Los personajes de Katekyo Hitman Reborn! No me pertenecen.

Nana.


Tú Nana, eres su madre, la mujer que lo trajo al mundo y que lo tuvo en el vientre durante nueve meses, en los cuales tú, si tú, lloraste, vomitaste, sufriste y pensaras que era una agonía, pero todo acabó cuando el berreo ni bien salió de tu vientre.

Se convirtió en una hermosa luz, mientras veías a tu hijo llorar y el doctor darle una palmadita en el trasero pensaste, te protegeré, te protegeré…

Te protegeré.

Pero ahora estas ahí, sentada sobre tus rodillas, mirando con lágrimas en los ojos el ataúd del niño que prometiste que protegerías. A tu lado todos quieren darte consuelo para nadie llega, ni siquiera tu marido, tu fiel esposo, que por más días, meses o años sin verlo lo seguías amando como el primer día.

Pones una mano en el ataúd de madera que resplandece como el oro en un barrio bajo, hermoso y lúgubre al mismo tiempo, lo acaricias y piensas que es la piel delicada del niño que tuviste entre tus brazos hace 25 años atrás, pequeño, delicado, frágil y hermoso, como un querubín.

Pero ahora, mientras sostienes entre tus manos el ataúd todo parece desmoronarse entre tus ojos.

¿Qué fue de tu hijo?

Nana… tu que siempre sonreías, por más crudas e insufribles que fueran las circunstancias no dejas de sentirte sola, tu niño, tu Tsu-kun, tu bebé está muerto.

Si él te llama ya no podrás encontrarlo, si quiere contactar contigo ya no podrás escucharlo, si él llora ya no podrás consolarlo…

¿Qué fue del niño dulce?

Ya no lo verás con esa sonrisa cálida en la boca. Nana… ahora que estás abrazando el ataúd de tu hijo, sangre de tu sangre, carne de tu carne. ¿Qué se siente?

¿Por qué no puedes odiarlos?

¿Por qué te aferras al ataúd?

Nana, ahora que miras con ojos vacíos como el ataúd baja lentamente a la fosa, te parece ver a tu Tsu-kun despidiéndose de ti con una sonrisa y una agitación de mano.

¡Mamá, quiero comida!

También puedes escuchar su voz.

¡Mamá me he caído!

Puedes escuchar su lamento.

¡Te quiero mucho mamá!

Puedes escuchar su despedida.

Y tu niño, el ser preciado de tu vida se calla. El ataúd baja y las personas que están encargadas empiezan a echar tierra, tus recuerdos se vuelven negros, se nublan.

¿Cómo se llamaba tu niño Nana?

Tiemblas, llevas tus manos hasta tu boca, sofocando un grito.

¿Cómo era tu niño Nana?

Tu esposo, que está a tu lado como un perro guardián pone una mano en tu hombro, pero tú no lo sientes.

¿Por qué no le dijiste que se quedara aquel momento?

Mamá, tengo que irme, en serio. No te preocupes volveré.

Tú sonríes y asientes.

Sí Tsu-kun.

Él te abraza, te aprieta contra su pecho y susurra tu nombre.

―Nana, vuelve en ti cariño.

Abres la boca.

―Tsu-kun…

Susurras.

―Tsu-kun…

Lloras.

―…Tsu-kun…

Gritas.

―¡Tsu-kun!


N/A. Dios, me hizo llorar, en serio. Espero que os gustase, espero vuestras opiniones si creéis que siga escribiendo algo de Nana. Esto esta terminado, gracias.

P.D; No todo tiene que ser alegre para Nana.