¡Hola a todos!

Bueno esta pequeña idea surgió cuando me termine el nuevo juego de la saga Assassin's creed Unity, es un juego que me encanto pero el final me dolió demasiado (SPOILERS) La muerte de Élise fue demasiado injusta para mi :( (SPOILERS) Pero bueno escribo esto siendo 100% fiel al juego con algún dialogo ligeramente cambiado, ¿es una copia? No, lo que quiero con esto es indagar en la vida amorosa de Arno y Élise de una forma creada por mi y ver como son los sentimientos exactamente, ese es mi objetivo y por lo tanto este fanfic es puro romance (absteneros los tipos duros). ¿Por qué? Me encantan estos dos y son mi pareja favorita de toda la saga *-* Sin más os dejo con el primer capitulo que es introductorio.

Todos los derechos a Ubisoft por la creación de los personajes.


Cap.1 - 1776

Arno no era de esos niños que les gustaba acompañar a su padre a todos lados. Estaba de acuerdo si simplemente le acompañaba a una pequeña excursión o a uno de sus viajes por Europa. Lo que no le gustaba era tener que acompañarlo a reuniones por no quedarse solo en casa, siempre tenía que quedarse en un sitio sentado viendo a la gente charlar sobre "temas de adulto" y como él solo tenía ocho años poco podía hablar.

Esta vez su padre lo había llevado hasta el gran palacio de Versalles donde tenía una importante reunión con el rey, una reunión que cambiaría la vida de Arno para siempre. El pequeño iba de la mano de su padre mirando la arquitectura del palacio sorprendido, nunca había visto tanta elegancia en un edificio. La gente que estaba a los alrededores desprendían un aire a nobleza bastante elitista y bastante insufrible con algunos comentarios mientras miraban a todos por encima del hombro. Charles Dorian guió a su hijo por los pasillos del palacio entre los invitados, no podía llevar a su hijo a la reunión así que tenía que dejarlo seguro en algún lado. El pequeño Arno miraba curioso el brillante pasillo donde se encontraba ahora casi a solas y se desprendió de la mano de su padre para ver mejor un lechón que llevaba un sirviente encima de su bandeja. Charles miro a su hijo.

- Arno.

El mayor le hizo un gesto para que se sentara en una cercana silla. Arno obediente se sentó tranquilamente.

- ¿No puedo acompañarte padre? - pregunto un tanto inocente, Charles le dedico un sonrisa tierna y se agacho a la altura de la silla

- Valor hijo, tu espera aquí, - el mayor saco su reloj de bolsillo y se lo mostró - cuando la manecilla del minutero apunte arriba estaré de vuelta.

- ¡Eso es mucho!

- No es tanto, ¿sabes por qué te he traído? Después iremos juntos a ver los fuegos artificiales. - Su padre se levanto dando unas palmadas en la silla y se dispuso a irse pero antes se dio la vuelta y le señalo con el dedo - Una cosa más, nada de explorar, ¿entendido?

- Sí, padre.

Charles se fue caminando por el pasillo hasta desaparecer de la vista de su hijo. Arno se deslizo un poco en la silla soltando un suspiro pesado, ahora estaba solo y aburrido. Miro a la pared que tenía justo detrás donde había un cuadro de algún noble que no conocía cuando oyó la risa de una chica. El miro al pasillo vacío y vio una chica que debía tener su edad detrás de una de las columnas. Ella tenía pinta de pertenecer a una casa noble por sus ropajes, tenía el cabello largo de un bonito color pelirrojo y le miraba un tanto curiosa. Arno se levantó de la silla también curioso.

- ¿Prefieres sentarte con estos vejestorios? - preguntó ella dirigiéndose a la otra puerta medio corriendo - ¡Vamos!

Aunque le había dicho a su padre que no se movería no pudo resistir la tentación de ir tras ella, después de todo solo era un niño que tenía ganas de jugar. Haciendo un pequeño sprint llego donde estaba ella y empezó a seguirla cruzando un par de habitaciones pequeñas hasta que al cruzar una puerta se choco con el mismo sirviente que vio hace un rato haciendo caer el lechón al suelo.

- ¡Mi lechón! - el sirviente se agacho a recoger todo lo que había caído al suelo - ¡Guardias, detenedles! - Arno miro a la chica que parecía que se iba corriendo

- ¡Rápido! - dijo ella

Arno no dudó en ir tras ella hasta llegar al patio interior del palacio donde había una pergola donde en el centro había una mesa con comida . Se paro a unos pocos metros de ella mientras esta miraba toda la comida.

- ¿A que no puedes robar una? - dijo señalando a una pila de manzanas.

Arno disfrutaba con los desafíos y aunque sabía que se podía meter en algún lío quería mostrarse valiente delante de ella. Inclinándose un poco hacia delante se planto enfrente de la mesa y cogió una manzana, justo al cogerla se percato del guardia que estaba al otro lado de la pergola.

- ¡Eh, ladrón! ¡Devuelve eso! - gritó

Arno se giro para ver a la chica y la vio escapando por donde había venido mientras le hacía gestos con la mano para ir. El decidió ir detrás de un seto para que el guardia fuera a buscarle en esa zona y de ese modo mientras perdía el tiempo Arno siendo rápido podría llegar a donde se había escapado ella. Así lo hizo y le funciono perfectamente. Después de pasar por el umbral volvió al interior del palacio pero no veía la chica por ninguna parte. Siguió avanzando rápidamente y al doblar una esquina ella le cogió por el brazo para detenerlo, ahora estaban ellos dos solos.

- ¿Viste su cara cuando robamos la manzana? - pregunto ella conteniendo la risa, Arno rió inocentemente asintiendo

- Soy Arno.

- Élise.

- He venido con mi padre.

- Y yo. Esta tratando algo con el rey.

- ¿Y que hacemos ahora? - de fondo se pudo oír unos gritos

- Shhh - Élise poso un dedo en la boca de Arno - ¿Oíste los gritos? No te preocupes, no nos encontraran aquí - en ese momento iban a pasar un grupo de guardias justo a su lado. Arno siendo un caballero iba a recibir el castigo por robar la manzana, se puso a la vista

- Es culpa mía yo... fui el que cogió la manzana - para su sorpresa los guardias pasaron de largo dirigiéndose al gran pasillo donde estaba Arno al principio, Élise empezó a ir tras ellos

- ¡Vamos a ver a donde van!

Arno dejo caer la manzana, ya no la iba a necesitar. Siguió a su nueva amiga por las habitaciones hasta llegar al pasillo donde se habían visto por primera vez. Ahora en el centro había una buena cantidad de gente bastante preocupada. Ambos avanzaron un poco dudosos intentando ver que pasaba en medio de la gente mientras oían algunos comentarios.

- Que horror...

- Señor Frankiin espero que este accidente no enturbie su opinión de nuestra nación...

- ¡Élise! Ven hija, vamos - vio que ella volvía con su padre. Arno miro el reloj de bolsillo que indicaba que se había atrasado con el minuto acordado con su padre

- ¿Padre? - se acerco a la multitud con algo de miedo - ¡Padre!

Cuando se abrió paso entre algunos nobles lo vio al fin, tendido en el suelo con una gran mancha de sangre en el pecho, sin vida. El mundo para el se detuvo en un momento, cuando el reloj se deslizo en su mano y cayó al suelo el tiempo se detuvo para el. Se quedo mirando el cuerpo inánime de su padre sin pestañear. Uno de los hombres intentó acercarse a el pero Arno con un rápido movimiento volvió a coger el reloj que se le había caído y lo apretó contra su pecho con todas sus fuerzas. En su cabeza solo podía oír el tic-tac constante del reloj como si llegara tarde a algún lugar, no, mas bien como si hubiera llegado tarde, había llegado tarde para encontrarse a su padre de nuevo. ¿Este era su merecido premio? De lejos creía oír como alguien lo llamaba, la voz cada vez se iba haciendo más clara.

- Arno. Arno. Mírame.

El reacciono al fin y miró al hombre que le llamaba. No lo había visto antes pero le estaba tendiendo la mano para que fuera con el, detrás del hombre estaba Élise mirándole un tanto confusa por la situación. Arno miro de nuevo a su reloj, había llegado tarde a su destino que le había dictado su padre. ¿Sería ese hombre, y por lo tanto Élise, su nuevo destino?

El tic-tac aún era presente es su cabeza.


No es muy largo pero... queda bonito xD Actualizare cuando pueda y espero que te haya gustado. Chauu