Por fin esa maldita guerra había llegado a su fin. Todo termino, luego de una larga pelea en la que, lamentablemente se perdieron a muchos magos y brujas, malos y buenos, jóvenes y no tanto, pero personas al fin. Tonks, Lupin, Fred, Collin y tantas otras vidas perdidas en esta cruel batalla. Y a lo largo de todos esos años. Sirius, Dobby, Cedric. Pero ya todo había acabado, solo quedaban malos recuerdos y desde ahora toda una vida por delante.

Harry se encontraba sentado afuera de la enfermería, esperando a la Señora Pomfrey para que lo revise y cure sus heridas. Cuando salió de la oficina del director, o de lo que quedaba de esta, fue junto con Ron y Hermione a la torre de Gryffindor, en donde pudo acostarse en una cómoda cama, luego de mucho tiempo de no poder hacerlo. Todavía le daba escalofríos recordar todo aquel tiempo junto a sus amigos, acampando de lugar en lugar, montando guardias, y poniendo en riesgo sus vidas. Pero en estos momentos sabía que todo eso había valido la pena. Ahora el mundo mágico podría gozar de paz y tranquilidad y él podría llevar una vida medianamente normal, bueno, dentro de lo que pudiera, después de todo él seguía siendo Harry Potter, el niño que vivió y luego de su victoria, el joven que derroto al mago más tenebroso de todos los tiempos. Ya se estaba imaginando todo una sección en el diario El Profeta, relatando con detalle toda la batalla y metiéndose, como de costumbre, descaradamente en su vida, aludiendo a un sinfín de comentarios que, tenía la certeza, no eran ciertos en su totalidad. Solo esperaba que la Señora Pomfrey lo atendiera rápidamente, no le gustaba mucho la idea de estar ahí sentado, a la vista de cualquiera que pasara por aquel pasillo. Luego de un rato, el cual se le hizo eterno, la enfermera salió, un poco atareada y con su ropa un tanto desalineada para decirle que ya podía pasar, que unos momentos estaría con él. Harry así lo hizo y al entrar a la enfermería pudo notar que había un par de personas recostadas en distintas camas. Estaban todos durmiendo, o eso parecía. La guerra, además de llevarse algunas vidas, había dejado bastantes heridos. Harry no podía dejar de pensar ni un solo momento. Desde que se había separado de Ron y Hermione esa misma mañana luego de despertarse de un relajante y calmado sueño, no podía evitar sentir culpa acerca de muchas cosas. La muerte de Tonks y Lupin lo hacían pensar en el pobre Teddy, que ya no podría disfrutar de sus padres, tal cual a él le había pasado. Solo tenía a su abuela, Andromeda y a bueno, a él, su Padrino. Pero a la vez se aliviaba al saber que afortunadamente Teddy no sufriría su mismo destino, y que podrá crecer feliz y sin ningún peligro. Pero luego volvía a frustrarse y a entristecerse pensando en la muerte de Fred. Lo estaba matando. No sabía cómo enfrentarse a la familia Weasley después de esto. Y como hacerlo si él se sentía culpable. Ellos le dieron todo, la familia que nunca tuvo, amor, amistad y él que les devuelve, una perdida irremediable. Un hijo, un hermano, un amigo. Cuando despertó en la mañana, no puedo pasar por alto las ojeras y la deplorable cara de su mejor amigo. "Debió de llorar toda la noche" pensaba tristemente. Y que podía hacer él. Cómo podría volver a ver a Ron a la cara sin pensar en Fred. Cómo podría ver a George; y más importante aún, cómo podría verla a ella después de lo ocurrido. Como hablarle, como explicarle que realmente lo sentía, que sentía la muerte de su hermano Fred, y que si fuera por él, daría su vida para traerlo nuevamente ante su familia. Pero no podía hacerlo, por más que lo deseara. Ya no había vuelta atrás. Y dolía, dolía mucho. "Ginny" pensó. "Cómo volverte a ver si me mata la culpa". Pero por esas cosas del destino no puedo seguir repitiéndose esa pregunta porque de repente la vio entrar. Todavía vestía las ropas de la batalla; su pelo, alzado en una cola tan larga que abarcaba toda su espalda, dejaba ver su rostro cansado y triste. Se notaba a leguas que no había dormido. "Y todo por mi maldita culpa" se recriminaba mentalmente "Bueno, por suerte está viva" el solo pensar en lo contrario... No, no quería ni imaginárselo. La vio caminar directamente hacia él, con una sonrisa un poco gastada y hasta forzada. "Se ve bonita igual" Y luego se recrimino mentalmente por tener ese tipo de pensamientos en un momento como ese.

Harry, veo que al fin has despertado, creímos que dormirías un poco mas

¿Creímos? – se animo a preguntar él, luego de volver a la realidad de la que se había escapado luego de ver a Ginny

Si, mis padres y yo, veras, todavía seguimos encargándonos de todo este asunto. Gente herida, algunos desaparecidos, ya sabes. Pero en fin – su voz reflejaba su angustia y cansancio – déjame verte para saber si está todo bien

Emm, si yo estoy bien, en realidad estoy esperando a la Señora Pomfrey para que me revise

Bueno, la Señora Pomfrey me ha pedido que te atienda yo, ya que ella está muy ocupada con unos chicos – dijo ella agarrando de la mesa unas gazas y un poco de desinfectante

Tú ¿tú me atenderás? – pregunto titubeando un poco

Claro, que crees que estuve haciendo hasta recién – explico con calma - ayudando en la enfermería

Oh, este, de acuerdo – contestó Harry no muy convencido

Bueno, a ver, tienes varios raspones y cortes en tu rostro, empezare por eso

Y así Ginny comenzó a limpiar todas las heridas que Harry tenía en su cara, una por una, acercándose a él muy lentamente. Harry se perdía en esos ojos miel que tanto le gustaban, dejándose perder en las caricias que le hacia Ginny al curar sus golpes. Por otro lado, a Ginny no podía temblarle más la mano, apenas y sabía que estaba haciendo. Creyó que de tanto curar heridos en esas ultimas horas, sus manos y mente actuaban por inercia. Ella solo estaba concentrada en esos ojos esmeraldas, aquellos a los que se vio negada a ver durante meses y que ahora estaban más intensos y más vivos que nunca. "Vivo" pensó e inmediatamente un escalofrió le recorrió el cuerpo de pies a cabeza. A Harry no le paso desapercibida esta situación y la miro expectantemente, esperando que ella dijera algo. Pero no fue así, Ginny solo se encargaba de curarlo, volcando toda su concentración en ello. Pero él se estaba volviendo loco, su olor a flores tan característico en ella seguía intacto y le estaba penetrando en las fosas nasales, haciéndole perder la cabeza lentamente. Escucho que alguien hablaba, pero no salía de su entusiasmo, hasta que un chasquido de dedos lo hizo reaccionar.

Harry, ¿me oyes?

Este, si. Perdón, ¿qué me decías?

Que si puedes por favor quitarte la remera. Ya termine de curarte las heridas de tu rostro, me gustaría ver si tienes alguna en tu espalda o en tu pecho – dijo Ginny en voz baja y lentamente

Ambos, sin poder evitarlo, se sonrojaron. Ginny agacho su mirada mientras que Harry miraba hacia un costado, fingiendo que la ventana que estaba a su lado era lo más interesante que haya visto en su vida. Se conocían hace años, pasaron cumpleaños, navidades y vacaciones juntos, hasta compartieron un corto romance, pero aun así su vergüenza estaba haciendo que sus mejillas ardieran a más no poder. Finalmente Ginny carraspeo y Harry comenzó a quitarse la parte superior de su vestimenta, dejando ver un trabajado pecho y una gran espalda. Ginny poso su mirada en el torso del chico y un suspiro traicionero salió de sus labios. Harry la miro pero ella seguía con la cabeza gacha. Por su parte, Ginny tomo otro trozo de gaza y se concentro en curar las heridas esparcidas en el pecho del chico. Algunas eran más profundas que otras; tenía varias y Ginny se pregunto si todas fueron hechas en la batalla, o ya estaban desde antes. Si curando su cara estaba nerviosa, ahora con su pecho deseaba que alguien entrara en ese mismo momento y se la llevara de ahí tan rápido como sea posible. Pero sabía que eso no iba a suceder. Debía mantener la calma. Limpio una herida ubicada en el espacio que había entre su cuello y su hombro. Hasta el momento nunca se había atrevido a mirarlo directamente a la cara. Harry por su parte, de dejaba hacer, y rogaba al mismísimo Merlín que no se le notara el temblor que sentía su cuerpo cada vez que Ginny lo tocaba. Cuando ella termino de limpiar su herida y aplicarle una crema (ahora el golpe apenas y se notaba) Ginny poso su mirada a un corte que Harry tenía en su pecho, justo en donde estaba su corazón. Le llamo sumamente la atención, ya que el corte parecía bastante feo, a pesar de ser chico, pero estaba prácticamente curado. Era como si la herida se hubiese cerrado hace ya varias horas. Poso su mano sobre esta y Harry apenas contuvo un suspiro. Ella levanto lentamente su rostro para encontrarse con aquel otro perteneciente al chico que tantas sensaciones le causaba. Se quedaron mirando por varios minutos, ambos perdidos en el otro, y ella aun con su mano sobre su corazón. Se acercaban. Todo parecía un sueño. Harry ya no podía pensar, o no quería hacerlo. Estaba por pasar lo que había esperado por mucho tiempo, aquel anhelado beso. Sus labios casi se rozaron cuando la puerta de la enfermería se abrió abruptamente.

Ron, podrías tener más cuidado. Estamos en una enfermería – replicaba una joven de pelo castaño bastante molesta

Hermione, tranquila. Solo vengo a ver si en cabeza dura de mi amigo nos hizo caso y vino a verse – gruño, pero bajando un poco la voz, dándose cuenta de las personas que descansaban en las camas ubicadas en el cuarto – Harry, acá estas. ¿Ginny?

Tanto Ginny como Harry voltearon su rostro hacia los dos jóvenes que acababan de irrumpir en la enfermería, y sus rostros pasaron de tener un pequeño rubor, a estar completamente rojos. Ginny se separo instantáneamente de Harry y al sacar su mano de su pecho, un pequeño gruñido escapo de los labios del morocho.

Chicos, lo sentimos, ya mismo nos estábamos yendo. Solo queríamos saber si Harry se encontraba aquí. – comenzó a decir Hermione un tanto nerviosa, dándose cuenta de lo que ella y Ron acababan de interrumpir. – Ron, vamos, ya viste que Harry esta acá. Dejemos que Ginny termine de atenderlo. – en esos momentos, la chica tiraba del brazo de su "amigo" tan fuerte como podía, pero apenas y lograba moverlo. Ron por su parte no dejaba de ver a su amigo, para luego mirar a su hermana, y así sucesivamente.

Tranquilos, pueden quedarse. Yo ya termine aquí, solo me queda fijarme si Harry tiene algún hueso roto – comenzó a hablar Ginny luego de calmarse y dejando de lado el repentino deseo de matar, muy lentamente, a su querido hermano. – Harry ¿te duele algo? ¿Alguna parte en especial?

Si, digo, no. No me duele nada, solo sigo un poco cansado, creo...

Perfecto. Bueno, creo que yo ya termine mi deber aquí, voy a ir a ver cómo están los otros.

Mama te está buscando – repuso su hermano – quiere que vayas a descansar un poco, aun no has dormido nada

Estoy bien, solo déjame ir a ver como esta Lavender – su voz dejaba ver su cansancio pero debía asegurarse que todo esté bien, no quería saber más de muertes.

Ginny – dijo Ron sujetándola del brazo izquierdo para frenarla, pero ella se soltó rápidamente de su agarre, como si su solo contacto la quemara

Lo siento – repuso inmediatamente dándose cuenta de su error – es que me duele un poco ahí – intento sonar convencida para su hermano quien la miro de manera extraña

Ginny, que tontos, tu revisando a todos esos heridos y ni siquiera has tenido tiempo para ver tus heridas – dijo Hermione – déjame ver que tienes así puedo ayudarte

No! – grito ella estirando tanto como podía la manga de su remera, la cual tocaba prácticamente la yema de sus dedos – está bien, es solo un raspón, yo misma me lo vendare – Hermione la miro, su amiga estaba comportándose un tanto rara. – en verdad, no se preocupen, no es nada. Iré a avisarle a la Señora Pomfrey que ya me voy. – Antes de dejar el cuarto, le dirigió una última mirada a Harry, a quien le pareció ver en sus ojos un dejo de culpa y ¿resentimiento?

Harry comenzó a vestirse lentamente mientras que sus amigos comenzaban una pequeña discusión acerca del poco tacto que tenía el pelirrojo para con su hermana.

Ron entiende, cada uno reacciona a su manera. Ella lo único que quiere es ayudar y así olvidarse, en cierto modo, de todo lo que paso. – decía Hermione

Pero si ya viste como esta, parece un estropajo. Que te apuesto a que no debe ni haber probado bocado en todo este tiempo. – se quejaba el pelirrojo mientras señalaba la puerta por la que acababa de salir Ginny hacia unos minutos

Hermione se quedo mirando al joven, ya más calmada, y reflejando en sus ojos toda la ternura que sentía en esos momentos por la preocupación de Ron hacia su hermana. Este no paso por alto aquel detalle y sus mejillas se tornaron un poco rosadas a causa de su sonrojo. Harry los miraba muy atentamente. En parte ya se había acostumbrado a las peleas entre sus dos mejores amigos, y a sus repentinas reconciliaciones. Aunque ahora estaba más expectante a lo que podía suceder. Aun no se olvidaba de aquel beso que compartieron hacia ya un par de horas y que seguramente había significado algo muy importante para ese par. "Hasta que por fin se dieron cuenta" pensó exhalando el poco aire que había en sus pulmones. Tanto Ron como Hermione voltearon a verlo al acordarse de su presencia. Ron volvió a voltear su vista hacia la puerta, mientras que Hermione le dedico una dulce y tímida sonrisa a Harry.

¿Vamos a comer algo? – dijo Ron

Si, vamos. Tengo hambre – respondió su amigo levantándose de la camilla en la que estaba sentado

Ambos chicos comenzaron a caminar en dirección a la puerta mientras que Hermione seguía quieta en el mismo lugar. Ron se dio vuelta y le dijo:

¿Vienés o no?

Sí, sí, claro – respondió la chica comenzando a caminar en dirección a ellos

Creo que tengo ganas de comer un poco de torta de maleza – comento el pelirrojo para romper el silencio mientras que caminaban hacia el comedor

Yo también – dijo Harry

Ustedes siempre pensando en comida. Creo que en un futuro me veré afectada por juntarme tanto con ustedes – dijo Hermione comenzando a reírse

Bueno, pero por lo menos tendrás un muy buen gusto por la comida – dijo Ron haciendo que sus dos amigos comenzaran a reír pausadamente

Y así llegaron al Gran Comedor, riendo. Cuando las personas que se encontraban allí los vieron atravesar la entrada, dejaron de hablar repentinamente y luego de unos instantes Neville comenzó un aplauso que contagio a todos y que estaba dirigido a aquellas personas que acababan de entrar. "El trió dorado" se escucho desde el fondo. Harry, Ron y Hermione solo miraban rápidamente a todos, sin detenerse en nadie en particular. Lo que menos deseaban era llamar la atención, y los aplausos, gritos y chiflidos que se escuchaban a lo largo de todo el salón, no hacían más que ponerlo nerviosos. Los tres forzaron una media sonrisa y movieron sus cabezas en forma de agradecimiento. Una vez que el aplauso ceso, el "famoso trió" se dirigió hacia la familia Weasley, quienes los estaban esperando en un rincón del salón.

Bill se encontraba junto a Fleur y Percy. Los tres estaban hablando amenamente. Por otro lado George estaba junto a su madre. La señora Weasley estaba acariciando la cabeza de su hijo, la cual reposaba sobre su regazo. El señor Weasley se dirigía hacia los tres jóvenes, mientras que Ginny se acercaba a Fleur para comentarle algo. Harry no podía dejar de mirarla. Ya bañada, la muchacha se veía mucho más bella y también dejaba ver lo cambiada que estaba desde la última vez, desde hace ya casi un año, que se habían visto en la boda de su hermano. Su pelo suelto estaba más brillante que nunca y su cuerpo reafirmaba el hecho de que ya no era una niña pequeña. "Es la mujer más hermosa que vi en mi vida. Todo en ella es perfecto" pensaba Harry para sí, enamorándose de ella aun mas con cada minuto que pasaba viéndola. La voz del señor Weasley lo hizo volver a la realidad.

Chicos, que bueno que ya están acá. Ya hable con Kingsley, ya saben que momentáneamente ocupara el puesto de Ministro de Magia. Ya está todo arreglado. Dentro de un rato partiremos hacia La Madriguera – viendo que su hijo estaba por interrumpir, repuso rápidamente – Harry y Hermione vendrán con nosotros. Luego de los funerales veremos que pasa – la voz del señor Weasley tembló un poco al decir esta última frase.

Que bueno papá. Entonces luego de eso Hermione podrá ir a buscar a sus padres – Ron quería dejar aclarado el tema que seguramente tenía tan preocupada a su... ¿amada?

Si, en verdad lamento que tengas que esperar Hermione, pero queremos estar seguros que todo estará bien – dijo el señor Weasley a la joven

Si, no se preocupe señor – dijo Hermione un poco emocionada – se que tendré que esperar un poco, pero prefiero que todo esté bien y no poner en riesgo a mis padres – no pudo evitar que una lagrima surcara su rostro. Ron inmediatamente la rodeo en un medio abrazo para reconfortarla, sin importarle que toda su familia o casi la mitad del mundo mágico lo esté mirando.

Harry, por su parte, empezó a ver quienes estaban en el Gran Comedor en ese mismo momento. Neville se encontraba junto a su abuela, Luna el padre de esta última. Seamus y Dean estaban junto a un pequeño grupo de estudiantes. Los profesores estaban hablando con algunos padres e intentando aclarar todo, mientras que había aurores revisando que todos los mortífagos que no habían podido escapar estuvieran en el calabozo. Pero lo que más le llamo la atención fue ver a la familia Malfoy en un costado del salón, los tres juntos, como protegiéndose entre ellos. Harry dejo de mirar hacia ahí para volver a enfocar su mirada en aquella persona que tanto le interesaba, Ginny. La vio sentada, mirando a sus amigos. Por lo que pudo notar en la batalla, Ginny había profundizado aun más su relación con Neville y Luna. Eso lo ponía feliz y a la vez lo dejaba tranquilo, saber que al menos ella había estado protegida en el castillo, rodeada de sus amigos y con su familia. Ginny (por suerte para Harry) no se percataba de ese par de ojos esmeraldas clavados en ella, y paso su mirada hacia otro lugar del salón. Se encontraba mirando fijamente a ¿los Malfoy? Se pregunto Harry. No, su vista le debía estar jugando una mala pasada ¿o no? Si, estaba mirando a los Malfoy, más precisamente a Draco Malfoy. Aun no podía distinguir que reflejaban sus ojos, pero tuvo que dejar sus pensamientos a un lado cuando vio que unos aurores se acercaban a esta familia y comenzaban una pequeña, pero llamativa discusión. Volvió su vista hacia la pelirroja y noto que no podía dejar de ver aquella situación y como su rostro comenzaba a tensarse, como si lo que estaban discutiendo aquellas personas fuera lo más importante del mundo, y que afectaría su vida para siempre. "Harry, creo que estas exagerando" creyó escuchar a su conciencia, pero no le dio importancia. Ginny no separaba su vista de aquella familia y eso lo estaba empezando a poner nervioso. Y cuando iba a acercarse a la chica para saber que le sucedía, se dio cuenta que no solo ella estaba mirando en aquella dirección, sino que toda la sala estaba expectante. Volteo a ver a Ron, que aun se encontraba junto a Hermione y ambos estaban mirando hacia el mismo lugar, al igual que todos. Y entonces una especie de sollozo retumbo en el Gran Comedor y dejo a todos helados. Narcissa Malfoy abrazaba a su hijo como si de ello dependiera su vida, mientras que Lucius Malfoy, con la cabeza un tanto gacha, hablaba con unos de los aurores. Ya todos en el lugar se imaginaban lo que estaba por pasar a continuación, pero sin embargo hubo algo que dejo a más de uno con una gran confusión en su mente. En el momento en el que el auror saco una especie de esposas mágicas y estaba a punto de ponérselas a Draco Malfoy un grito cortó el ambiente e hizo que todos voltearan su atención al otro extremo del salón. Ginny Weasley acababa de levantarse súbitamente de su silla y había gritado tan fuerte como sus pulmones y su angustia se lo habían permitido.

NOOOO!

Y todo se volvió silencio.


primer historia. perdon si hay alguna falta de ortografía, no soy muy buena con las tildes

besos