The Wolf: Prólogo y Capítulo 1.
Miré mientras el edificio se derrumbaba, la gente gritaba y huía despavorida para que los escombros que caían no los golpearan, se protegían la cara y cabeza con sus brazos, la misión había sido cumplida. La gente empezaba a caer desde los edificios, caían como pájaros enfermos, se estrellaban contra el suelo y morían por diversas causas como el envenenamiento que habían sufrido por la bomba que planté, o cuándo se tiraban se rompían el cuello… ¡Oh, simples mortales! Débiles, estúpidos, las cosas que a ellos le hacía un daño potencial a mi no me hacía el mínimo daño, gracias al virus que creé para la compañía Umbrella, el Virus-T, que hacía de un ser humano ordinario a un súper humano con poderes increíbles, nada me destruía, absolutamente nada.
Seguí mirando el caos ocasionado, la gente corriendo a mi alrededor espantada, policías llegando al lugar, bomberos y ambulancias sacando gente muerta o herida. Caminé entre gritos y desolación, la gente seguía cayendo del edificio o lo que quedaba de él. De repente, un cuerpo que cayó pesado interrumpió mi paso, observé y vi a la mujer que estaba sollozando con su cara ensangrentada, y gimió del dolor. Miré su rostro lleno de agonía y me clavó la mirada rogándome por ayuda, la miré y vi como se desmayaba del dolor y por la pérdida de sangre, y algo en mi interior gritó que la ayudara. Miré a ambos lados y tomé su cuerpo y troté hacía el auto que había aparcado antes de comenzar con el edificio, la puse sin cuidado en la parte trasera del coche, me subí y arranqué. No quería acordarme del acto de bondad que acababa de hacer… Yo, Albert Wesker, ayudando a alguien. Me llené de ira al saber de qué le estaba haciendo un favor y salvándole la vida a alguien. Matar a cientos y salvar a una.
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Llamé a la base de Umbrella en Estados Unidos, y lo único que susurré al lado de la línea fue 'Misión cumplida', recibí un 'Genial Wesker, nos vemos mañana, nos contarás todo', y corté la comunicación. Eché una mirada atrás para comprobar que la chica seguía desmayada y no haya escuchado nada, efectivamente así era, seguía desmayada.
Seguí manejando hasta llegar a mi mansión, agarré a la muchacha y entré en volandas a mi hogar. Una sirvienta me miró y con la cabeza le dije que me siguiera y así lo hizo, abrí la puerta de mi habitación y dejé a la chica en la cama y le susurré a mi empleada que arreglara la habitación del piso de arriba mientras yo la curaba, y que cuándo finalizara la tarea vaya a hacer otra cosa. Luego, fui al baño y agarré muchos desinfectantes de heridas, gasas, algodón y banditas adhesivas. Volví mi habitación donde la chica yacía inmóvil, y comencé a curarle la heridas de mientras pensaba por que hacía eso, y saltó en mi mente una voz que dijo '¿Culpa quizás? Piensas que curando a una sola persona curarás a las cientos que acabas de matar, y a el otro puñado que representa su familia', Sacudí mi cabeza enojado y seguí curando a la joven, que debajo de esa capa gruesa de sangre escondía un rostro muy bello.
La destapé y miré sus ropas… ¿Debería sacárselas y curarla? Preferí no hacerlo y la volví a tapar. La cargué en mis brazos otra vez y la subí a la habitación que mandé a preparar para ella, la acosté suavemente en las sábanas y la tapé. Ahora sólo había que esperar a que despierte. Arrimé mi cara a la suya para escuchar el latido de su corazón y su respiración y supe de antemano que iba a estar bien, sólo era cuestión de tiempo, pero yo decía que en tres días podría despertarse y se iba a encontrar confundida. Me retiré de la habitación cerrando la puerta suavemente, ahora tenía otros asuntos que resolver.
