Naruto propiedad de M. Kishimoto

Solo la trama de esta historia es de mi autoría.

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ORACLE


I

Huida

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La sangre corría como un rio incontenible, los cuerpos destazados de aquellos hombres que lucharon por resguardar a su pueblo, ahora solo incrementaban el encrudecido panorama de desesperanza y horror. Las mujeres y niños eran masacrados sin piedad por aquellas lanzas implacables, el ruido de espada contra espada ensordecía sus oídos, que de tanto escuchar los lamentos de dolor y los gritos de desesperación y muerte, le sangraban. Todo era un caos, estaba en medio de tal destrucción y lo único que podía hacer era contemplar con ojos aterrorizados tal matanza. Su cuerpo inmóvil alcanzó a ver una figura que se alzaba entre aquel ejercito imparable y mortal, su boca se abrió de espanto, ese hombre reía ante el sufrimiento que causaba, en su memoria se tatuó a fuego lento su imagen, era alto, tenia el cabello rojo, y sus ojos turquesa, eran tan sombríos como el mas profundo abismo.

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Sus jades se abrieron apresurados, **otra visión**, respiraba agitada y se sostenía el pecho con su mano derecha. Las otras 2 mujeres a su lado advirtieron su condición y se le acercaron para tratar de calmarla.

-Sakura-san, ¿te encuentras bien? –le acariciaba el cabello la menor de sus "hermanas".

Una chica hermosa de tan solo 18 años, Hinata, tenía el cabello largo y azulado, sus preciosos ojos perla brillaban en su hermoso rostro porcelanizado. Ella era una de las elegidas para resguardar al oráculo, de las 3, la mas ingenua y tierna, pero también noble y valiente.

-Si –contestó escuetamente virando la mirada hacia otro lado.

-Te ves asustada, ¿acaso has tenido una nueva revelación? –preguntó cautelosa la mayor.

Ino, una rubia de preciosos ojos azules, alta y de un cuerpo escultural. Contaba con 20 años de edad, era la mas alegre y temeraria. Ansiaba vivir una vida normal, pero estaba resignada a cumplir con su deber y formar parte de la triada oráculo. Algo que ella veía como una condena, pero el resto del mundo vería como un honor.

-A ustedes no puedo mentirles hermanas, se ha presentado ante mi una nueva visión, pero esta no es solo preocupante, aun siento el miedo fluir a través de mi cuerpo –temblaba perceptiblemente bajo el manto que la cubría.

Sakura, la mediana y la única con el poder de ver realmente el futuro. Tenía 19 años, pero su madurez rebasaba su edad, su belleza era simplemente incomparable. Sus ojos jades revelaban la profundidad de su alma y su corazón, su cabellera larga era extrañamente rosada, y su piel tan tersa y delicada como la de un recién nacido. A menudo su don se manifestaba en sueños, aunque también se presentaba en premoniciones al tocar algún objeto o persona.

Fuera de ese monasterio en el que se encontraban enclaustradas, no conocían vida alguna. Todos desconocían quien de ellas era la que contaba con aquel poder supremo, la triada oráculo la formaban las 3 mujeres, las cuales desde su nacimiento fueron destinadas a tal labor, sin oportunidad a negarse u oponerse.

-¿Qué viste? –se preocupó la de ojos perla.

-Vi la destrucción, el fin de toda una era. La muerte siendo esparcida por un solo ser –sintió escalofríos al recordarlo.

-No puede ser, ¿segura que fue una visión?

-Ino, tengo 15 años con esta maldición, creo que sé reconocer una visión cuando la tengo –descartó la duda de la rubia.- Tengo que hacer algo –trató de ponerse de pie, pero cayó de nuevo al sentir un mareo.

-Tranquila Sakura-san, recuerda cual es nuestro deber, nosotras no podemos inmiscuirnos en los problemas terrenales –se acercó hasta ella Hinata.

El fuego en el centro de aquella sala ardía como si lo avivaran. El recinto donde ellas permanecían, se ubicaba en la torre de aquella edificación, por lo tanto el viento soplaba fuerte, colmando así el ambiente con una temperatura baja y mortificante.

-Si no hago algo, todo desaparecerá, ese monstruo no tiene control, arrasara con todo a su paso –cerró los ojos tratando de serenarse.

-Ya antes habías tenido otras revelaciones, y no ha pasado nada…

-Eso es porque las acciones y decisiones de los implicados cambian el destino, pero esta vez… -guardó silencio negando con la cabeza- esta vez tengo el presentimiento que no será así.

-Aunque pudieras hacer algo, recuerda que no podemos salir, y aun si lo lograras, ¿a dónde irías?, ¿Quién crees que te escuchara? –trataba de hacer que Sakura entrara en razón.

-Ino, tengo que intentarlo, si me quedo aquí, nada detendrá lo que se avecina.

-Sakura-san, hay que informárselo a la gran sacerdotisa, tal vez ella pueda ayudarnos –sugirió la oji perla.

-No, dirá que si esa es la voluntad de los Dioses debemos respetarla. Lo que necesito hacer es buscar un salvador, no sé, ir con cada emperador y contarles –se le ocurría desesperada.

-¡Estas loca!, nadie te escuchara, apenas pongas un pie fuera de este lugar estarás en grave peligro. Alguien como tú, como nosotras, jamás sobreviviría en el mundo exterior, Sakura, es una misión suicida. Eso sin contar que apenas les hables de tu don trataran de usarte para su beneficio.

-Pero…no puedo quedarme sin hacer nada, Ino, Hinata…si ustedes hubieran visto todo el dolor y destrucción que yo vi… -empezó a derramar lágrimas de desolación.

-Sakura-san –la abrazó queriendo reconfortarla.

-Lo mejor será que descanses, te ves agotada y necesitas dormir –suavizó su voz acercándose a ellas.

-No quiero, le temo a mis sueños… -se puso de pie acercándose a la orilla- si tan solo… -suspiró abatida, **yo pudiera hacer algo**.

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Esperaba afuera de los aposentos de su primo, el emperador Sabaku No, siempre se tomaba tiempo para uno de sus hobbies principales, el cual era estar con sus mujeres. Ya tenía cerca de 2 horas metido ahí, pero Kankuro necesitaba saber si ya había tomado una decisión.

La puerta de aquella habitación se abrió de repente, dejando ver a un atractivo y soberbio chico. Gaara Sabaku No, emperador de Suna, poseedor de uno de los mejores y más despiadados ejércitos en el mundo.

-Kankuro, ¿a qué se debe tu visita? –habló sin detenerse, dirigiéndose a la sala principal.

-Gaara-sama, solo quería saber si ya te decidiste –lo siguió muy de cerca.

-Mn, no, mi mente sigue trabajando en eso –se sentó en una de las sillas, indicándole con la mirada a su primo que hiciera lo mismo.

Kankuro se colocó frente a él. Una de las esclavas entró con una bandeja que sostenía vino y un plato con higos y aceitunas, favoritos del emperador. Los apostó en una mesa al centro y salió rápidamente sin levantar la mirada.

-No hay mucho que pensar, si nos lanzamos a la conquista, pronto serás dueño y amo de cada rincón conocido en esta tierra.

-Kankuro, Kankuro, Kankuro, ¿crees que llegué hasta donde estoy dejándome llevar por las ambiciones de otros? –afiló sus ojos en dirección a él.

Su primo se tensó al instante. Era mayor que Gaara, pero le tenía un respeto y admiración infinita. Kankuro, un hombre de alrededor de los 30, General del ejercito desde hacia 5 años, una hazaña admirable, solo superada por un mocoso al que odiaba, Naruto Namikaze quien dirigía al ejercito de Konohagakure con tan solo 23 años de edad. El solo recordar a su rival de batallas le trajo un trago amargo, posó de nuevo su mirada café en el hombre que tenia al frente y contestó.

-¿Acaso no es tu sueño establecer tu reinado en todo el mundo?

-Lo es. Pero no me lanzaré a la guerra, sin tener la certeza de que obtendré la victoria –señaló con voz calmada.

-Eso esta asegurado, ¿Quién podría pararnos? –preguntó tomando un higo.

-¿Te olvidas de los Uchiha? –le recordó sonriendo tranquilamente.

-Ellos no serán problema.

-Mn, su ejercito es equiparable al nuestro, eso sin contar que harán alianza con Otogakure, si a eso le sumamos la gran habilidad estratega de Itachi y la convicción de Sasuke, nos enfrentamos a 2 grandes problemas –tomó un sorbo de su vino.

-Tsk, entonces no harás nada.

-Yo no dije eso, lo que dije fue que necesito certeza de obtener mi victoria.

-¿Y cómo la obtendrás?, nadie puede garantizarnos que saldremos vencedores.

-He escuchado de alguien que tal vez pueda darme la seguridad que necesito, ¿conoces el templo de la triada oráculo? –devoraba 2 aceitunas.

-¿El que se encuentra en las ruinas de Kumogakure? –preguntó intrigado.

-El mismo.

-Eso es solo un mito, nunca nadie ha ido allá.

-No es mito, mi padre me hablaba mucho acerca de ese místico lugar. ¿Te sabes la historia? –continuó degustando de su bebida.

-Algo recuerdo, habla de 3 brujas que te dicen el futuro, ¿no?

-Que divertido eres –rio con ganas- no son brujas, son la triada oráculo. La leyenda cuenta que estas mujeres, pueden ver lo que pasara, por medio de visiones, se dice que están enclaustradas en ese lugar para que nadie abuse de su don. Te imaginas lo que seriamos capaces de lograr si conseguimos ese poder, podríamos saber donde, a quien, cuando atacar, y sobre todo, podríamos obtener la gloria –sonreía siniestramente.

-Esas son solo leyendas, si existiera un poder así, ¿por qué nadie lo ha aprovechado?

-Porque son como tu, piensan que no es verdad. Kankuro, tengo una misión para ti –se acomodó en su lugar.

-Lo que ordenes Gaara-sama –se puso atento.

-Quiero que vayas a Kumogakure, busques ese templo, y me traigas aquí a esas mujeres –indicó simple.

-Pero…

-Sin peros Kankuro, tráeme la triada oráculo, solo hasta que consulte con ellas el resultado de esta guerra, me lanzaré a ella, ¿entendiste?

-Si Gaara-sama, perfectamente. Partiré apenas salga el sol.

-Bien, prepara a varios de tus hombres, no quiero sorpresas –se ponía de pie para salir de ahí.

-Gaara-sama, ¿y si es solo un mito? –preguntó cauteloso.

-No lo es Kankuro, no lo es –le aseguró dándole la espalda y desapareciendo del lugar.

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-Sea bienvenido General Namikaze –lo acogía el emperador de Otogakure.

Shikamaru Nara, señor de aquellas tierras. Era un hombre de tez morena y cabello oscuro y largo, el cual recogía en una coleta alta, tenia 30 años, vivía con su esposa Temari, en aquel palacio al centro de la ciudad.

Estaba a punto de llegar a una coalición con Konohagakure, por eso estaban de fiesta, recibía al hombre de mayor confianza dentro del reinado de los Uchiha, a Naruto Namikaze.

-Emperador Nara –reverenció al mencionado.

-Es un placer recibirlo en nuestras tierras –saludó la rubia esposa del emperador.

-Gracias Temari-sama. Es para mi un honor presentarme en representación del Emperador Uchiha, quien por supuesto promueve esta alianza –habló con formalidad el rubio.

Naruto Namikaze, General y consejero de Konohagakure, además de mejor amigo del hermano del Emperador. Un rubio de ojos azules con una tez trigueña, alto y atlético, dueño de un carácter inquebrantable y una voluntad infinita.

-Hablando de él, ¿Cómo se encuentra Itachi? –preguntó interesado el moreno.

-Excelente, por ahora no puede salir de Konohagakure, ya que Sasuke se encuentra fuera, por eso se disculpa por no asistir a esta importante celebración. Pero extiende una cordial invitación para ambos, cuando ustedes gusten y dispongan, son bienvenidos en nuestro imperio.

-Pues gracias, y creo que le tomaré la palabra, me gustaría hablar con él de temas importantes. Pero en fin, por ahora, venga, vayamos a disfrutar de las delicias que hemos preparado para usted –lo guio hacia el banquete.

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Sus hermanas yacían dormidas desde hacía algunas horas. Había tomado la decisión de huir del templo, buscaría por todos los medios una solución para tan tremendo futuro. Se acomodó su túnica y se colocó una capa negra encima, cubriendo su rostro con la capucha, contemplaba por ultima vez los rostros tranquilos de aquellas mujeres, con quienes compartió lo que llevaba de vida. Inhaló todo el aire que pudo, y se dispuso a desaparecer en medio de la oscuridad.

-Sakura-san, ¿a dónde vas? –escuchó la dulce voz de la menor.

-Hinata –susurró sin voltear a verla.

-¿Tratas de escapar? –sintió como se acercaba a ella.

-Es necesario –giró para encararla, aunque las sombras escondían sus facciones, seguro Hinata estaría reflejando tristeza en ese momento.

-No puedes irte sola –la tomó del brazo.

-No sugerirás que te lleve conmigo, jamás les haría algo así, sería ponerlas en peligro y si algo les pasa no me lo perdonaría –negó sin dudar.

-Pero si vas tu sola será peor, recuerda que nosotras estamos aquí para proteger tu identidad, Sakura-san, si ya tomaste la decisión de irte, entonces permítenos acompañarte –le suplicó.

-No Hinata, no las condenaré a seguirme.

-Ya lo has hecho –se escuchó una nueva voz.

-¿Ino?

-No podemos permitir que te embarques en esta descabellada aventura tu sola. Como Hinata dice, nosotras somos tu cubierta, si estamos contigo correrás menos peligro –se levantó decidida.

-Hermanas…

Las otras 2 se colocaron sus capas, la sacerdotisa se las había otorgado por el clima tan duro que ellas soportaban.

En su interior, todas temblaban de angustia y miedo, desconocían qué existía después de aquella puerta. Tenían prohibido salir, los alimentos eran entregados por un monje sordomudo, siempre a la misma hora y siempre con la mínima interacción humana.

Abrieron la puerta con facilidad, ellas nunca hubieran desobedecido, eran fieles a los mandatos de los Dioses, por eso no eran vigiladas, ni mucho menos custodiadas, no había la necesidad, ya que eran obedientes, hasta hoy.

Bajaron las escaleras con cuidado, el frio aumentó en calidad de segundos, la primera en la fila era la pelirosa, tras ella la peliazul, y al final la rubia, iban tomadas de la mano. Cuando llegaron al final se toparon con otra puerta, era de madera y parecía desgastada, empujaron suavemente y salieron a un enorme patio. Los ojos de las 3, vagaron por la explanada, todo permanecía silencioso y solitario.

Exhalaron el aire de sus pulmones y asintieron convencidas, no había vuelta atrás, juntaron sus cabezas y cerraron los ojos.

-¿Listas? –preguntó la oji jade.

-¡Si!

-…si –contestó la oji perla.

-Bien, vayamos a cambiar el destino hermanas…

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Hola!

Pues si, una nueva historia, la cual se inspira mucho en todas las películas que he visto, como lo son 300, inmortales, troya, y, etc, etc, etc…, claro agregándole algo de mi cosecha.

Como ven en esta si subí la categoría, esk creo ke habrá algo de sangre y ps xk no, si ustedes las piden pues escenas para adulto, hahaha, toda pervertida, pero eso será a petición suya, por ahora ps estará este capitulo, si les gusta, les pido me lo hagan saber para continuarla. Mis otras historias no las abandonaré, algo ke me encanta es escribir, aunke solo sea un pasatiempo, y ps por eso puedo asegurarles ke seguiré actualizando los otros fics.

En fin, espero les guste, es algo diferente a las otras 2, no muy original, pero si algo ke espero les atraiga. Seguro surgirán bastantes dudas, háganmelas saber, si puedo se las aclaro lo antes posible y si no, otras probablemente se aclararan conforme la historia avance!.

Entonces, sin nada mas ke decir, al menos no ke yo recuerde, me despido, agradeciéndoles a los ke lo lean y me apoyen, y a los ke no también =), bueno hasta pronto, un abrazo!