Bien, como prometí, éste es el segundo fic fuera de los personajes de Victorious que prometí, es un Eliana/Elitoria, espero que les guste mis apreciados/as, saben bien que les tengo cariños y que por ustedes es que continúo escribiendo, así que éste fic está dedicado con mucho cariño a mi amiga JathanJori98, quien me lo sugirió hace tiempo.

Les aclaro, que está narrado desde la perspectiva burda de Ariana, quien está hecha un manojo de deseos por Liz jaja, por consiguiente, está escrito así, un poco tosco, como nos pondríamos muchas de tener a Liz para nosotras jajaja, ¿a poco no?

Todo el que ponga review merece ser considerado o considerada LIZBIAN, quien slea y no escriba un comentario, no llega ni a Gillian XD Se les quiere…

Ni Victorious ni ninguno de los personajes que aquí se mencionan me pertenecen, escribo solo como entretenimiento y diversión.

MI HISTORIA CON MI MEJOR AMIGA

Nunca me imaginé en lo que esto se convertiría, jamás en mi vida lo hubiera imaginado, comenzó siendo todo tan bello y perfecto, pero se convirtió en mi peor pesadilla.

Liz y yo nos conocimos poco antes de cumplir los quince años, soy un mes mayor que ella aunque ella parece mayor que yo, es muy alta comparada a mí y una chica muy madura para su edad, siempre la admiré. Liz es… un sueño de chica, para cualquier hombre sería la mujer perfecta, es extraordinariamente bella, la mujer más bella que yo haya visto jamás en mi vida. Las medidas perfectas, la cara perfecta… unos ojos que siempre amé, una piel que al momento, sigo deseando cada vez que recuesto mi cabeza sobre mi almohada; olor delicado, femenino, dulce, embriagante, suavidad enloquecedora, encanto enternecedor… Liz es… para cualquier chica… una chica hermosa, para mí… siempre será… el amor de mi vida…

Ése día quedamos en hacer un livechat, Liz estaría en mi casa cinco días porque su madre había salido fuera, así que pasaríamos el tiempo juntas, ella no vive en Los Ángeles a menos que esté grabando para el programa en el que trabajamos juntas desde hace tiempo, Victorious, ella hace a la chica mala, yo a la chica tonta y honestamente, Jade West, la mala, es lo más sensual que he podido ver en la TV "infantil", Liz es así, una mujer sexy a más no poder, y la tonta de yo, comencé a sentir algo por ella creo que desde que la conocí, con su carácter tan hilarante, tan simpático, divertido y su belleza tan elegante, su temperamento fuerte… En los ensayos de la obra 13 donde participamos recuerdo estarla mirando todo el tiempo, vigilándola, sufrí un poco cuando ella se hizo novia de Eric, recuerdo que me contaba todo lo que hacían juntos y yo sentía un vacío dentro de mi estómago pero no sabía ni porqué, hoy lo entiendo, estaba celosa, celosa de Eric, celosa por Liz, Liz Gillies mi mejor amiga…

-¿Está listo?

-Sí, date prisa.

-En un momento, baño… - Gritó y yo me reí.

Hacía tiempo que me había dado cuenta que los fans del programa estaban murmurando cosas sobre ella y sobre mí, ¿qué cosas? Pues que salíamos juntas, que éramos pareja. Lo descubrí una vez que buscábamos información sobre lo que escribían los fans sobre nuestros personajes en internet, en esas páginas de seguidores, descubrimos muchas cosas que nos dieron risa sobre Jade y Cat, pero en un momento que Liz se levantó al baño, abrí otros links que me llevaron a información de fanáticos sobre nosotras, no Cat y Jade, Liz y yo, miré todo lo que escribían sobre ambas y la verdad me emocioné, con todos los mensajes y los dibujos que ví en cuestión de minutos, Liz regresó y yo cerré todas las ventanas que había abierto. Por mucho tiempo le oculté lo que ví, hasta ésa noche en el livechat.

-Liz, ven aquí – La llamé.

-Ya voy.

Por fin llegó y se sentó a mis espaldas, abrimos la lectura de mensajes y el primero que leí (a propósito) en voz alta, fue el de un fan que preguntó si ella y yo estábamos en una cita en ese momento. Me reí, me reí discreta fingiendo que ignoraba el asunto, la verdad es que no era así, yo ya sabía lo que pensaba la gente, pero quise conocer la reacción de Liz, no fue lo que esperaba pero, es Liz, la madura Liz Gillies.

Terminando el chat quise ahondar en la plática sobre el tema, debía ser cuidadosa, Liz suele irse por la tangente para no darle prioridad a temas sin importancia.

-Que estábamos en una cita romántica… - dije – tú y yo… ¿cómo es eso?

-¿Porqué piensan que eso puede pasar?

-No lo sé… Creativos – Arrojé – Pero tienes razón, tú y yo en una cita en ése plan sería lo peor…

Ella se quedó en silencio algunos segundos, mirando hacia el techo.

-Me pregunto cómo sería – Articuló - ¿Qué haríamos? – Se volvió a mí.

-Reiríamos como tontas.

-No, algo tendríamos qué hacer diferente, siempre reímos como tontas.

-Bueno… ¿tú qué harías?

-No lo sé – Dijo arrugando las cejas – Podemos calar - ¡Excelente! Casi grité dentro de mí – Ven – Se levantó poniéndose de rodillas sobre la cama – Vamos a representar una cita nuestra. Imagina que estamos en… en…

-En el bosque… o en un parque – Ayudé.

-En un parque, y estamos saliendo como novias; dame tu mano Ariana – Obedecí, ¿porqué no se la daría? No sólo la mano si lo pidiera. - ¿Quieres que te compre algo? ¿Qué se te antoja Ari?

-Ahmm… quiero un algodón de azúcar.

-Bien.

-Lizzy, la gente nos está mirando.

-No las tomes en cuenta.

-Ok.

-Bueno, hemos tenido una tarde sorprendente, te llevé a comer, te llevé a pasear por la feria, nos subimos a los carritos chocones y al carrusel y ahora, estamos sentadas en una banca a mitad de la noche, no hay más niños, sólo algunas parejas que pasan por frente a nosotras, nadie nos reconoce porque no damos la apariencia.

No se daba cuenta que mis ojitos, por la opaca luz de la lámpara de buró de mi habitación, me estaban brillando, y que dentro de mí se removían muchos sentimientos por ella desde hace tiempo guardados.

-¿Y ahora qué hacemos? – Se interrumpió ella.

-¿Qué hacemos de qué? Síguele.

-No, es tu turno, yo ya hablé demasiado.

-¿Pero qué hago yo?

-No sé, es cita de ambas no sólo mía, algo debes hacer tú.

-Bueno… - Que ni me pregunte qué cosa haría yo, porque si por mí fuera ahora mismo creo que… ahora mismo creo que… creo que la besaría – Bueno, no sé, es la mitad de la noche, es tarde, deberías llevarme a mi casa y despedirnos.

-¿Ya?

-Ya.

-No hiciste nada.

-Es tarde.

-Bueno, te llevo a tu casa… Te veo mañana mi amor – Me tomó de las manos situándose frente a mí.

-S-sí… sí-sí-sí… te veo mañana.

-¿Un beso de despedida?... ¿lo merezco? – Me paralicé – Te compré un algodón de azúcar – Bromeó – Y me obligaste a entrar al circo.

-Bien, te daré uno en la mejilla – Ella rió, DIOS, cómo amo su risa.

-¿Sólo eso? Se supone que somos novias…

-No querrás que te bese de verdad.

-Sí, así – Dijo tomándome y haciendo como que me besaba, pero sólo colocaba su mano sobre mi boca, ojalá pudiera traspasarla. Reí de puros nervios. De pronto nos miramos a la cara, ojos sobre ojos, no podía notar la claridad de los de ella por la media luz que había pero sabía que estaban tan hermosos como siempre.

-Tal vez deberíamos…

-¿Probar? – Preguntó… o propuso.

-Tal vez… no, somos mejores amigas, eso es…

-Sólo calar… - Si no me gustaras… ¿cómo negarme? Siempre he querido tener contacto con sus labios.

-Bueno… hazlo…

-¿Hacer qué?

-Bésame.

-Tú bésame a mí.

-No, tú a mí

-Tú me invitaste a salir, tú me besas.

-Te traje a tu casa, te despides dándome un beso.

-Liz… Está bien – Podría ser mi única oportunidad de hacerlo – Bien… ahm… yo… yo…

Ella fue acercando su rostro al mío, poco a poco, inclinándose, yo la miré directo a los ojos, perdí de vista sus labios por encontrarme en sus ojos, la veía cada vez más cerca, más cerca, mucho más cerca. Sentí su carne suculenta sobre mi boca, sentí sus labios cálidos y húmedos en mí, haciendo movimientos pausados al besarme, DIOS, era tan maravilloso, era tan perfecto, tan hermoso, era tan… presioné sobre ella, me hundí en su boca, en su sensual boca llena de delicias bastas para hacerme perder la cordura…

Realmente, si me lo preguntan, no sé en qué estaba pensando mi cabeza en aquél instante, posiblemente no estuviera pensando en nada, sólo sentía un calor que me recorría de los pies a la cabeza. Hice presión sobre el cuerpo de Liz y la tumbé de espaldas a la cama, podría darme pena relatar cómo había acabado con mis estribos pero no, si nadie ha tenido la suerte de compartir un momento como ése con Liz Gillies entonces no sabe lo que una está pasando, estaba loca tal vez, y era por ella.

Liz se incorporó de nuevo y así como la sentí estaba temblando, habían pasado ya cuatro minutos desde que comenzamos a besarnos y no nos habíamos despegado más que para tomar aire y seguir. Mis manos por voluntad propia la tomaron por los hombros más fuerte antes de deslizar el suéter negro hacia abajo, estaba haciendo calor, mucho calor.

-Ari… - Dijo ella, pero no la dejé terminar porque volví a besarla – Ari… esto creo… se está saliendo de control… - no hacía nada de caso, la escuchaba, pero no hacía caso.

Mis manos bajaron hasta el borde de su blusa negra de tirantes y la llevé un poco hacia arriba acariciando su vientre plano y su espalda, esa sensación me estaba matando, luego bajé mi cabeza y comencé a dar besos a su estómago, muchos besos.

-Ari… - Yo besaba su vientre en lo que mis manos obreras volvían y se deshacían del suéter de una vez por todas, luego subí un poco hasta mirarla de frente.

-No digas nada Lizzy, sólo permite que esto suceda… tan sólo por ésta noche.

Ella ya no habló. La dejé muda, me deshice de mi suéter y mi blusa quedándome sólo en mi sostén, no era mucho, ambas estábamos acostumbradas a mirarnos semidesnudas, compartíamos un camerino en 13, y cuando estábamos juntas igual nos vestíamos una frente a la otra, pero Liz no esperaba lo siguiente. Llevé mis manos a la parte trasera de mi espalda y desenganché el sujetador, al instante mis senos quedaron al aire libre y casi tuve qué obligarla a que me mirara. Estaba un poco tímida, tomé sus manos y coloqué sus palmas sobre mis senos desnudos.

-Toca, ésta noche son todos tuyos.

Lo hizo, con timidez comenzó a masajear mi par de pechos y yo sentía que me derretía con el simple gesto tan… sus manos me quemaban, me hacían arder todo por dentro. Liz tocó con sus pulgares mis pezones que ya estaban erectos por el placer que me invadía, trazó círculos alrededor y lentamente llevó su ardiente boca hasta uno de ellos, chupó y al instante eché mi cabeza hacia atrás, gimiendo, era dulce.

-¡Ah! – Exclamé, lo que provocó que ella chupara más fuerte en lo que su mano derecha trabajaba en mi otro pecho y la izquierda recorría mi espalda de arriba hacia abajo, cada vez más hacia abajo, más hacia abajo, más hacia abajo…

-Oh Liz… - murmuré. Se puso de rodillas y me llevó a hacer lo mismo, luego me besó intensamente al tiempo que sus manos bajaban por mis caderas y se metían dentro de mi piel acariciando mis muslos…

-Liz… - Me llevó de espaldas sobre la cama bajándome el pantalón, me lo saqué en un instante y quedé sólo en mi pantaleta que se estaba sintiendo húmeda no sé porqué… Liz me estaba besando, me besaba intensamente, con mucho esmero, con demasiada pasión y yo sentía que todo daba vueltas, era como una droga para mí. Una de sus manos recorrió de mi pecho hasta el ombligo, rodeó la circunferencia y sentí su dedo índice dibujar una línea delgada hasta el borde de mi pantaleta.

Me estremecí y comprimí todos mis músculos con el simple tacto al mismo tiempo que sentía un líquido espeso correrme de adelante hacia atrás, pensé que quería ir al baño pero no, comencé a jadear sintiendo la mano de Liz rosando mi entrepierna y metiéndose un poco dentro de mi calzón, tocó la orilla de mis labios completamente húmedos y al momento los sentí ser deslizados fuera, no me hice del rogar, en cuestión de segundos quedé desnuda frente a ella y mi mirada adquirió un tono sensual que ella no estaba acostumbrada a ver en mí, ni yo sabía que tenía.

Estaba tardando y yo la deseaba. La deseaba completamente, la deseaba dentro de mí.

-Oh, Liz… hazlo… hazlo.- Ella me miró.

-¿Qué haga qué? – Ya lo sabes Liz.

-Hazme tuya… - Sentí cómo su cuerpo tembló y sus labios volvieron a los míos.

-Sabes que no deberíamos hacer esto.

-Sí, no me importa.

-No, es cierto – Decía mientras me besaba – No está bien, somos amigas, mejores amigas.

-¡Hazme el amor ya Elizabeth Gillies!

Me besó una vez más y fue bajando otra vez hacia mis pechos, cuyos pezones seguían duros y erectos, fríos por el contacto de su lengua al ser bañados con su embriagante saliva.

-Umm… - Gemía yo, sintiendo el placer de sus manos deslizarse por todo mi cuerpo, mi abdomen, mis senos, mis piernas, entrepierna, espalda, cintura, trasero, entrepierna… introdujo su lengua en mi ombligo y reí sintiendo cosquillas. Mis risas se apagaron por un estremecimiento tal como sentir la palma de su mano tocar mi parte más íntima.

-¡Liz!

Sus dedos trabajaron alrededor, no sé si por sentir placer o por calcular cuánto líquido había yo segregado por la vagina, el caso es que su tardanza me estaba desquiciando.

-Ari – Habló a medias y la miré a la cara, sus ojos se posaron también en mi rostro - ¿quieres que lo haga?

-Haz conmigo lo que quieras Lizzy, pero hazlo ya…

Me miró y sonrió, movió sus dedos una vez por la orilla de mis labios inferiores para después introducir uno de ellos lentamente hasta donde podía llegar. Yo sentí que todo el mundo desaparecía y las paredes se volvían amarillas.

-Oh, Liz… ¡LIZ! – Grité cuando sentí dos de sus finos dedos dentro de mí entrando y saliendo como si ya fuera su costumbre – Oh… oh… oh… oh… oh sí… sí Liz… oh… oh…

De pronto paró, sacó sus dedos y comenzó a masajear mis labios con delicadeza, era terriblemente enloquecedor. Su cabeza bajó poco a poco más allá de mi ombligo trazando un hilo de saliva a su paso. La tomé por sus negros cabellos y sentí su aliento frente a mi vagina.

-Voy a probar – Dijo, me miró y sacó la punta de su lengua que metió dentro con mucho cuidado, al instante me dí cuenta que estaba perdida, ella podía asfixiarme en ese momento si quería, cortarme en pedacitos o cuanta cosa macabra se le ocurriera, porque estaba a su merced, en ese momento yo estaba a su merced, a lo que ella dispusiera. Luego vino todo el órgano rosado de su boca, abierto, lamiendo con dulzura de abajo hacia arriba, una, dos, tres, cuatro, cinco veces…

-Lizzy… Lizzy… - Seis, siete, ocho… perdí la cuenta, muchas veces, era tan rico, tan enloquecedor.

-Oh…

-¿Te gusta? – Preguntó en lo que trabajaba.

-Mátame Liz… - Sus manos escrutaban mis pechos, yo estaba completamente perdida.

De nuevo fue subiendo hasta mí y llegó a mi boca, me besó, me besó apasionadamente, yo me prendí de sus labios más fuerte, metí mi lengua en su boca y jugueteé dentro de ella. A la par mis manos comenzaron a bajar por su cintura, Liz es más larga que yo, por tanto no alcanzaba a hacer mucho.

Le dí la vuelta dejándola de espaldas sobre la cama y me situé sobre ella mirándola sensualmente a los ojos, una sonrisa estaba plasmada en su cara, una sonrisa cínica, como la de Jade.

-¿Quieres hacerme mujer ésta noche Ariana? – Preguntó.

-No, no hace falta, tú ya eres una mujer, toda una mujer.

Mis manos quitaron la ropa que le quedaba encima, con poca paciencia. Admiré su pálida anatomía en calzones y brassier de color negro.

-Eres muy hermosa Liz, siempre me ha cautivado lo bella que eres.

-Tú eres muy bella también.

-Sabes que no lo soy más que tú…

Llevé mis manos a su espalda y desenganché el sujetador extrayéndolo lejos de su cuerpo, mis ojos se clavaron en su lindo y artesanal par de senos blancos, redondos, suaves; me senté sobre su cintura y los acaricié con esmero y dedicación, luego bajé y lamí sus pezones, primero uno, luego el otro, luego el primero y me pasaba de nuevo al otro, ninguno quedaba libre, cuando ponía mi boca sobre uno acariciaba el otro, tibio, endurecido, muy erecto. Estaba desenfrenada, había soñado tantas veces con acariciar su cuerpo, tantas veces de dormir a su lado y conformarme con una simple caricia en el brazo diciéndome "buenas noches Ari". No desaprovecharía la oportunidad que tenía ahora de hacer mi sueño realidad, mis sueños realidad, hacerla mía, sólo mía.

La llené de besos por todo su blanco y embriagador cuerpo, no hubo un rincón, ni una sola parte de su piel que no dejara sin besar, ella es suculenta, todos quisieran hacer eso, todos quisieran tocarla, besar su piel, su hermosa piel brillante al sol, como la de los Cullen en esa patética película de vampiros. La acaricié, la acaricié toda ¿cuántas no quieren hacer los mismo? Lo veo todos los días en las redes, facebook, twitter, tumblr… esas mujeres que le dejan mensajes de: "Liz, cásate conmigo"; "Liz, hazme tuya"; "Liz eres lo más sexy en el mundo"; "Liz, sé mi esposa"; "Liz, hazme un hijo". Cómo me reía de todas esas viejas montoneras ahora, ninguna la tiene, ninguna la disfruta como yo lo estoy haciendo, ninguna; sólo yo, sólo Ariana Grande, su mejor amiga, puede morder uno de sus pezones, chupar el otro, acariciar con mis manos su clítoris y lamer su vagina como una perra sedienta lame el agua de un charco.

Sólo yo, sólo yo y nadie más, no Victoria, como les gustaría a los fans, no Avan, no Matt, no Leon, no Daniella, no Kristin, no nadie más, sólo yo, sólo yo, sólo yo Ariana Grande, sólo yo la puedo disfrutar, sólo yo la puedo tocar ahora, perderme entre su trasero, besar sus glúteos suaves, meter mi lengua donde pueda y todo lo que pueda, sólo yo Ariana Grande que ha soportado tantos años de deseo por ella, al fin hoy, están valiendo la pena, sólo yo, sólo yo, sólo yo, sólo yo…

La besé de nuevo en los labios, no había ninguna parte de ella que no me gustara, la besé, la besé una y otra vez, mordí sus labios, ambos, los de arriba y los de abajo. Y cuando las dos ya estábamos mojadas de sudor me puse encima de ella, besándola entre jadeos…

-Te amo… te amo Liz, siempre te he amado… - Y me quedé dormida encima suyo, hasta el día siguiente que abrí mis ojos y ella no estaba a mi lado.

-¿Liz?

Gracias mis apreciados y apreciadas. ¿Y bien? ¿Qué les pareció? ¿Consideran que éste fic debe tener una continuación? Porque les aclaro, ésta es sólo la parte Eliana… ¿quién quiere ver Elitoria…? Se les quiere a todos mi público querido… Besos de su amiga LindsayWest… Actualizo pronto porque ésta historia ya está avanzada. Repórtense con un review please : - D