...UNSERE ZUKUNFT (Los crímenes de la desilusión)...
Capitulo 1: La revelación…
En una oscura habitación iluminada por un par de velas se encontraba un encapuchado, en el centro de un circulo, delineado por un polvo blanco, en el centro del circulo casi imperceptible había unas fotos de cuatros personas, las cuales no se podían detallar bien.
El encapuchado después de recitar unas palabras salio del centro del círculo, tomo una daga y cortando la palma de su mano derecha, dejo que la sangre cayera sobre las fotos, que pudiéndose detallar mejor mostraban unos jóvenes abrazados.
Al terminar de regar las fotos, tomo un libro comenzó a leer una palabras inteligibles para el simple entendimiento, al terminar tomo una pequeña botella que contenía una sustancia humeante de color naranja, que asemejaba al fuego.
Lanzo el contenido de la poción en el centro y antes de que explotara el círculo se alcanzo a escuchar.
-¡¡¡¡UNSERE ZUKUNFT!-
Un joven de unos 17 años se encontraba sentado en la sala común de Gryffindor, limpiando sus gafas mientras esperaba, a su novia.
El joven era alto, delgado de cabello azabache, con unos alucinantes ojos verde esmeralda, con una particular cicatriz en la frente en forma de rayo.
Al terminar de limpiar sus gafas las pone en su lugar, justo para ver a su novia bajar por las escaleras.
Una pelirroja, con el cabello recogido en una coleta, con una fina figura que estaba enmarcada por un vestido lila, que le entallaba como una segunda piel; aunque tenía un par de pecas en el rostro no disminuía su belleza antes la intensificaba, enmarcado su ojos color chocolate que iluminaban el camino de aquel joven, que había quedado sin aliento.
-Estoy lista- Dijo la pelirroja, en un tono angelical. Termino de bajar las escaleras y tomo de gancho al joven que no podía creer lo que veía.
-Estas bellísima- Dijo el joven ofreciendo una rosa que minutos antes había tomado de la mesa, que se encontraba junto a el.
-Gracias Harry, tu también estas muy lindo- Dijo la pelirroja dándole un corto beso en los labios –Bueno vamos, si no llegaremos tarde, Hermione y Ron ya nos deben estar esperando-
-Tienes razón, vamos, srta. Weasley- Harry la condujo con la mano hasta la salida de la sala común.
Caminaron varios minutos hasta que llegaron al Gran Comedor, donde en una mesa los esperaban Hermione y Ron; estos levantaron las manos para que los vieran. Ginny fue la primera en verlos así que sin decir palabra condujo a su novio hasta la mesa. Al llegar la pelirroja se acomodo al lado de Hermione, que también estaba hermosa, con su cabello habitualmente alborotado se encontraba liso, adornado por unas hebillas, brillantes que daban la impresión que tenia estrellas en el cabello, con un hermoso vestido azul platinado, que era ajustado hasta la cintura, y luego caía libremente hasta los tobillos.
-Pensé que tocaba ir a buscarlos- Dijo Ron, en un tono algo severo. El pelirrojo había cambiado bastante del chico que era antes, estaba altísimo, su cabello rojo corto le resaltaban los ojos azules que cada día eran más profundos. Se había convertido en uno de los chicos más deseados de Hogwarts, aunque eso no le importaba ya que hace unos meses por fin se había atrevido a confesarle a Hermione sus sentimientos, ya que era correspondido, ese mismo día de la declaración se habían hecho novios, y aunque aun peleaban se reconciliaban más pronto que antes.
-Dile eso Ginny que fue la que se demoro, pero hay que aceptarlo que valió la pena- Respondió con una amplia sonrisa Harry tomando de la mano a la pelirroja.
-Si no hubiéramos vuelto a Hogwarts, nos estaríamos, perdiendo de esto ¿No creen?- Cometo Hermione, ya que al año escolar anterior tras la muerte de Dumbledore, habían tomado la decisión de salir en busca de las horcruxes (Fragmentos del alma de Voldemort, solo destruyéndolas todas se puede destruir al mago oscuro), habían comenzado su búsqueda una semana después salir a vacaciones iniciaron la exploración de su paradero.
Tras varios intentos habían destruido cinco de la siete solo hacia falta las que estaban en el cuerpo actual de Voldemort y la perteneciente a su serpiente, pero antes de que Harry se enfrentara a el, fueron encontrados por la orden del Fénix en cabeza de Lupin, que los había obligado a regresar al colegio de magia y hechicería.
-Si tienes razón, yo en este momento estaría sola, y sufriendo por no saber de ustedes- Agrego la pelirroja, borrando su sonrisa al solo imaginar la situación.
-Ya no pensemos más en eso que les parece, si más bien disfrutamos de la fiesta, hoy es nuestra noche, no la de Vol… Vol… Voldemort- Dijo apresuradamente el pelirroja aunque aun le costaba pronunciar ese nombre entre Harry y Hermione, lo habían obligado hacerlo.
-Tienes, razón, disfrutemos esta noche, será una de las últimas en las que tendremos paz, hay que aprovecharla- Dijo Harry haciendo que la felicidad volviera a la mesa – Srta. Weasley me concede esta pieza- Dijo el brujo ofreciendo la mano a la pelirroja.
La bruja encantada tomo la mano del moreno. Bailaron la gran parte de la noche, hasta que los pies de Harry pidieron a gritos que descansara un poco.
-¿Ustedes por que no han salido a bailar?- Pregunto Ginny mientras se sentaba imitada por su novio, a su hermano y a su mejor amiga.
-La verdad es que a nosotros se nos da mejor quedar hablando, ¿No amor?- Respondió Ron, apoyado por una afirmación de la castaña con la cabeza.
-Más bien por que no nos acompañan a pasear por los alrededores de Hogwarts, ¿Digan que si?- Propuso Hermione al tiempo que ponía ojos de perrito.
-Me parece una buena idea- Contesto la pelirroja tomando a Harry con la mano, obligándolo a ponerse de pie.
-Definitivamente no pueden ver un pobre acomodado- Dijo el moreno mientras se ponía de pie.
Los cuatro salieron del Gran Comedor, hacia los terrenos de Hogwarts, al salir, todos pudieron sentir un fuego que los envolvía, y al mismo tiempo los quemaba haciendo que los cuatro gritaran del dolor. Al poco tiempo de sentir la tortura Ginny fue la primera de perder el conocimiento, de cerca la siguió Hermione, minutos después Ron y al final Harry.
El primero en despertar fue Harry, al hacerlo vio a sus amigos y a su novia en el suelo, se acerco para asegurarse que estaban bien, después de examinarlos pudo deducir que solo estaban inconcientes. Harry al detallarse bien su alrededor pudo notar que ya no estaban en Hogwarts, y que estaban a plena luz del día tal vez eran las once de la mañana si en una especie de túnel abandonado, casi en ruinas, lleno de papeles y cartones, Harry pensó que talvez en las noches era refugio de algunos indigentes, se podía notar la terrible batalla del que había sido testigo el lugar, Harry no pudo seguir analizando el lugar ya que Hermione despertó.
-¿Qué paso?- Pregunto desorientada la castaña, al acomodarse quedando sentada en el suelo, pudo notar los mismo que Harry que habían sido trasladados a otro lugar -¿Dónde estamos?-
-No tengo idea, pero aquí es de día yo pienso…- Harry no termino la frase al ver que Ginny y Ron también estaban despertando.
-¿Están bien?- Pregunto el moreno acercándose para ayudar a levantar a Ginny del suelo, Ron hizo lo mismo pero con Hermione.
-Creo que… Si ¿Pero donde estamos?- Pregunto la pelirroja, intentándose orientar.
-Siento que ya estado aquí antes- Dijo Ron analizando el lugar.
En una parte más profunda del túnel pudieron escuchar ruidos de pasos, así que los cuatro con mucha cautela ya que no tenían sus varitas, las habían dejado a ocasión del baile.
Al llegar a la fuente del ruido, pudieron ver un hombre caminado de lado a lado, el hombre estaba envuelto en una túnica negra, que se abría cada vez que giraba para cambiar el rumbo, moderadamente alto, delgado, más de lo normal, de cabello azabache, con unos lentes redondos que enmarcaban sus ojos verde esmeralda y con una cicatriz en la frente en forma de rayo.
-Soy yo- Fue lo único que pudo decir Harry, así que sin pensarlo se acerco a aquel hombre.
Cuando se encontraba frente a el, el hombre ni lo determino es como si Harry no existiera, como si no estuviera ahí.
-Creo que no nos puede ver, ni oír- Dijo inteligentemente Hermione, acercándose a Harry, imitada por los pelirrojos.
-Soy yo ¿Verdad?- Pregunto Harry que no dejaba de mirar aquel hombre que tiene firmemente la varita en su mano y miraba para los dos lados del túnel esperado al parecer la llegada de alguien. Hermione iba a responder pero un fuerte ruido al lado derecho del túnel como una especie de pitido los obligo a girar para ver que era.
Al poco tiempo llego un vagón del tren, pero al parecer no había nadie en su interior. El vagón se encontraba en las mismas condiciones que el túnel, casi demolido.
- ¡¡¡Ya se!- dijo emocionada Hermione – Estamos en la estación de King's Cross-
-Sabia que antes había estado aquí- Dijo Ron – ¿Pero que le ha pasado?-
Los cuatro jóvenes vieron como el vagón paraba por completo y la puerta se abría el hombre, se puso en guardia dispuesto atacar al más mínimo movimiento.
Al momento del vagón bajo una mujer de cabello rojo liso que le llegaba hasta un poco más arriba de los hombros, peinado por la mitad, que le caía sobre el rostro, excesivamente blanca con los ojos delineados de color negro que reafirmaba la ausencia de brillo de estos; pero lo que más resaltaba de la mujer era los labios, estaban coloreados de rojo escarlata.
Su vestido era negro de cuello tortuga en el centro adornado con una fila de botones que llegaban hasta el final del traje, tan ceñido que dejaba ver la bien formada figura de la mujer; era entallado hasta la cintura luego caía libremente tapando más abajo de los tobillos, pero dejando ver unas botas de punta de un brillante casi ofensivo. La mujer aunque hermosa, era bastante sombría.
-Que puntual- Dijo la mujer cuando ya había bajado del vagón marcado cada paso con el sonido que producía las botas al contacto con el suelo; ya se encontraba en la estación, y hablaba en un tono algo burlón.
-¿Qué quieres? "Ginevra"- Pregunto el brujo haciéndole un énfasis al nombre de la mujer.
Ginny casi de desmaya al darse cuenta que era ella, con algunos años más y sin pecas pero era ella, mientras que los demás no se perdían ningún movimiento, de los brujos.
-Es hora de pagar lo pecados cometidos. "Queridito"- Dijo la bruja acercándose peligrosamente al brujo, pero sin tocarlo.
-Aun no todo esta perdido- Contesto algo colérico el brujo, alejándose de aquella mujer.
-Bueno, es verdad, aun tienes vida por que…- La bruja hizo una corta pausa remojándose los labios con la lengua -… por que esta guerra ya la perdiste- Completo la bruja como si estuviera disfrutando cada palabra, que pudiera herir al brujo.
-Aun hay esperanza- La bruja comenzó a negar con la cabeza.
-No, no, no, la verdad es que este mundo ya es nuestro, por si no sabias, la semana pasada tomamos el cuartel de la Orden, ósea la casita de tus amigos los rebeldes, lo ultimo que nos faltaba, ya casi no queda rebelión, ya nadie quiere estar en tu guerra- Harry simplemente apretó con más fuerza la varita.
-¡¡¡¿Mi guerra, mi guerra…!- Harry paro un momento respiro hondo intentando calmarse un poco – Por si no recuerdas tu esposito, fue el que comenzó esta guerra, y me metió a mí como a toda la comunidad mágica, sin preguntar- La bruja simplemente sonrió divertida.
-Es verdad, mi esposo la inicio, pero también es cierto que, el te propuso acabar con la guerra, y tu no aceptaste- Contesto la bruja caminado alrededor del brujo.
-¿Uniéndome a ustedes? Eso no es acabar con la guerra, eso simplemente es un poco de tiempo más para que ustedes se les ocurra como exterminar por completo todo aquel que piense distinto- Replico el brujo, con mucha energía.
-Harry, Harry, Harry… No importa, hoy la guerra se acaba- Dijo la bruja trasformando la sonrisa en una extraña mueca, que la hacia ver perversa, mientras se acercaba al brujo.
-¿A que te refieres?- Pregunto el brujo como si no entendiera las palabras de la bruja.
-Ahora mismo, aquí afuera, los mortifagos, están exterminado con lo que queda de la rebelión, lo siento, hasta hoy llego tu… sueño- Respondió la bruja en un tono que denotaba una lastima falsa.
-Es… es mentira- Fue lo único que pudo articular el brujo –Entonces por que me trajiste aquí, eso lo hubieran podio hacer en otro lugar ¿Por qué aquí?- Pregunto el brujo intentando aplicar la lógica para demostrar que la palabras de aquella mujer eran mentiras.
-Simple, este lugar tiene una protección contra apariciones- El brujo la miro más confundido, mientras que ella se paraba frente a el.
-No entiendo- La bruja lo miro aburrida, y suspiro.
-Necesitaba entretenerte; unos amigos míos están en tu casa, recuperando algo que tu me robaste, ¿Adivina que?- Pregunto la bruja de forma retadora, susurrando esto ultimo en el oído del brujo.
-No te atreverías…- Dijo el brujo levantando la varita amenazadoramente. La bruja bostezo, haciendo que el brujo perdiera la paciencia –Es imposible, puedes saber donde esta- El brujo estaba dispuesto a lanzar un hechizo pero algo paso -¿Por que no me puedo mover?- El brujo había quedado inmóvil.
-Es obvio que iba a protegerme, estas encantado, no te moverás por un buen rato- Respondió la bruja dejando el tono falso, y reemplazándolo con ira -Harry, ¿Realmente pensaste que la muerte de Ron quedaría en la impunidad?- Pregunto la bruja, la voz le temblaba de toda la rabia que en ese momento la estaba invadiendo.
-Lo… lo de Ron…no fue mi culpa- Respondió el brujo mientras sus ojos se cristalizaban.
-Que patético, por lo menos acepta tus culpas- Dijo la bruja inclinándose y dándole un corto beso en los labios, al separarse empezó a caminar con dirección al vagón.
-¿Me vas a matar?- Pregunto el brujo.
-Hoy no- La bruja entro al vagón mientras que aparecía, un encapuchado que le susurraba algo al oído.
-¿Qué esperas?- Pregunto el brujo desesperado, la mujer giro y lo vio unos instantes.
-Que sufras tu y tu amiguita … a y dale mi sentido pésame por su perdida - Respondió alegremente la bruja.
-¡¡¡No te metas con Hermione y mucho menos con…!- Grito con infinita rabia el brujo pero fue interrumpido por la bruja.
–Blablablabla… Cállate; mira te presento al nuevo director del departamento de aurores- Dijo la mujer señalando a un hombre que salio a la luz dejando ver un rubio platinado, alto blanco como un papel y de ojos grises -Draco encárgate de que no me siga, pero no lo mates, ese placer es solo mió- La mujer se introdujo más en el vagón.
-¡¡¡No te atrevas a tocarla… No la alejes de mi!- Grito el brujo sintiéndose impotente.
-Solo pienso recuperar lo que es mió, lo que tu descaradamente me robaste- Dijo la bruja –Es tuyo, ya sabes no lo mates- Dijo la bruja dirigiéndose a Malfoy.
-Cuente con ello, Lady Ginevra- Malfoy salio del vagón y este se puso de nuevo en marcha, desapareciendo rápidamente de la vista de los dos hombres.
Ninguno de los cuatro amigos habían podido articular palabra hasta que el fuego nuevamente volvió y con este el dolor dejándolos inconcientes y de regreso a Hogwarts.
CONTINUARA…
