tú te enroscas a mí alrededor.
Siento tus dedos recorriendo con urgencia mi espalda, dibujando, trazando, pero jamás marcando, sabes que te pertenezco, no es necesario. Tu boca se traslada a mi pecho, no puedo evitar el gemido.
Me dejo llevar por ti como siempre. He caído de nuevo.
Pero no esta vez, no voy a dejarme mecer por la cadencia infinita que impones.
Crees que no he notado, la tristeza presente en tu mirada cuando piensas que no te veo, me subestimas. El miedo incluso. Peligro. Moriarty. Tu digno rival. Lo sé. Lo mataré a la primera oportunidad que se presente, no volverá a atraparme con la guardia baja. Te protegeré.
Quiero te olvides de él ahora. Que la pasión te envuelva, tu brillante mente se concentre solo en mí.
Mi beso se vuelve devorador, la lascivia obnubila mi mente, acaricio con pasión tus costados, desciendo hasta tu trasero, me aferro a tus muslos. "Abre las piernas," exijo.
Tus ojos parecen retarme, respondo el desafío, presionando nuestras caderas, te contorsionas con un fuerte jadeo, no permito que te recuperes, muerdo tu labio inferior, casi saltas de tu propia piel, pero no me detengo, muerdo con más ansias, rasgando la piel de tus labios. Siento tus uñas enterrarse en mis brazos como respuesta. No claudicaré. Resbalo hacia tu barbilla, caigo sobre tu cuello, allí te marco como mío, con besos fuertes junto con mis dientes, araño tus muslos, lamo, te estoy devorando.
Te retuerces debajo de mí, buscando alivio, sin acatar mi exigencia. No te lo daré fácilmente, voy a poseerte, te necesito, ni tú lograrás detenerme.
Sin dejar de besarte, clavo mis uñas con firmeza en tus nalgas, te apretó aún más contra mí, ignoro tu sexo a propósito. "John," gimoteas con reproche.
Acerco nuestros rostros, nariz con nariz, tus ojos se clavan en mí. "Sabes que hacer Sherlock" susurro sobre tus labios entreabiertos. Cierras lo ojos.
Te deseo como nada más en este mundo.
Ambos sabemos que ese "algo" es Amor, pero jamás lo diremos y esta bien.
Controlas tu respiración, y al fin acatas mi pedido, te estas entregando, tus piernas rodean mi cadera, la pasión recorre mi cuerpo, un estremecimiento involuntario.
"Bien hecho" digo lamiendo tu oído con descaro. No me reconozco. Mi siniestra araña su nalga, la derecha sostiene mi cuerpo, impidiendo la tan anhelada fricción. Nuestros labios no paran de rosarse con los contrarios, y juntar nuestras lenguas, de humedecerse y dejar que un poco de saliva escape por las comisuras de tus labios finos, brillantes y rojos.
No hay piel tuya que deje de rozar, de erizar, estoy llevando a tu cuerpo al deseo primitivo que tú tanto menosprecias.
O menospreciabas.
Tus pezones rosados, sedosos, calientes resaltan en tu pecho, poco a poco mi lengua en conjunto con mi mano izquierda se encargan de endurecerlos, muerdo ligeramente, marcando, haciendo que te estremezcas y tiembles, para estos momentos ya no ahogas ningún gemido. Meneas tus caderas y arqueas tu espalda. Te estás perdiendo.
Paseo mi lengua en línea recta y diagonal por tu liso abdomen, serpenteo por los bordes de tu ombligo, mordiendo con rudeza el pliegue de piel. Gimes más fuerte. Tus manos no se quedan quietas, tomas mi pelo con fuerza guiándome más abajo, pero las ignoro. Acaricio con deleite tus largas piernas, aprieto tus caderas hacia la cama, beso tu miembro erecto, con una de mis manos aprieto sin pudor alguno (se quedó fuera de tu habitación) tus testículos, subo acomodando tu miembro para iniciar el recorrido de mi lengua a lo largo de este con besos y mordidas sutiles desde tus genitales hasta la brillante y húmeda cabeza. La fricción de mis labios y lengua en tu miembro es cada vez más caliente, y exigente.
Ahora estas perdido Sherlock, gritas mi nombre, tus manos tratan de imponer un ritmo, pero están temblando y terminan laxas a cada lado de tu cuerpo. Te aferras a las sábanas de la cama. Tus caderas se mueven hacia adelante, atrás, arriba, abajo, al mismo tiempo, son tus cadenciosos movimientos en busca de más placer.
Un hilillo de saliva nos une cuando me alejo de tu miembro, gruñes en protesta.
Me alzo encima de tu cuerpo.
Tu cuerpo perlado de sudor, pelo azabache esparcido por la almohada, tus mejillas sonrojadas por el placer y calor, tus ojos grises entrecerrados se fijan mí. Eres tan jodidamente hermoso. Sabes lo que viene, tus piernas me rodean con fuerza, yo alineo mi erección, acariciando tus glúteos. Lentamente voy hundiéndome en tu entrada, sin preparación. Gritas de placer o de dolor, no lo sé, no importa, en ti ambas emociones están unidas imperceptiblemente.
No tardo mucho tiempo en comenzar el vaivén, lento sintiendo la unión de nuestros cuerpos. Te beso mientras las embestidas se vuelven más rápidas, fuertes y profundas, tu interior es el paraíso, delicioso, caliente, suave. Mío.
Tomo tu miembro erecto, lo acaricio, aprieto más el agarre cada vez que penetro profundo y aflojo cuando salgo de ti. Tus brazos se aferran en mi cuello, tus uñas se hunden y desgarran mi piel, agregando más placer si es posible. El punto culmine está por llegar.
Muerdo fuertemente tu níveo cuello mientras alcanzo el clímax y dejo escapar mi semen en tu interior, tú te estremeces violentamente, gimes mi nombre y te vienes manchando tu vientre y parte de mi pecho. Felicidad. Recargo mi cuerpo sobre ti, ambos lentamente nos vamos recuperando, te observo con la respiración entrecortada y los ojos cerrados, eres hermoso, un ángel.
"Te amo" susurro y me coloco a tu costado abrazándote. No respondes. Abres los ojos.
Lo supe en ese momento, al ver tus ojos, hay oscuridad en ellos, no amo a un ángel.
Eres un demonio.
Pero no importa, relajo mi tensión, porque yo me encargaré siempre de que sigas en el lado correcto.
No eres libre para dejarme.
NOTAS FINALES:
John me salió algo muy posesivo,pero no sé ustedes, a mí me pareció que es así a veces, mira que contar los 57 (eran 57?, no me acuerdo) mensajes que Irene le envió a Sherlock.
Me costó, he estado contando las palabras para terminarlo, n.n¨
ojala les haya gustado.
Dentro de un rato subo el segundo capítulo.
