Mil perdones por el retraso…no, no tengo perdón de dios, pero aun así suplico para que no me maten, que les digo, escuela, trabajo, absorben mi tiempo y casi no me dejan tiempo para estudiar.

Gatitakukaku, te debo esta historia desde hace mucho. La verdad el tema que me sugieres me pareció fantástico y me salió esto, por desgracia la historia me quedo muy larga y…no me agradado la idea de cortarlo, por lo que la historia se llevara en varios capítulos. Por tal motivo decidí crearlo como fic independiente, espero te guste.

Les invito a leerlo y dejar sus opiniones, si lo desea claro está.

Ahora pasemos a lo importante la historia.

Les advierto que me quedo algo creepy, tendrá un lenguaje un poco obsceno y tal vez le meta lemon, aún no lo decido.

Como saben los personajes no me pertenecen, son propiedad de DreamWorks y Crecida Cromwell, yo solo les uso en ratos de ocio para crear burradas en mi mente, las cuales les agradezco lean. Sin más pasemos a la historia.

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Lobos.

-¿A dónde?

-ay…no, quiero salir a jugar.

-olvídalo, ya es muy tarde, hora de dormir mi pequeña.

-¡ah!

Con un puchero la chiquilla fue levantada en brazos, rodeo el cuello del adulto mientras era dirigida a su habitación; la niña brinco en la cama y se acurruco en las cobijas, mirando divertida a la persona frente a ella.

-no apagues la luz, detuvo a su madre, -aun no.

-ya es muy tarde, debes dormir.

-pero aun no tengo sueño… ¡cuéntame una historia!

-no, a dormir.

-anda, porfa, porfa…para que me duerma, suplico con ojitos de cachorro.

-ah, está bien…pero después a dormir jovencita.

-sí, lo prometo.

Su madre revolvió su cabello y comenzó su narración.

Hace mucho tiempo, existió una pequeña aldea llamada Kirov, un pueblo pequeño alejado del mar, rodeado por montañas, neblina y un espléndido bosque, había muchas cuevas y un par de arroyos corría a su lado, era un lugar muy bello, pero, también…aterrador.

El pueblo contaba con menos de 100 habitantes, estaba el herrero, el zapatero, los leñadores, un par de pescadores, el panadero, los cazadores, el sastre entre otros, casi todos eran buenas personas, solidarias, pero…nunca faltaba los brabucones.

Hiccup se revolvió en la cama, negándose a despertar, por desgracia, para él, al sol no le gustaba ser ignorado, dirigió sus rayos desde la pata de la cama hasta la cabecera, donde concentro su atención. Los parpados del chico se calentaron, por lo que se levantó de golpe, tallando sus ojos…je, el sol siempre gana.

-Estúpido sol, no me podía dar 5 minutos y más, aún es muy temprano para… ¡Oh, demonios!

Se paró de golpe y comenzó a arreglarse, no era buena idea llegar tarde en su primer día de trabajo; al bajar no encontró a sus padre, esto no le extraño, estos siempre se iban temprano. No le dio importancia y salió corriendo.

"debes desarrollar musculo, estas flaco, enclenque. Un poco de trabajo rudo te ayudara. Trabajaras con Gobber en la herrería, ya hable con él y acepto el trato"

Esa fue la sentencia de su querido progenitor, el chico no tuvo oportunidad de reclamar, nunca la tenía. Doblo en la granja Hofferson y continúo su camino colina arriba.

Gobber el rudo herrero ya le estaba esperando, el manco hombre golpeaba su yunque, alisando una varilla. No estaba emocionado por tener un enclenque como aprendiz, pero. Stoick le ofreció un buen trato, la mejor carne de su caza si lo aceptaba… y todos sabían que Stoick era el mejor cazador en esa aldea.

-¡buenos di…ahu!

Gobber no lo dejo terminar, le arrojo un par de cubetas mientras señalaba una enorme tina de madera.

-rápido, necesitare agua… ¡mucha! llena esa tina chico.

Hiccup miro horrorizado la enorme bandeja, el chico suspiro cansado, el poso se encontraba a la mitad del pueblo, colina abajo. Ese día terminaría muy cansado.

-ja,ja,ja ¡Miren!

-un gusano acarreando agua ¡que ternura!

-¿acarreando? más bien arrastrando.

Contrario a su padre, Hiccup era un joven delgado, bajito, de facciones infantiles, tímido y muy asustadizo, como un gatito, todo lo contrario de los 3 chicos que se encontraban frente a él.

Snoutlout, Fishlegs y Tuffnut, jóvenes altos y fornidos, con la complexión de un hombre, los jóvenes leñadores se mofaban del pecoso, riendo a pata suelta, pero por desgracia de verdad parecía que Hiccup arrastraba la cubeta.

-¡señorita! ¿Necesita ayuda? esas cubetas se ven pesadas.

-ja,ja,ja.

-pero miren, si no es una niña, es un niño.

-¿enserio? ¿No?

-¿estás seguro Snoutlout? yo dudo que tenga bolas y palo ahí abajo.

-ja,ja,ja cierto.

-uy miren, intenta cargar el agua.

-¡deja que te ayude!

Snoutlout le arrebato los baldes y comenzó a girar con ellos, regando un poco del contenido.

-¡dámelas!

Hiccup intentó arrebatárselas, pero el pelinegro era más hábil. Los otros dos no tardaron en unirse a la tortura, empujando al chico como muñeco de trapo. Hiccup termino en el suelo, el chico soltó un grito al sentir el frio liquido caer en su espalda, Snoutlout le baño con el resto del líquido.

-ja,ja,ja, adiós nenita.

El castaño reprimió el gemido al sentir el fuerte golpe de la madera en su cabeza, como odiaba a sus compañeros. Algunas chicas, que lavaban cerca del pozo, le miraban con lastima, los ancianos y un par de pastores con burla, siempre era igual, los adolescentes le molestaban y nadie le ayudaba, solo se mofaban o preferían ignorarle, como lo hacían sus padres.

-¡maldita sea Hiccup! no desperdicies el agua.

-¡no fui yo! Snoutlout me arrebato las cubetas y…

-Cállate y termina el trabajo, necesito mucha agua, debo forjar algunas trampas y tú solo me quitas el tiempo.

-ya voy…lo siento.

El chico salió disparado por más agua, no era buena idea hacer enojar al herrero. Toda la mañana estuvo titiritando de frio, su ropa empapada y el caloroso sudor del ejercicio no fue una buena combinación, para las dos de la tarde no paraba de toser.

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-¿Qué opinas? ¿Osos?

-no digas tonterías. Las heridas son más profundas, fueron hechas con mucha fuerza.

-¿lobos?

-sí, pero no de los normales… huargos. Solo ellos harían actos tan atroces.

Stoick, el imponente padre de Hiccup, levanto la rodilla del suelo, de sus manos escurría un líquido carmesí, resultado de las víctimas que tenía enfrente.

-¡esos malditos! les desollaron como puercos, se tragaron todos sus órganos y

Cuatro hombres estaban revisando la escena del crimen, una diminuta granja ubicada a las orillas del pueblo. Los hombres fueron alertados por el chillido de una cabra, el animal corría como poseso por todo el bosque, bañado en sangre. Stoick y Drogo no tardaron en capturarle y reconocerlo, conocían a la familia por lo que decidieron investigar. Terrible fue su sorpresa al llegar.

El lugar estaba en silencio, la cerca que rodeaba la vieja granja se encontraba desecha, adornada con los restos de las cabras. Los hombres llenaron de pólvora sus trabucos, mientras desenfundaban enormes cuchillos. Dagur y Eret se colocaron a los costados de la puerta, Drogo apuntaba a una ventana, por si el culpable deseaba escapar, mientras Stoick se colocaba al frente. El pelirrojo abrió de golpe la puerta, apuntando con el cañón, sus ojos se abrieron asustados, al ver semejante escena frente a él.

El padre y su hijo mayor, se encontraban colgados de la viga del techo, como carne en rastro, se encontraban abiertos en canal, sus órganos fueron extraídos, sus órganos fueron extraídos y les faltaba algunas extremidades, parte de su piel estaba hecha girones y al padre le faltaba la cabeza.

-¡waaakkkk!

Eret vomito al ver los restos de los pequeños, los chicos estaban desmembrados en una esquina, sus cabezas formaban una especie de circulo, resguardando las extremidades. Por último se encontraba la madre, la pobre mujer estaba empotrada en la mesa, su ropa hecha girones, no contaba con la mitad de la espina dorsal, su espalda estaba abierta, dejando ver los restos de sus entrañas, las marcas en sus glúteos y muslos daban señas de que había sido violada.

hey! el rastro lleva hasta el sendero gris. Dagur señalaba el rastro de sangre que salía por la puerta trasera, furioso. –que esperan ¡vamos!

-olvídalo, la sangre esta coagulada, debieron atacar de noche, será inútil seguirles.

-Drogo tiene razón…iremos al pueblo por el padre, se merecen un entierro digno. El fornido pelirrojo lanzo una última mirada antes de salir…los ataques se volvían cada vez más frecuentes.-debemos avisar a los demás y preparar las defensas…se acercan al pueblo.

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Paso toda la mañana acarreando el agua y carbón, avivando la hoguera, sus ojos le ardían por el humo, los brazos y piernas le temblaban y un enorme hueco en el estómago, sin olvidar que no dejaba de toser.

-con esto basta mocoso, se nota que ya no puedes más, debo admitirlo, pensé que terminarías desmayado a la hora.

El rubio le veía con un ligero toque de empatía, a diferencia de sus otros ayudantes Hiccup realizo el trabajo sin protestar, salvó la vez que regreso empapado, o insultarle…eso le agrado, tal vez el mocoso sería un buen aprendiz.

-vete a tu casa y descansa, tu tos me está volviendo loco, regresa mañana temprano, ah y no olvides un cambio de ropa, le necesitaras.

La maquiavélica sonrisa que se formó en el rostro del herrero le helo la sangre, el chico trago grueso, se despidió y salió corriendo de ahí. Se dirigió al doctor, esa tos también era molesta para él. Casi le rompen la nariz con la puerta del consultorio, el doctor salió apresurado, seguido por el panadero, su esposa estaba por dar a luz. Hiccup no alcanzo a preguntar nada, en cuestión de segundos las dos siluetas se perdieron.

¡ahhh! ¿Ahora qué? Hiccup suspiro y comenzó a caminar, comenzaba a sentir escalofríos, el chico se encaminaba al bosque, aún era temprano, tardarían unas dos horas en obscurecer. Haber…mmm… ¿gordolobo? sí, creo que el gordolobo era bueno para la toz, el eucalipto también ¿pero de donde lo sacaba? bueno, ya buscaría algunas plantas en el bosque, si tenía suerte con un té mañana se sentiría mejor.

Tomo un par de horas pero lo consiguió, un manojo de Gordolobo. Caminaba despacio, se encontraba cansado, muy cansado, esta nueva forma de tortura por parte de su padre era agotadora, por lo general el adulto solo le ignoraba y ya, pero ahora, parece que estaba empeñado en convertirle en él.

Se sentó en una roca a descansar, parece que quería darle fiebre, genial, regresar enfermo en su primer día de trabajo, si antes le llamaban blando, con eso… miro sus manos, se encontraban rojas y con ámpulas, un deje de tristeza lo invadió ¿Por qué tenía que ser tan distinto? Hasta las chicas se veían más rudas que él.

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¿Dónde está? ¿Dónde está? ¿Dónde lo perdí?

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Hora de regresar, comenzaba a atardecer y no deseaba que la noche le atrapara. Tomo su ramillete y se giró, al hacerlo algo capto su atención, una lucecita purpura brillaba en el suelo.

Parcia un dije, con una gema incrustada, una piedra purpura en forma de luna menguante, incrustada en un círculo verde, con una extraña cadena negra que relucía.

-qué lindo… ¿de quién será?

El chico reviso asombrado la gema, jamás había visto algo así, bueno, nunca había visto una gema o algún objeto de valor, tal vez solo el cuchillo de plata que su padre tenía.

-¿Qué piedra será? esta cadena brilla… pero no es oro.

Hipo se la colgó y continuo apreciándola, dudaba que algo tan valioso le perteneciera alguien del pueblo.

¡GRRRRRR!

Un escalofrió recorrió su espina, una fuerte respiración se escuchaba a su espalda, temeroso se giró a ver, solo para que sus ojos se llenaran de terror.

Un enorme… ¿oso?...no, no era un oso, si, era grande como uno pero… este tenía orejas puntiagudas, un gran hocico repleto de filosos dientes, patas enormes con garras, un pelaje abundante y negro como la noche, dos enormes ojos amarillentos con afiladas pupilas y una extensa cola, no, eso no era un oso… ¡era un lobo! ¡Un enorme lobo!

El chico reprimió el grito y comenzó a retroceder, despacio, controlando el pánico. El animal le veía fijo, pero no se movía.

¡HEY! ¡AQUÍ!

El grito proveniente del bosque les activo. Hiccup dio media vuelta y comenzó a correr, tan rápido como sus piernas le permitían. El cansancio, la fiebre, su tos, todo se le olvido, si estaba enfermo ya ni se acordaba. Corría directo a donde la voz, si tenía suerte conseguiría ayuda, la respiración a su espalda se escuchaba cada vez más cerca, así como un gruñido. Escucho un silbido y se agacho, de forma instintiva, su cabello fue mecido por el viento que produjo el animal al pasar sobre su cabeza. Las patas del lobo derraparon en las hojas secas, levantando una nube se maleza.

Hiccup continuo su loca carrera, corto camino y siguió avanzando, por alguna razón se sentía más ligero, de un salto logro trepar algunos troncos. Las voces se escuchaban cada vez más cerca, los leñadores estaba ahí.

¡GRRRRR!

El lobo le pisaba los talones, si no se apresuraba seria historia, se acercaba a una pendiente, un enorme árbol se encontraba ahí, las ramas del coloso tocaban el piso, dándole una idea al chiquillo. Todo ocurrió en cámara lenta. Se sujetó de una rama mientras giraba y estiraba el tronco, este salió disparado contra el hocico del animal.

Astillas se clavaron en su nariz, su ojo izquierdo resulto dañado, perdiendo parte de su magnífico pelaje, el impacto le hizo perder el equilibrio y cayó al suelo.

Hipo se deslizo entre la maleza, frente a él estaban los leñadores.

-¡Auxilio! ¡Ayuda!

El castaño llego con los hombres, que le miraron confundidos

-¿Qué sucede chico?

-lo…lobo, susurro con trabajo.

¡AHUUUUUU!

El aullido puso a los hombres alerta, un enorme lobo negro les veía desde la colina, pelando sus dientes y mostrando una pose de pelea.

-¿Qué mierda es eso?

Uno de los leñadores no dudo, arrojo una de sus hachas contra el animal. El lobo alcanzo a esquivarla, el filo se clavó en la tierra, creando un surco. Los leñadores se prepararon para defenderse, desenfundaron sus herramientas de trabajo listos para pelear.

Hipo tomo un cuchillo que estaba cerca, el chico temblaba pero logro no desmayarse, bueno, almenos no pelearía solo.

El lobo gruño y se lanzó al ataque, pero.

A medio camino se escuchó un disparo, los perdigones se esparcieron lastimando su pata izquierda. Los cazadores se acercaban. Dos cuchillos pasaron por su costado, de momento era mejor huir…ya después buscaría al chico.

Stoick se sorprendió al ver a su hijo ahí, pero se sorprendió más al saber que había sobrevivido a una carrera contra esa bestia. Increíble, el trabajo rudo sí que lograba milagros.

De verdad fue un día difícil, trabajo como esclavo y casi muere a manos de un animal. Por fortuna seguía ahí, parece que el resfriado se había esfumado y ese baño le relajo los músculos, ya no sentía el cuerpo pesado y los músculos dejaron de palpitar. Se acostó a descansar, mañana sería un día difícil. Su padre alerto sobre un posible ataque a la aldea, por lo que tenían que construir y mejorar sus defensas, las cuales eran escasas.

La luna brillaba en el horizonte, su plateada luz se coló por su ventana, bañando su cuerpo. La gema que colgaba en su cuello comenzó a brillar, el menguante crecía poco a poco.

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Hasta aquí el primer capítulo.

Muchas gracias por leer, espero fuese de su agrado, de momento me retiro a escribir otro fic.

Pero regresare para concluir este, no será una historia larga… creo.

pd. Si desean dejar algún comentario se los agradeceré…pero no es obligatorio.

pd2. Hago un poco de propaganda. Se me ocurrió entrar en el mundo yaoi de Saint Seiya, por lo que por ahí publique un fic con el título: tatuajes y berrinches (o creo que es al revés) les invito a que lo lean. Por cierto me refiero a SS Lost Canvas, los personajes son Kardia y Degel, por si les interesa.