Oliver salió de la sala donde yacía Laurel, dejando al Detective Lance a solas con el cuerpo de su hija. Atravesó el umbral de la puerta sin ninguna expectativa, sin ningún futuro próximo, sin absolutamente nada que decir. Sólo caminó hacia el pasillo del hospital, donde había estado tantas veces, pero ninguna vez con el corazón tan destruido como esta vez. Observó a su alrededor, Diggle y Felicity lo observaron, con la misma mirada devastada que él tenía, bajó la vista y vio a Thea acuclillada en el suelo, con su frente escondida tras sus manos. Se acercó a ella, la tomó de los hombros y la incorporó.
-Thea, ven aquí –le dijo mientras la acercaba para sí y la rodeaba con sus brazos. Thea se apegó a él y lo abrazó. Oliver la sentía sollozar con su cara apoyada contra su pecho. Luego de unos minutos se calmó.
-Ella es como una hermana para mí Ollie –le dijo Thea, muy bajito, como si quebrar el silencio hiciera aún más cruel la tragedia. –Ella tiene que estar aquí, no puede irse….
-Lo sé –le respondió su hermano, acariciando su pelo. Realmente Oliver no tenía la más mínima idea de qué iba a ocurrir de ese instante en adelante, estaba igual de confundido que su hermana, y en su siempre afán de protegerla, trató de apaciguar su respiración entrecortada, y así Thea podría respirar más tranquila, al menos en ese momento, cuando creía que no podría estar a la altura del dolor que la vida le daba. La besó tiernamente en su frente.
En ese momento Lance salió al pasillo, y se dirigió a Oliver.
-Necesito ir a la casa de mi hija para buscarle ropa.
Oliver asintió. Quiso soltar a Thea, pero ella le tomó fuertemente la mano y entrelazó sus dedos. Él la miró. Algo le pasaba más allá de la pena, y él no iba a dejarla sola.
-Yo los acompaño –dijo Oliver, y notó como Thea asentía mínimamente con la cabeza, agradeciendo el hecho de no ir sola a su departamento, el que compartía con Laurel, sabiendo que al llegar allá Laurel ya no iba a estar…. Nunca más.
Lance se adelantó con paso rápido, Felicity y Diggle quedaron en ir al búnker a buscar el rastro de Darhk. Oliver quiso avanzar tras el detective, pero Thea se lo impidió, su mano aún entrelazada a la de su hermano tiraba en la dirección contraria. Oliver escudriñó su mirada, tratando de entender sus razones.
-Estoy aterrada -le dijo directamente, sin siquiera intentar disimular la vergüenza que su orgullo sentía. Lo increpó con sus enormes ojos azules y la voz entrecortada.- Tú siempre nos dices que no vas a dejar que nos pase nada malo, siempre me dices que me vas a proteger y que no vas a dejar que nada malo me pase, pero no puedes Ollie, Laurel murió, y tú no pudiste salvarla, y ahora eres lo único que me queda…. no puedo respirar allá afuera….
Oliver sólo la escuchó. Sabía que Thea tenía razón, pero no podía hacer nada al respecto. Guardó silencio y no hizo más esfuerzo para contener las lágrimas. Thea se acercó a él, apoyó su cabeza en el hombro de su hermano.
-Hago lo mejor que puedo –susurró Oliver.
-Lo sé, no tengo ninguna duda de eso, no es tu culpa Ollie…. lo siento… no es lo que quise decir. –le respondió Thea. Levantó la vista, un atizbo de calma había vuelto a ella –Vamos al departamento, pero yo no puedo entrar. Nunca más.
-Yo entro con Lance – le confirmó Oliver, acogiendo algo de la serenidad de Thea.
-Quiero volver a vivir contigo.
-Por supuesto, lo que necesites- Ollie abrazó nuevamente a su hermana.
Caminaron por inercia hacia la salida del hospital. Oliver aún estaba deshecho. Thea aún estaba asustada. Ambos pensaban en Laurel. Ambos con un desconcierto enorme por la muerte de Black Canary.
