TODO LO CONTRARIO
Capítulo 1
James era un niño normal y corriente. Era un marginado y un poco miedica. Vivía en Londres. Iba a un colegio que se llamaba Hardwick. Sus padres se llamaban Charles y Julia Roth. Un día James se despertó sobresaltado al oír un ruido fuera, algo había golpeado la ventana. Se levantó un poco asustado y se acercó con sigilo, lo que vio le hizo retroceder de un salto, había visto una lechuza ¿cómo podía ser? No estaba seguro, a lo mejor se lo había imaginado. Se acercó otra vez, no, no, desde luego, no se lo había imaginado, con el miedo que le daban a él estos animales. Iba a bajar con sus padres cuando se dio cuenta de que la lechuza llevaba una carta en el pico, y llevaba su nombre. Pensó que si tenía una carta era porque estaba amaestrada, y, en ese caso, no sería peligrosa. Abrió la ventana despacio, la lechuza entró dejó la carta y se fue. La cogió, estaba escrita en letras verdes y ponía su nombre y donde dormía, un poco asustado pero pensando que era una broma fue a enseñársela a sus padres, que ya estaban desayunando.
- Buenos días papá, buenos días mamá.
- Buenos días hijo.
- Mirar lo que me ha traído una lechuza a mi cuarto.
- ¿Una lechuza? Eso es imposible, es de día y las lechuzas solo salen de noche
- Pues esta no, estaba amaestrada, y me ha traído esta carta.
Su padre la cogió y empezó a leer. Cuando terminó tuvo que sentarse de la risa.
- Vaya broma que te han gastado, quien se lo iba a creer.
- Trae aquí- su mujer le quitó la carta y cuando la leyó se quedó pensando- En esta calle no hay ninguna taberna que se llame "El Caldero Chorreante", dudo que en todo Londres haya un sitio así. Mañana íbamos de compras. Podemos pasar por ahí para que lo veas, y de paso te compro unos zapatos.
- Vale mama, mmm...que bien huele.
Al día siguiente salieron temprano y cuando llegaron al lugar donde debería estar el caldero chorreante dijo su madre:
- ¿Ves? Aquí no hay nada, sólo una pared de ladrillos, venga vamos a la zapatería.
- Un momento- respondió James- ¿cómo que no hay nada? Aquí hay una taberna que se llama "El Caldero Chorreante".
- Jajaja, si hijo, bueno vámonos.
- Mama, ¡qué es verdad!
- Venga no perdamos más tiempo
- Pero mama...- se lanzó a la puerta- ¿entonces como es qué puedo abrirla?
Su madre le miró sorprendida y casi se desmaya, le había desaparecido un brazo y después medio cuerpo.
Capítulo 1
James era un niño normal y corriente. Era un marginado y un poco miedica. Vivía en Londres. Iba a un colegio que se llamaba Hardwick. Sus padres se llamaban Charles y Julia Roth. Un día James se despertó sobresaltado al oír un ruido fuera, algo había golpeado la ventana. Se levantó un poco asustado y se acercó con sigilo, lo que vio le hizo retroceder de un salto, había visto una lechuza ¿cómo podía ser? No estaba seguro, a lo mejor se lo había imaginado. Se acercó otra vez, no, no, desde luego, no se lo había imaginado, con el miedo que le daban a él estos animales. Iba a bajar con sus padres cuando se dio cuenta de que la lechuza llevaba una carta en el pico, y llevaba su nombre. Pensó que si tenía una carta era porque estaba amaestrada, y, en ese caso, no sería peligrosa. Abrió la ventana despacio, la lechuza entró dejó la carta y se fue. La cogió, estaba escrita en letras verdes y ponía su nombre y donde dormía, un poco asustado pero pensando que era una broma fue a enseñársela a sus padres, que ya estaban desayunando.
- Buenos días papá, buenos días mamá.
- Buenos días hijo.
- Mirar lo que me ha traído una lechuza a mi cuarto.
- ¿Una lechuza? Eso es imposible, es de día y las lechuzas solo salen de noche
- Pues esta no, estaba amaestrada, y me ha traído esta carta.
Su padre la cogió y empezó a leer. Cuando terminó tuvo que sentarse de la risa.
- Vaya broma que te han gastado, quien se lo iba a creer.
- Trae aquí- su mujer le quitó la carta y cuando la leyó se quedó pensando- En esta calle no hay ninguna taberna que se llame "El Caldero Chorreante", dudo que en todo Londres haya un sitio así. Mañana íbamos de compras. Podemos pasar por ahí para que lo veas, y de paso te compro unos zapatos.
- Vale mama, mmm...que bien huele.
Al día siguiente salieron temprano y cuando llegaron al lugar donde debería estar el caldero chorreante dijo su madre:
- ¿Ves? Aquí no hay nada, sólo una pared de ladrillos, venga vamos a la zapatería.
- Un momento- respondió James- ¿cómo que no hay nada? Aquí hay una taberna que se llama "El Caldero Chorreante".
- Jajaja, si hijo, bueno vámonos.
- Mama, ¡qué es verdad!
- Venga no perdamos más tiempo
- Pero mama...- se lanzó a la puerta- ¿entonces como es qué puedo abrirla?
Su madre le miró sorprendida y casi se desmaya, le había desaparecido un brazo y después medio cuerpo.
