Hola a todos.. aquí matt77… ¿Cómo están? Tiempo sin publicar algo solo.. Primero gracias a todas esas amables personas, que me leyeron y me dejaron favoritos, reviews y demás…Gracias, sinceramente, no soy un escritor talentoso, pero tengo una buena musa, la mejor de este mundo y es mi novia MxM Holic…

Como ya se imaginaran, este fic está dedicado a ella, será uno de los más largos que publicare… Comienza hoy y espero que mi computadora me permita, publicar de forma diaria hasta el viernes de esta semana…

¿Por qué? Pues esta semana es muy especial para holic y para mi…Desde que ella entro a mi vida, todo es increíble, sorprendente, genial y especial…Ella para es mi e milagro y así será siempre…Estoy enamorado de ella y así será hoy mañana y siempre.. pero más allá de mis sentimientos, mas allá de las tontas y cursis palabras que suelo decir, está el hecho que es un honor inmenso de tenerla a ella como novia y que me acepte a mi como novio…

Siempre estaré agradecido mini mello, que me escogieras como novio y cada una de las palabras que escribo o que escribiré está dedicado a ti…

Para ti mi princesa, todo mi amor, todos mis sueños, todos mis te amos, mi más profundo respeto y todo lo que soy y sere…TE AMO MI VIDA… TE AMO.. CON TODO MI SER..espero que te guste…Ok vamos con las advertencias y disclaimer

Advertencia: Lo escribí yo, así que eso necesita advertencia, asi que verán cosas cursis, que solo yo puedo escribir

Disclaimer: No es mio..le pertenece a Tsugumi Obah y Takeshi Ohbata…pero saben que lo usare y seguramente me mandaran un sobre bomba por escribir cosas tan melosas….pero en fin… espero no ofender a nadie

Te amo princesa… esto es para ti…


Invierno… Hola soy Matt…

Dice mi profesor de literatura, que la vida de cada ser humano se define por alguna estación… Invierno, verano, otoño o primavera… Suspire buscando mi cigarrillo dentro de mis bolsillos, para llevarlo a mi boca y encenderlo.

Mi nombre es Mail Jeevas, aunque todos me llaman Matt, y mi vida, está en un perpetuo y cruel invierno.

Mi vida, era por demás normal, soy adoptado y nunca conocí a mis padres, estudio en un instituto normal y soy un chico normal, bueno si definimos normalidad, como ser un súper dotado. Si, era una especie de genio, mi habilidad los sistemas, mi debilidad los cigarrillos y mi consola.

¿Qué puedo decir de mí?, pues, que soy una especie de topo, me gustan los retos y que soy el ultimo eslabón de la cadena alimenticia, donde el pez más gordo es un chico apodado Near, pero si hay alguien que tenga que temer y admirar, no es al albino que prefiere al suelo como hogar, pues mi atención estaba completamente centrada en un chico de cabello rubio, ojos de azules aterradores y una expresión que le había ganado el sobrenombre del demonio de Wammys.

Desde que había llegado al instituto a estudiar, me advirtieron sobre él, su carácter explosivo y convulsivo, adicto al chocolate, con tanto ego que no era capaz de ver sus limitaciones, y con un letrero de advertencia, pegado en su pecho, de forma invisible, que decía 'aléjate de él si quieres vivir'…

Mello, así debíamos llamarlo, por la seguridad de nuestros dientes y nuestra propia vida y todo ser viviente en wammys le respetaba o temía y yo estaba siempre en lo segundo. Él siempre estaba rodeado, de aduladores y guardaespaldas, que lo protegían, ya sea por convicción o por conveniencia, lo que volvía al chico una especie de emperador romano que con su pulgar o este caso un buen mordisco en su barra de chocolate, podía volver tu vida un desastre.

Más allá de su mal genio y actitud arrogante, estaba el hecho de era el segundo en la lista, lo que implicaba que cada vez que estas eran publicadas, las torturas y ataques de mello aumentaban exponencialmente, en parte por ira, en parte por frustración….Y pues, finalmente justo después de él, estaba yo, único miembro del club de videos juegos, fans de zelda y ferviente creyente, que el mundo se puede ver como un video juego.

Era relativamente popular, más por el hecho que las chicas sentía atracción por mí, porque nunca decía absolutamente nada y eso en línea general le gusta a las chicas y por qué supuestamente algo tiene mis ojos que le llaman la atención, pero más allá de ello era considerado, negligente, lelo y pues torpe…Lo que me hacía acreedor del título del tercero.

En definitiva, mi mundo era un poco diferente, pero lo que más destacaba de todo, era un pequeño e imperceptible detalle y era que Mello y yo somos vecinos.

Si Wammys, era un instituto educativo de gran elite, donde pasábamos gran parte del día, pero en la noche, somos enviados a nuestros respectivos hogares adoptivos, con la firme creencia que el contacto con otros seres humanos, relativamente normales, nos ayudara a ser normales.

Escuche un ruido que me saco de mis largos pensamientos, estaba sentado en el borde de mi ventana, fumando un cigarrillo y viendo a la noche estrellada sobre mí, cuando él apareció, el famoso demonio de Wammys.

Su cabello se agitaba por la brisa nocturna, mientras su ropa negra, le permitía mimetizarse con la oscuridad circundante, para mí no era un demonio, era un ángel caído.

El chico hábilmente, trepo al árbol más cercano a su habitación y bajo por él, para luego girar a ver a donde yo me encontraba y de forma inconsciente yo sonreí, para levantar mi mano y saludarle, mientras le brindaba una enorme sonrisa, pero él me ignoro, como lo había hecho muchas veces antes y ese era precisamente el hecho que convertía mi vida en un invierno.

Yo, estaba enamorado de él, aunque sabía perfectamente bien disimularlo, pues sabía perfectamente que el segundo, no sería de ese tipo de chicos a los cuales le gustan otros chicos. Suspire y di una profunda calada a mi cigarrillo, mientras veía a Mello perderse, en la oscuridad profunda del callejón, mientras yo pensaba, que hoy como casi todos los días, él escapaba de casa, para realizar alguna travesura, mientras yo deseaba solo estar con él.

-Matt- escuche a mi madre adoptiva llamarme- ¿Estás listo?, llegaras tarde- me advirtió.

-Voy- grite, lanzando el cigarrillo por la ventana y cerrándola, para ponerme mi típica camisa de rayas blancas y negras, para salir de mi habitación.- Estoy listo- dije, cuando baje las escaleras y me detuve al pie de la misma.

-No te tardes- me advirtió mi supuesto padre y tomando las llaves salí de casa.

En definitiva, mi vida era un poco anormal, pues a diferencia de todos los chicos de mi edad, yo era el único que seguía andando en bicicleta y a mis quince, seguía jugando con mi consola, como un niño adicto.

Pedaleaba con fuerza, mientras la oscuridad de la noche me rodeaba y las largas calles eran apenas iluminadas por farolas titilantes. Mis fieles gogles, me permitían ver con claridad y dando la vuelta en una esquina, llegue a la escuela, donde mi profesora me esperaba.

-Hola matt- saludo la mujer y yo lo único que hice fue asentir.- Como siempre llegas a tiempo- la mujer hurgo en su bolso y saco unas llaves- Ya sabes cuales son las llaves de la entrada y la del laboratorio de computación. Espero que puedas rastrear el virus y destruirlo el director, está cansado de ver esa animación de flash en donde sale bailando la macarena- Añadió la mujer conteniendo las ganas de reír-Recuerda avisarle al celador, cuando te retires. Buenas noches Matt- añadió la mujer agitando mi cabello y posando un beso en mi frente, mientras yo pensaba que era una especie de pervertida de primera. Respire lentamente, para sacar un cigarrillo de mi bolsillo meterlo a mi boca, acomodar mi mochila y caminar hacia el laboratorio, tenía trabajo.

Las horas pasaban, mientras los monitores, mostraban el porcentaje de depuración del sistema, mientras fumaba cual chimenea y pulsaba las teclas de mi consola, pensando demás en mello, en lo que estaría haciendo esta noche, hasta que el programa depurador termino el proceso, eliminando el virus Roger baila la macarena, por completo.

-A veces estudiar con genios es un fastidio- murmure, apagando todas las computadoras y cerrando la puertas, para encontrarme con la oscuridad de un pasillo despoblado. Mire hacia los lado y comencé a caminar, cuando escuche un extraño sonido provenir del fondo del pasillo, pero decidí ignorarlo, pero este repitió con mucha más fuerza, haciendo que me girara en dirección del sonido.

-Hola- dije mirando a mí alrededor y nadie respondió. Con algo de miedo, decidí seguir mi camino cuando….

Una luz muy fuerte provenía del fondo y se movía a toda velocidad hacia mí. Me paralice, cuando se comenzaba a vislumbrar una figura vestida toda de negro y de cabello amarillo, que cargaba una mochila y una linterna.

-Detente pequeño ladrón- se escuchó la voz del celador y no entendí nada de lo que sucedía, cuando el chico tropezó conmigo, derribándome en el acto.

Su cuerpo sobre el mío era agradable, pero más grande era mi dolor en la espalda, hasta que de un momento a otro nuestras miradas se cruzaron y pude ver esos perfectos ojos azules.

-Mello-susurre, sintiendo que su nombre tenía todo el valor del mundo.

-Demonios- balbuceo el chico

-No, soy matt- respondí, sonriendo, haciendo que el chico me mirara extrañado.

-Eso ya lo sé- me dijo.

-Te atrapare- escuche al celador y sus pasos se hacían más intensos. El chico se puso de pie y comenzó a recoger lo que de su mochica había salido.

-Vamos no te quedes allí- me dijo mientras yo me quedaba como un idiota viéndolo- Ayúdame- me ordeno y yo comencé a levantar.. ¿Barras de chocolate?.- toma esto- añadió lanzando la mochila a mis brazos, mientras el buscaba una salida.- Debemos salir- murmuro para tomarme por mi camiseta y de un solo golpe tironearme por ella, haciéndome correr por el pasillo y pensé ¿Por qué huyo? Yo debo estar aquí, cuando de un momento a otro vi lo que llevaba en mis manos y leí las pequeñas letras, propiedad de Roger. Mello había robado los chocolates de Roger y ahora yo corría detrás de él como su cómplice, todo comenzó a darme vueltas, cuando sentí otro tirón que me llevo a una pequeña esquina del pasillo. La respiración agitada y de Mello, rosaba mis labios, se sentía bien, y lentamente comencé a soltar la mochila, cuando otro jalón de mi camisa me puso en marcha, mientras bajábamos las escaleras y llegábamos a un recodo de la salida de emergencia, que conducía a unas escaleras metálicas. La oscuridad nocturna nos inundó, luego de atravesar la puerta de emergencia, viendo que estábamos en un segundo piso y que debíamos bajar las pequeñas e inestables escaleras.

Mello me empujo y comencé a bajar, cuando el exterior, comenzó a marearme, recordándome que no me gustaba salir, paralizando mis piernas.

-Por qué no te mueves-me grito mello-Muévete!-pero yo no podía hacerlo, hasta que de una forma extraña, el pequeño escalón donde estábamos ambos detenidos, rechino y ambos caímos justo a un contenedor de basura.

-Auch!- me queje cuando sentí como mi espalda iba a parar justo a una botella.

-Keehl, te atrapare juro por Dios que lo hare- grito el celador, mientras ambos salíamos del contenedor…. Una tensa calma nos rodeó mientras yo pensaba en que debía decir… Tal vez que se ve genial esta noche, aunque con tanta basura pegada, no lo tomara muy bien … Debo decir algo eso lo sé pero ¿qué?

El chico comenzó a caminar y yo extrañamente lo seguía, hasta que se detuvo, por completo y me dirigió una mirada que en teoría debía aterrarme, pero a decir verdad a mí no me afecto para nada.

-¿Por qué me sigues?- me pregunto- No compartiré contigo mi botín, así que vete- grito el chico, mientras yo trataba de buscar las palabras adecuadas.- ¿Qué esperas?- me pregunto.- Genial eres mudo-dijo girándose para dar otro paso cuando las palabras se dignaron a salir de mis labios

-Yo… soy tu vecino… puedo.. puedo llevarte a casa si lo deseas- dije como un susurro. El chico se detuvo y se giró a verme.

-¿Tienes un auto?- pregunto incrédulo.

-Bueno no precisamente- Conteste….

-¿Es una bicicleta?- pregunto Mello, mientras tomaba sus cosas y las ataba a la bicicleta, para luego buscar un pequeño casco y colocarlo en su cabeza.- Oye no usare eso- me grito empujándome.

-Son unas quince cuadras de aquí a tu casa. Tú decides, el casco o una larga caminata nocturna- le dije con seguridad. Mello refunfuño y se colocó el casco y así ambos subimos a la bici y comencé a pedalear a su casa.

La noche el clara y estrellada, perfecta para el romance, de vez en cuando pasaba por un pequeño bache y podía sentir las manos de mello sujetarse con fuerza a mi cintura…. mi vida era extraña pero más extraño fue el hecho de cómo nos encontramos, así que en completo silencio conduje, hacia nuestro vecindario, hasta llegar a su casa.

Me detuve frente a su puerta y le ayude a bajar sus cosas. Él chico ni se dignó a darme las gracias, pero esa era la actitud del segundo, así que tan sencillamente lo deje seguir su camino hacia su casa, hasta que escuche su vos resonar por todo el callejón.

-Matt ¿no?- yo gire y lo vi.

-Sí y tú eres mello- conteste, mientras él chico se acercaba a mi lentamente, hasta quedar a milímetros de mi rostro, sus ojos escanearon mis facciones, hasta detenerse en mis labios, haciéndome sudar frio y tragar grueso.

-Muy bien Matt, búscame mañana en la hora del almuerzo, debajo de las gradas, no llegues tarde- me pidió él chico, quitando un mechón de cabello que cubría mis ojos

-Claro – respondí, sin siquiera saber que decir. Mello camino casi desfilando hacia el árbol por donde había escapado y llego a su habitación….

En definitiva mi vida era estaba en un frio invierno… solo esperaba que algún día la primavera llegara.


Espero que les gustara.. No soy muy bueno, pero se acepta, criticas y pues si algo le agrado dejen una reviews, estare agradecido…

Te amo mi princesa, te amo mi hermosa y perfecta novia, te amo mini mello…