Hola gente! Este es mi segundo fic, será una adaptación inspirada en unos libros, de los cuales les hablare cuando estemos terminando. Aún no se si será una trilogía o más o menos, iremos viendo como se den las cosas.
Fairy Tail no me pertenece ToT, es de Mashima-sensei! Espero les guste!
Hadas del mar
Prólogo
Tempestad, una nana de piratas y apariciones en el mar
Lucy Heartfilia abrió los ojos al oír como un trueno caía sobre Hargeon. Tras las cortinas de su habitación vio la luz de lo que debía ser un relámpago. Siempre le había temido y fascinado este fenómeno natural, por lo que temblando, retiro su cobertor y se dirigió hacia la ventana de la habitación. Estaba abierta de par en par, y debido a la tormenta se agitaba como las alas de un ave.
Lucy fue cerrarla, le costo algo de trabajo y quedo empapada mientras lo intentaba, al final lo logró. Tomo cuidado de no cerrarla completamente, para no perderse del todo este salvaje, extraño e hipnotizante concierto que le ofrecía la naturaleza. Su corazón palpitaba con ferocidad, por la emoción y el temor que este escenario le inspiraba. El agua que le salpicó cuando fue a cerrar la ventana le dejo el cabello, cuello y manos empapados y le puso la piel de gallina.
Al otro lado de la habitación, Sui seguía dormido, con la boca abierta y parte de su lado derecho colgando fuera de la cama. Cómo podía seguir dormido con todo el alborto? Quizá su hermano gemelo estaba demasiado cansado tras pasar toda la tarde luciéndose en el partido de futbol que llevaba planificando con sus amigos desde la semana pasada... Bah! es un creído cuando de deportes se trata.
Volvió su vista a la ventana, no se veía ningún barco. No es que fuera noche para navegar con semejante clima. Pero había que asegurarse, los idiotas sobran en este mundo. La luz que salía del faro recorría la superficie de las aguas y las crecientes olas. Lucy sonrió al pensar en su padre, que se encontraba en el faro, vigilando que todo estuviera bajo control.
Otro trueno hizo aparición. Al retroceder Lucy choco con la cama de su hermano. De pronto Sui frunció el ceño y abrió los ojos, su cara era de confusión e irritación. Ella observo los brillantes ojos castaños de su hermano. Eran del mismo color que los de ella, como si alguien hubiera derretido chocolate y lo hubiera aclarado con miel. Su padre, en cambio, tenia los ojos azules como el cielo, tanto Lucy como Sui habían heredado los ojos de su madre, Layla. A veces, mientras se perdía en sus pensamientos, otras en sueños, veía a una mujer en el portal de un gran jardín que le sonreía y la miraba con los mismos ojos castaños y profundos, apoyada en la reja que casi no se distinguían entre las enredaderas que habían escalado hasta casi la totalidad de los barrotes, más al fondo se apreciaba una hermosa mansión.
- Lu, estas mojada!
Lucy se percato que el agua que la había empapado le estaba cayendo encima a Sui.
- Ven a ver esto Sui! Hay tormenta!
Lo cogió del brazo, y como pudo lo arrastró hasta la ventana para que viera lo fascinante que era esta tormenta. Ya frente a la ventana, Sui se frotaba los ojos para sacarse el resto de sueño que le quedaba. Aunque ya llevaban varios años viviendo en el faro, nunca había logrado acostumbrarse al increíble poder de las tormentas, el mar pasaba de estar en completa calma a un temible hervidero en solo unos momentos.
- Vamos a ver en que está papá- propuso. Ya en pie, mejor moverse. No le gustaba estar quieto.
- Buena idea! Con sueño y todo, me alegro que tu cerebro funcione de vez en cuando- Lucy rió un poco y guiñó un ojo al ver la cara de fastidio de su hermano, el cual ya estaba preparando alguna respuesta al simpático comentario de su hermana. Lucy cogió la bata que estaba colgando de la puerta del dormitorio mientras que Sui se puso un jersey con capucha sobre el pijama. Juntos salieron disparados del cuarto y subieron la escalera de caracol hacia la sala de la linterna.
A medida que ascendían, el ruido de la tormenta se hacia cada vez mas fuerte. A Sui no le hacia mucha gracia, pero no se lo diría a Lucy ni en broma, dispondría de más material para molestarlo. Su hermana era un espécimen raro que no le tenia miedo a casi nada... o bien, no lo demostraba muy a menudo. Era extraño. Lucy parecía una princesa, se supone que las princesas le temen a todo y gritan llamando a su príncipe en corcel blanco para que las rescate. Pero no Lucy, ella parecía ser el valiente príncipe. Cabellos dorados, ojos castaños, una niña muy atractiva e inteligente a sus 10 años, de hecho muchos de sus actuales amigos se le acercaron con la intención de que se las presentara, pero Lucy era su hermana, por los que los envió al infinito y mas allá cuando intentaron persuadirlo para conocer a "La Princesa del faro" luego de algunas peleas, los chicos del pueblo empezaron a notar lo simpático que era Sui y en especial sus aptitudes para los deportes. Lucy podía parecer una princesa, pero era dura como una bota vieja. Sui era fuerte, pero su hermana tenia un vigor mental que el todavía no había adquirido. Probablemente no lo hiciera nunca, simplemente no era lo suyo.
- Pero miren lo que me trajo esta tormenta!- Exclamó su padre al verlos entrar a la sala de la linterna-. Supongo que con todo este ruido, era de esperarse que despertaran a estas horas- en especial miro a Sui, ya que sabia que el chico dormía como un tronco una vez ponía su cabeza en la almohada.
- Nah!- Sui miro de reojo a su hermana- Lucy me ha despertado! Y estaba teniendo un sueño increíble! Estaba a punto de anotar mi tercer gol!- El cuerpo del joven se estremecía con solo recordar la sensación de la adrenalina que corría por su cuerpo mientras iba a por ese gol.
- No entiendo cómo alguien puede dormir de esa manera teniendo semejante alboroto fuera - Lucy se giró para ver a su hermano- ni hablar de lo hermosa que es!
- Eres rara, muy rara-comentó Sui
- No es que sea rara, sólo que sé apreciar cuando la naturaleza muestra su esplendor. Al contrario tuyo, se que hay mas cosas en el mundo aparte de estar corriendo como un loco detrás de un balón...TU eres el raro- Lucy terminó su comentario con los brazos cruzados sobre su pecho y sintiéndose muy orgullosa de si misma. Sui sólo sabia de partidos y andar por la vida como si no conociera lo que significa tener la ropa limpia y con moretones que aparecían apenas otros empezaban a desaparecer...sin mencionar que para que tomara un baño, era bajo amenaza.
-Ja! dices eso solo porque no sabes lo que te pierdes, siempre andas con la cabeza en las nubes- Sui la miro desafiante. A Lucy le gustaba leer demasiado. Aunque gemelos, sus personalidades distaban bastante.
Su padre tomó un sorbo de té y les hizo un gesto. Ya sentía que se avecinaba una de sus discusiones, por lo que era mejor desviarlos de ese camino.
- Lucy, acércate y observa el espectáculo en primera fila, mi pequeña. Sui, ven y siéntate a mi lado.
Los gemelos obedecieron y se sentaron en el suelo junto a él. Lucy estaba extasiada, ya que sabía que estaba en el punto más elevado y exacto para contemplar la tormenta en todo su esplendor.
A Sui le estaba empezando a dar vértigo, pero entonces noto la reconfortante calidez de la mano de su padre y sintió que la calma se apoderaba de el.
Su padre bebió otro sorbo de té.
- ¿Quién quiere oír una canción marinera? -preguntó.
- Yo!- respondió Lucy mientras que Sui se tapaba la cara con las manos y gruñía que ya no era un niño. Ambos sabían que canción iba a cantar. Llevaban años escuchándola, desde que se mudaron al faro, aproximadamente un año después, su padre llegó con aura distinta y junto con eso, la canción. Ambos recordaban que su madre Layla, también se las cantaba mientras ellos estaban en sus cunas, aunque en ese entonces no tenían ni idea que decía la letra, solo la melodía se les grabo a fuego. Luego de la muerte de Layla, al principio su padre no quería tener nada que ver con en mar, ni menos la canción que ella solía cantar tan a menudo. Eran demasiados los recuerdos y demasiado el dolor.
Layla y Jude Heartfilia, así se llamaban sus padres. Ellos se conocieron en un gremio de mercaderes. Layla era hija de unos pescadores de Hargeon, Jude nunca conoció a sus padres, a penas cumplió la mayoría de edad, se fue del orfanato en el que se encontraba y llegó a un gremio mercantil en Acalipha, donde conoció al amor de su vida y se casaron. Al principio fue bastante difícil para ellos el poder surgir, con mucho esfuerzo lograron acumular una pequeña fortuna y se marcharon para independizarse. Cuando Layla le confirmó que estaba embarazada, y no de uno, si no dos bebés, como obra divina a Jude se le abrieron muchos caminos y su fortuna llego a ser conocida por todo Fiore. Los gemelos tenían tan sólo 5 años cuando se enteraron de la muerte de su madre, nunca se supieron muchos detalles, solo que fue victima de unos piratas, los que abordaron el barco en el que ella iba y que no hubieron sobrevivientes. Desde ese punto para Jude todo fue cuesta abajo, Layla había muerto, la fortuna Heartfilia desapareció de la noche a la mañana y no tenia idea de criar niños. Lamentablemente se había obsesionado con el trabajo e ignorado a su familia, por lo que cuando vio a sus hijos, se dio cuenta de lo mucho que se parecían a su madre y se arrepintió por si quiera haber considerado el dejarlos en un orfanato. Debía hacer algo, esos niños dependían de el. A los tres meses desde la muerte de su señora, decidió ir a Hargeon, la cuidad natal de Layla, pensando que así la tendría mas cerca. Fue solo un año después de haberse instalado en el faro cuando de forma repentina, la realidad de la muerte de Layla le cayo como balde de agua fría, hasta ese momento había estado viviéndolo todo como un sueño...o pesadilla. Cierto día se encontró con un atractivo joven, el cual decía estar buscándolo...Ese día, tuvo la mas increíble conversación de su vida, sus oídos y su mente tardaban en procesar todo lo que este extraño le relataba, pero sus negros ojos le transmitían tal sinceridad, que en su corazón no dudaba de absolutamente ninguna palabra que se desprendiera de la boca de ese extraño. Luego de que el extraño visitante se marchara, se dio cuenta que viva o muerta, Layla estaría siempre con ellos. Claro que era doloroso admitirlo, pero aun le quedaban sus hijos. Ese mismo día, llego al faro mientras los niños estaban admirando el mar, y sin darse cuenta estaba tarareando la canción que a su esposa tanto le gustaba. Los gemelos lo quedaron mirando atónitos, aunque pequeños, sabían del dolor de su padre, por lo mismo no hablaban mucho de Layla frente a él. Pero escucharlo tararear esa nana en especial, los dejó sin palabras, sólo sus ojos mostraban lo sorprendidos y aliviados que estaban. Jude al fin tenia brillo en los ojos, y junto a ese brillo una increíble verdad.
- Esta es una canción marinera que la gente cantaba mucho antes de que llegara el nuevo diluvio y el mundo se volviera un lugar con tanta agua. Es una canción sobre un barco que navega en plena noche durante toda la eternidad. Un barco tripulado por almas condenadas... Por los demonios y las hadas del océano. Un barco que lleva navegando desde el principio de los tiempos y que seguirá navegando hasta el fin del mundo...
Los gemelos se prepararon para escuchar la canción. Era excitante y Jude, sorprendentemente, tenía una gran voz.
Esta es la historia de las hadas del mar,
así que estate atento
Esta es la canción de un barco muy viejo
Y sus temibles marineros.
Esta es la canción de un barco muy viejo,
que surca el mar entero,
que ronda el mar entero.
Mientras Jude cantaba, Lucy dirigió su mirada al mar, la tormenta aún era feroz, pero ella se sentía segura en un lugar tan alto.
El barco es muy viejo y tiene velas rotas,
que se agitan como alas.
Sé que el capitán lleva siempre velo
para no dar mucho miedo
cuando ves su piel de muerto
y sus ojos, ya que es tuerto,
y sus dientes, ¡qué mugrientos!
Oh, sé que el capitán lleva siempre velo
y sus ojos nunca ven el cielo.
Sui vio como su padre movía las manos, haciendo amago de que fueran las velas del barco. Se estremeció al imaginar la horrible cara del capitán.
Así que pórtate bien y sé muy bueno,
como no lo has sido jamás.
Si no, a por ti vendrán las hadas
y con ellos se te llevarán.
Así que pórtate bien y sé muy bueno,
Porque...¡mira! ¿No lo ves?
Esta noche hay un barco en el puerto
y aún podrías zarpar en él.
(¡Sí, irte lejos con él!)
Los gemelos miraron hacia el puerto, esperando a medias ver un tenebroso barco esperándoles allí, aguardando para llevarles lejos de su padre y de su hogar. Pero la bahía estaba totalmente desierta.
Si los piratas son malos
y estas hadas, peores,
rezo para que nunca,
aunque cante su canción,
llegue a ver a un hada.
Si los piratas dan miedo
y las hadas matan,
rezaré por ti...
Para que no veas a un hada...
Jude extendió los brazos para tocar suavemente a sus hijos en el hombro.
... y nunca decidan ir a por ti.
Aunque se conocían la letra de memoria, al finalizar la nana, dieron un respingo y se echaron a reír. Su padre los envolvió en un abrazo y les dijo que fueran a dormir. Sui estaba más que feliz de seguir las instrucciones de Jude, Lucy podría haberse trasnochado sólo para ver la tormenta, pero un largo bostezo la delató.
Después de quedar nuevamente a oscuras en el dormitorio, Lucy se quedo quieta, cansada pero muy entusiasmada como para dormir. Miró a Sui, quien ya estaba quedándose dormido, probablemente intentando retomar el sueño donde lo había dejado.
Lucy sintió un impulso que no pudo resistir, y quiso echar un último vistazo a la tormenta. Salio de la cama y fue hacia la ventana. La tormenta había amainado un poco y cuando la luz del faro iluminó las aguas, se dio cuenta que el oleaje no era tanto.
Entonces vio el barco.
Estaba cien por ciento segura que no estaba allí antes, nadie en su sano juicio saldría con esa tormenta, pero en ese momento su presencia era incuestionable. Un barco solitario, en medio del puerto. Flotaba plácido, como si no le afectase la tormenta. Lucy lo recorrió con la mirada. De pronto se le vino a la mente el barco de la nana que su padre les había cantado hace poco. Tembló al pensar en ello y se imaginó al capitán con la cara cubierta devolviéndole la mirada en la más oscura noche. Por la forma en que flotaba el barco, como si estuviera colgado de algún lado por alguna cuerda invisible, casi parecía que estuviera expectante, aguardando algo... o a alguien.
En la sala de la linterna, Jude vio el mismo barco estático, y al reconocer su silueta familiar esbozó una sonrisa. Tomó otro sorbo de té. Luego levantó la mano y saludó.
Bueeeeenaaasssss! este es solo el prólogo, no soy muy creativa por lo que tuve que recurrir a los libros XD. Si alguien se dio cuenta de qué libro es, me manda un PM! no lo dejen en los comentarios, ya que imagino que perdería lo interesante ^o^ cuando termine este fic les diré de que libro se trata!
Intentaré subir los capítulos uno cada semana, pero no aseguro nada! entre estudios y trabajo, la verdad se hace bastante difícil u.u pero prometo no dejar nada inconcluso!
Por ahora solo dejare la clasificación en T... puede ser que mas adelante lo cambie a M! :D
Si ven fallas, estaré mas que agradecida que me las hagan ver ^u^
Que tengan una linda semana!
merezco algún rewiev? ^^
