¡Hola!
Lunes 14 de Diciembre de 2015
.
.
.
.
La princesa de rubios cabellos caminaba de un lado a otro con nerviosismo. Le había dado tantas vueltas al asunto como le había sido posible, y a pesar de tener sus sentimientos claros hacia Naoya quería evitar a toda costa el glorioso día del…Chuchu.
Oyó tres golpes suaves a través de la puerta.
-D..Diga-su corazón se aceleró, no quería que fuera Naoya, no quería verlo si quiera a la cara.
-¿Princesa?-
-¡Judith!-la antes mencionada había entrado seguida de Griselda.
-¿Princesa se encuentra bien?-preguntó Griselda con una mano sobre la espada que siempre cargaba.
-S…si…¿por qué no lo estaría?-No estaba segura de querer que tanto Judith como Griselda se enteraran de lo que planeaba hacer, sabía de ante mano que la succión era algo que todas las personas que habitaban en el castillo y muy probablemente las de todo el reino esperaban de ella; la princesa súcubo.
-No ha salido de su habitación en todo el día-Judith tenía razón. Lo último que había querido ese día era llamar la atención.
-Es solo que…que-su nerviosismo la delataba y no podía evitarlo.
-¿Se siente bien?-preguntó esta vez Griselda.
-Yo…¡necesito dormir!-Se arrojó sobre la cama y se tapó de pies a cabeza con una sábana color amarilla no sin antes abrazar el reno con el que dormía.
No estaba segura si habían pasado segundos, minutos o incluso tal vez horas, pero aún así ella no podía dormir. Se sintió tremendamente estúpida. ¿Qué le diría a Naoya? Además su vida aún no corría peligro, ¿para qué hacer algo tan asqueroso?
-¿Princesa?-Su corazón se detuvo por un instante. Naoya había sido tan silencioso que ni siquiera escuchó cuando este abrió la puerta de su habitación y se puso a un costado de los aposentos donde ella dormía.
Sin decir palabra alguna y casi segura de que estaba tan roja como el jugo de tomate que Elíka consumía. Naoya tampoco dijo palabra alguna, solo se acercó lenta y cautelosamente ante cualquier movimiento de Lotte.
-¿Puedo?-Preguntó unos centímetros antes de posar sus labios sobre la frente de la princesa la cual sólo asintió en silencio y evitando el contacto visual.
-Na..Naoya…-
-¿Si?-
-Creo que ya..ya es ho..hora de que te pongas a …trabajar-
Tal vez Lotte no era la única que no estaba lista para el gran momento del Chuchu, y se dio cuenta cuando Naoya se desplomó a su lado con un hilo de sangre colgando de su nariz. La princesa Astarotte llamó desesperadamente tanto a Griselda como a Judith pero justo cuando las necesitaba ninguna aparecía. ¡Incluso Olav no atendía a su llamado! Y se enteró por qué al salir de su habitación. Tanto Olav, como Griselda, Judith, Effie y Coo se encontraban tras la puerta desmalladas. Habían estado escuchando todo el tiempo. La única que estaba contenta y haciendo un baile de la victoria era Asuha.
-¡Lotte será adulta!¡ Papá, Lotte ánimo!-
Tal vez aún no era el momento del Chuchu.
