Disclaimer.-Inuyasha y compañía no me pertenecen, le pertenecen a Rumiko Takahashi bla, bla, bla.

Sin nada más que decir.


Hate or love


—Tonto.—Dijo con tono burlón halándole el cabello. El joven sonrió con altanería.

—Lo dice la que quiere que le preste la tarea.—Ella le sacó la lengua.

—A mí, por lo menos, no me sacan de clase cada segundo.

—Ya habló la educada.

—¡Cállate!

Una pequeña sonrisa se ensanchó en el rostro del muchacho al ver que su amiga se quedaba sin ideas para contestarle algo mucho más hiriente.

Ella, por su parte, jugaba con uno de sus cabellos pensando en que decir.

Cuando encontró las palabras indicadas alzó el rostro con las cejas alzadas y una mueca de victoria. Sus palabras se atoraron en la garganta al ver a la maestra en frente de ellos, el joven parecía no haberse dado cuenta de aquello.

Pero cuando se dio cuenta su sonrisa se borró automáticamente. La señora, de más de cuarenta años, frunció el ceño señalándolos a los dos.

—Lección.—Se limitó a decir en voz alta sin importarle los suspiros y gruñidos de desagrado de los demás alumnos.

Ellos se miraron con miedo y confusión.

Jodida maestra.

El joven suspiró con cansancio observando con necesidad a su compañera. Ella negó en respuesta.

—Inuyasha, sabes que apestó en esta materia.—Detrás de enojarse él le sonrió.

—Eso se arregla rápido.—Exclamó él sonriente.—Hagamos trampa.

Kagome parpadeó confundida, pero luego entendió, estiró la mano y tocó levemente la mejilla de su compañero.

—¿Qué haría yo sin ti?—Preguntó con burla.

—Te morirías, mujer, morirías.—Ella se hecho a reír ante aquel apelativo, él no tardó en reírse también.

Luego de la risa él sacó una hoja de su cuaderno y comenzó a escribir, ella lo observaba atenta señalándole los puntos que tenía que copiar para sacar la nota completa. No pasó mucho tiempo cuando terminaron la trampa, se sonrieron satisfechos.

—Joven Inuyasha, cambie lugar con Takeda.—Ordenó la maestra sin ni siquiera mirarlo.

Esta vez se observaron con mucho, mucho, miedo.

Maldita, estúpida y jodida maestra.

Inuyasha a regañadientes se levantó de su asiento, pero, dejó su cartuchera en el pupitre de Kagome. Ella lo observó, confusa, luego vio la cartuchera frunció el ceño sin entender, estuvo a punto de gritarle que la había olvidado cuando vio una hoja asomarse por encima del cierre de la cartuchera.

¡Oh Dios!

¡Era la trampa!

Buscó a Inuyasha con la mirada desesperadamente pero al verlo con una sonrisa señalando su cartuchera dándole una muda orden moviendo los labios sin sacar sonido alguno y volteándose de inmediato se le subieron los colores de inmediato a la cara.

"Te lo regalo"

Eso quería decir Inuyasha.

Tal vez tener amigos así le agradaba después de todo.


Yep, este es es el primero de otros one-shot's que tengo guardados para completar esta recolección.

Historia sacada de un recuerdo personal, muy personal.

Gracias por leer. Besos!

Ecu.