Saludos a todos! Ha pasado mucho tiempo! He tenido esta historia en mente por varios meses, pero nunca tuve la oportunidad de escribirla.

Para los que estan nuevamente leyendo esta historia de Digimon, les sugiero que primero lean "Amistad y Amor", ya que esta historia toma lugar uno años despues. No es necesario, pero les ayudaria a entender mi vision de los personajes.

Gracias por leer!


El gran imperial salón de baile del lujoso Cerulean Tower Hotel de Shibuya se encontraba decorado a la perfección. Arreglos florares que lucían la delicada belleza de las orquídeas yacían en el centro de cada mesa del salón, las cuales vestían manteles hechos de damasco de lino que contribuían al aire de sofisticación de ese gran espacio. Vajillas de china acompañadas con cubiertos que brillaban de plata bajo la suave iluminación de los candelabros delataban el gusto extravagante de las personas que organizaron aquel arreglo. Sin duda era una escena que delataba algún tipo de celebración enorme, echa por personas que aparentemente tenían cuentas bancarias inundadas de dinero.

-Y yo viviendo en mi diminuto apartamento…- pensó la joven pelirroja anonadada mientras procesaba el lujo que la rodeaba, recordando cómo solo dos pasos eran necesario para llevarla de la cocina al cuarto en el cual ella dormía. ….-Y con un sistema de aire acondicionado averiado.

En realidad, Sora no era una persona dada a quejarse. Más bien, ella solía siempre mantener su optimismo y buen carácter, ya que era su filosofía personal que quejarse de situaciones no resolvía nada.

Pero esa noche, su estado de ánimo estaba en par con la de un gruñón profesional. En vez de sentirse como una joven artista con talento, más bien se sentía como una vieja amarga que solo deseaba quedarse en casa viendo clásicos de cine japonés. De hecho, se podría decir que la única razón por la cual logro reunir las fuerzas para ponerse el elegante vestido que lucía fue debido a las palabras de motivación de su novio, juntas con las amenazas amigables de su amiga Mimi, quien prometió odiarla para siempre si se atreviera a ausentarse de un evento "tan magnífico", para usar las palabras de la portadora del emblema de sinceridad.

Quizás si las circunstancias fueran distintas, Sora no se hubiese sentido tan reluctante de asistir al evento más grande del año de su compañía.

Desde que logro obtener una pasantía en Sui-chi, una respetable casa de moda con sede en Shibuya, a la joven edad de 21 años, Sora se había sentido como si sus sueños artísticos pronto se harían realidad. Sui-chi no solo era una firma de diseño que experimentaba gran popularidad con la cultura Japonesa, sino que también les ofrecía a sus diseñadores más talentosos oportunidades para establecerse en el mundo de la moda, utilizando la firma como una plataforma para lanzarlos a la fama. El hecho de que Sora había sido una de las personas más jóvenes en la historia de la compañía en ser aceptada como candidata para empleo era prueba de que ella tenía el talento, potencial, y visión para ser una gran diseñadora de moda.

En los dos años que tenía con la compañía, la portadora del emblema del amor había tenido éxito en ser promocionada de internista a 'junior designer', lo cual le daría un puesto permanente en la compañía. Por dos años, Sora se entregó a la compañía, creyendo que con esfuerzo pronto ganaría la atención de sus superiores, los cuales tenían la habilidad de transformar sus diseños y dibujos en artículos de moda que se venderían en los varios almacenes de moda del país. Y, aunque su esfuerzo si logro llamar la atención y satisfacción de sus superiores, siempre había algún 'defecto' en el diseño que les impedía otorgarle a Sora con una marca de moda y vender su visión en las tiendas. Pero cualquier 'defecto' que encontraban en sus diseños nunca impidió que ellos 'prestaran' elementos de sus diseños para agregarlos a la próxima colección de ropa.

Cada vez que Sora era obligada a presenciar como piezas de su creatividad eran añadidos a diseños que poco les complementaban, se sentía como si la luz creativa que yacía dentro de ella poco a poco se disminuía. Pronto empezó a desarrollar un resentimiento hacia la compañía que tanto le prometía, pero poco le cumplía. El resultado de su resentimiento culmino con un bloque creativo que le hacía imposible dibujar ni tan solo un calcetín. Sus jefes pronto notaron que su afluencia creativa no era la misma a la cual ellos estaban acostumbrados de presenciar, pero lo atribuyeron todo a estrés y por 'extrañar a su novio en América'.

Aquel novio en América, al ver el estado de desánimo y frustración de su novia, no lograba mantener su enojo y preocupación por los abusos que esta llevaba en su trabajo. A ella le insistía que dejase ese trabajo donde sus jefes solo aprovechaban de ella. Pero para Sora, dejar ese trabajo sin tener ninguna otra perspectiva era peor que ver sus diseños ser 'prestados' y parcheados en la colección de otoño o primavera de la compañía. Allí por lo menos le daban la oportunidad de diseñar y darse por completo a sus inventos artísticos. Aunque, si, muchas veces deseaba que Birdramon volara y prendiera candela a todos los artículos de moda que lucían sus conceptos creativos.

Además, ella siempre mantenía la esperanza de que algún día tuviese la oportunidad de desarrollar y mostrar su propia colección. Estaba segura de que la empresa y los jefes de Sui-chi pronto reconocerían su talento y pasión si tan solo le dieran un chance.

Sus deseos de tal oportunidad se cumplieron cuando la compañía anuncio un concurso de diseño, invitando a diseñadores aspirantes a participar en el desarrollo de una colección de doce piezas. El ganador o la ganadora del concurso se ganarían un contrato de publicidad con la empresa, y su colección será revelada y desfilada en el evento anual de la compañía junto con la colección de otoño de Sui-chi.

Y, por último, la colección ganadora será vendida en almacenes de moda a lo largo del país junto con la colección de la empresa.

Justo como Yamato percibió estudiar un programa de ingeniera espacial en America como la oportunidad de su vida, para Sora, este concurso era su chance de demostrar sus habilidades, y no lo podía desperdiciar.

Por lo largo de un mes, Sora se entregó a su visión. Decidió inspirarse de esa gran aventura que vivió son sus amigos a lo largo de su juventud, y desarrollo una colección que reflejaba varios aspectos de sus momentos en el mundo digital. Era una colección que inspiraba fuerza, emoción, y dinámica. Las piezas de la colección entonaban la fuerza física que sus aventuras en el mundo digital le demandaban, junto con la delicadeza de aspectos emocionales que cada uno de los digi-elegidos se enfrentaron. En muchos aspectos, cada uno de sus diseños era una dedicación a sus camaradas, y pensar en todos ellos en días en los cuales no dormía ni tres horas la llenaban de fuerzas.

Muchas veces casi se daba por vencida. Pensaba que otra noche comiendo la cena que Piyomon tan amablemente le 'preparaba' la volverían loca. En algún instante, se encontró considerando una tela cuyo color rosado atrajo la admiración de su compañera digimon. Al escuchar a Piyomon exclamar halagos al color de la tela, Sora supo que era hora de apartarse de su diseño y cerrar sus ojos. Cuando se despertó el día siguiente, no podía creer que había gastado horas considerando integrar una tela tan chillonaa sus dibujos. Fue entonces que se prometió dormir por lo menos cinco o seis horas, para así mantener el buen juicio.

A pesar de que fueron días de lucha, en los cuales casi no pudo hablar mucho con Yamato, o con su familia, o con sus amigos; en los cuales inundo su apartamento con pedazos de tela, dibujos, colores, etcétera; Sora estaba feliz. Cada partícula de su cuerpo estaba llena de fe en sus diseños.

Para Sora, esa colección, a la cual ella le dio por nombre "Nostalgia", era manifestación de todos sus sentimientos a su aventura con los digi-elegidos. Era una conmemoración a todas las apreciadas memorias que ella mantenía en su corazón. Aun si esta colección no ganaba, Sora logro encontrar su pasión. El fuego que mantenía su creatividad y visión viva.

Así que con el corazón en la garganta, pero satisfecha, Sora entrego el portfolio con los dibujos de su colección a la coordinadora de la competencia. El portfolio no solo tenía las telas con cuales las piezas serian armadas, sino también el modo de estilizar las piezas para lucir el diseño al mejor potencial.

Con cada día que se acercaba a la revelación del ganador, la pelirroja no hallaba como controlar sus nervios. De noche se iba a correr al parque para eliminar estrés. Llego un punto que ni eso le funciono. Fue entonces que Yamato acudió a la ayuda de Koushiro para abrir un portal al mundo digital donde Sora y él se podrían encontrar. A pesar de que no era un trabajo muy sencillo (abrir dos puertas en opuestas partes del mundo a un mismo sitio), el portador de conocimiento logro encontrar dos puertas que llegarían a un puesto seguro en el Digimundo.

Fue allí, después de más de un mes sin estar juntos, que el portador del emblema de la amistad y la portadora del emblema del amor pudieron reunirse. Bajo el inmenso cielo estrellado del Digimundo, los dos pudieron encontrar consuelo en la compañía del otro. Sin que nadie los disturbe, amistad y amor se deleitaron en el uno al otro, haciendo que días que pasaron deseando la compañía del otro, se conviertan en memorias lejanas. Por lo menos hasta que los deberes del mundo real los llamo devuelta.

Tristemente, el anuncio del ganador del concurso demostró que Nostalgia no había sido elegida como la colección ganadora. Ese honor fue reservado para la colección "Top Fashion", cuya autora era nada más ni nada menos que la pesadilla personal de Sora: Rima Imanara.

Desde que llego a Sui-chi, Rina Imanara y su pandilla de lagartijas venenosas hacían lo imposible para hacerle la vida de cuadritos a la pelirroja. Todo empezó cuando la jefa del departamento empezó a mostrar interés en los diseños de la nueva interna. En aquel tiempo, Sora era una recién llegada a la empresa, por lo cual se esmeraba por mantener a sus empleadores satisfechos con sus esfuerzos. Cuando la nueva interna llego a ser la "preferida" de la jefa, Rina no dudo en tomar represalias usando chistes de mala gana. Debido a que ella era una simple interna y Rina era una junior designer, esta disfrutaba utilizar su jerarquía corporal para mandar a Sora a realizar innumerables mandados. En otras palabras, Sora era la sirvienta que le buscaba el café, la comida, la nueva revista de Vogue Japón, entre mil otras cosas. Si el café "accidentalmente "se le derramada, Sora era la que limpiaba el derrame. Si por alguna razón Rina necesitaba veinte copias de un diseño, le mandaba a copiar cien copias, "por si acaso."

Quizás si ese hubiese sido el límite de su interacción con Rima, Sora hubiese podido soportar el mal carácter de la muchacha. Pero a través de su pasantía en Sui-chi, los celos de la muchacha mayor solo hicieron que su relación como colegas se empeore. Rima no gastaba ni un chance para socavar la confianza de la portadora del emblema del Amor. De hecho, al enterarse de que el atractivo novio de la joven se fue a estudiar a América, no tardo en sembrarle dudas al corazón de Sora sobre la estabilidad de su relación; algo que resulto que Sora y Yamato terminaran su relación debido a las inseguridades de la compañera de Piyomon.

Aunque Yamato y Sora lograron re-encentrarse y continuar su relación, Sora nunca olvido el mal tiempo que Rima le hiso pasar mientras cumplía su pasantía. Cuando por fin la promovieron a junior designer, el mismo nivel de Rima, sus interacciones se trataban de sonrisas forzadas y un breve intento de civilidad por parte de la mayor, aunque sus sonrisas no lograban esconder su disgusto hacia la pelirroja.

Era esa historia de rozos desagradables y aversión poca contenida que tenían a Sora completamente confusa. Al ser nombrada la ganadora del concurso, Rima no dudo en declararse completamente "honrada" de haber ganado, explicando como la competencia entre tantos talentosos diseñadores la habían inspirado a darle el concurso lo mejor de sus habilidades.

Ya que como la colección de Rima seria desfilada en el banquete anual de la compañía, ella necesitaría escoger a un colega de confianza que puede honrarla con una introducción frente a todos los invitados.

-Y de todo el pelotón de amigas de confianza que tiene, decidió escogerme a mí-Pensó la pelirroja mientras un camarero del evento la guiaba a la mesa que le respondía-… A MI!

Por lo más que Sora trataba de entender la lógica de la muchacha mayor, más lograba confundirse. Quizás la mayor buscaba restregar su victoria en las mismas narices de la pelirroja y aumentar su triunfo haciendo que la perdedora la introduzca frente a invitados importantes. O, quizás Rima solo deseaba hacer las paces con ella, ya que ella había logrado ganar en un concurso basado en talento a la muchacha cuyos talentos le habían dado celos en el pasado.

-Sea lo que sea, desearía no tener que hacerlo-confesó esta en su mente mientras tomaba su silla en aquella mesa que sentaba a doce personas.

Mirando a su alrededor, notó que el salón de eventos del hotel ya se estaba llenando de invitados vestidos para impresionar. Muchos de ellos serían críticos conocidos de la moda Japonesa y otros miembros influénciales en el mundo de la moda oriental. Sin gran duda, este sería el evento ideal para "venderse", si tan solo uno tuviera el coraje y valentía para acercarse a tal expertos. De hecho, era el deseo de su amiga Mimi de que Sora formara "redes sociales con gente poderosa" para así poder conocer a alguien que la ayudara a mostrar sus talentos. Pero Sora nunca había sido un tipo de persona que suele demandar la atención y plata de la gente. Quizás en ese aspecto, ser tan extrovertida y lanzada como la compañera de Palmon tenía sus méritos.

De pronto, una pareja mayor fueron guiados a su mesa y sentados al otro extremo de Sora. Haciendo una reverencia respetable con la cabeza en saludo, Sora se preguntó quienes más serían sus compañeros de cena. Solo deseaba no tener que compartir la cena con Rima o ninguna de sus amigas, a pesar de que ella seria quien le diera la introducción antes del desfile.

-Ojala alguien me hubiese podido acompañar…-lamento la pelirroja, sintiéndose sumamente sola y ahora odiando de que todos sus amigos vivieran vidas tan ocupadas.

En estos instantes, Taichi se encontraba en un viaje a Tailandia organizado por la sociedad política de su escuela de posgrado. Mimi estaba en Nueva York, tomando clases culinarias en la Universidad de Las Artes Culinarias. Jyou, ni se diga, atrapado como estaba en el hospital. Koushiro tenía una pasantía con IBM y vivía en Kyoto. Los chicos jóvenes todos estaban ocupados en la Universidad…

-Oh Yama….-Extraño Sora mientras sacaba su celular para admirar fotos de su rubio, ya que tan solo ver la imagen de él la hacía sentirse mil veces mejor y la llenaban de motivación.

-Sora-san!-la pelirroja se dio la vuelta y se encontró con Makoto Takeshi seguida por Nobuo Satomi.

-Makoto-san, Satomi-san!-esta exclamo con una sonrisa de alivio.-Que gusto verlos. Se ven estupendos.-declaro, alabando los trajes de gala que ambos tenían puestos.

Entre todo el personal con las cuales Sora trabajaba, Makoto era una de las más dulces personas que conocía. Makoto trabajaba en la sección de publicidad de la empresa, y, aunque un poco callada, siempre se llevaba bien con todos.

-Gracias, Sora-san! Nobuo-kun me ayudo a elegir este vestido-Dijo la publicista mostrando la tela del vestido- Combinan con mis lentes!

-Buena selección, Satomi-san-le dijo sonriendo al chico con gafas y pelo rizado. Nobuo Satomi pertenecía a la sección de diseños gráficos de la empresa. Sora lo conocía de lejos, debido a que este siempre portaba ropa de multi-colores y lentes verdes. A pesar de que Sora no lo conocía muy bien, saber que él era amigo de Makoto sugería que su personalidad era amable.

-Al parecer nosotros seremos compañeros de cena, Takenouchi-san-le dijo este mientras tomaban sus asientos al lado derecho de Sora.

-Ah! Qué bueno!-declaro la joven súper aliviada de por lo menos tener colegas que conocía con ella.

Tomando un sorbido de agua, la joven publicista se dirigio su mirada a Sora, admirándole el vestido negro que lucia.-Waaah, Sora-san! Te vez hermosa! Es cierto que presentaras a Imanara-san?—le pregunto, acercándose bien para asi escuchar su respuesta.

-Así es.—le confirmo la compañera de Piyomon mientras tomaba un sorbido de su propia agua. –Espero no estropearlo todo—deseó, internamente imaginándose hacer el ridículo al frente de toda esa gente.—Que tal si me tropiezo cuando suba al podio? O si me tropiezo con el vestido?—pregunto amargamente, viendo cada escenario en su mente como si fuera una película.—Jamás debí haberme puesto este vestido largo!—declaro, recordando el vestido azul corto que había considerado antes del negro largo que ahora mismo lucia.

-No te preocupes, Sora-san, el vestido se ve genial—le regreso la chica tratando de confortarla.

-Además,-les interrumpió la voz de Satomi—todo el mundo bebe en estos eventos. Seguro que cuando te toque presentar, cada persona ya estará en su tercera copa de champagne—dijo el chico mientras un mesero le servía champaña a su copa. Este tomo un gran trago, como tratando probar el punto.

-Espero que así sea—dijo la pelirroja mientras le negaba al mesero la champagne ofrecida. No tomaría en tal evento que probablemente le resultaría en una catástrofe.

En realidad, Sora siempre evitaba tomar. Previas experiencias con alcohol le habían mostrado que Sora Takenouchi y el alcohol no hacían una combinación ideal. "Ideal" siendo un descriptivo poco digno para describir como el alcohol le sentaba a la joven diseñadora. Se podría tal vez decir que era debido a su baja estatura la razón por la cual una copa de vino era lo suficiente para llevarla al olvido. Pero su intolerancia a las bebidas alcohólicas surgían de sus propios genes; los genes Takenouchi, para ser más exactos.

Eso explicaría la razón por lo cual Toshiko Takenouchi, su madre, podía beber una cantidad ridícula de sake y aun así mantener la gracia y delicadeza de una ie-moto de arreglos florares respetable. Y su padre, Haruhiko Takenouchi, un hombre intelectual y digno, se transformaba en una yegua sin gracia que se reía de todo que se movía al exceder tres latas de cervezas.

-Es genético…-concluyó mentalmente la chica, recordando sus propias desventuras al beber una cierta cantidad de bebida alcohólicas, como la vez que Yamato y Taichi la encontraron completamente rendida y desmayada encima del tobogán del parque frente de una fiesta que organizo el compañero de Agumon.—Siempre es lo mismo….hasta Mimi logra tomar mayores cantidades sin ser afectada!

Hasta Yamato le rogaba que no bebiera en 'exceso' si ni el o Taichi estaban con ella. Esto se lo mando a prometer hace ya dos años, antes de que partiera a estudiar a America.

Pero ahora, en este evento tan agotador, en el cual no podía distinguir las razones por la cual Rima la escogió como su introductora, no podía evitar querer por lo menos beber unos tragos para así poder calmar sus emociones inquietas. Pero promesas eran promesas, y Sora se conocía bastantemente bien como para saber que dos tragos no le serian lo suficiente para colmar sus nervios. Así que mejor optaría por sobriedad clara.

Mientras la noche progresaba, Sora observó como el jefe ejecutivo de la empresa tomo al podio para dar unas palabras de bienvenida a los invitados antes de que los meseros empezaran a servir la cena, que se trataba de tres platos, con postre al final. La cena fue seguida por una presentación dedicada a los logros y éxitos de la empresa Sui-chi durante el curso de un año, con varios empleados ejecutivos siendo honradamente mencionados y presentados con algún tipo de placa conmemorando la ocasión.

Gracias a la compañía de Makoto y Nobuo, Sora logró relajarse y poco a poco disfrutar del evento. Pero mientras más se acercaban a la revelación de la colección de Sui-chi y de Rima de otoño, sus nervios nuevamente se apoderaron de ella. Cuando Nobuo le ofrecio un trago de champaña, esta no se lo pudo negar, y estuvo agradecida cuando mínimos efectos de la champaña sirvieron en frenar un poco sus latidos acelerados.

Pronto, una de las coordinadoras del evento la vino a buscar, mencionando que ya se acercaba la revelación de la colección ganadora de la competición. Sora la siguió silenciosamente, mentalmente recordando las simples palabras de introducción que había preparado para introducir a Rima. No era un discurso en nada especial, simplemente corto, dulce, y al punto.

Aunque parte de ella se rebelaba al tener que halagar los talentos de una muchacha que la había tratado de tan mala forma, la parte dentro de Sora que amaba el arte y el diseño estaba anticipando por fin poder presenciar la colección que le gano a Rima la victoria. Seguro sería algo magnifico.

La coordinadora la llevo a la sala de espera, adonde también se encontró con Rima, quien lucía bastantemente adornada con un vestido rosado cubierto de lentejuelas y unas pestañas postizas que para Sora le parecían demasiadas exageradas.

-Sora! Que gusto verte!—esta exclamo al verla acercar. Sora no podía decir exactamente si ese tono demasiado dulce escondía una nota de disgusto o si ella simplemente se lo estaba imaginando. Al fin, simplemente le respondió con una pequeña sonrisa.

-Imanara-san, luces especialmente resplandeciente hoy—le dijo verazmente la pelirroja, observando como las lentejuelas reflejaban las luces del salón.

-Si, ese es mi plan. Cuando suba al podio a mostrar mi colección, quiero que todos me puedan ver!—le confeso la ganadora, con un aire de satisfacción.

Para Sora, ese era el plan más tonto que había escuchado. Se supone que el desfile era para mostrar el concepto del diseño y la calidad de la visión. Rima vestida como estaba solamente serviría para distraer la atención de su propia colección, ya que el vestido brillaría demasiado bajo las luces del escenario.

-Estamos listos para continuar?—les preguntó la coordinadora principal, dándole a Sora la oportunidad de no tener que responderle a Rima.

-Si—Las dos diseñadoras respondieron al mismo tiempo. Una con un tono de triunfo total, y la otra con un tono de resignación.

Las dos siguieron a la coordinadora del evento, quien las llevo a las escaleras que las llevarían al escenario.

-Takenouchi, tu sales primero. Asegúrate de que tu introducción no se exceda más de dos minutos. Cuando termines, Imanara entrara para explicar el concepto detrás de su visión artista. Cuando termine, ambas regresen para el salón de espera.—explico la coordinadora en un tirón- Takenouchi, tu puedes regresar a tu mesa, pero Imanara-san tiene que regresar al podio al final del desfile. Es posible que los reporteros te dediquen preguntas sobre tu colección, así que permanecerás en el podio hasta que yo te señale. Entienden?

Las dos muchachas afirmaron con la cabeza. Por primera vez, Sora sintió alivio al no haber ganado, ya que significaría tener que responder preguntas sobre su inspiración y concepto.

-Takenouchi, lista?—le señora le pregunto. Esta asintió, reunió su coraje, y empezó a subir al escenario, rezando con toda sus fuerzas para que no se tropezara con nada.

Lo primero que sintió fueron las miradas de los invitados y el calor de las luces que iluminaban el escenario. Sintiendo su corazón en la garganta, la pelirroja se dirigió al podio, tratando de recordar las pocas palabras que había organizado como introducción y al mismo tiempo concentrarse en no tropezarse con el dobladillo del vestido. Cuando por fin llego al podio, trato de no mirar directamente a las caras que la miraban atentamente. Bajo el micrófono e su altura, y trago en seco.

-Muy buenas noches a todos—empezó, dándole gracias a Dios de que su voz no traicionaba mucho los nervios que corrían dentro de ella. Sonaba un poco temblorosa, pero por lo menos estaba clara.

-Primero que todo, quisiera expresar lo honrada y orgullosa que estoy de poder ser parte de una compañía que se dedica a guiar a diseñadores a realizar sus sueños. Esta misma noche, tengo el placer de presentarles a ustedes a la ganadora del concurso de diseño organizado por esta maravillosa compañía. Desde que entré a Sui-chi, Rina Imanara me ha inspirado a seguir mis pasiones…-Nadie sabría que estaba mintiendo, verdad?- y por eso estoy muy alegre de poder presentárselas a ustedes y poder presenciar la colección ganadora del concurso. Asi que sin más demora, les presento a Rima Imanara de Sui-chi, aquí para mostrarnos su colección, "Top Fashion".

Haciéndose a un lado para permitir que Rima tomara el podio, Sora se alivió que su introducción fue sin problemas. Escuchando los aplausos de los invitados, por fin logro tomar una profunda respiración por la primera vez esa noche.

Observando como Rima se acercaba al podio, como una reina de belleza, Sora deseaba no tener que permanecer parada al lado mientras esta daba su discurso. Pero solo se podía imaginar la ira de la coordinadora al no seguir sus instrucciones, así que permaneció adonde estaba, con las manos agarradas al frente de ella para esconder sus nervios.

-Primero que todo, gracias por esas palabras tan lindas, Sora-chan.—se le dirigio la ganadora a Sora.—Estoy muy segura que con tus talentos, tú también lograras ganar un concurso de diseño algún dia.—Finalizo, otorgándole una sonrisa que Sora juraba era más bien una mueca. -Primero que todo, le quiero dar las gracias a Sui-chi por haber organizado esta gran oportunidad para mí. Fue un honor ser nombrada la ganadora de este concurso.

-Mi colección, Top Fashion, está inspirada por los colores de la naturaleza. El diseño está dirigido hacia la moda urbana. Pero no deseo tomar más de su tiempo, así que dejare que mis piezas y colección hablen por mí. Muchas gracias por venir.—Y con esas pocas palabras (sorprendentemente), Rima otorgo a la audiencia con una sonrisa deslumbrante.

Siguiéndole la marcha, Sora se dirigió hacia las escaleras, agradecida de que Rima no había tomado su dulce tiempo con un discurso como Sora esperaba. Más de que no le complacía tener que estar parada mientras Rima se dirigía a los invitados, también deseaba regresar a su silla para poder presenciar la colección Top Fashion.

Sabía que mientras se dirigía a su silla, el desfile ya había comenzado. A algunos pasos de su mesa, podía distinguir las caras de Makoto, Nobuo y de los demás invitados admirando el desfile de la colección. La pelirroja no pudo resistir la tentación, así que también dirigió su mirada al centro del escenario y sintió que su corazón le iba a estallar.

Con horror, presencio como las modelos desfilaban diseños que pertenencia a los diseños su propia colección, Nostalgia. Aunque tenían algunos detalles alterados, como las mangas más largas y los cuellos menos pronunciados, era claramente diseños basados en los dibujos que ella había entregado para la competencia, incluso con los colores y telas con que ella había escogido.

-..Que….que es esto…?—se preguntó con una voz débil, completamente sorprendida.

Tan inmersa estaba en los acontecimientos y en su horror, que ni cuenta se dio de que estaba tomando pequeños pasos hacia atrás. Fue solamente cuando sintió que se tropezaba con un objeto solido que su atención fue arrebatada del escenario.

Como si estuviera teniendo una experiencia fuera del cuerpo, Sora podía ver como se tropezó con un camarero que llevaba copas de champaña. Sintiendo como la gravedad la tumbaba al suelo, esta se percató del sonido producido por las copas de vidrio cayendo al suelo. Desde su sitio en el suelo, Sora de nuevo volvió su mirada al escenario, donde el vestido que ella había diseño con Mimi en mente estaba siendo desfilado.

Ni se percató cuando sintió que manos la agarraban y la devolvían de pie. No lograba escuchar las palabras del mesonero preguntándole una y otra vez sobre su bienestar. Tampoco se dio cuenta de que el desastre del tropiezo había causado que mucha gente dirigiera su atención hacia ella.

Para Sora, lo único que existía en ese momento, era la colección siendo desfilada. La colección que reflejaba días y noches en cuales ella ni dormía, en cuales todos sus sentimientos de su juventud fueron trasladados a diseños dibujados en papel.

Todos esos dibujos. Todos sus esfuerzos e ilusiónes.

Todos completamente robados.

Apenas se dio cuenta de la que Makoto la estaba jalando hacia su silla, susurrándole de que estaba causando una escena.

Con el corazón roto, Sora intento controlar las olas de emoción que yacían dentro de ella, tratando de procesar la situación actual.

Rima le había jugado una trampa. Una trampa tan dolorosa y vulgarmente cruel que Sora no podía comprender como un ser humano lograba llegar a ese estado de maldad.

Sintiendo como sus ojos involuntariamente se llenaban de lágrimas, Sora de repente tomo la copa de champaña de Nobuo, sin percatar las miradas de preocupación que Makoto y el se intercambiaban.

Cogiendo la botella de champan al frente de ella, lleno aquella copa hasta el límite antes de tomarse todo el líquido alcohólico en un solo golpe. Al lado de ella, Makoto y Nobuo la observaban con ojos abiertos como platos. Cuando la pelirroja de nuevo lleno su copa y se echó otro gran trago de champan, lo único que estos dos podían hacer era observarla, completamente atónitos.

Para Sora, el simple gesto de servir champaña y beber era su única consolación. Si solo se concentraba en esos movimientos, y en el ardor de la bebida mientras bajaba por su garganta, no tenía que pensar en nada más. No en su futura carrera con esa compañía. No en la cruel jugada de Rima. Tampoco tenía que pensar en cómo su esfuerzo fue robado para darle la victoria a alguien que no se lo merecía.

Sabía que si dirigía su mirada al escenario, no podría controlar las ganas de llorar que sentía.

Por lo menos nunca le daría a Rima la satisfacción de verla completamente rota. Eso lo guardaría para cuando llegara a su diminuto apartamento.

Así que, utilizando la champaña como su escudo contra el dolor y la ira, Sora se rindió a el olvido que le brindaba la bebida frente a ella.

Nadie noto los ojos viejos y sabios que observaban las acciones de la portadora del emblema de amor a pocas distancias.


Fin del primer capitulo. El segundo y final capitulo estara aqui mañana, y tendra a mi amado Yamato.

Saludos a todos!