Disclaimer: Sólo el drabble me pertenece.

Claim: Bree/Leah

Summary: Sus besos saben agridulces y sus caricias carecen de cariño, pero para ti, es la mayor satisfacción que has tenido en mucho tiempo...

Notes: Drabble, 335; Femslash; Cítricos.


Satisfacción

El calor abrasador contra tu piel gélida, la fricción insoportablemente placentera de sus dedos recorriéndote, el fuego en tu espalda y las manos en tus caderas.

Su piel morena chocando contra la tuya, los dedos pequeños despojándote de tu camiseta. Los labios en tu espalda, tus labios en sus senos, la velocidad extenuante y los gemidos insinuantes.

Nunca hubieras imaginado que algo podría sentirse tan bien, los besos en lugares tan recónditos y las uñas rasgando la piel más escondida.

El largo cabello negro que se enreda en tus dedos, las uñas hirvientes rasguñando tu piel impenetrable, los jadeos de lujuria y los gritos de placer, eran el mayor detonante para que tu cuerpo le ganara a tu mente.

El escozor en la nariz, su olor insoportable no es nada comparado con su sabor dulce y sensualmente incitador. Es como el tesoro bajo el barro, algo que sólo descubren los que se arriesgan. Te alegras infinitamente de haberte arriesgado.

«Bésame rudo, olvida la delicadeza» le habías dicho al comienzo «No soy una muñeca de porcelana». Y ella te obedeció, su salvajismo, su desenfreno, su pasión desbordante… Ella era magnífica en esto, la forma en que su caderas de pegaban a las tuyas mientras murmuraba en tu oído cosa como «Quiero verte gemir de goce» o «no temas a explorarme…» Joder, como te calentaba esa loba. Sus mordidas en tus labios, sus lamidas en tu estómago, sus besos en tu cuello te hacían suspirar de gusto.

Sus lenguas se enredan, tus manos recorren su cuerpo hasta su trasero y ella jadea, y tú te bebes ese jadeo como si fuera sangre dulce, y gimes al contacto de sus dientes con la piel de tu clavícula. Los dedos viajan presurosos por ambos cuerpos, chupan y lamen todo lo que se atraviese y desencadenan una lucha por ver quien se rinde a la excitación primero.

Sus besos saben agridulces y sus caricias carecen de cariño, pero para ti, es la mayor satisfacción que has tenido en mucho tiempo.