Hola a todos, este es mi primer fanfiction, espero que os guste. Ya sabéis, si os gusta un review y un follow no vendrían nada mal. Esta historia no acaba aquí, no sé cuando podré subir el siguiente capítulo, pero la historia tendrá unos dos o tres capítulos más. Ah y por favor no seáis muy duros conmigo; eso sí, la críticas constructivas son apreciadas para mejorar mi nivel de escritura.

Gracias!

Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a Rick Riordan.

OoOoO

Annabeth

Era una tarde espléndida en el campamento mestizo, también puede ser por el pequeño detalle que en el campamento el tiempo se podía controlar. En ese momento iba de la mano con Percy, después de la guerra contra Gea y los gigantes y después de haber caído al tártaro, la parte más profunda del inframundo con Percy éramos más que inseparables. Dormíamos en la misma cabaña ya que nos solíamos despertar con tremendas pesadillas del tártaro, y únicamente yo podía calmar a Percy y únicamente Percy podía calmarme a mí. A pesar de ir contra las normas Chiron había hecho una excepción únicamente para nosotros, y nadie se había quejado, pues ya sabían por lo que habíamos pasado juntos.

En ese momento nos dirigíamos al pabellón para comer, Percy y yo habíamos pasado toda la mañana en su/nuestra cabaña haciendo el vago. Para una vez que podíamos… Al llegar al pabellón nos dirigimos a la mesa de los hijos de Poseidón, otra ventaja de haber salvado el mundo dos veces. Nos sentamos y enseguida las ninfas nos sirvieron la comida. Comimos en paz hasta saciarnos; estaba siendo un día bastante tranquilo. Al terminar la comida nos dirigimos de vuelta a nuestra cabaña, abrimos la puerta y Percy se tiró en una de las pocas camas que no tenían ropa tirada por encima.

- Percy, deberías limpiar esto de vez en cuándo- le dije a mi novio

-¿Para qué si luego la voy a volver a desordenar?- me respondió mientras me sentaba al lado suyo en la cama

-No sé, tal vez para poder encontrar algo en tu propia cabaña, además ahora yo también duermo aquí- le dije

-Ya pero todavía hay suficientes camas limpias para que durmamos durante una semana por lo menos sin preocuparnos

-Lo que tú digas sesos de alga

Decidí terminar la discusión en ese momento, ya que sabía que era una batalla perdida. Pasados unos minutos, y después de que después de insistirme accediera a tumbarme con él, vimos como un mensaje iris se formaba justo al lado de Percy. A través de la imagen se veía a una chica despampanante, que parecía una diosa cuyo cabello azabache le llegaba a los hombros, y cuyos grandes y preciosos ojos marrón oscuro brillaban con luz propia.

-¡Hola Percy! Estaba pensando en pasarme por el campamento unos días, ya sabes para verte…- decía aquella diosa con una voz aterciopelada

-Em… claro…¿cuándo llegarás?- le preguntó Percy, que seguía algo grogui después de haber estado un rato medio dormido en la cama.

La chica del otro lado soltó una risita que me pareció muy irritante, mientras un sentimiento como de rabia recorría mis venas, pero yo sabía que no era rabia, era que estaba celosa. Aún así decidí mantenerme callada y no decir nada, Pefcy me quería y no me engañaría con otra… ¿verdad?

Unos minutos más tarde estábamos Percy y yo al borde del campamento, esperando a esa… chica. Poco después de haber llegado nosotros apareció la furgoneta del campamento, con argos de conductor. La furgoneta paró y de ella bajaron tanto dicho conductor como aquella diosa; en cuanto se bajó de la vieja furgoneta del campamento y vio a MI novio sonrió de oreja a oreja, dejando ver su sonrisa con dientes perfectos. Se acercó a Percy y le dio un fuerte abrazo, mientras por encima del hombro me veía a mí y me sonreía.

-¡Anda Percy! ¿Quién es esta?- preguntaba ella

-Oh em… Juliette esta es Annabeth, mi novia- respondió él

-Hola Annabeth, encantada de conocerte- me saludó ella en tono alegre

-Hola- respondí yo secamente

En ese momento la tensión entre Juliette y yo se podía cortar con un cuchillo, Percy al notar esto decidió intervenir, carraspeó e invito a Juliette a entrar al campamento.

-Vamos Juliette, vamos Annabeth- dijo Percy, metiéndonos prisa.

Sé que no debería haberme molestado que se refiriese a ella primero, pero lo hizo. Estaba paranoica y mi mente estaba nublada por los celos, lo cual es raro ya que los hijos de Atenea solemos mantener la cabeza fría, pero en ese momento no era una hija de la diosa de la sabiduría, sino una adolescente llena de celos a la que le daba miedo que una chica mucho más atractiva que yo me quitase mi novio. Gran error el de no confiar en que Percy jamás me dejaría; probablemente uno de los más gordos de mi vida.

Esa noche decidí dormir en mi cabaña, lo cual extraño mucho a Percy, pero me dijo que vale pero que si tenía algún problema se lo dijese, refiriéndose a mis pesadillas, por suerte esa noche pude dormir en paz.

Al día siguiente me desperté de muy mal humor, Percy se había pasado el resto del día anterior con esa ''Juliette''. Salí de la cama sobre las ocho y media de la mañana, me dirigí directamente al pabellón, donde no había casi nadie todavía, me senté en la mesa de Atenea (no me apetecía sentarme en la mesa de Poseidón por razones obvias) y comencé a desayunar. A mitad de desayuno llegó Percy, acompañado como no de Juliette; Percy tenía una sonrisa dibujada en su rostro y Juliette estaba riéndose junto a él probablemente por algún chiste que Percy había hecho.

Se sentaron juntos en la mesa de Poseidón, lo cual me enfureció; me levanté dejando el desayuno a medias y salí del pabellón, notando la mirada de Percy en mi nuca. A mitad de camino hacia la cabaña de Atenea me paró un fuerte brazo que me cogía por la muñeca. A pesar de no poder verle sabía perfectamente que era Percy, ya que la misma chispa que recorría mi cuerpo cada vez que nos tocábamos lo hizo cuando aquella mano caliente y grande tocó mi piel.

-Annabeth, ¿Qué te pasa?

-Nada- respondí tajantemente mientras apartaba la mano de mi muñeca y continuaba mi camino hacia mi cabaña.

-Estoy seguro de que algo te molesta Annabeth, vamos dímelo, ¿Acaso he hecho algo mal?

En ese momento me di la vuelta y le fulminé con la mirada. Podía ver la confusión y algo de dolor en sus preciosos ojos verdes

-¿Qué si has hecho algo mal? De verdad Percy a veces pienso que eres más tonto cada día

Me arrepentí de esas palabras en cuanto salieron de mi boca, pero mi orgullo no me permitió decir nada, ni siquiera cuando vi como los ojos de Percy se llenaban de dolor ante mis palabras.

-¿Es que acaso no te das cuenta? Anda vete otra vez con Juliette seguro que la quieres más a ella que a mí

En cuanto dije eso vi como Percy se enfurecía

-¿Cómo has dicho? A ver ¿primero me llamas tonto y luego me dices que quiero más a otra chica que a ti después de haberme tirado al tártaro por ti?

Podía oír la indignación en la voz de Percy, pero antes de que pudiese decirle nada continuó hablando

-¿Qué es lo que quieres alguien más inteligente para que pueda estar a la altura de la maravillosa ''Annabeth Chase''?

-¡Pues a lo mejor es eso lo que necesito! Lo nuestro se acabó Percy – respondí, subiendo el volumen de mi voz.

En ese momento me di la vuelta y salí corriendo hacia mi cabaña. Al llegar cerré la puerta con pestillo, hice una maleta y cogí todo el dinero, tanto mortal como los drachmas, que encontré. Minutos después salí de mi cabaña con mi gorra de invisibilidad puesta y dejé una nota en la casa grande para Chiron, diciéndole que me iba a San Francisco con mi padre durante un tiempo indefinido, y que por favor mantuviese mi paradero como un secreto para TODOS los campistas, incluyendo a Percy.

Yo sabía que había sido todo culpa mía, y que Percy y yo habíamos roto, posiblemente para no volver jamás, pero en el momento no estábamos pensando ninguno con claridad, ahora Percy estaba enfadado conmigo, y probablemente lo estaría mucho tiempo, además Juliette estaría ahí para calmarle; prácticamente le había tirado a sus brazos.

Salí del campamento a paso acelerado, seguía algo enfadad, pero parte de mí se daba cuenta de lo que de verdad había pasado ''he cortado con Percy'' me paré en seco cuando me di cuenta de verdad de lo que acababa de hacer. Estuve a punto de volver corriendo, pero pensé que probablemente Percy me mandaría a la mierda si le pedía que me perdonase, así que volví a salir andando, en cuanto estaba más cerca de la civilización paré al primer taxi que pasaba por ahí y me subí.

-Al aeropuerto por favor.- el taxista ni me miró dos veces y aceleró.

En esos momentos creo que fue cuando comencé a llorar silenciosamente. Había perdido a lo mejor que me había pasado en la vida, y todo por mis celos, mis estúpidos celos.

Bueno, hasta aquí el primer capítulo. Espero que os haya gustado. Dejarme vuestras opiniones en un review

Chao!