Careless Memories

Capítulo Primero.-

Draco Malfoy, dentro de todo, no es un mal chico.

Tal vez, de haber sido criado por otra familia, no sería tan malo como se ve.

O tal vez no, pero el punto es que Draco no es malvado.

Se considera especial. Le gusta su nombre y no tolera a quienes se ríen de él y a los más débiles y/o estúpidos. Es muy competitivo y busca lo que le es más conveniente, admira a Madame Pomfrey y al Profesor Snape y en alguna época oscura de su vida sólo tuvo por amigos a unos cuantos elfos domésticos.

No que eso haya cambiado mucho: Draco siempre ha tenido problemas profundizando con la gente y estableciendo lazos de amistad.

Creció mas bien solo, con el ocasional abrazo de mamá y el esporádico cumplido de papá.

Draco Malfoy es muy independiente, pero es porque nunca ha sabido cómo ser de otra manera. Su familia es muy rica y antigua, pura y elegante, pero tampoco es experta en afecto. Su padre piensa que es vergonzoso y a su madre no le gusta tocar a la gente.

Ella se llama Narcissa y es muy hermosa y selectiva, cree firmemente en la pureza de castas. La ama. De pequeño quería casarse con ella, pero ahora mantienen una relación distante, más distante incluso que antes, porque Draco es mayor ya y Lucius, su padre, siempre le ha enseñado que los hombres no deben mostrar una debilidad ridícula por sus madres, aunque sean de su propia sangre, que es lo más importante que existe.

A Lucius Malfoy, siempre desapegado y correcto, le gusta el ajedrez, el poder y el coñac. Por eso y por sus servicios hacia cierto Señor Oscuro, está en la cárcel.

Harry Potter es el culpable de eso. Harry Potter está más presente en la mente de Lucius que el propio Draco y Draco se odia y odia a Harry Potter, porque su madre se siente sola y ahora duerme un montón, porque este verano no tuvo nada que hacer y él también se sintió muy solo, como cuando era pequeño, porque se siente infeliz, peor que antes y ni siquiera culpar a Potter le hace sentirse bien.

Draco Malfoy llegó solo esa mañana de Septiembre a la plataforma 9 y ¾, con el bolsillo derecho ocupado por un saquito de galeones y arrastrando su carrito.

No tiene ninguna mascota, porque le gustan los animales y cree que sería cruel tener una para no cuidarla y dejarla morir.

Esa mañana se sentía desgraciado y maldecía en su interior, porque su madre ni siquiera había salido de la cama para despedirlo, porque su padre no estaba allí y porque el chofer no hizo caso a sus intentos de conversación.

Cuando Crabbe y Goyle se le acercaron, no pudo soportarlos por mucho tiempo, a pesar de que se moría por compañía y encargándoles su equipaje trepó al tren, para encontrase cara a cara con Potter, quien hizo una mueca de asco similar a la suya.

Mantuvieron sus miradas fijas por un rato, mientras Draco recordaba el estado lamentable en que los admiradores del Chico-Que-Vivió lo habían dejado el año pasado en el tren, para que Narcissa lo recogiera, con repugnancia.

No parpadeó y Potter fue el primero en apartar la mirada; Draco pasó a su lado empujándole con el hombro y se dispuso a buscar un compartimiento vacío.

Casi tira al suelo a la señora del carrito en medio de su distracción, porque odiar hace que no prestes la debida atención y disculpándose, miró con desdén a un grupo de tercer año de Hufflepuff que ya se habían puesto las túnicas y que lo estaban mirando.

Ser el hijo de un reconocido Mortífago te da popularidad.

Encontró por fin una cabina desocupada y estirándose en el asiento, durmió.


Harry Potter toma pastillas para dormir. Tío Vernon se las compró porque cerrarle su mente a Voldemort le causa insomnio y a Tía Petunia la pone nerviosa que él esté despierto mientras todos duermen. Ya se acostumbró a tragarlas.

Son grandes y redondas y dejan un gusto amargo en la boca si están allí demasiado tiempo.

Harry creció durante el verano y su pelo está más negro y desordenado que nunca.

Agradece el ser lampiño, porque los vellos en el pecho de Dudley le dan asco y al no tener, le gusta sentirse diferente a esa mole que es su primo.

El desarrollo de Harry siempre estuvo más atrasado que el resto y ya se había resignado a ser mucho más bajo que Ron, pero ahora que creció se siente mejor, aunque eso no hace que piense menos en Sirius, en la muerte y en la soledad que vive y que siempre ha vivido. La odia, y le duele por lo mismo.

Harry Potter está en forma y ha desarrollado una masa muscular ligera, muy ligera, porque su cuerpo sigue siendo muy delgado.

Harry Potter, El Niño Que Vivió y Creció Para Tener Cintura.

Dudley se ríe de él, porque la nueva dieta de Dudley incluía una liposucción y mucho ejercicio, que el obeso rubio se negaba a hacer solo. Ha visto a Harry desnudo al salir de la ducha y se ha reído de él, de sus costillas y de su cintura, pero por lo menos Harry sabe que está mejor dotado que su primo y ahora cada vez que Dudley se ríe, Harry levanta una ceja y el rubio se queda callado.

A Harry le parecen ridículos los videos para ejercitarse – Y uno, y dos, logremos esas nalgas de acero! Y tres, y cuatro, vamos, pantorrillas!- pero no dice nada porque sabe que quizás muy pronto puede que se vea involucrado en alguna especie de enfrentamiento físico y quiere estar preparado, aunque ya no crea mucho en la conservación de la vida.

El verano pasó con rapidez y mucho calor, con el que Harry descubrió que es una de esas personas a las que les sudan las manos. Se sorprendió cuando llegó la hora de partir, sus materiales habiéndolos comprado otra persona por él, al ser demasiado riesgosa su salida.

Harry Potter tiene dos mejores amigos, Ron Weasley y Hermione Granger, que se gustan y a veces sólo hablan entre sí. En esas ocasiones, Harry siente que sobra y que tal vez también debería encontrar a alguien con quien discutir.

Sólo se ha besado con una persona y fue incómodo y mojado. No tiene prisa en repetir la experiencia, porque aparte no sabe si lo hará bien y últimamente Harry se siente muy inseguro y quiere que sea un lindo recuerdo.

Harry no tiene padres y hay un hombre-serpiente que quiere matarlo y ha hecho de su vida un infierno. Por eso Draco Malfoy y su odio no son gran cosa en comparación, pero aún así Harry se sorprende al abrir la puerta de un compartimiento que creía vacío para encontrarlo allí durmiendo.

Hay algo etéreo en la manera de dormir de Malfoy que le llama la atención, se ve vulnerable así, aunque tiene los labios apretados y Harry se pregunta si tal vez está soñando cosas feas, como él.

No sabe qué es lo que lo impulsa a hacerlo, pero se sienta en el asiento contrario y lo observa, hasta que el suave movimiento del tren y la acompasada respiración del rubio lo arrullan y duerme también.


Colin Creevey adora a Harry Potter.

Es su héroe, su salvador, su caballero de armadura brillante.

Tiene una gran colección de fotos vacías, porque el Harry de la fotografía insiste en esconderse. Colin a veces piensa que lo ama, y a veces piensa que tal vez no, pero la mitad del tiempo no sabe lo que quiere y está bien, no se complica y se limita a fotografiarlo, como si de alguna manera le ayudara a descubrirlo.

En el pasillo del tren, el gato color canela de la mejor amiga de Harry está arañando una puerta, así que Colin le abre e inspira sorprendido frente a la imagen que lo recibe.

El gato, cuyo nombre Colin no recuerda pero cree empieza por C, se acurruca en el pecho de Malfoy, ronroneando y el rostro del adolescente se relaja y hay algo en la imagen de esos dos enemigos durmientes, en asientos opuestos pero compartiendo algo tan íntimo que le quita la respiración a Colin, quien saca tembloroso su cámara y dispara una, dos, tres veces.

Draco Malfoy aprieta los párpados y se sienta adormecido aún, apoyándose con los codos, con un gato dormido encima antes de ver un flash cegador y oír como la puerta se cierra apresuradamente.

Creyendo soñar, se pone de costado, un brazo bajo la cabeza- el gato acomodándose a la nueva posición- y vuelve a dormir.


Cuando Harry despierta, Malfoy todavía está allí, durmiendo, y Harry se pregunta si es mejor irse en ese momento y fingir que nunca lo observó dormir o quedarse y esperar la reacción del rubio. Se debate unos minutos y cuando ya está de pie y a punto de abrir la puerta, Draco Malfoy despierta y lo observa, con los ojos levemente desenfocados por unos instantes. Harry Potter contiene la respiración y Malfoy lo mira, y lo mira, y lo sigue mirando, hasta que Harry, nervioso, vuelve a sentarse y lo mira de vuelta.

Cuando Draco abre la boca para hablar, finalmente, Harry miente.

"Pensé que estaba vacío, perdona si te desperté", dice apresuradamente.

Malfoy frunce el entrecejo, pero asiente y Harry piensa que tal vez no debería haber mentido, si no simplemente haberse largado de ese lugar y de ese ambiente extraño, que hace que Malfoy se vea vulnerable y solo, y que hace que las palabras se le atasquen en la garganta. Draco se endereza y se sienta correctamente en el asiento, Crookshanks en su regazo. Malfoy parece extrañado por la presencia del gato, pero lo acaricia tras de las orejas y este comienza al instante a ronronear profundamente y a arquearse bajo su toque.

Harry Potter no podría estar más confundido.

"Ese... ese es el gato de Hermione", dice por fin.

La mano de Draco se detiene y el ronroneo disminuye y Harry tiene la loca idea de que Malfoy va a tirar de un momento a otro al gato color canela lejos y con asco.

Pero la mano vuelve a acariciar y Harry traga con dificultad, porque de pronto no puede apartar la vista de ella y el ronroneo de Crookshanks llena su cabeza.

"Es un lindo gato", contesta Draco, rompiendo por fin el incómodo silencio.

Los hombros de Harry ya no están tan tensos y vuelve a respirar con cierta tranquilidad, mientras Malfoy continúa envuelto en su hermético envoltorio de silencio, acariciando a su nuevo amigo felino y observando a Potter sin que este lo note.

Draco Malfoy no podría estar más confundido.

Despierta para encontrar a Potter en su compartimiento, quien se sienta y se queda mirándolo, e intenta incluso una pequeña conversación.

Con él. Harry Potter simplemente NO HABLA con Draco Malfoy.

Menos bajo esta clase de condiciones.

Draco sabe que debería estar reaccionando de otra manera, que debería gritar tal vez, arrojarle el gato por la cabeza y gritar un poco más, pero está tan cansado que hasta odiar a Potter no parece tentador.

Así que se queda tranquilo, silencioso y observante, acariciando al gato que se siente tan suave a su tacto. Y además, el gato parece disfrutarlo.

Draco Malfoy no está acostumbrado a tocar y que sea disfrutado.

Pero hay algo que no calza en todo esto. Potter está extraño.

Le dio explicaciones a Draco cuando este no había pedido alguna y parece nervioso en su asiento. Parece culpable, se da cuenta de pronto, y eso es algo muy sospechoso.

Hay algo en la mirada de Malfoy que cambia que hace que Harry se estremezca.

"Dónde están tus amigos?", pregunta en un tono bajo y desconfiado. "Acaso pretenden repetir la escenita del año pasado?"

Los ojos grises de Malfoy están clavados en los verdes de Harry y Harry se da cuenta de que Malfoy está alerta y hasta pareciera decepcionado. Cansado, más que nada.

"No sé dónde están y no, no creo que ninguno de nosotros esté interesado en atraer problemas recién comenzado el año", contesta a la defensiva.

Los labios de Malfoy se tuercen en un mueca despectiva.

"Tenía la idea de que eras un imán para esos, Potter"

Harry sonríe ligera y amargamente.

"Puede que sí, puede que no...", exclama, cerrando los ojos. "No hay manera de saberlo en estos momentos. Pero no estamos rodando por ahí en estos minutos intentando sacarnos los ojos, así que asumo que no tanto."

"No soy del tipo que se involucra en peleas de ese tipo, Potter. Te recuerdo que de los dos, el más inclinado a los puños... eres tú."

Harry abre los ojos y mira fijamente a Malfoy, que sin dejar de acariciar a Crookshanks lo observa con la misma intensidad.

El puño derecho le cosquillea y Harry siente de nuevo el placer de hundirlo en el estómago de Malfoy, que había cedido tan exquisitamente ante su ataque.

Inspira profundamente y asiente.

"Sí, lo recuerdo."

Y Draco Malfoy vuelve a estar alerta, porque los ojos de Potter se han oscurecido con un sentimiento que Draco supone correctamente es violencia y no quiere probarlo, porque a pesar de que Potter es muy divertido de molestar, pega duro y a Draco no le gusta el dolor.

Ninguno de los dos nota cómo la mano de Malfoy ha dejado de acariciar a Crookshanks, que está muy quieto y expectante. Sólo cuando el gato da un poderoso salto hacia Harry logran los dos dejar de mirarse y concentrar su atención en el gato, que ahora maúlla lastimosamente.

Draco alza las cejas, intentando no sonreír.

"Me parece que tiene hambre", dice, alzando la mirada, desafiante, hacia Potter.

Harry se pone de pie, con Crookshanks reposando en sus brazos y sin dejar de maullar y sonríe ligeramente, ahora que la tensión está rota.

"Er, sí, tiene hambre. Es mejor que me vaya", murmura, encaminándose hacia la puerta, pero Malfoy es más rápido y la abre por él.

"Fue un gusto conversar contigo, Potter", exclama Draco, cuando Harry está afuera del compartimiento y Harry no puede dejar de notar el sarcasmo.

"Igualmente, Malfoy", contesta por su parte, mirándolo por última vez antes de caminar por el pasillo en busca de sus amigos.

Cuando Potter ya ha entrado a uno, Malfoy suspira, porque por primera vez desde el año pasado siente que algo interesante ha pasado en su vida y ya no tiene tanto cansancio, si no ganas de averiguar que pasará la próxima vez que vea a Potter.

Y al gato, también. Con una sonrisita, se encamina a su vez a buscar a sus compañeros.


"Dónde estabas? Nos tenías preocupados", es lo primero que dice Hermione cuando Harry entra con Crookshanks en sus brazos.

Ron levanta la vista de sus caramelos y le sonríe.

"Cómo estuvo tu verano, Harry?" le pregunta, ofreciendo una rana de chocolate.

Harry deja al gato en el asiento y se sienta, acepta el dulce y sonríe de vuelta.

"Llegué más temprano y buscándolos me dio sueño, así que me quedé dormido en un compartimiento de más allá.", explica, metiéndose el chocolate a la boca entero.

Hermione frunce el ceño y Harry no sabe si es por su manera de comer o por lo próximo que va a preguntar.

"Solo?", dice por fin, y la mano de Harry con nerviosismo busca el pelaje de Crookshanks.

"Claro, estaba vacío.", miente con facilidad, pero la mirada castaña de Hermione lo examina por largo rato, como si detectara la falta a la verdad.

"Bill solía hacer eso. Dormía cada vez que se subía al expreso. Dice que en ningún otro lugar podía encontrar tanta paz como aquí; que este tren está lleno de un tipo de magia particular.", dice Ron, enseñando sus dientes manchados con chocolate.

Hermione no duda antes de regañarlo y pronto ya están discutiendo y Harry mira el paisaje que pasa rápido antes sus ojos a través del vidrio, mientras Crookshanks se pone cómodo sobre sus piernas.

"Qué hacías con él, ah, Crookshanks?" le pregunta bajito, mirándolo a sus grandes ojos amarillos. Por mera respuesta, el gato busca sus manos y las lame, como invitando a las caricias a pasar un buen rato.

Harry alza las cejas y lo acaricia.

"Te gusta, eh?", le pregunta y después no vuelve a hablar en lo que queda del viaje, limitándose a saludar con un movimiento de cabeza cuando Ginny entra al compartimiento de la mano de Dean Thomas; Ron los mira receloso y Hermione habla largo y tendido sobre los libros que les tocan. Harry nuevamente comienza a cabecear.

La puerta vuelve a abrirse cuando Harry ya ha cerrado los ojos y Neville y Colin Creevey hacen su aparición, este último muy nervioso.

"Qué le pasa a Harry?", pregunta Neville, mirando como Harry está durmiendo apoyado en el vidrio.

"No sé. Debe de estar muy cansado. Nos dijo que últimamente tenía insomnio, así que mejor no hagamos mucho ruido", le contesta Ron, echándole una mirada preocupada a su mejor amigo, así que no ve cómo Colin alza tembloroso su cámara y dispara.

Crookshanks enseña los dientes y todos se vuelven a mirarlo, porque hace mucho que nadie veía al gato tan enojado.

"Por qué no dejas que tenga un mínimo de privacidad?", estalla Ginny, poniéndose de pie y con las manos en la caderas, mirando furiosa a Creevey.

"Yo...", intenta articular Colin, para luego tragar nervioso y agachar la cabeza."Es sólo que se veía tan... no sé, bien, así dormido..."

Hermione cierra el libro que estaba hojeando y Ron también se pone de pie.

Neville mira asustado a Ron y luego a Colin, que tiene una mirada súbitamente determinada en su rostro.

"Sabes que no tenemos ningún rollo con tu... problema, Colin, pero deja a Harry en paz, quieres?", sisea Ron, con un gesto amenazante. "Él no es de esos."

"Déjalo ya, Ron.", interviene Hermione."Estuvo mal que Colin le faltara el respeto así a Harry al sacarle esa foto pero no tienes que meterte con su opción, quieres? Somos todos diferentes y ojalá pudieras aceptarlo."

Ron aprieta los puños pero no dice nada, Colin sonríe débilmente y se va, y Neville pregunta confundido,

"Qué opción? De qué hablaban?"

"Por favor, Neville, todo el colegio sabe que Creevey es de la otra acera!" suspira Dean, invitando a Ginny a sentarse a su lado nuevamente.

Los ojos de Neville se agrandan cómicamente.

"Quieres decir... que Colin es... homosexual...?" dice por fin, como asustado por la idea.

"Y le gusta Harry, para rematar", exclama Ginny, fastidiada.

"Bueno, pero no se toca más el tema, que eso es asunto de ellos y de nadie más. Sólo podemos agradecer que Harry está dormido y no se enteró de todo esto. No sé cómo reaccionaría ante una cosa así", finaliza Hermione, lanzándole una mirada dura a Ron.

Pero Harry sí se enteró de todo, ya que nunca había estado dormido para comenzar.

Un montón de pensamientos dan vuelta por su cabeza, pero decide seguir fingiendo que duerme porque es infinitamente más fácil evitar el tema y desaparecer por un rato.


Pansy no deja de mirarlo con una expresión soñadora y Draco reconsidera seriamente la idea de volver a su antiguo compartimiento, donde podría dormir y estar en paz.

"Y que hiciste en el verano, Draco?", le pregunta la chica Parkinson.

"No mucho", se encoge de hombros él, indiferente.

"Encuentro terrible lo que le pasó a tu padre, Draco, una injuria tremenda", vuelve a hablar ella, con una voz enfermizamente dulce.

Draco se limita a volver a encogerse de hombros.

Crabbe y Goyle comen pasteles de calabaza uno a cada lado de él y Draco a penas puede reprimir la mueca de asco cuando un pedazo del dulce cae sobre su pantalón.

"No vamos a ir donde Potter este año?", masculla Crabbe entre bocado y bocado.

"Si quieren, vamos.", replica Draco, que en realidad no tiene muchas ganas.

Al menos no todavía.

El par de trogloditas se ponen de pie y sonríen tontamente a Draco, que con un suspiro también se pone de pie y se encaminan hacia el compartimiento en el que saben están Potter y su grupo.

Colin Creevey está saliendo de él y choca con ellos, desparramando por el suelo su cámara y un montón de fotografías.

"Quítate del camino", gruñe Crabbe, pero Colin frenéticamente sigue recogiendo todo.

Goyle pone el pie sobre una de las fotografías y Creevey da un gritito asustado, para luego mirarlo con odio.

Draco se inclina a recoger la foto y sonríe con suficiencia, porque el chiquillo ese nunca ha sido de su agrado. Mira la foto esperando encontrar cualquier cosa menos que una imagen en movimiento de sí mismo y Harry Potter, dormidos.

Siente como la sangre se va de su rostro y mira a Creevey, para segundos después agarrarlo por el frente de la camisa y levantarlo del suelo.

"De dónde sacaste esto, enano? Vas tan lejos como para adulterar fotografías? No quiero formar parte de tus fantasías enfermizas, me oyes?", le dice con el rostro a centímetros del suyo. Colin Creevey se sonroja y baja la mirada.

"Yo no he adulterado nada", exclama con un hilito de voz y las risas de Crabbe y Goyle sacan a Draco de su estupor, ya que han descubierto la nueva Polaroid de Creevey y se están sacando fotos, como si no hubieran visto en la vida algo así.

Y es probable que así sea, razona Draco.

"Tienes una instantánea", murmura Draco, mirándolo a los ojos."Cuándo sacaste esta? Sacaste alguna más? Contéstame!", grita por fin, sacudiéndolo.

"Yo... y-yo... ", susurra Colin, más rojo que un tomate por la cercanía.

"Qué es todo este escándalo, si se puede saber?", pregunta Ginny Weasley, cabreada y asomando la cabeza desde el compartimiento. "Ah, eres tú, Malfoy. Qué le estás haciendo a Colin!"

La pelirroja cabeza de Ron Weasley también se asoma, y mira a Draco con odio.

"Suéltalo, Malfoy!", exclama, y pronto están todos en el pasillo, Potter incluido.

"Esto es entre Creevey y yo, así que mantente al margen, Weasel.", dice Draco, mirándolo con desagrado. "Vuelvan todos ustedes a hacer lo que sea que estuvieran haciendo."

Creevey sigue de ese color rosa y Draco vuelve a fijar su mirada en él.

"Dámelas todas o te voy a obligar, oíste?", presiona.

"Darte qué? Le estás robando, Malfoy? En pleno pasillo?", chilla Granger, pasmada.

Blaise Zabini se ha acercado al espectáculo y sonríe maliciosamente.

"Cuidado, Malfoy, que a ese hay que besarlo para que reaccione.", advierte.

Draco sonríe torcidamente.

"Es verdad eso, Creevey? Quieres que te bese? Así me las darás?", dice Draco acercando su rostro todavía más al del aturdido joven."Pues vete con cuidado, que pienso hacerlo si no me las das en este instante."

"Qué es esto?", se sofoca Weasel."Lío entre novios?"

Los labios se Draco se curvan con desprecio.

"Ya te gustaría.", exclama, con un gesto brusco en la dirección de Creevey, que cierra los ojos, pensando en su interior que este es uno de los mejores días de su vida.

"Basta", resuena clara en el pasillo la voz de Potter, que ni por un segundo le ha quitado la vista de encima a Draco.

Crabbe y Goyle se tensan cada uno a un lado de Draco, pero él los ahuyenta con una mirada. Una mueca desagradable está en el rostro de Malfoy, pero Harry no está intimidado, no después de haberlo visto tan vulnerable.

Se miran a los ojos por unos segundos, y Malfoy sonríe con cinismo.

Draco deja caer a Creevey, que chilla asustado, pero en un movimiento fluido Draco también se deja caer de rodillas, quedando el más pequeño aprisionado entre ellas.

Draco Malfoy pone una mano a cada costado de la cabeza de Creevey y se inclina sobre él, frente a las inspiraciones sorprendidas de todos los observadores.

Todos ven con pasmo como una de las manos de Draco busca en los bolsillos de Colin, para salir luego con un montón de fotos.

Cuando Draco se pone de pie, Colin sigue aturdido, un cosquilleo placentero en su frente, lugar que Malfoy besó.

"Te devuelvo el resto en el Colegio", dice Draco, rompiendo el silencio y metiendo las fotos en su propio bolsillo.

Cuando el grupo de Slytherins ha desaparecido, Ginny es la primera en reaccionar.

"Pero qué truco más sucio!", grita en un arrebato de ira justiciera."Jugar así con los sentimientos de Colin para robarle sus fotos, que cabrón más desalmado!"

Ron queda boquiabierto ante la expresión usada por su hermana, pero asiente aún así, mientras Dean sonríe ligeramente.

Hermione ayuda a Colin a ponerse de pie y Harry nota como una fotografía queda en el piso, así que se agacha a recogerla.

Abre los ojos con sorpresa cuando la imagen de un somnoliento Draco Malfoy lo recibe, con Crookshanks encima y dormido y él mismo en el asiento contrario.

El Malfoy de la foto parpadea, confundido y esboza una sonrisa leve, íntima, y Harry guarda apresurado la foto en su bolsillo.

Harry observa a Colin, que parece todavía aturdido y se pregunta cuántas fotos más habrán de ese estilo. Y ahora Malfoy sabe que mintió.