Nota del autor:
Es necesario que traiga a colación este tema que es trascendental para el futuro de mi país, y traerlo al fandom, dado que en próximos días comenzarán los diálogos.
Colombia ha atravesado uno de los conflictos armados más largos en Latinoamérica, un conflicto crónico de casi 60 años de datación, cuyos orígenes son en sí bastante nebulosos, entreconfundiéndose con el virulento periodo de violencia bipartidista (conocido como "La Violencia", comprendida entre 1948 y 1959) y los primeros movimientos sociales de insurgencia armada (la famosamente efímera "república socialista de Marquetalia", el ELN, el EPL, el surgimiento del M-19 a partir del fraude electoral de 1972, en fin).
Todos los colombianos hemos sido tocados de forma directa o indirecta por este nefasto conflicto armado que tanto daño nos hace a todos. A algunos un tanto más que a otros. Y eso lo manifiesta también los OC de Latin Hetalia (Catalina Gómez) e Hispanic Hetalia (Juan Pablo Márquez Botero), aunque es más evidente en Juan que en Cata (los vendajes y las cicatrices son su característica predominante).
La temática y estilo de este nuevo proyecto serán algo diferentes a lo que he escrito antes. Trataría principalmente sobre los diferentes procesos de paz que ha intentado el gobierno colombiano con la insurgencia (si es que se le puede llamar así a una cáfila de asesinos narcoterroristas) durante los últimos 30 años de conflicto armado, y tal vez explica y hacer comprensible al fandom la situación que vive Colombia. Habrá poco de lo que ya saben (y de lo que ustedes saben que predomina en el fandom, es necesario bajarle un poco a la fiebre del yaoi de por dios) aunque habrán leves, (si, leves) matices de Col/Ven.
No siendo más los dejo con el primer capítulo. Espero les guste.
Preludio.
Ceso la horrible noche
La libertad sublime
Derrama las auroras
De su invencible luz
La humanidad entera
Que entre cadenas gime
Comprende, Las palabras
Del que murió en la cruz1
La habana, septiembre de 2012, temprano en la mañana.
El despertador sonaba con su molesto ruido tan característico en la habitación del hotel. Los primeros rayos de sol se escurrían por entre la ventana, divisando en la cama del cuarto la figura de un muchacho de tez clara, cabello negro azabache, el cual dormía profundamente. Se logaban ver en brazos, piernas y torso del joven incontable cantidad de trazas de lino que vendaban diferentes partes de su cuerpo. En fin de cuentas, un cuerpo muy martirizado.
El joven se levanta con algo de pereza, apagando a fuerzas el despertador. Sabe lo que le espera: un largo día de trabajo. Mucho trabajo. No por nada estaba allí, su presencia era requerida con premura en la sala de conferencias, en donde los demás le estaban esperando.
Pues el muchacho en cuestión, que no rondaba los 26 años, que había conseguido un inmejorable estado físico en el aspecto físico y que estaba levantándose en ese mismo momento era Juan Pablo Márquez Botero, la representación física de la república de Colombia.
Se levanta y se pone una gastada sudadera azul petróleo, estirando las piernas y los brazos después del largo sueño. Las maratónicas jornadas de negociaciones lo han dejado agotado, pero son necesarias para ver si ya se puede llegar al fin. Sin embargo, está escéptico. Ha recordado cuantas veces lo habían humillado, pisoteado y engañado con falsas promesas de paz, falsas esperanzas que se esfumaban en un sinsabor cruel de desazón y desconsuelo. Había pedido a los gritos cientos de veces que pararan aunque sea un instante aquella virulenta guerra fratricida que lo carcomía lentamente de dolor.
Sonó el teléfono del cuarto. Juan pablo lo tomó con algo de desgana.
—¿diga?
—señor, disculpe que lo levantemos tan temprano, pero los señores Machado y Bönndevik le están esperando en la recepción.
—quédese usted tranquila señorita —contestó con una desganada sonrisa el colombiano— dígales a Carlos y a Lukas que en 10 minutos bajo.
—¿desayunará en el hotel?, si desea los de servicio a la habitación pueden…
—no, no pienso desayunar en el hotel. Gracias de todas maneras. Adiós. —se despide entonces, y cuelga el teléfono
Era mucho trabajo el que tenía por delante.
Entre tanto, en la recepción del hotel…
En un sofá del vestíbulo esperaban dos hombres. El noruego, de cabellos rubios claros, tez pálida, ojos purpura y un peculiar rizo que parecía flotar en el aire, amén de un pasador con una cruz nórdica esperaba con espartana paciencia sentado como si nada, mirando de forma fría e inquisitiva al cubano. Llevaba puesto un conjunto ejecutivo riguroso de camisa blanca de algodón, pantalones oscuros, corbata color cereza y abrigo de chaqué el cual llevaba en su regazo. El calor matutino de la habana le estaba sofocando, pero lo soportaba impasible. Entre tanto, el cubano estaba en otra de las poltronas de frente al noruego. Su actitud era más impaciente y voluntariosa, pero si embargo estaba haciendo un sobrehumano esfuerzo para controlarse. De tez morena, ojos café oscuro y cabello recogido en una coleta, llevaba puestos un conjunto fresco de guayabera, pantalón de lino crudo, y sandalias de cuero. Sus actitudes, así como sus apariencias eran diametralmente distintas. Tal vez muy distintas.
—Perdón por llegar tarde chicos
El colombiano bajaba rápidamente por las escaleras del vestíbulo, vestido de guayabera de lino blanco, pantalones oscuros y mocasines de cuero café. Sus ojos verde esmeralda notaban un brillo de hastío frente a la situación en la que estaba ya comprometido.
—idiota, nos hiciste esperar por casi una hora —espetó el noruego fastidiado— creí que tendría de nuevo que excusarte por no asistir a la reunión de hoy.
—si, si, claro. —exclamó cansadamente el cubano— lo mejor es que salgamos rápidamente, los demás nos estarán esperando y no creo que te den más espera los negociadores de tu gobierno.
—esta bien.
Salieron del hotel, tomaron un taxi con dirección a la sede gubernamental en donde se estaban gestando las negociaciones con las FARC. Que por ende, eran secretas. Así como la presencia de Colombia en la habana, nadie podía darse por enterado de la presencia del reino de Noruega en tan importante negociación.
Los soldados apostados en la entrada del edificio saludan a los tres chicos. Rápidamente Cuba, Colombia y Noruega se dirigen a la sala de conferencias en donde los negociadores estaban esperando.
—no podíamos esperarlos por más tiempo —dijo uno de los negociadores del gobierno.
Se notaba la desconfianza mutua. El altísimo secretismo de las negociaciones había empezado a generar muchas sospechas en la opinión publica internacional. La ausencia de Juan Pablo era de por sí muy extraña para algunos estados latinoamericanos: sabían bien que Colombia no es que le gustara salir de su casa tan a menudo. Y además de que ya no le contestaba el teléfono a casi nadie. Solo pocas personas del circulo de más confianza del país sabían el real paradero y la naturaleza de su misión en la habana, así como la de Noruega.
Muchas sospechas habían generado también la ausencia de Lukas Bönndevik. Sin embargo, él se había ofrecido como mediador para la primer etapa de las negociaciones. Era en cierto modo, confiable, e incluso más prudente que Sören. Si, recordaba aun con bastante desagrado lo que había pasado tiempo atrás con aquellas polémicas camisetas que respaldaban a las FARC, agregado a aquel documentalista que prácticamente se metió en la boca del lobo para realizar aquella producción "documental"2 pero que al verla sintió unas terribles e irreprimibles ganas de romperle al nórdico la cara, mas sin embargo sopesó los hechos, a sabiendas de que Sören simplemente era engañado. No conocía la verdadera dimensión de aquella crónica violencia.
Mientras se desarrollaban las discusiones, en medio de los ires y venires de las partes negociadoras intentaba reflexionar, como en anteriores ocasiones como había llegado a ese punto. A estar allí, prácticamente de nuevo en medio de un nuevo proceso, del cual no tenía ya muchas esperanzas. Largos cincuenta años de guerra y violencia lo habían llevado a tener una resignación espartana de que nunca llegaría el día en el que dejaría de sentir dolor. En el que sus heridas sanaran, en el que podía quitarse las trazas de lino que siempre llevaba consigo en brazos y piernas y que ocultaban los alcances de sus lesiones, heridas y moretones. Se había hecho daño a si mismo, también se lo había hecho a otros. Enrique había sufrido por su ira ciega y demente años atrás. Y aunque a pesar de todo, el ecuatoriano lo trataba de la misma forma que siempre después de aquel grave hecho, sentía que algunas ocasiones lo miraba con rencor y reproche.
Habían pasado tres horas, en medio de las virulentas discusiones preliminares. Lo que estaba aconteciendo en la habana simplemente era un tanteo exploratorio para ver si era factible el inicio de los verdaderos diálogos.
Y cuantas veces ya no había hecho eso.
Estaba harto.
Salió de la sala de juntas, dirigiéndose hacia el balcón. Miró el paisaje de la colonial ciudad: habían sido muy contadas las ocasiones en las que había visitado a Carlos, la mayoría como visitas de estado acompañando a su jefe de turno, o po motivo relacionado con alguna esperanza de negociación. Intentaba recordar cuantas veces había salido a pedir ayuda, o a intentar abonar terreno para una futura paz: Casaverde, Tlaxcala, ciudad de Panamá, Maguncia, San Vicente del caguán, Santafé de Ralito… la lista era larga. La mayoría habían sido un fracaso, solo unas pocas habían llegado a buen puerto: recordaba con gratitud el gesto noble del M-19 al desmovilizarse en 1990. Había corrido mucha sangre en esos años, su sufrimiento era inconmensurable e imborrable, habían heridas que nunca sanarían, pero reconocieron su responsabilidad y buscaron terminar su historia.
Años y años de sangre. Tantos años de sangre, de dolor y muerte. Había sufrido tanto después de que Antonio fuera expulsado de sus tierras, las constantes guerras civiles habían mermado su capacidad de desarrollo, aunque todos sus vecinos y conocidos no estaban en mejor situación después de su independencia. Solo recapacitó con aquella ultima guerra: La de los mil días. Tres años, 36 meses, 1085 días de sangre y muerte y el inconmensurable dolor de que Pilar se separara bajo presiones de Alfred lo habían hecho recapacitar. A medias, en fin de cuentas. Luego siguió 1948. Aquel nefasto y espantoso año que marcó con preludio sangriento una orgía desaforada de violencia y muerte. El bogotazo.
Ese día toda américa latina estaba de visita por su casa. La unión panamericana tenía su reunión anual, mas sin embargo todo se reunió en aquel espantoso 9 de abril. Sus invitados, todos estados encerrados en su casa. El espantoso e incontrolable dolor en su pecho. La pistola colt que llevaba al cinto, la mirada de desesperación de sus dos hermanos, y obviamente el terror que sentían todos los estados latinos, en especial Alfred frente a aquella espantosa situación. Casi tuvo que encerrarlos a todos a la fuerza y con llave en su casa para que no les pasara nada, Mariano3, su superior de esa época, se las cobraría caro. O quizás lo hiciera el señor Laureano4. Y después de aquella orgiástica y desenfrenada matanza, se desencadenó ese infame periodo. Y aunque su nuevo presidente lo había enviado a combatir al otro lado del mundo en contra de "la bestia roja" junto con Alfred, sabía lo que estaba ocurriendo. En fin de cuentas, lo sentía en carne propia.
Corea había sido una simple cortina de humo. Lo habían enviado a dios sabe donde junto con muchachos de casi 19 año como mínimo, en pos de una idea abstracta de libertad, según Alfred "defendiendo a Yong Soo" del "tiránico comunismo" de Yao e Iván. Laureano lo convenció para meterse en semejante coladera por casi tres años, mientras el "excelentísimo señor presidente" hacía y deshacía a su antojo, mientras pájaros siniestros comandados por un viejo cóndor conservador sembraban el terror entre el pueblo5. "Cachiporros" y "Chulavitas"6 asesinaban con saña, bajo el amparo del rojo y azul de los partidos políticos, como habían hecho en un pasado "Pateadores" y "Carracos"7.
Y después siguieron ellos. Con la caída de Laureano Gómez, la presidencia del general Rojas Pinilla y el frente nacional creía y estaba esperanzado en que las cosas tomarían un mejor rumbo. Un error. Surgieron entonces movimientos insurgentes: FARC-EP, ELN, ELP… y obviamente el ejercito no se daba abasto con tanta gente. Su gente tenia que defenderse, o bueno, los grandes hacendados tenían que proteger sus bienes. Y así surgieron los tan famosos paramilitares, ya pasados los setentas y ochentas, bajo las famosas "Cooperativas de seguridad privada" o CONVIVIR. Creía falsamente que si el ejercito no se daba abasto, quizás, solo quizás necesitaría algo de "Apoyo civil", así como Alfred le había dicho una vez con respecto a sus tan polémicos movimientos de milicianos.8
Grave error.
Y luego, siguió el narcotráfico. Las cosas se salieron de control. Ahora todos buscaban sus propios intereses. Los años ochenta fueron una década nefasta para el, años que deseaba olvidar pero que estaban grabados a fuego en su mente. En su cuerpo. Muchos cayeron en medio de las balas: hombres, mujeres, niños. Muchas vidas se perdieron. Todos buscaban de mil y un maneras despedazarlo de forma lenta y llevarse consigo los valiosos trozos de si mismo, enriqueciéndose a costa suya. Nombres como Pablo Escobar Gaviria, Carlos Lehder, Gonzalo Rodríguez Gacha, Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, los hermanos Ochoa, entre otros muchos más se hicieron ingratamente conocidos. Hermoso baño de sangre. Y aquel nefasto año de 1985, como si dios, por un designio cruel de su destino por sus pecados, o por un vil capricho de su tiránica voluntad, soportó dos tragedias que lo marcaron por el resto de su eterna existencia.
El holocausto del palacio de justicia y la avalancha que arrasó con Armero. Cosas que sucedieron con solo una semana de diferencia.
Pasado ese baño de sangre, creyó que las cosas volverían por un buen camino. Samper le decepcionó, y muy profundamente con respecto a los dineros de su campaña. El tan cacareado proceso 8.0009 terminó simplemente como una de las más espectaculares farsas mediáticas de su historia como nación independiente. Y en ese momento sus relaciones con Alfred no eran las mejores. Siguió entonces 1999 con una nueva esperanza de paz. Andrés pastrana asumía entonces la presidencia en medio de un confiado optimismo, en una atmósfera de esperanza inútil, un niñito ingenuo buscando la paz.
Debió haber dicho que no desde la primer vez.
Fue un proceso lleno de engaños y farsa mediática. Muchos se ofrecieron en ayudar pero a la hora de la verdad no fueron de gran ayuda. Las FARC quisieron manipular todo desde el inicio, el ELN hizo lo propio con Ludwig en Maguncia. Engaños, promesas, cortinas de humo aquí y allá. Pidieron el despeje de san Vicente del caguán, se les concedió. Pidieron seguridad de que no les iban a procesar mientras el proceso de paz seguía vigente, se les concedió también. Pidieron "Intercambio humanitario", se les concedió. Pidieron salvoconductos para una "comisión diplomática", obvio que se los concedieron. Lo único que faltaba era que pidieran caviar del báltico, salmón de Vancouver y champan francés en platos y copas de oro, y era más que evidente que Andrés se los iba a conceder.
¿Pasaría lo mismo esta vez? No lo sabía aun. Lo que si tenía claro era que las cosas habían cambiado mucho pasados los casi trece años. Ya no estaba débil y aterrorizado, era cosa del pasado. Estaba empezando a emerger como potencia en medio del caos de la crisis en la zona euro y la decadencia de Estados Unidos. El eterno reinado de Alfred Jones estaba derrumbándose pedazo a pedazo, lo sabía bien, y eso le producía una extraña sensación de conmiseración y satisfacción: conmiseración por el hecho de que él era su amigo más devoto y fiel, (a pesar de que Alfred no lo tuviese muy presente) y satisfacción por el hecho de que en fin de cuentas, estaba pagando aquellas viejas deudas de 109 años atrás.
Respiró profundo, inhalando la fresca brisa habanera. Recordó Cartagena de indias, sus murallas, su nostálgico aire colonial.
—Juan, creo que deberías venir con nosotros —le dijo el cubano serio.
—¿Qué ha pasado?
—tienes que verlo por ti mismo —le respondió el noruego.
Salió del balcón, pasando su mano por el cabello negro azabache, que brillaba lustroso con la luz del día. El flequillo se movió levemente. Sus ojos verde esmeralda habían perdido el brillo vivaz de antes, se notaba una melancolía extraña en los ojos del colombiano.
No saludó a absolutamente nadie. Se sentó, y miró impasible la pantalla del televisor que estaba en la sala de conferencias. Los negociadores habían tenido que salir de la sala de juntas, presididos por el jefe de la comisión de las FARC.
Habían filtrado la información a la prensa sobre las negociaciones secretas. La noticia ya era de dominio publico y ya no valía la pena seguirla manteniendo en secreto.
—LES HABÍA DICHO A TODOS QUE MANTUVIERAN ESTO EN SECRETO, MALDITA SEA, SE VAN A TIRAR TODO —Espetó el cubano colérico.
—tranquilo Carlos, sabía que esto tarde o temprano pasaría. Por lo menos aun no saben que Luke está aquí con nosotros.
—y es mejor que sigan así —exclamó el noruego.
Sin embargo, el celular del colombiano suena. Lo había encendido por pura y simple casualidad, mas sin embargo tenía varios mensajes de voz de cierto venezolano el cual estaba con el corazón en la boca.
"Juan, por el amor de dios, dime en donde estás maldita sea. He llamado a todos, a Francis, a Arthur, a tu casa, a Kike y al viejo Toño… incluso tuve que llamar al gringo idiota ese para ver si estabas con el —decía el mensaje de voz, aunque esto ultimo sonaba como un reproche y con un marcado tono de celos— llama, da alguna maldita señal de vida o algo, me tienes muy preocupado… o si no sacaré el tiempo que pueda de este maldito circo de mis elecciones y te buscaré hasta debajo de las piedras carajo!".
Otro del mismo tenor.
"demonios, llevas casi tres meses sin contestar el teléfono, tu secretaria me dice que estás de viaje, no me dirigiste la maldita palabra durante los Juegos olímpicos10, y desde la boda del viejo te andas en un cuento muy extraño con Noruega y con Cuba. ¿Qué rayos está pasando Juan Pablo?, necesito una maldita explicación que sea coherente y consecuente con respecto a la forma de la que te estás comportando. José me tiene con el alma en vilo y no cesa de preguntarme por ti, maldición, ya no sé que decirle. Así que si tienes un poquito de consideración con José, con Pilar y conmigo , porque si no lo sabías también Pilar está muy preocupada y María Té11 ya ni sabe que hacer con ella, deberías llamar informándonos donde estás. Y de paso, deja de ser tan idiota como para guardarme secretos. Te conozco, Juan Pablo Márquez Botero y sé que estás tramando algo, así que si no llamas en mínimo tres días te saco de donde estés y me importará cinco rábanos lo que estés haciendo, pero te obligaré a llamar a José para que le digas que estás bien. Con cariño, Kike".
—pero que regaño tan feo, mi hermano —afirmó socarrón el cubano.
—dios, porque tienes que hacerme esto en este preciso momento —espetó el colombiano para sí mismo resoplando de hastío.
El bochorno del mediodía invadía la sala de juntas.
—La verdad, no entiendo el hecho de tanto secretismo, ni el hecho de tu desinterés Juan —le soltó el noruego directamente— no es mi primera vez como negociador, y créeme, nunca he visto a alguien tan desinteresado en un asunto tan trascendental como el de estos preacuerdos como tu.
—si te dijera que esta no es mi primer vez, y que he visto esto cientos de veces, y que creo que sé que como puede terminar, ¿seguirías prestándome tu respaldo o me darás la espalda como hicieron Berwald y Sören?.
—yo nunca le doy la espalda a los que piden mi ayuda —contestó con manifiesta frialdad el noruego.
Tomó asiento, sirviéndose un vaso de limonada que había en una jarra dispuesta en una mesita contigua a la mesa de conferencias.
—Gracias por el gesto.
1 Primer estrofa del himno nacional de Colombia. El significado de la "horrible noche" trata sobre los años de dominación española, aunque en el contexto actual cambia a la "larga noche de 50 años".
2 Alude a un par de escándalos en 2004: un grupo de activistas daneses habían creado una línea de camisetas pro-farc, (y también pro OLP) cuyas ventas irían a un fondo que respaldaba la "lucha armada" del grupo insurgente. Agregado a esto, un documentalista danés se internó en un frente subversivo y grabó un "documental" en donde mostraban la vida de una guerrillera rasa. Todas estas manifestaciones de "apoyo" degeneraron en crudas y repetidas denuncias y quejas diplomáticas que no trascendieron de eso, de simples quejas.
3 Mariano Ospina Pérez: presidente de la republica durante el periodo de 1946 a 1950, uno de los periodos más convulsos de finales de la década de los cuarenta y principios de los cincuenta. Organizó la cumbre panamericana de 1948 y fue uno de los gestores de la naciente OEA. El 9 de abril de 1948 habían asesinado a Jorge Eliecer Gaitán en el centro de Bogotá generando violentos disturbios que arrasan gran parte del centro de la capital, generando incontable cantidad de muertes.
4 Laureano Gómez Castro: es uno de los presidentes más polémicos que ha tenido Colombia en el siglo XX. Furibundo orador (apodado por sus colegas como "el monstruo"), y con ideas notoriamente fascistas, intentó apropiarse del poder intentando establecer un régimen fascista al modo español. Un golpe de estado mientras estaba en estado de convalecencia lo obligó a renunciar a su cargo, y escapar a España, en donde fue tratado como "Huésped de honor" por Franco.
5 Aludo a León María Lozano, uno de los principales lideres conservadores del departamento del valle del cauca durante los años 40 y 50. Su siniestra fama se debe a que implantó un régimen de terror en el suroccidente colombiano, por medio de una abierta persecución política, amparada por el gobierno y la iglesia católica en contra de los simpatizantes del partido liberal. Lozano, quien era apodado "el Cóndor", prácticamente gobernó de facto el valle del cauca con los conocidos "pájaros", los cuales solían ejecutar a cualquier simpatizante liberal con especial sevicia. Murió asesinado e 1974 en Pereira, al salir de misa. De él se han escrito libros y producido películas, como "Cóndores no entierran todos los días", película producida por Francisco Norden, basada en el libro de Gustavo Álvarez Gardeazabal.
6 Los "Cachiporros" eran aquellos partidarios extremistas del partido conservador, que tomaban partido por la virulenta violencia extrema. Se puede decir que los "Chulavitas" son su contraparte.
7 Pateadores: Era la denominación de aquellos partidarios del centralismo en la época de la "patria boba". Carracos: Esta por su parte era la denominación de los partidarios del sistema federal.
8 En estados unidos, en virtud de la constitución de 1776, todas las personas tienen el derecho a "la libre asociación para defender tanto a sus bienes como a sus familias". Los movimientos de milicianos norteamericanos también han sido por así decirlo "fuente de inspiración" para los movimientos paramilitares colombianos, aunque ellos llevaron el concepto de "Asociación" y "Autodefensa" más allá. El tema es demasiado turbio como para tocarlo en el fic, por lo que intentaré hacerlo de la forma mas prudente posible.
9 Proceso 8.000: Este proceso fue el que se siguió en contra del presidente Ernesto Samper Pizano (periodo 1994-1998) por la infiltración de dineros del cartel de Cali en su campaña presidencial. Conocido también como el "elefante" por una frase del cardenal Pedro Rubiano Sáenz, a la sazón arzobispo de Bogotá,
10 Las negociaciones supuestamente se estaban empezando a llevar a cabo desde febrero de 2012
11 María teresa Rendón Orellana: Costa rica.
