Los personajes de esta historia son propiedad de George R. Martin.

Sansa Celestina Stark

La primera vez que Sansa lo vio, fue cuando Joffrey intentaba ponerla en ridículo frente a toda la escuela. Tan tonta había sido al enamorarse perdidamente del rubio antes de conocer su verdadera cara. Habían estado saliendo juntos un tiempo hasta que descubrió la clase de persona que en realidad era y en ese momento, la chica se había alejado de él por completo. Cosa que Joffrey no tomó muy bien.

Gracias a sus hermanos, el chico nunca se había arriesgado tanto… hasta ese momento.

Robb, Jon y Arya no habían asistido al colegio luego de pescar un resfriado por meterse al lago en una noche sumamente fría (algo extraño en Kings Landing). Seriamente sus hermanos debían aprender a ponerle un límite a las apuestas con Theon Greyjoy, por muy tentadoras que sonaran al salir de su boca.

En consecuencia, Sansa se encontraba sola (Bran y Rickon eran pequeños aún para la secundaría) frente a aquel demonio Baratheon mientras él la arrinconaba contra su casillero ante la mirada atenta del resto de los alumnos. Y, a pesar de que Joffrey era un blandengue, seguía siendo más fuerte que ella.

_ Suéltame idiota.- Se atrevió a decirle, siguiendo el ejemplo de su hermana menor. Ya mucho se había callado, no iba a permitir más juegos de su parte. Lo único que el aspirante a playboy quería era rebajarla y no iba a dejarlo. La cara del chico se transformó y presionó más su cuerpo contra el de ella llevando las manos cerca de su trasero. La chica se puso rígida.

_ Eso no es lo que dijiste la última vez.- Susurró sorprendiéndola, nunca había dejado que la tocara de esa forma. Pero claro, el resto de la escuela no lo sabía.

Estaba a punto de volver a gritarle cuando lo vió detrás de Joffrey. Alto, grande, de cabello oscuro y corto, ojos de un celeste impresionante y la piel tostada por el sol.

_ Creo que dijo que la sueltes Joff.- Su voz era profunda y no pasó desapercibido para nadie el informal nombramiento del rubio. Sansa frunció el ceño ante la mueca que hizo el idiota al oírlo. Se dio la vuelta y por fin la liberó de su agarre.

_ Y yo creo haberte dicho que no te metieras en mis asuntos.- Lo miraba con desprecio, como si el chico alto no fuera lo suficientemente bueno como para pisar el mismo suelo en el que él estaba parado.

_ Si quisieras que esto fuera solo tu asunto no lo harías frente a toda la escuela.- Dijo despreocupado, interponiéndose entre la Stark y el Baratheon. Parecía importarle un bledo saber qué poder tenía el rubio en la escuela. Le recordó a Arya.- Pero claro, esta es la única forma que tienes de mostrar superioridad, arrinconando a una chica sola con todos esos idiotas detrás tuyo.

Sansa lo miró con la boca abierta. Los únicos que se atrevían callar a Joffrey eran sus hermanos e incluso ellos no lo hacían frente a toda la escuela por respeto a la amistad que tenían sus padres. Joffrey fulminó con la mirada.

_No puedes hablarme así, bastardo.- Escupió la palabra con odio. La chica tuvo ganas de golpearlo, anunciar a los cuatro vientos que eras un bastardo en Kings Landing era un suicido social y el rubio lo sabía bien. Era una salida muy cobarde incluso para Joffrey.

Contra todo pronóstico, el enorme muchacho soltó una risa profunda y se acercó hasta quedar con su nariz pegada a la del rubio.

_ Mírame.- El chico se alejó de él visiblemente intimidado. Levantó la cabeza fingiendo orgullo y se fue con sus amigos pisándole los talones. Pronto el resto de los espectadores también se dispersaron.

El grandote se dio la vuelta. Era muy lindo, pensó Sansa. Más que lindo, era caliente. Sus músculos se apretaban contra la chaqueta de cuero que llevaba puesta cada vez que se movía, tenía la quijada definida, sus rasgos eran marcados y sus ojos, por los Siete, estaba segura de haberlos visto antes.

_ Gracias.- Dijo ella con una sonrisa, él se la respondió.

_ Es un idiota y nadie en este lugar parece decírselo a pesar de que todos lo saben.- Arya lo hace, pensó. Su salvador se alejó un poco para abrir su casillero… junto al de ella. Así que era nuevo…

_ Bueno, la mayoría teme que él acuda a sus padres, son muy influyentes.- El chico rió.

_ Si Robert supiera lo que él hace, ya lo habría enlistado en la Guardia Nocturna.- La seguridad y la familiaridad con la que dijo el nombre la sorprendió. Luego la realidad la golpeó en la cara, ya había visto esos ojos antes. Por los Viejos y los Nuevos, ese muchacho lucía como la fotografía que su padre tenía de él y Robert Baratheon en los viejos tiempos.

_ Eres el hijo del tío Robert.- Dijo recordando lo comentado por sus padres acerca de la mudanza del muchacho. El chico frunció el ceño ante la palabra "tío" y la miró nuevamente. Ella extendió la mano.- Soy Sansa Stark.- Por primera vez vio sorpresa en sus ojos. Él debía de saber acerca de la amistad de las dos familias.

_ Gendry Wa-Baratheon.- Se corrigió. Le sonrió, recordaba cuando su tío (tío de corazón) le había contado a Ned que al fin le había dado su apellido a su hijo mayor.

_ Ahora entiendo. Debe ser un horror vivir con él.- El muchacho cerró su casillero tras guardar sus libros y se colgó la mochila al hombro.

_ Cersei y él son detestables, pero Tommen y Myrcella son muy buenos. Robert es… bueno, Robert.

Ella rió sonoramente porque entendía perfectamente de qué hablaba.

_ ¿Quieres sentarte conmigo en el almuerzo?- Gendry la miró sorprendido, pero asintió.

Cuando entraron el la cafetería Sansa desfiló con la cabeza bien en alto. No iba a dejar que el idiota de Joffrey la hiciera sentirse inferior. Además sabía que los rumores sobre el bastardo de Robert Baratheon se habían esparcido rápidamente, por eso quería que su salvador se sentara con ella.

Gracias a su apellido y los buenos dotes sociales de los Stark (tal vez en menor medida de parte de Arya) los seis hermanos eran muy populares en la escuela; que Gendry se sentara con ella sería una buena forma de que el resto supiera que no debían meterse con él. Aunque había que ser un idiota para burlarse de alguien de su tamaño. Joffrey soltó una sonora carcajada desde su mesa. Obvio.

_ ¿Hoy es tu primer día?- Dijo Sansa dándole un bocado a su ensalada.

_ Si, llegué hace dos días.- Desde su lugar, la chica pudo ver a Theon Greyjoy mirarla con el ceño fruncido. No, no a ella, a Gendry. El pelirrojo estiraba el cuello hacia ellos intentando verlos. Sansa sonrió para sus adentros.- Gracias a los Siete me dejaron empezar hoy, no iba a aguantar mucho más encerrado con el demonio rubio y su cría.- La Stark rió ante los apodos de Cersei y Joffrey. Theon hizo una mueca sin dejar de verlos. Bueno, bueno, bueno… ¿Qué tenemos aquí?

_ ¿Te gustaría venir a casa después de la escuela? Eso te daría unas horas más lejos de ellos y de verdad quiero que conozcas a mis hermanos.- El chico bajó la mirada inseguro. Él era un bastardo y seguramente lo que menos querría era encerrarse en una casa con más niños ricos, pensó. Le puso la mano en el brazo para que la mirara. Casi automáticamente, Greyjoy se puso de pie.- Robb y Jon van a querer saber de tí cuando les cuente lo de hoy. Son los primeros en la fila cuando de poner al idiota en su lugar se trata. Y Arya, bueno, seguramente te conviertas su Baratheon favorito.- Recalculó sus palabras luego de decirlas y se llevó la mano al mentón, pensativa. Si, seguramente su hermana estaría encantada con él.

Gendry le sonrío y ella le respondió justo cuando Theon llegó a su lado. Con una agradable sorpresa Sansa se dio cuenta de que el chico estaba molesto.

_ ¿Tienes un nuevo amigo, Sans?- La chica se enderezó en su lugar y le sonrió.

_ Theon, Gendry, Gendry, Theon.- Dijo.- ¿No te enteraste de nada?- Le parecía raro que no le hubiera preguntado cómo estaba ni acudido a su rescate. El chico la miró confundido.

_ El idiota de Joffrey se aprovechó de que sus hermanos no estuvieran.- Baratheon miraba a su amigo con curiosidad. Theon observó a la pequeña rata rubia, unas mesas más a la izquierda con fuego en los ojos, luego se giró hacia ella preocupado.

_ ¿Estás bien?- La pelirroja casi se derrite en su silla.- Me salté el primer periodo para ver a Robb, Jon y Arya.- Eso explicaba todo.

_No te preocupes, Gendry me dio una mano.- El muchacho le guiñó un ojo. Y Greyjoy dejó salir un pequeño gruñido.

_ Gracias.- Susurró al chico tragándose su molestia. Sansa le sonrió por el esfuerzo.

_ ¿Vienes con nosotros después de clases?- Theon la miró con el ceño fruncido.- Quiero que los muchachos lo conozcan. Es el hijo del tío Robert.- La sorpresa no se hizo de esperar. Asintió.

Así fue como Sansa terminó caminando de vuelta a la casa Stark en medio de un sandwich muy sexy. No oirían una queja alguna de su parte, nunca jamás.

_ ¿Hola?- La casa parecía vacía. Chequeó el reloj y recordó que su madre debía haber llevado a Bran y Rickon a clase de deportes.

Con una sonrisa observó como su salvador recorría la casa con sus ojos hasta detenerse en la puerta de la cocina con una ceja levantada. Arya estaba allí mirándolo con curiosidad, tenía el cabello revuelto que indicaba que recién se había levantado de la cama, sus ojos estaban brillosos y su nariz roja por el resfrío. Llevaba un short negro de dormir tal vez demasiado corto y su vieja remera de su banda favorita "The Assassins Man", que ya le iba algo ajustada. La chaqueta del equipo de fútbol de Robb cubría sus hombros.

_ ¿Y qué con el alto?- Dijo señalándolo con la cabeza como si no estuviera allí. Oyó la risita de Theon detrás suyo.

_ Es Gendry Baratheon.- Arry levantó una ceja y lo miró desconfiada, seguramente preguntándose cuánto tendría de parecido con el idiota de su medio hermano.- Puso en su lugar a Joffrey por mi hoy.- Se apresuró a decir.

La menor chasqueó la lengua disgustada.

_ Sabía que el maldito iba a aprovechar que no estábamos.- Su voz, aunque gangosa por el resfrío, no perdió el odio. Luego miró al muchacho, le sonrió con sinceridad y palmeó uno de sus brazos.- Sabía que no tenías cara de idiota. Te debemos una, chico.

Gendry, que había estado mirando a su hermana con la misma desconfianza que ella, se relajó y pareció divertido ante la acción. Un momento… Pensó la pelirroja. Él le estaba devolviendo el gesto, eso estaba bien, pero lo que había comenzado como una mueca de lado, dándole un aspecto salvaje y seductor, había culminado en una gran sonrisa que mostraba todos sus dientes. A ella no le había sonreído así, incluso aunque había hecho esa cosa de tirarse el cabello hacia atrás que parecía encantarle al resto de los chicos.

Oh, por los Siete. ¿Estaba él escaneando a su hermana de pies a cabeza?

Arya no había prestado atención ya que se había adelantado para chocar los cinco con Theon.

_Hey maldito bastardo.- Le dijo a un divertido Greyjoy.

Sep, definitivamente le había visto el trasero cuando se había dado la vuelta. Sansa contuvo una carcajada. Por supuesto que aquel chico se había interesado en el lobo de la familia. Se encontró a sí misma encantada con eso y un poco celosa, debía admitir, su hermana se las había arreglado para que en pocos minutos el chico más sexy que había visto jamás se fijara en ella con todo y gérmenes. Miró al pelirrojo junto a ella, bueno, tal vez no el mas sexy…

Enfócate, Sansa. Se reprendió a sí misma. Quería a ese Baratheon dentro de la familia e iba a mover algunas fichas para ello. Pero primero lo primero, tenía que averiguar si Arry estaba interesada.

_ ¿Robb y Jon aún están en cama?- Arya se sonó la nariz exageradamente sin ninguna vergüenza haciendo que Gendry disimulara una pequeña sonrisa. Ay qué hermosos serían sus sobrinos...

_ Si, baje a buscar agua. Creo que ellos ya están mejor, pero yo siento que la cabeza me va a explotar.

_ Voy a prepararte un té antes de ver a los chicos.- Y así lo hicieron.

Los cuatro entraron al cuarto de los chicos. Su hermana tenía razón, el color había vuelto a sus rostros y ya no se veían tan cansados. Theon se desplomó a los pies de la cama de Robb y Arya (con su taza de té en mano) se acomodó junto a Jon, sentada y apoyada en la cabecera de la cama. El joven Baratheon había seguido sus movimientos bajo la atenta mirada de Sansa.

La chica le pasó una de las sillas del escritorio y ella se sentó en la otra.

_ Esta vez sí que fue muy lejos.- Dijo Robb enojado, luego de escuchar la historia. Jon estaba serio, como no lo había visto nunca y Theon tenía los puños cerrados con fuerza.

_ ¿Pensaba que no íbamos a enterarnos?- Hasta Arya veía el semblante de Jon sorprendida. Sintiendo que las cosas se saldrían de control en cualquier momento, se aventuró a hablar:

_ Voy a decirle a Robert.- Tendría que haberlo hecho antes, realmente.- Él sabrá qué hacer con Joffrey.

_ Hazlo, se lo merece, pero le patearemos el trasero de todas formas.- Arya dejó la taza sobre la mesa de luz. Sus hermanos, incluso Theon, hicieron un gesto de aprobación a sus palabras. Robb, que se había sentado en la cama, le tendió la mano a Gendry.

_ Gracias por cuidar de Sans.- El chico le sonrió.

_ No fue nada.- Desde su silla la pelirroja no se perdió una sola cosa. Su nuevo amigo se había quitado la chaqueta al entrar en la habitación y esta descansaba en el respaldo de su asiento. Felicitándose mentalmente por haberlo predicho de antemano, los brazos de Gendry eran espectaculares. Así que cuando él se inclinó para aceptar la mano de Robb, los ojos de Arya lo repasaron como si tuviera rayos x.

Sansa estaba orgullosa de su hermana.

_ ¿Entonces estás viviendo en la casa Baratheon? - Preguntó Jon.

_ Sí.- Respondió un poco inseguro, parecía pensarse si continuar hablando o no.- Conozco a Robert desde hace ya un tiempo, comenzó mandando dinero cuando tenía 14, luego vinieron las llamadas y por último hizo varios viajes a Flea Bottom para verme. Mi madre enloqueció la primera vez que habló al teléfono.- Recordó riendo y los demás se rieron con él. El muchacho se despeinó el cabello.- Al principio no quería saber mucho de él, pero después, no se, comenzamos a llevarnos bien.

Sansa sintió una oleada de cariño al oírlo hablar de su madre. Todos allí sabían que ella había fallecido hacía unas semanas. Por eso el chico había tenido que vivir con su padre ya que aún no había cumplido los 18.

_ Robert es algo especial, pero es bueno.- Comentó Robb tomando el vaso de agua junto al velador.

_ Lo se, aunque somos muy diferentes a pesar de que el físico diga lo contrario.- Arya rió.

_ ¿Hombre, te has visto al espejo? Pareces un maldito modelo de ropa interior, eres tan parecido al tío Robert como mi uña del pie.- Robb se ahogó con el agua, Sansa abrió la boca en una perfecta "o" y Jon negó con la cabeza. Los ojos de Gendry llamearon en dirección a Arry. Trato cerrado. Gracias a los Siete por la bocaza sin filtros de la chica.

_ ¿Quieres quedarte a cenar?- Preguntó rápidamente la mayor de los Stark antes de que sus hermanos pudieran abrir la boca.- Esta noche me toca cocinar.- El muchacho, aunque sorprendido, asintió.

_ Si no es molestia.

_No lo es.- Dijo Sansa mirando de reojo a su hermana menor, que no quitaba la vista de su potencial cuñado. La pelirroja le guiñó el ojo a Arya y esta le sonrió captando el mensaje. Theon, que había sido el único en darse cuenta del intercambio, la miró con una ceja en alto. Ella se puso de pie y le extendió una mano.

_ Vamos Greyjoy, necesito un asistente en la cocina.- Él parpadeó sorprendido, pero asintió con una sonrisa ladeada, tomando su mano y poniéndose de pie.

Por su parte Arry ya se había desplazado cerca de Gendry para iniciar conversación mientras él la escuchaba atentamente. Robb y Jon intercambiaban miradas ofendidas al ser ignorados por ese par en su propia habitación.

Su trabajo con Arya ya estaba hecho, ahora era su turno de quedarse con el galán, pensó mientras se llevaba a Theon del cuarto.


Siempre me interesó la relación de cuñados que podrían tener Gendry y Sansa, nunca leí nada acerca de ellos, así que esto salió. Espero que lo disfruten.

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¡Besos y abrazos!

Saeko Evans