Hola fanáticos del Rayshipping. Quiero agradecerles por todo lo que me han ayudado y espero que les vaya bien en todo. Esta historia es un poco triste, diferente a lo usual ya que se basa en una historia de un usuario llamado Grey Sunshine de FDZ. Si bien, no sé si les gusté ver el rayshipping, espero que al menos disfruten una agradable escritura de mí para ustedes.
-HAY QUE APRENDER A PERDONAR-
-Ash perdóname, perdóname por ser tan débil- decía una rubia llorando.
-¿Por qué te perdonaría?- preguntaba Ash quien no salía de su asombro.
-Por-por… sinf… te amo- dijo ella mientras lloraba.
Ash no comprendía por qué ella lloraba.
-¿Por qué lloras?- preguntó él mientras se acercaba a ella quien simplemente le abrazó.
-Porque te extraño… te extraño mucho- las lágrimas fluían mientras apretaba muy fuerte al muchacho sin poder verlo al rostro.
-Yo… también te extraño- ahora el lloraba. No sabía por qué lloraba en esos momentos.
-No me dejes- decía ella con un dolor fuerte en el pecho mientras sentía la falta de aire por su agitada respiración. –No otra vez-
Ambos lloraban mientras un hermoso calor invadía el cuerpo de ambos.
-No fue tu culpa- dijo él mientras sentías más húmeda su camisa.
-¡Mentira!- gritó ella mientras lloraba aún más fuerte. -¡Es mi culpa!-
Ash sentía el dolor de ella. Cynthia transmitía dolor y odio; odio hacía si misma por algo que amaba y la injusta vida se lo arrebato pero culpándose a ella misma. Él, un inútil que no ha podido asimilar el dolor de una pérdida y que puede sufrir otra.
-Por mi culpa ella murió- decía la rubia mientras su respiración se regulaba un poco pero empezaba a temblar.
-Mentira… fue mía y no te perdonaría nunca que te estés culpando.- dijo Ash quien empezaba a lagrimear al darse cuenta de lo tonto que era vivir en la tristeza.
-Yo… yo quería… yo la quería.- Cynthia era incapaz de asimilar el dolor más aún cuando llevaba culpándose de tal acto.
-Yo también la amaba cariño, pero te amo a ti y no quiero perderte- el besó su frente mientras derramaba lágrimas como lo hacía ella.
-¿No es mi culpa?- ella preguntó con miedo para ver como él negaba con la cabeza.
-No… aún no era el momento… la amaba y la amare siempre pero… te quiero ver sana- él reposo su mentón sobre su cabeza mientras acariciaba el suave cabello de ella.
-Alice- dijo Cynthia quien entre cerro los ojos para empezar a llorar. –Siempre te amare… mi niña-
-Siempre te amaremos- dijo Ash para abrazar aún más a Cynthia.
Un ángel cuida a ambos en el cielo. La niña que esperaban lamentablemente murió pero el amor que ambos padres le darían a la pequeña, ese amor que casi los destruye los volvió a unir una vez más. Es cierto, duele mucho perder a un hijo pero duele más el olvidarlo o usar su recuerdo en acciones perjudiciales. Para Ash y Cynthia, este fue un reto que les impuso la vida y que deben de aprender a superar con amor y cariño para ambos sin culparse.
