Saludos a todo aquel que entre y lea; este es el primer fanfic que escribo así que probablemente tenga algunos errores o fallos n_nU espero que no me los tomeis en cuenta. Cualquier crítica o comentario será bien recibido y mm creo que no me olvido de decir nada.

PD- Los personajes son del League of Legends y pertenecen a Riot


Una suave brisa chocaba contra la piel de la mujer plateada que yacía sentada sobre las rocas. La noche cubría con su manto toda la geografía cercana y sólo la luz lunar era capaz de iluminar el lugar en el que se encontraba ayudada por el reflejo del lago que tenía frente a sí.

Decidió tumbarse, pensativa, y observar con mayor comodidad al astro que tenía sobre el cielo, tan enorme e intenso como lo era la Luna llena.

"Hereje… hereje…"

Repetía una y otra vez mientras que con su mano se acariciaba la frente y la marca que tenía sobre ella. Su expresión, melancólica, cambió hasta dejar ver una de completa molestia que se iba agravando cuanto más tiempo pasaba pensando.

"¡Ignorantes!"

¿Acaso no es capaz de abrir los ojos a la realidad? ¿Tan difícil es aceptar mi decisión?

Las imágenes del pasado viajaban por su mente como las balas lo hacen en un tiroteo, tan fugaces, tan letales, tan directas, que cualquier conclusión a la que llegase resultaría siempre dolorosa.

No… Nunca hizo el intento de entenderlo…

Y entonces escuchó a lo lejos las ruedas de lo que parecía ser un carromato tirado por caballos. Se levantó, y arropada por la noche, se acercó sutilmente a la situación de los desconocidos. Pocas veces podía reincorporarse a lo que ella conocía como 'mundo civilizado'.

"¡Fue increíble! Una combinación magnífica."

"La primera vez que coinciden y ganan… las casas de apuestas deben de estar a rebosar. ¡Deberíamos intentarlo para la próxima!"

Aquellos individuos… como todo campesino normal y corriente, hablaban de los asuntos más mundanos y cercanos al pueblo que había. Los combates del Instituto de la Guerra eran conocidos por todo Runaterra, y la emoción con la que se contaban las batallas entre sí despertaba el interés de la plateada que los acechaba ahora desde las sombras.

"Sí, después de todo, la señorita Crownguard sabe muy bien manipular la luz. Teniendo una compañera como Leona… "

Leona…

Hacía tanto tiempo que no recreaba ese nombre, y por mucho que lo intentaba mantener de lado siempre terminaba por caer en la tentación de pensar… qué es lo que le habría pasado, cómo le iría la vida... Un tabú que no se solía permitir propasar.

"… ¿te imaginas la de combinaciones que podrían hacer?"

Cerró los ojos. Ni la luz de la Luna podría amenizar la melancolía que empezaba a sentir con los recuerdos. Debía retener sus impulsos por irrumpir, por sonsacarles de la mejor forma que ella conocía lo que quería saber…

No. Más bien… quería forzarse a desconocer. Se mordió el labio para ello.

"¡Imagina que en su equipo también está la sheriff de Piltover! …da miedo sólo de pensarlo."

"Sí… nunca se les escapa nadie… ¡hacen un buen dúo!"

¿Así que eso es lo que has estado haciendo?

Las risas y el silencio se simultanearon entonces de forma natural, desquiciando a la elegida de la Luna, cuya paciencia empezaba a flaquear.

"Lo mejor es la cantidad de personas que se unen a la Liga, cada vez hay más representantes de todo Runaterra… Piltover, Demacia, los Solari, Frel-"

Al oírlo la mujer frunció el ceño. Lo que antes era nostalgia ahora se había tornado en odio. Un odio dirigido a aquellos que le habían destrozado la vida, dirigido a aquellos… a los ignorantes que alababan las proezas de una representante de ese 'pueblo' que nada tenía que ver con la realidad que ellos conocían, o por lo menos con la suya propia.

Te lo has estado pasando bien… ¡¿verdad, Leona?!

Los reflejos de luz en la superficie fueron cobrando vida poco a poco, a la par que se extendían en un baño luminoso rodeando al carromato, destellando a los caballos del carruaje que no tardaron en relinchar, inquietos, despegando sus pezuñas del suelo y dando tumbos asustados, deteniendo así su marcha.

Diana se estaba acercando.

"¡Ey! ¿Pero qué…? ¿Qué está pas-"

Y al salir del carro, finalmente la luz que los rodeaba, intensificándose cada vez más… explotó, como si los hilos luminosos que caían desde la Luna fuesen la mecha de una gran bomba natural. Lo siguiente que pasó fue algo que los hombres difícilmente podrían expresar.

"Caballeros…"

Decía la plateada ya en frente del carromato. Los campesinos, cegados, apenas pudieron comprobar su identidad.

"…hay algo que quiero preguntarles, ¿serían tan amables de atenderme?"

Y entonces, empujando a los dos hombres hacia su interior, entró al carro. Con su otro brazo buscó el arma tan característica que la Luna una vez le hubo otorgado y la inclinó hacia ellos, hacia sus cuellos.

El símbolo de su frente ardía tras escuchar sus palabras, y aunque eso formaba parte del tabú… debía conocer la historia de los Solari que tan famosos parecían ser ahora, aquellos por los que había perdido todo, aquellos a los que prefirió Leona… Debía saber que es lo que había pasado con ellos en estos años de ausencia suya…

Una vez hubo acabado, se alejó del carromato a paso lento con la certeza de saber que ninguno la identificaría, ninguno la seguiría. La luz que emanó de su frente fue suficiente para disuadirlos… y de no haber sido así… el corte que les profirió en las piernas… hubiera tenido los efectos esperados para el caso.

Pero aquel no fue el único incidente que pasó allí en la noche. Aún había más… Aún quedaba alguien más por allí cerca.

·····

"Yo también te he echado de menos… Leona."

Decía con sarcasmo la plateada en la lejanía, completamente cubierta por la oscuridad que había en la entrada al templo.

"Pero ya es hora... de que una nueva Luna se alce."