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Bajo la piel.

Chapter I: Caminos Cruzados.

(Todos)

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Kagura y Tae eran amigas desde la primaria. Deseaban ir juntas a la misma universidad aunque no coincidían en la carrera que seguirían. Shimura se inclinaba por los infantes, ser maestra en un jardín de niños era su sueño. A diferencia de ella, Kagura no tenía pensado un plan de vida, simplemente buscó una carrera "fácil" por lo que terminó matriculándose en diseño gráfico.

Las muchachas compartían un departamento y los gastos, habían emigrado de su ciudad natal dando juntas el gran primer paso. Tenían planeado hacer pequeñas reuniones durante la semana con los amigos que hicieran más adelante, de esa manera estarían libres los fines de semana y podrían ir a visitar a sus familias.

La llamada semana cero, era una nivelación para alumnos de primer año también se explicaban ciertas modalidades, como: Los medio de pago, trámites para becas y otros puntos que para la mayoría fueron irrelevantes. Finalizados esos obligatorios y tediosos días, se realizaría una fiesta de bienvenida; El viernes por la mañana se entregaron "las entradas". Pulseras flúor de papel con el nombre de la institución, debían ser retiradas en asuntos estudiantiles, firmar una lista dónde estuviera su nombre y podían ingresar a la fiesta sin problemas, además de exigir su "cover" que esa noche sería vodka naranja.

Un par de horas antes de la fiesta, las chicas se reunieron con algunas compañeras de sus respectivas carreras en el departamento. Hicieron una previa con cerveza y algunos juegos, donde el perdedor tendría que beber ya que la única finalidad era embriagarse.

A las 23:13 p.m. El grupo fue al club que la institución arrendó por esa noche. Las femeninas exigieron su vaso gratis a pesar de estar ya algo mareadas.

Kagura bailaba con un desconocido cuando se percató que estaba sola, no veía a Tae por ningún lado, ni mucho menos a sus conocidas. Nerviosa porque no recordaba como regresar a su edificio, deambuló en medio de la multitud buscándola. Sintió que alguien tocó su hombro derecho, fue inevitable no voltearse y ver quien le hablaba.

—Te ves perdida ¿Quieres ir a mi casa? Lo pasaremos mejor allá —era el mismo sujeto con el que estuvo minutos atrás.

—¡Suéltame bastardo! —él opuso algo de resistencia, nada que no se pudiese arreglar con una patada baja.

Los amigos del tipo no tardaron en socorrerlo, estaba rodeada. Afortunadamente, apareció Otae.

—Si tocan a mi amiga ¡los mato! —los amenazo en un muy claro estado de ebriedad.

La discusión fue subiendo de nivel, atrajo algunos inoportunos que se metieron convirtiendo una simple discusión en una pelea. Los guardias de seguridad intervinieron, echaron del local a unos cuantos borrachos que insistían en pelear y las chicas fueron a la barra por más alcohol.

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Kagura despertó en su cama y si no hubiese sido por el ruidoso celular pudo haber seguido sumergida en sus dulces sueños por un par de horas más. Con pereza se levantó, recién en ese momento notó que no se había cambiado de ropa, seguía con el mismo atuendo de la noche anterior. Por lo que veía en algún momento se cayó o eso deducía por la suciedad en sus jeans.

Entre tambaleos salió de su habitación, miró la puerta que estaba frente la suya, sin reparo entró al cuarto de Otae. La muchacha dormía plácidamente y tampoco era su móvil el que sonaba. Se esforzó aún más por identificar de dónde provenía el sonido, ya no tenía dudas, el salón principal. Despertó a su amiga con la errada idea de que alguien se había colado en el departamento.

Armadas de valor cruzaron el pasillo, casi se van de espalda al encontrarse con un permanentado durmiendo bajo la mesa. Sobre ella, dormía un tipo de cabello oscuro con un cigarrillo apagado entre los labios y lo peor es que lo tenía al revés. No solo estaban ellos, también un joven de castaños cabellos, la única diferencia con los otros dos, es que tenía las piernas sobre una silla y la espalda pegada al suelo.

Horrorizadas cruzaron una mirada.

—¡LLAMA A LA POLICÍA! —gritó, Tae.

El tono alto de voz, despertó al de cabellera plateada. Gintoki, trato de levantarse aunque la mesa fue un obstáculo para su cabeza, la que recibió un fuerte golpe. Como un efecto domino, Hijikata reacciono al movimiento, intentó reincorporarse pero al estar aún borracho y desorientado, cayó al suelo, sin poder articular palabra alguna. El ajetreo despertó a Sougo, quien observo el panorama sin entender que pasaba.

—¿¡Quién demonios son!? —preguntó exaltada la pelirroja, aguantando las crecientes náuseas.

—Nos conocimos anoche, creo —respondió, el que tenía ojos de pez muerto mientras acariciaba su dolorida cabeza— ¿Dónde están Zura o Takasugi?

—¿Cuál de las dos me dio el sobre? No me dieron mi puto vuelto —le interrumpió el morocho dirigiéndose a las chicas con notoria molestia— no están en mis clases ¿nos conocemos?

—Como sea, me voy —anunció el muchacho de ojos carmín. Los cuatro desviaron la mirada hacia él— China, me cobrare esto para la próxima —señaló su labio hinchado y amoratado. Sougo parecía ser el único que recordaba algunas cosas.

—Q-qué estupideces dices —gruñó molesta, imaginando lo peor.

—¿Enserio, no se acuerdan? Le iba a comprar drogas al guardia, ahí nos cruzamos —dijo como si nada—éstos tipos —señaló a Gintoki y Toushirou—tenían porros y todos vinimos aquí.

Ninguno parecía creer la historia de Okita, mucho menos Kagura.

—Tengo que dejar de beber tanto, nunca había despertado con tantos desconocidos —comentó el de permanente natural.

—¿Dónde está la otra chica? —insistió, el joven de ojos azules. Todos se miraron como diciéndole que no había nadie más— esa puta me robo la cartera —concluyó tras revisar sus bolsillos vacíos, incluso se había llevado también su celular.

—¡Aun no responden! ¿Quiénes son? —el tono hostil de Shimura, anunciaba que iba en serio.

—Soy Sakata Gintoki. Es mi segundo año de diseño gráfico, pero tomó algunos ramos de primero.

—Hijikata Toushirou, primer año de construcción civil.

—Okita Sougo, primer año en diseño gráfico.

—No mientas, no te vi en toda la semana —recriminó, la pelirroja.

—No fui, era una pérdida de tiempo —su tono era monótono al igual que su mirada; el muchacho recogió del suelo su móvil, al desbloquearlo vio diecisiete llamadas perdidas. Diez de mamá, siete de "hermana". Lo único que su mente proceso "Me van a matar"

Algo más relajados, compartieron un poco de café mientras intentaban armar el puzle e ir completando sus lagunas mentales.

Al final descubrieron que Hijikata fue tras Gintoki, este último estaba en ese momento con una rubia, siendo ella quien le robo todo a Toushirou. La chica intentaba hacer lo mismo con Sakata, pero al ver la interrupción del moreno escapó, mientras los muchachos buscaban a esa mujer. Otae y Kagura luchaban por abrir una cerveza, la pelirroja logró abrirla pero golpeó al chico que estaba a su lado. Sougo al recibir un puñetazo quiso devolverlo pero un guardia que estaba paseándose cerca lo detuvo en seco, el robusto hombre calzaba con la descripción del distribuidor. En ese punto fue donde todos se cruzaron, el guardia no les vendió cocaína, no escuchó la petición de Toushi y al final los cinco regresaron al departamento fumando la hierba de Hijikata.


No me aguante ¡Quería empezar un drama! Bueno, esta es solo es la introducción. Este fic tendrá el formato de Agridulce, queriendo parecerse al de Skins, por eso lo titulé "Bajo la piel" XD Tengo ideas para los próximos dos capítulos, serán de Sougo y Toushi *_*

En fin espero que les haya gustado, en ese caso déjenme un review y seré feliz :')

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