Stars
01. prólogo
El teatro estaba lleno, faltaban pocos minutos para el estreno del musical, los focos del escenario aún no se habían encendido, pero la gente ya esperaba con entusiasmo aquella obra nobel que tanto estaba dando que hablar. Y aunque todos los protagonistas eran poco o nada conocidos, era bien sabido el esfuerzo y entusiasmo que se había puesto.
Rachel caminaba por el pasillo con la cabeza baja, estaba nerviosa, casi histérica, sus pasos eran largos y rápidos, cerraba los ojos y suspiraba intentando calmarse. "Tranquila, llevas luchando para hacer tus sueños realidad, vas a triunfar, es tu momento, sonríe y brilla... ¿Dónde se ha metido mi hermano?"
Escuchó una voz y se giró, era alguien de vestuario que vociferaba sobre el vestido de la protagonista. Rachel se mordió el labio superior ligeramente, quería verla, necesitaba decirle algo, lo que fuese antes de que todo empezase.
¿Por qué todo de la nada le parecía demasiado... real? Se miró al espejo unas cuantas veces más, revisando que todo estuviese en su lugar, peinado, vestuario... todo. Era el trabajo de su vida, el principio de su carrera como bailarín profesional. Estaba a punto de ser sepultado directo a la fama y por culpa de eso la sonrisa no podía ser borrada de su rostro. Exhaló un par de veces más y salió de su camerino directo a su posición detrás del telón. Pero no sin antes asomarse, sin que se notase mucho, por las cortinas. Y casi sin querer, su corazón empezó a latir rápidamente.
Allí estaba él. Jugueteando con el libreto del musical en sus manos, pasando las hojas nervioso como intentando controlar sus ganas de que empezase de alguna forma u otra. Jeff sonrió por aquella imagen ante tus ojos y por unos leves segundos notó su mirada sobre la suya. Se ruborizó. ¿Desde cuando se ruborizaba por cosas así? Negó con la cabeza y se dirigió a su posición de salida sin dejar de pensar en él, al fin y al cabo era el motivo de su inspiración, sin él no sería capaz de encontrar las fuerzas para empezar a bailar en la prémiere de uno de los grandes musicales de la última década.
En el público estaba Kurt, con el programa del musical en la mano, emocionado por ver como había quedado el final, sabía muchas cosas de él, ya que había estado involucrado casi desde el principio, pero verlo hecho realidad le emocionaba casi tanto como a los propios protagonistas. Sonrió como un colegial enamorado al mirar la foto del actor principal en el programa, tan sonriente como siempre. Parecía como si le viese con esa mirada penetrante des del papel. Deslizó los dedos suavemente por la foto como una caricia, queriendo sentir el tacto de aquel muchacho.
Miró al escenario, ya impaciente. Aún no se encendían los focos, e hizo un gesto de disgusto, la gente murmuraba a su alrededor. Hablaban sobre la trama. Sobre los actores, pero él apenas les escuchaba, sólo quería ver a sus amigos triunfar y sobretodo a él. Aquel muchacho que le hacía tan feliz con sólo sonreírle. Unos focos secundarios se encendieron de golpe y comenzó a haber expectación. Kurt sonrió y agarró el panfleto con más fuerza.
Justo cuando se encendieron los focos secundarios fue cuando Rachel se dio cuenta de que llevaba demasiado tiempo parada en el mismo sitio. Simplemente recordando como empezó todo desde que decidieron hacer aquel musical, los cambios, los detalles, la gente que le rodeaba, ella... Ese pequeño detalle que podría cambiarle todos sus planes de futuro con solo mirarla y saber que podría ser así por el resto de su vida. Suspiró y fue hacia su puesto para poder dirigir mejor la obra y sin querer se topó con la persona que menos se esperaba nada más darse la vuelta.
"Te estaba buscando..." Susurró y Rachel se quedó sin habla. Se había perdido en lo preciosa que iba esa noche, aunque solo fuera con un simple vestido y su pelo moreno cayendo por sus hombros en unas perfectas ondulaciones. "Ya verás como todo saldrá genial" Le miró con una de sus sonrisas y se inclinó para darle un beso muy cerca de la comisura de sus labios.
"Suerte... eres la perfecta para el papel" Dijo antes de que se fuera. Una vez la perdió de vista se llevó la mano al lugar dónde había depositado sus labios y sonrió. Notaba como su piel ardía tras aquel pequeño contacto y no pudo evitar dar un pequeño salto antes de ocupar posiciones. Su hermano estaría a punto de entrar en escena y ya no habría marcha atrás. Tan sólo deseaba que fuera exactamente como quería.
Jeff seguía haciendo estiramientos, un par de bailarinas a su lado lloraban por la presión del inminente comienzo, él estaba muy nervioso también, pero no podía dejar llevarse por el pánico. Aquello era muy importante, habían trabajado mucho como para echarlo todo a perder. Buscó de nuevo entre los actores a su precioso moreno, el cual hablaba muy animado con el protagonista principal. Este, tras la pequeña charla, le indicó amablemente que se pusiese en su posición y el moreno asintió. Entonces se giró y cruzó la mirada con Jeff, sonrió tímidamente y el rubio se quedó mirándolo, olvidándose de todo por unos instantes, perdiéndose en sus ojos marrones y en su sonrisa. Le advirtieron unos compañeros de que todo iba a empezar y volvió a la realidad. Era su momento, era el de todos, iban a dar el cien por cien y lo iba a hacer por sí mismo, pero sobre todo por él.
En el momento en el que los focos principales se iluminaron dando paso a un escenario perfectamente decorado y con los bailarines en su posición, listos para empezar el musical y el inicio de sus carreras, Kurt, se puso más nervioso de lo que debía, su mejor amiga era la protagonista de aquella obra y bueno él... él era su acompañante en esta misma. Se sentó adecuadamente mientras dejaba el programa del musical a un lado suyo, y cuando le vio entrar a escena justo después de la primera canción... supo lo que era sentirse orgulloso de alguien por partida doble. Estaba tan guapo y era tan bueno en su trabajo. No podía explicar lo que sentía en esos momentos, se estaba enamorando cada vez más y sus ojos no podían parar de observarle. "Kurt... estás perdido" murmuró para sí mismo antes de concentrarse plenamente en esa obra que prometía tanto. Iban a ser estrellas. Y él lo tenía claro.
