Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.
Advertencias: Algo WI.
Words: 478.
#BesoRobadoDramioneShipper
Il bacio di penale
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—Granger.
Malfoy le había enviado una mirada al hombre que iba detrás suyo, el que tenía por trabajo llevarlo a Azkaban. Y es que de nada servía protestar ya, es más, nunca lo había hecho en el transcurso del tiempo que llevaba ahí. Él ya no era un niño, y sabía que tenía que hacerse cargo de sus acciones. Porque hubiera sido obligado a hacer algo o no, eso no quitaba que sólo él podía elegir qué hacer, qué decisiones tomar.
Por eso, cuando pasaron a un lado de dos de los que conformaban el trío dorado, no dudó en detenerse un momento.
Él no le debía nada a nadie, tal vez sólo un poco a Potter por intentar mantener la palabra ante la petición de su madre. Sin embargo los dos sabían que nunca saldría un gracias de sus labios, pero eso no significaba que no bastara sólo una mirada para dárselo a entender.
Era por eso que Potter lo había mirado con genuina sorpresa al verlo acercarse, y sobre todo, centrarse en Hermione; porque se supone que no tenía nada que decir.
Pero es que Draco no recordaba todo lo que había pasado el primer día en pisar el colegio de magia y hechicería, ni siquiera si estaba feliz o entusiasmado, y aún así luego de tanto tiempo seguía repitiéndose esa imagen en su cabeza. La de aquella niña de cabello de estropajo que les preguntaba, aparentemente orgullosa de hasta pisar el suelo, por la rana de un tal Neville.
Cuando había sabido la verdad se había sentido tan mal que había querido estar enojado con ella toda la vida.
Y ahora le miraba curiosa, alzando una ceja, hasta un poco desconfiada, entrecerrando levemente los ojos. Mientras que a él casi le daba impotencia de sólo verla parada frente a él, con la frente en alto y ese aire de sabelotodo que con nada se le quitaba.
—¿Qué quieres, Malfoy? —preguntó intentando no parecer tan agresiva.
—Nada.
Hermione lo observó a los ojos, descolocada con su respuesta. Había estado a punto de decidir que le estaba tomando el pelo, cuando él se inclinó con las manos indispuestas en su espalda, y presionó los labios contra los suyos. Sin embargo él no la dejó ni empujarle, porque cuando se separó ella todavía no parecía enterarse del todo sobre lo que había pasado. La expresión de Malfoy suavizó un poco, tan poco que ni él había parecido notarlo, pero siguió con la mirada fija en los ojos de la chica.
Una vez ella pareció entender todo, y abrió los ojos un poco más con perplejidad, Malfoy decidió que en ese momento no tenía nada más que hacer ahí y volvió a darle una mirada al hombre detrás suyo.
De esa manera, contrariamente a lo que habría hecho Hermione Granger, él siguió su camino sin siquiera mirar atrás.
