Hola lectores he aquí otra de mis locas historias sobre este maravilloso manga *U* espero que les guste, verán ciertamente este fic será una serie de viñetas y One-shot de las parejas Eren x Annie y Rivaille x Mikasa cada capítulo será continuación del anterior así como de la siguiente pareja que es Rivaille x Mikasa ¿Me explico? Espero que si xD en fin no les quito más su tiempo así que a leer ñ.ñ

Shingeki no Kyojin no me pertenece todo es obra de Hajime Isayama-sensei.

Advertencias: Spoiler y posible Ooc.


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Frágil.

Eren X Annie.

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Con cada escalón que bajaba hacia ese oscuro calabozo, podía sentir claramente como un frio intenso lo abrazaba haciéndolo temblar. Ni si quiera la llama de su antorcha podía brindarle un poco del calor que tanto necesitaba, rechino los dientes y continuo su camino lo mejor era dejar de pensar en ello, el frio no lo detendría en su intento de llevar a cabo su misión.

Conforme se adentraba más en el sitio no podía evitar examinar cada detalle asombrándose del lugar. No es como si nunca hubiera visto un calabozo al contrario ¡Él dormía en uno! Pero este no se parecía nada al suyo. El olor a putrefacción y el sonido del rechinar de las ratas, sumándole lo que parecía ser manchas de sangre seca en las paredes le daban ese toque espeluznante y repulsivo capaz de revolver el estómago de cualquiera y Eren no era la excepción.

Por un momento el joven se detuvo intentando controlar las náuseas que sentía, cerró los ojos y respiro profundamente lo cual fue un grave error pues el horripilante olor inundo sus fosas nasales provocando que el castaño devolviera todo lo que ingirió en la cena.

—Maldición…— Susurro mientras se limpiaba la boca con la manga de la gabardina negra que traía. Espero unos momentos y cuando se sintió mejor decidió retomar su camino, intento pensar en algo más para ignorar el horrible sitio en el que se encontraba e inconscientemente su mente le puso frente a él la imagen del sargento Rivaille, una pequeña sonrisa apareció en los labios del joven al preguntarse ¿Qué haría el sargento si se encontrara en su lugar? Pero de inmediato la sonrisa se borró y el pánico pinto su rostro al saber lo que haría, conociéndolo seguramente lo obligaría a limpiar todo rastro de suciedad. Meneo la cabeza a ambos lados alejando esos pensamientos al parecer el remedio fue peor que la enfermedad pues el color verde en el rostro del chico lo delatara.

De nuevo cerró los ojos y se apresuró a terminar de una maldita vez bajar las escaleras, sin embargo cuando se hallaba a un escalón de pisar el suelo. Las ganas de regresar por donde vino no se hicieron esperar, se quedó ahí de pie debatiéndose entre sí seguir o regresar debía admitir que le daba un poco de miedo saber lo que sus ojos verían si continuaba a su camino. Y no es como si fuera a encontrase con algún tipo de monstruo… No, encontrase con eso sería una completa suerte. A lo que le temía era mucho peor, algo que nunca ni en sus sueños más alocados hubiera creído ver pero que por azares del destino no era más que la cruel realidad. Trago saliva con dificultad y dándose ánimos a si mismo término por bajar el último escalón; camino hacia el frente sintiendo como con cada paso que daba su corazón se aceleraba. Con su antorcha fue encendiendo las demás iluminando el lugar, solo una pregunta resonaba una y otra vez en su mente ¿Seria su corazón capaz de soportar lo que sus ojos estaban a punto de ver? La respuesta llego como un rápido si, cuando sus orbes verdes captaron un pequeño destello en el interior del calabozo.

Apresuro el paso y al momento de encender la última antorcha casi pudo jurar que su corazón se detuvo por un momento al ver frente a él un enorme cristal, no parecía ser la gran cosa y en realidad no lo era. Lo que dejo sin movimiento a él joven soldado no fue la piedra si no lo que había dentro de ella, una hermosa joven de estatura baja, cabello rubio y de piel pálida. Dormía plácidamente dentro del inmenso cristal, Eren aun sorprendido a lo que sus ojos veían dejo lentamente la antorcha a un lado, se acercó poco a poco hasta quedar a pocos centímetros del cristal. Levanto una de sus manos con la intención de tocar el cristal, fue ahí cuando noto como su mano temblaba. Rápidamente con la otra la tomo apartándola, sintió como su cuerpo comenzaba a temblar y no precisamente de frio…. Más bien era de rabia e impotencia, así es , la esperanza de la humanidad estaba enfadado y dolido con la persona que dormía dentro del cristal, esa mujer era su antigua compañera en la academia militar, así como la persona que le enseño a luchar en el combate cuerpo a cuerpo pero sobre todo… Annie Leonhardt fue la primera mujer en llamar su atención, llegando al punto de pensarla cuando tenía la oportunidad, la quería como más que una amiga de eso estaba seguro. Lamentablemente cuando se dio cuenta de ello ya era demasiado tarde, las circunstancias que se dieron antes de su graduación complicaron las cosas, entre ellas estaba el repentino hecho de que podía convertirse en Titán eso acelero su ingreso a la Legión de Reconocimiento aislándolo completamente de sus amigos y de ella. Desde ese momento el castaño fue haciéndose a la idea de no volver a ver a la rubia otra vez, estaba consiente que ella elegiría otro camino muy diferente al suyo y curiosamente eso lo alegraba, si ella se unía a la Policía Militar como dijo que lo haría al menos estaría a salvo dentro de los muros. Pero como siempre las cosas no salen como se planean, desgraciadamente el destino tenia deparado encontrarlos y no para bien como Eren hubiera deseado sino para todo lo contrario.

Cuando la verdadera identidad de Annie salió a la luz no podía ni quería creerlo, se negaba rotundamente a aceptarlo y más aún cuando la miro directamente a los ojos pudo distinguir un pequeño brillo de culpa y tristeza en aquellas orbes azules que le rompió el corazón. Pero al parecer la rubia se dio cuenta que él pudo ver más allá de lo que ella se empeñaba en querer mostrar. Iniciando así una de las batallas más difíciles que el joven tuvo que enfrentar, en esos momentos la rabia fue su fiel compañera en la pelea. Quería desquitarse de todo, de su traición, de las muertes de sus compañeros, pero sobre todo….quería transmitirle a ella un poco del dolor que sentía en su pecho, sin darse cuenta como gano la batalla atraparon a Annie y ahora…

Ahí estaba frente al cristal que la aprisionaba incapaz de tocarla, cabe decir que después de la lucha Eren se había negado el ir a ver el estado en el que se encontraba la rubia hasta ahora…. Se abrazó a sí mismo, lentamente callo de rodillas al suelo sin quitar en ningún momento la vista de la mujer que aunque estuviera dormida dentro, seguía trasmitiendo ese aire de soledad.

— ¿P-porque Annie? — Pregunto con la voz entrecortada, le dolía toda esa situación a veces le gustaría pensar que no era más que una pesadilla, que pronto despertaría e iría a entrenar con ella tal como lo hacían en sus años de academia. No obstante la realidad y el hecho de que el jamás huía de nada lo llevaron a por fin darle la cara, tal vez era masoquista pues cuando la vio una parte dentro de su corazón se alegró y la otra la odio como jamás se imaginó llegar a odiar a alguien.

De repente algo cambio en la mirada del joven, en sus bellos orbes esmeraldas se podía apreciar un deje de rabia, tristeza e ¿Impotencia? En cuestión de segundos se puso de pie y comenzó a golpear con sus puños fuertemente el cristal que la mantenía prisionera, lo golpeo hasta que sus manos sangraron, no le importaba el dolor eso no era nada comparado con lo que sentía por dentro.

Sin fuerzas, derrotado pego su frente en el cristal quedando frente al durmiente rostro de la que alguna vez fue su primer amor. Un suspiro cansado salió de los labios del castaño.

—Duele Annie….duele demasiado—Tras decir aquello las lágrimas no tardaron en aparecer, mojando su rostro. — ¿Sabes? Yo….en aquel entonces cuando entrenábamos me sentía sumamente feliz de ser tu compañero, no me importaba si me pateabas el trasero porque cuando me regalabas esas sutiles sonrisas todo rastro de dolor se iba…..esos pequeños momentos son los que aún no me dejan creer lo que los demás dicen pero…..también sé que no puedo justificar tus acciones por eso Annie me gustaría escuchar tus razones ¿Qué fue lo que te obligo a actuar de esta forma? Espero y puedas escucharme— Cerró los ojos fuertemente intentando aminorar un poco el dolor que le causaba la situación, después de unos minutos fue abriéndolos lentamente.

—Aún hay cosas de ti que desconozco, pero espero que algún día llegues a contármelas— Una triste sonrisa se dibujó en sus labios al decir aquello. —H-hay algo muy importante que tengo que decirte y es que Annie yo…..— Al parecer en el último momento Eren se arrepintió de lo que estaba a punto de decir pues en cuestión de segundos se apartó abruptamente del cristal, su reparación era agitada y tenía la vista ensombrecida. Tomo la antorcha que antes uso para iluminar su camino, se puso la capucha y comenzó a andar de nuevo a la superficie no sin antes darle una última mirada a la mujer que amaba.

—Perdóname Annie no puedo decirlo, al menos no mientras estés así…..Si de verdad te interesa saberlo espero que salgas de esa prisión que tú misma te forjaste para protegerte del mundo….ten por seguro que te esperare— No necesito decir nada más, camino sin mirar atrás y mientras subía las escaleras por su mente aun pasaban la palabras que no pudo decirle, ese amargo "Te Amo" lo atormentaría hasta que Annie Leonhardt despertara de aquel sueño que la hacía ver tan frágil.

Salió del calabozo y se fue al sótano procurando en todo momento que nadie lo descubriera, después de todo había escapado de su celda para infiltrarse e ir a verla aunque fuera por pocos minutos. Sin embargo si hubo alguien que lo descubrió en su huida y para sorpresa de Eren su hermana adoptiva Mikasa había accedido a ayudarlo para que nadie se diera cuenta. Incluso se ofreció a mantener alejado a su verdugo lo cual no era prácticamente imposible para cualquiera que lo intentara, tal vez exceptuando a Mikasa pues cuando Eren llego al lugar donde dormía y noto que no había rastros de que el sargento hubiera estado por ahí, inmediatamente supo que su hermana había tenido éxito en su misión; ahora la pregunta era ¿Cómo lo hizo?

Jeager suspiro y se tumbó en la cama no pudo evitar pensar que si Mikasa lo ayudaba podría ir más seguido a ver a Annie. No le diría nada de lo que sentía, al menos no mientras estuviera prisionera. Por el momento aguardaría pacientemente su despertar.

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Hasta aquí espero que les guste así como también me encantaría que me dejaran su opinión es muy importante pues me anima a seguir escribiendo *w* ¡Nos leemos pronto! Ya nee

¿Merezco Reviews? O.o