El dragón y la princesa
[Había una vez un Dragón que se enamoro de una Princesa.]
Capítulo único
Había una vez en un gremio muy alborotado un dragón, el dragón siempre se preocupaba por sus amigos, los protegía y respetaba, pero lo más importante era que el dragón amaba a alguien.
Aunque nunca lo aceptaría públicamente, el dragón estaba enamorado perdidamente de una princesa. Una para nada sutil pero muy bella princesa.
Recordaba con perfección el día cuando se conocieron ¿Cómo olvidarlo? Aquella extraña señorita le había invitado una comida por el simple hecho de haberla salvado de un farsante. Ella le había confiado su mayor fantasía, aunque al principio él pensó que nunca la volvería a ver, la tuvo que salvar de nuevo. Llevándola con él a su mundo de alegría y fantasía.
Recordaba las veces que la salvo, las veces que rieron juntos, que lloraron juntos, las veces en que mutuamente se consolaban; se decían que todo iba a estar bien, que siempre iban a estar uno al lado del otro.
Recordaba cuando él tomo valor y le dijo sus sentimientos, recordaba a la perfección como sus mejillas se tornaron de un carmín intenso, recordaba sus ojos abiertos de la sorpresa, recordaba el rechazo.
Recordaba la semana después que ella le preguntó si la seguía queriendo, él sonriendo con seguridad le dijo que nunca dejaría de hacerlo y fue entonces cuando ella correspondió. Gritándolo sin ninguna sutileza, proclamando que le correspondía en voz alta.
Cuanto amaba a su princesa.
Cuyo nombre era Lucy.
El rojo intenso no se hizo esperar en las mejillas femeninas, sus manos temblando cogían la hoja con poca fuerza temiendo romperla.
Natsu la miraba atento a sus gestos, sonriendo al ver que no tenía palabras. Movió su mano hacia la de Lucy rozándolas levemente, a lo que la maga reaccionó saltando de la impresión.
—¿Qué te pareció?—Preguntó Natsu acercándose más a Lucy.
Lucy tartamudeó algo que no logró entender, jugó con sus manos un momento, luego él cogió las manos de la chica entre las suyas entrelazándolas en el proceso.
Ella tomo aire.
—Bueno—Logró decir—Este...
—¡Oh vamos! Tardé media semana en escribirlo—Se quejó el joven—¡Al menos miénteme!
La maga estelar fijó su mirada en otro lugar suspirando sonoramente, algo que había aprendido era que ella no podía expresar libremente sus emociones como Natsu.
Era muy difícil.
Natsu la seguía observando con interés, podía sentir su mirada, luego su respiración, luego su aliento, luego sus labios en los de ella.
¿¡Qué rayos!?
Tan pronto como el beso comenzó, terminó, sintió de nuevo sus mejillas colorearse de rojo, y esta vez por más que lo intentó no podía despegar la mirada de su acompañante.
—¿¡Porque fue eso!?—Preguntó en un intento de salir de la incomodidad.
—Me dio ganas de besarte—Dijo él con tranquilidad.
Ella por su parte se sonrojó mucho más de lo que ya estaba, la incomodidad en ves de irse regresó mucho más fuerte que antes. Natsu juntó sus frentes cerrando los ojos. Sintió una inmensa culpa por no tomar en cuenta los esfuerzos de Natsu al hacer aquella pequeña historia.
—Me—Tartamudeo un poco, pero retomó la palabra—Me gusto—Dijo ya más segura—Gracias Natsu.
Él abrió los ojos y le dedicó una sonrisa antes de volver a besarla.
—De nada princesa.
—Cállate dragón.
Ok, este es mi primer fic así que tratenme bien sí?
Todo tipo de comentarios bienvenidos.
Keep calm and Aye sir!
