N/a: ¡Buenas! Por fin he empezado esta historia. La tenía en mi cabeza desde hace mucho, sobre todo porque me gusta la interacción de Bucky con otros personajes de Marvel.
Para este fin quiero pedirles que se olviden de que existió Iron Man 3...esa pelicula infame no existe aquí. El prólogo es pre-Avengers Age of Ultron.
Espero que les guste esta historia y de antemano agradezco sus comentarios y que se tomen el tiempo de leer este fanfic :D Gracias.
K.
Prólogo.
Año 1991.
Es bien sabido que uno no puede escoger a su familia. Sean malos o buenos, no puedes cambiar quienes son tus padres o hermanos aunque sí puedes quejarte de lo injusto que fue el destino al escogerlos.
Anthony Stark aplicaba ese pensamiento de forma constante. Con su padre nunca había sido alguien especialmente cercano, siempre estaba lejos de casa, ocupado con sus proyectos de trabajo, ignorando a Tony a la mínima oportunidad. La mayor parte del tiempo era como un padre ausente. Por eso no fue sorprendente que le guardara tanto resentimiento cuando le envió a estudiar a un Internado en el extranjero, lejos de su casa, de sus amigos, de todo lo que conocía. Por otra parte, amaba a su madre. Era la que más se preocupaba por él y por sus intereses, pero se sentía traicionado por ella. Había permitido que su padre le enviara lejos.
La impresión que tenía de sus padres no era la mejor. A pesar de eso, nada le preparó para enterarse que sus padres habían muerto. Un accidente automovilístico, ese había sido el veredicto de la policía. Howard y Maria Stark habían muerto, se habían ido para siempre. Le habían heredado cientos de millones de dólares, una responsabilidad muy grande hacia Stark Industries además de una soledad profunda y deprimente.
El día del funeral fue una tarde gris, el cielo se volvió afín con su estado de animo ya que estaba cubierto con enormes nubes oscuras. La lluvia comenzó a caer sobre los asistentes. Tony agradeció la presencia de la llovizna helada, las gotas de agua disimulaban sus lágrimas. No quería que nadie más fuera testigo de su debilidad. Se mantuvo en silencio, estoico e imperturbable durante toda la ceremonia. Un nudo se instaló en su garganta cuando las cajas comenzaron a bajar dentro del agujero en la tierra.
Sintió la mano firme del mejor amigo y compañero de negocios de su padre, Obadiah Stane, sobre su hombro dándole un suave apretón. Estaba ahí, apoyándolo como amigo y también como el representante de Tony en la dirección de Stark Industries cumpliendo con esa función al menos hasta que llegara a la mayoría de edad. Obadiah se había encargado de lidiar con toda la prensa, evitándole esa molestia, tenía mucho que agradecer a aquel hombre.
La ceremonia transcurrió tan lenta. Lo único que deseaba es que todo terminara de una vez, que las personas dejaran de mirarlo con lastima, de intentar consolarlo. Poco a poco el cementerio fue desocupándose, al final después de un par de horas que le parecieron eternas, quedó de pie frente al montón de tierra que cubría a sus padres.
Tony apretó sus manos en puños, sentía como su sangre corría con rapidez a través de sus venas. El corazón le latía tan violentamente que podía escuchar el sonido resonando en el interior de sus oídos. La elegante ropa oscura que llevaba estaba empapada, el frío comenzaba a calarle hasta los huesos y las gotas de agua escurrían por sus mechones de cabello. Mantenía sus ojos en las tumbas de sus padres, observando la tierra mojada.
Se mantuvo quieto y en silencio, dejando que la lluvia cayera sobre él. No tenía idea de cuanto tiempo se le permitió quedarse, pero cuando le avisaron que debía volver a casa y lo guiaron fuera del cementerio cubriendo sus hombros con una manta, se sentía como si hubiera sido una eternidad. Sus padres no iban a volver, no tenía a nadie más e iba a tener que aprender a enfrentar lo que fuera su futuro.
Era aterrador estar solo...
Época Actual, New York.
Los ojos de Stark se abrieron de golpe, tenía la respiración algo agitada. Luchó contra las sabanas de la cama como se trataran de cadenas que le mantenían sujeto a la comodidad del colchón. Se sentó en el borde, el sudor escurría por su piel. De nuevo estaba teniendo pesadillas. Desde el asunto de New York, la invasión, su frágil estabilidad mental se había terminado de quebrar. Se puso de pie, bajando la mirada cuando estuvo a punto de pisar una botella de whisky. Ni siquiera recordaba habérsela terminado. Pasó una mano por su cabello revuelto, levantando la botella con la esperanza de encontrar una gota de alcohol, pero estaba vacía.
Señor, tal vez le interese lo que esta sucediendo en S.H.I.L.E.D.
- Jarvis si no me dices que Natasha Romanoff y Maria Hill están teniendo una pelea en bikini dentro de una piscina llena de chocolate, entonces no, no me interesa -habló el millonario en voz alta, saliendo del dormitorio para ir directamente hasta la barra de bebidas.
La central de inteligencia de S.H.I.L.E.D., el Triskelion, se encuentra bajo ataque. Y los archivos ocultos de la organización acaban de ser subidos a la red.
Stark llenó con whisky un vaso de cristal con hielos. Estaba por tomar un sorbo antes de que las palabras captaran toda su atención.- ¿Tienen la situación bajo control? -preguntó con algo de preocupación. Fury, Natasha, Maria Hill y sobre todo Steve, estaban ahí. Esperaba que la amenaza fuera algo que pudieran manejar.
El Triskelion fue casi totalmente destruido, el proyecto Insight también fue desmantelado y eliminado. Hubo bajas considérales, pero el señor Rogers se encuentra a salvo. ¿Quiere revisar los documentos liberados en la red?
- Sí, muéstramelos, Jarvis y...pon algo de música -Le ordeno a su "mayordomo".
Como ordene, señor.
Los acordes de la guitarra de Deep Purple tocando Smoke On the Water se dejaron escuchar con fuerza por cada rincón del enorme piso de la Torre. Una pantalla holográfica se desplegó frente a Stark quien sostenía el vaso de whisky con hielos, bebiendo algunos tragos, disfrutando de la sensación de ligero ardor en su garganta con cada sorbo. Sus ojos seguían cada uno de los archivos que se abrían en la pantalla hasta que su atención fue llamada por uno en especifico.
- Jarvis. Abre el archivo HYR-10009A -ordenó el millonario, acercándose a la pantalla.- No puede ser...-murmuró.- ¿Esto es real? -preguntó a su inteligencia artificial.
Acaban de ser subidos a la nube desde la central de inteligencia de SHIELD, por el Director Fury y Alexander Pierce. Son reales.
Los dedos de Stark apretaron con fuerza desmedida el vaso, su mano temblaba un poco hasta que hizo añicos el cristal, cortando su piel que goteó algo de sangre. Eso no podía ser cierto. Tenía que ser una broma muy cruel, un error. Dejó caer el vaso al suelo, derramando el licor en la costosa alfombra. Se acercó a la pantalla, comenzando a mover las páginas repletas con detalles del informe del asesinato de sus padres. Asesinados. No habían muerto en un accidente de auto.
Los habían matado. Hydra los había eliminado mientras se infiltraba en S.H.I.E.L.D. bajo las narices de todos. Su padre, estuvo a punto de descubrirlos más de una vez y se había vuelto un elemento peligroso para la supervivencia de la organización terrorista así que simplemente se deshicieron de ellos.
- Busca inconsistencias en los archivos de policía del accidente y actas de defunción de mis padres, después analiza los informes que fueron liberados. Necesito saber si fue un accidente o fueron asesinados -exigió con voz dura. El sonido de la música quedó amortiguado por la fuerza con la que la sangre bombeaba en su cuerpo haciendo palpitar sus sienes.
El informe de la policía sobre el accidente tiene una serie de inconsistencias graves. Existe un 98.7 % de probabilidades de sus padres fueran asesinados, no pudo haberse tratado de un accidente.
- Quiero saber todo sobre este asesino de Hydra, este Soldado del Invierno. ¿Cuál es su identidad? -Stark podía sentir una presión creciente en su pecho, tan pesada que amenazaba con impedirle respirar. No, no podía tener un ataque de pánico en ese momento. Tomó una profunda respiración, dejando que el aire entrara con lentitud, una y otra vez, llenando sus pulmones hasta que la desagradable sensación se esfumó por completo. Recuperando el control sobre sus emociones. Sabía que no había pasado más de un minuto, pero para él se había sentido como una eternidad.
Este son los archivos que contienen información acerca de el Soldado del Invierno. Es un espía y asesino, entrenado en la Red Room durante la época de la Unión Soviética, pero en realidad se trataba de un proyecto secreto de Hydra. El conteo de asesinatos que se le atribuyen son más de dos docenas.
- ¿La identidad del asesino es revelada en alguno de los documentos?
Lo encontré, señor. El nombre podría causar un conflicto de intereses y aumentar la tensión dentro del equipo de los Vengadores.
- Solo dame el nombre, Jarvis -ordenó Stark, comenzando a perder la paciencia al imaginar cuales eran las posibilidades de que el asesino estuviera ligado a alguno de sus compañeros.
James Buchanan Barnes. El sargento Barnes sobrevivió a la caída y fue rescatado por el ejercito ruso, se le dio atención médica y una vez que estuvo restablecido se procedió a borrar sus memorias y programarlo para que actuara como un espía y asesino. Cuando no estaba cumpliendo con alguna misión, lo mantenían durmiendo en una unidad de congelamiento.
Sintió como la sangre abandonaba su rostro. Los gestos de sorpresa se mantuvieron paralizados en su expresión. El mejor amigo de Steve, la persona por la que siempre se había culpado de su muerte, era un asesino a sangre fría. El asesino de sus padres.
- Quiero leer cada informe de lo que sucedió en S.H.I.E.L.D., quiero ver cada grabación y los archivos del gobierno. No me importa que pueda tomarme toda la noche -habló con voz grave, acercando una silla y ocupando el asiento frente a la pantalla.
¿Alguna otra cosa, señor?
- Si...-dijo en voz baja.- Localiza a Steve, le haremos una visita. Muy pronto.
Como ordene.
Una semana después.
El Hospital se veía como siempre, las paredes estaban pintadas de un color neutro, la combinación de aromas del látex, desinfectante y enfermedad se sentía por todo el lugar. Un olor denso al que estaba poco acostumbrado. Los pasillos estaban despejados, bien iluminados y no había muchas personas alrededor. Las enfermeras abrían los ojos con sorpresa al mirarlo pasar, se detenían para mirarlo mejor, sonriendo de forma coqueta. Tony Stark estaba acostumbrado a la atención e incluso la disfrutaba, mucho. Entró a la habitación privada haciendo el menor ruido posible, no quería despertar bruscamente al herido.
- Stark -dijo la voz áspera de Steve Rogers. El Capitán América se estaba recuperando de las graves heridas que había sufrido durante la caída de S.H.I.E.L.D. Gracias al suero del súper-soldado su recuperación era mucho más rápida que la de un humano común.
- Capitán -respondió el millonario, quitándose las gafas oscuras que llevaba. Observó los distintos arreglos de flores y regalos que había en la habitación. Por supuesto que iba a recibirlos, era el héroe del país, del mundo.- Veo que recibió mi...-Se quedó callado durante unos segundos.
- Tu canasta de frutas, sí, la recibí. Dale las gracias a la señorita Potts. -Respondió Steve con una sonrisa. Tony tenía que admitir que Rogers lo conocía bastante bien. Él siempre dejaba esos pequeños detalles en manos de Pepper.- ¿A qué viniste, Stark? -preguntó Rogers mientras se acomodaba en la cama de Hospital. Se podía escuchar una suave música que provenía de un celular. Trouble Man.
- ¿Acaso no puedo venir a visitar a un compañero herido? -preguntó, cruzando sus brazos sobre su pecho. Todos parecían tener un mal concepto de él aunque no creía que estuvieran tan equivocados.
- Desde la batalla con Loki y los Chitauri ha sido muy difícil contactar con el gran Tony Stark -dijo con una pizca de sarcasmo. Parecía estarse adaptando bien a la época moderna.- Es difícil sacarte de tu Torre así que si has venido aquí debe ser por una buena razón.
- Los archivos que subieron a la red...tienen algunas cosas realmente interesantes -dijo de forma tranquila, caminando a través de la habitación.- Los estuve revisando. De hecho, pase muchos días investigando lo que había sucedido.
- Sí, S.H.I.E.L.D. estaba corrompida y no podía seguir. -Steve dejó escapar un suspiro-. Lo mejor fue terminarla.
- Pero no terminaste al Soldado del Invierno, Rogers. -Le habló con más dureza de la que pretendía. Mirando la sorpresa en las expresiones fáciles del Capitán.- Lo sé todo.
- Tony, yo...tienes que entender -. Las explicaciones que Rogers quería darle fueron interrumpidas por la risa sardónica de Stark quien negó con la cabeza, mirándolo de forma intensa. Estaba furioso.
- No hay nada que entender, un asesino peligroso escapó y no has dado aviso al gobierno solo porque era tu amigo -dijo entredientes.
- ¡Le lavaron el cerebro a Bucky! ¡Ni siquiera tenía idea de lo que estaba haciendo, solo cumplía ordenes! -Elevó la voz, intentando hacer entender a Stark.- ¡No puede ser culpado de esos asesinatos!
- ¡Mató a mis padres, Steve! -gritó el millonario, mirando el rostro de su compañero de equipo, amigo y tal vez algo más. No había sorpresa en sus expresiones, tampoco dolor o nada.- Y tú lo sabías...
- Tony...
- Lo sabías y no me dijiste nada -murmuró Stark.- ¿Sabes cuál es la ironía? Me acusaste de no ser capaz de sacrificarme por otros, pero tú permites que otros se sacrifiquen por Barnes. Eso es hipócrita, lo sabes.
- No conoces a Bucky como yo, no tienes idea de lo que ha pasado...él es todo lo que tengo. -Conforme hablaba su voz se iba apagando hasta convertirse en apenas murmullo.
- Es un asesino. Consciente o no de sus actos, y debe pagar por sus crímenes, Capitán -dijo con dureza antes de darle la espalda, caminando hasta la salida de la habitación. Se detuvo y giró la cabeza para mirar a Rogers.- Nos tienes a nosotros. Tus compañeros, pensé que lo sabías. -Volvió a ponerse las gafas oscuras.- Recupérese pronto, Capitán América. La nación no debe llorar por usted de nuevo. -Se despidió, abandonando la habitación con un suave portazo.
Steve dejó caer la cabeza en la almohada, cerrando los ojos. Sabía que Stark tenía algo de razón, pero no podía abandonar a Bucky, era su responsabilidad, por él había terminado en manos de Zola. Era su culpa que se volviera el Soldado del Invierno. No podía permitir que lo acusaran injustamente, aun cuando eso significara ir en contra de sus amigos, de sus compañeros. El Capitán América nunca abandonaba sus ideales.
Estiró su brazo y alcanzó su móvil, quitando la música. Buscó el número que necesitaba entre sus contactos, marcándolo. Escuchó los sonidos con atención hasta que la voz del otro lado le respondió.
- Ven por mi, Sam. Tengo que salir de aquí e iniciar la búsqueda de Bucky -dijo con preocupación.- Tengo que encontrarlo antes de que alguien más lo haga. Gracias. -Cortó la llamada, aferrando sus dedos al aparato, cubriendo sus ojos con el antebrazo.
" Buck, no puedo perderte de nuevo. "
