Capítulo 1 – Helena
30 de junio, 2013.
Tatchi, China.
-¿Qué estás esperando? Ve tras ella.
-No. Nos mantendremos juntos.
Desperté de golpe al oír mi alarma sonar. Habían pasado 9 meses ya desde todo lo ocurrido en Tall Oaks y China, y yo no podía sacarme las palabras de Leon de la cabeza. Podría parecer una tontería, pero la forma en que lo dijo… no sonaba como si solo lo dijera para seguir con la misión, había algo diferente en su voz, un sentimiento diferente.
Desde los sucesos ocurridos por la culpa de Neo-Umbrella no he vuelto a ser la misma. Todos los días es lo mismo, ir al trabajo, volver a la casa y los fines de semana, bueno, no salgo de la cama.
Leon tampoco ha vuelto a ser el mismo, desde el día del cementerio se volvió más reservado, más misterioso de lo que ya era. Sé que es estúpido, pero esa forma de ser me ha lastimado junto con la ausencia de mi hermana. Sé que yo no le intereso… él quiere a Ada.
Mi teléfono sonaba mientras yo estaba sumergida en mis pensamientos.
-¿Qué pasa Hunnigan? –Dije volviendo de nuevo a la realidad-
-Helena te he dicho miles de veces que puedes llamarme Ingrid. –Contestó la morena-
-Bueno, ¿Qué pasa Ingrid? –Conteste sin muchos ánimos-
-Creo que se te hizo un poco tarde Helena, y me temó que tienes mucho papeleo esperándote. Pero no te preocupes –dijo tranquila- trataré de que el presidente no se dé cuenta de tu ausencia. –Colgó-
No me quedó de otra más que levantarme de la cama, ducharme y me fui, no había tiempo para desayuno. Conduje hacía mi aburrido trabajo, por una aburrida autopista. No podía soportarlo, tenía que dejar esta rutina o acabaría conmigo.
Llegué a la casa blanca y me dirigí hacía mi oficina, todo normal. Me serví un café hasta que una voz masculina inundo toda la habitación. Yo conocía muy bien esa voz.
-Helena, que poco profesional eres –dijo en tono bromista-
Era Leon. Mis ojos se abrieron como platos, era rara la ocasión en que hablábamos y yo siempre le hablaba el, él nunca me hablaba a mí. Baje la cafetera y me voltee dándole una sonrisa un poco forzada.
-Si bueno, mi vida es muy ocupada –sonreí sarcástica-
-Supongo que ver televisión todo el fin de semana te deja cansada –levantó una ceja-
-Para tu información hago más que eso… -me interrumpió-
-Deberíamos salir un día de estos ¿no crees? –me miró-
-Claro está bien –dije sin mucha importancia y entonces me sonrío y se fue mi oficina-
No analizaba muy bien lo que acababa de pasar, ¿acaso me invito a una cita? ¿O solo está jugando conmigo? Sé cómo es Leon, no pierde la oportunidad de coquetear con alguien. Y eso me molesta, pero no entiendo por qué, solo somos compañeros. Pero… es imposible no pensar en él. No dejaba de pensar en todo lo que paso en China, fue traumático, pero el simple hecho de tenerlo en mis recuerdos lo hace todo un poco mejor. Y la vez que me vio a los ojos en las alcantarillas, una parte de mi corazón se quedó en esos ojos grises azulados.
Seguí mi día como cualquier otro, termine todo mi papeleo y estaba dispuesta a salir de mi oficina e ir hasta mi casa hasta que alguien toco a mi puerta.
-Bueno que esperas, salgamos –dijo con una sonrisa pícara-
-¿Hoy? Pero mañana hay que trabajar Leon –dije mirándolo algo confundida-
-¿Y eso qué? Este trabajo es aburrido. Nada como el trabajo de campo Helena, a nadie debería de importarle llegar tarde a un trabajo de mierda como este. –dijo entusiasmado y algo molesto-
-Bueno no sé de qué te quejas, tú eres el que va de guardaespaldas y no tiene que hacer papeleo, preferiría tu trabajo mil veces más que el mío –dije acomodando mi silla- pero si insiste señor aburrido salgamos, conozco un buen lugar. –tome su brazo y nos dirigimos hacía mi auto-
-Espero que sepas que yo tengo auto –dijo mientras se subía-
-Lo sé, pero es más divertido compartir el auto ¿no? –Encendí el auto-
-Tu sentido de diversión es muy anticuado Helena –se rio en tono te burla- pero está bien, vamos a ser locos por ahí.
Todo el camino de ida al bar casi no hablamos, fue bastante incómodo para ser sincera. Llegamos a un bar donde generalmente van esos jóvenes que recién cumplen 21 años y son hijos de papi, nunca hubiera ido a un lugar así pero Leon lo sugirió. Llegando ahí hablamos de cómo nos estaba yendo desde lo de Neo-Umbrella, al estar un poco más ebrios empezamos a hablar de cosas sin coherencia, bailamos, reímos como tontos causando que la mayoría de las personas nos voltearan a ver, pero no nos importó. Estábamos ya en el estacionamiento dispuestos a irnos y riendo como completos idiotas, hasta que Leon se me acercó y me acorraló contra el auto.
-¿Alguna vez te han dicho que tienes unos ojos hermosos?-
Se me quedo viendo por casi un minuto, cuando estaba a punto de decir algo, me besó. Fue un beso largo y apasionado, sé que lo hizo por la influencia del alcohol pero me hizo darme cuenta de algo, creo que te amo Leon Scott Kennedy.
