Disclaimer: KOF no me pertenece.

Sí, aún tengo cara para aparecerme por aquí. Es navidad, y en mi tumblr estoy haciendo un reto de escribir un drabble por cada día de diciembre hasta navidad. Mientras lo hacía, me encontré una idea para escribir (que en tumblr le dicen 'prompt') que me gustó, y me recordó a mi OTP de KOF. Me olvidé de guardarla, pero editaré esto cuando encuentre el blog de donde la saqué. Lamento que sea tan breve, pero creo que no hay mucho para decir con tan vaga idea. En fin, espero les guste. Tengo otro drabble Blue Terry en proceso, aunque no es navideño.


Terry Bogard no era particularmente conocido por su habilidad de ensamblar árboles de navidad. Había llegado el día en que debían ensamblar el árbol, después de haberlo limpiado minuciosamente —al haber estado tantos meses en un sucio ático, era lo más lógico que estuviera más negro que verde—; Mary había comprado algunos adornos en el centro, con hasta semanas de antelación.

Lo que no mucha gente sabía, es que Mary era una entusiasta de la navidad y todo lo que conllevaba. Adornos, galletas, suéteres, infinitas películas navideñas; una vez que el calendario marcaba primero de diciembre, Mary se volvía un torbellino de espíritu navideño, contagiando a cualquiera. Menos a Terry, claro está.

A Terry de niño le apasionaban las fiestas; hasta que su padre fue asesinado y consecuentemente, no tuvo con quién celebrarlas, más que su hermano —quien de por sí también estaba bastante decaído por las fechas—, provocando que poco a poco se fuera apagando su espíritu navideño. Espíritu que Mary deseaba encender al ponerlo a ensamblar el árbol.

Uno pensaría que el gran lobo de Southtown podría manejar un par de clavos, luces y adornos; error. Cuando Mary volvió de la estación, llamando el nombre de su pareja, lo último con lo que pensó encontrarse era a Terry enredado en un montón de luces navideñas.

—¿Pero qué estuviste haciendo? —Exclamó entre risas, Terry profirió un gruñido por lo bajo.

—Lo que alguien me pidió que hiciera. —Alzó una ceja, con una expresión tan infantil que lo único que hizo fue causar una nueva ronda de carcajadas de parte de Mary.

—No te volveré a encargar tareas tan difíciles, entonces —se burló, ayudando a su novio a desenredarse.

Una vez que Terry estaba libre de las luces, Mary recordó los ingredientes para las galletas que descansaban en la cocina.

—Si me prometes que no lo vas a arruinar, puedes ayudarme a hacer galletas para Rock. Vuelve mañana de la casa de Andy, ¿verdad? —Cuestionó, caminando en dirección a la cocina.

Terry la siguió con una sonrisa de oreja a oreja; las galletas de Mary eran las mejores.