LIMPIANDO ARMAS
El moribundo sol del atardecer arrojaba sus rayos sobre los cristales del enorme ventanal de la oficina de Xanxus;la luz que se filtra hacia dentro de la habitación le confiere una irreal atmósfera rojiza,que aunque extraña, era agradable;pero lejos de prestarle atención al ocaso,el jefe de Varia se encontraba absorto en desmontar una Colt calibre 45,parte de su extensa colección,a fin de exorcizar los demonios que bullían en su cabeza;toma el cañón entre sus marcadas manos y lo atraviesa con un cepillo especial embebido en solvente de pólvora,metiéndolo y sacándolo con enérgicos movimientos mientras su mente lidia con la furia desmedida que se apodera de su ser;no sólo estaba el hecho de haber perdido porque los anillos lo rechazaran,sino que fuese una núbil escoria ajena a la mafia la elegida para ser el décimo capo cuando a la vista saltaba que no había nadie mejor que él mismo para el puesto;una ráfaga de ira le atraviesa el cuerpo al pensar en todos los aspectos del asunto en sí;el tiempo invertido planeando,jugando a frustrar boicots contra la familia mientras se apoderaba de sofisticadas armas para así cobrarse de quienes lo habían traicionado,sin mencionar el hecho de tener que salir de la comodidad de la mansión Varia para viajar hasta ese mugroso pueblo del Japón y todo para terminar regresando con una derrota a cuestas.
Termina con la limpieza del cañón y prosigue con la corredera,rociándole solvente en aerosol para luego frotarla con un paño;su boca se tuerce en una mueca de odio al recordar las caras de las basuras aquellas que no merecían sino ser degolladas lentamente cuando de repente, sus irises de lava ardiente se posan sobre la pila de papeles que hace un rato estaban sobre su escritorio y que ahora yacían en el piso alfombrado;todos contenían información detallada sobre posibles blancos en familias enemigas,encargos de las escorias influyentes de Vongola y los cuales él ni se había molestado en echarles un ojo,era irónico que después de ser juzgado de brutal e inapropiado para ser el décimo,fuese la primera opción de las ratas gordas de la familia para solucionar sus problemas;si bien era cierto que desde los tiempos de Tyr los capos acudían a Varia para librarse de los obstáculos,también lo era que la apuesta en el escuadrón había aumentado desde que a él le cedieran el liderazgo y esas lastimeras súplicas de solución impresas en papel lo confirmaban,ellos eran las obras del diablo,la brutalidad hecha eficacia y aun cuando no fuese el indicado para guiar,siempre sería el indicado para el trabajo.
Se echa hacía atrás en su silla y observa orgulloso todas las partes del revólver ya perfectamente limpio y aceitado;sólo un coleccionista de arte frente a un nuevo cuadro o escultura entendería a Xanxus en éstos momentos;vacía su copa de whisky de un trago y lentamente empieza a ensamblar su pistola,encajando cada pieza en su lugar para después admirarla en su totalidad;el brillo mate del cañón,lo reluciente de la empuñadura,la belleza de un objeto hecho para aniquilar;sonríe satisfecho apuntándola hacía la ventana,ya del atardecer no queda más que el tenue malva que anunciaba el el arma en su estuche y se dirige al mini bar,tomándo una nueva botella de whisky para luego salir de la oficina a paso lento y en dirección contraria a su cuarto,por hoy se podía decir que estaba en paz consigo mismo,o al menos tenía la seguridad de que no mataría a ningún oficial que se cruzara en su camino;la puerta de la habitación del tiburón está sin seguro y él entra a esperarle en la penumbra,tendido sobre la cama mientras bebe de su botella;cuando por fin la figura delgada y olorosa a sangre aparece en el umbral él sonríe nuevamente,esperando admirar,no el brillo de un cañón, sino el de la lujuria en los ojos grises de su noche,sería la primera de muchas en las que el jefe de Varia requerirá de sus dos únicas pasiones para acallar a sus demonios internos:limpiar armas y moverse salvajemnete entre los muslos de Squalo.
