¿Cómo es que había acabado la persona más hiperactiva y entusiasta del mundo trabajando en una oficina totalmente aburrida solo esperando sus días pasar?

Luffy sentía un vacío en el alma y Corazón, sabía que algo le faltaba… pero simplemente no lo recordaba.

Veía pasar sus días sin metas ni sueños, vivía con una depresión continúa. Un velo oscuro y triste cubría su mirada ¿Dónde había quedado el chico feliz que una vez fue?

Una voz lo saco de sus pensamientos

-¿Me has entendido? – Su jefe, un hombre de barba espesa y negra le miraba intrigado.

Luffy le miro como siempre sin mucho interés pero fingiendo lo contrario.

-Luffy, enserio… eres buen muy buen muchacho y te desempeñas bien en el puesto pero deberías prestar más atención – suspiro – Quiero el reporte para el lunes próximo, retírate ya si quieres, no te veo muy presente el día de hoy.

-Está bien –Soltó luffy casi en un susurro.

Tardó más tiempo de lo normal en guardar sus cosas, no tenía motivación alguna para irse pronto. Al fin y al cabo nadie lo esperaba en casa.

Justo al entrar al elevador dio una última mirada vacía hacia el montón de cubículos ordenados cual panal.

Llegando a su departamento solo alcanzo a tirarle al sofá, sin intensión de cambiarse solo aflojó la corbata y cerró los ojos. A sus 23 años sentía la vida vacía y sin sentido.

-¿Falta alguien más por atender? – El joven doctor posicionó sus dedos masajeando el puente de la nariz intentando aliviar su cansancio.

Un joven de pelo totalmente blanco reviso la libreta de citas antes de darle una negativa con la cabeza.

-Entonces me voy yendo ya – casi con desesperación se quito el estetoscopio del cuello y lo dejo tirado en el escritorio.

Sabía de ante mano que no tenía nada importante por delante pero un baño caliente y su cama se le antojan como a un naufragó la tierra firme.

Justo antes de subir a su auto una voz le detuvo.

-¿Por fin a descansar? –Una sonrisa llena de pecas lo saludo

-Si, hace 3 días que no voy a casa – deseaba irse pronto, pero sus modales le obligaron a contestar

-Si, últimamente a habido mucha actividad – paso una mano por sus cabellos y suspirando cansado

Law estaba por despedirse cuando la voz de Ace lo interrumpió

-Por cierto, el domingo tendremos una barbacoa por el cumpleaños de mi hermano menor, me gustaría que fueras – Ace rebusca una de sus tarjetas de presentación y escribió algo al reverso

Dejando a Law sin una negativa tomo la tarjeta sin importancia

-Si puedo ir cuenta conmigo –

-Sería bueno tenerte ahí, pienso que le hará bien convivir con más gente – Ace se despidió subiendo a su propio auto dejando a Law con cierta curiosidad, que desecho para hacer una lista mental de lo que hacía falta en su despensa.

Agitado se levantó, con una terrible sensación de temor comenzó a llorar abrazandose a si mismo. Recordaba manos grandes y fuertes rasgando toda la piel su cuerpo sin que el pudiera defenderse. Esa pesadilla aparecía de vez en cuando, la odiaba con todo su ser, sobretodo por que se repetía una y otra vez.

Habían pasado 10 minutos para sentirse tranquilo y recuperado, alzó su mirada para ver la hora en el reloj de la pared. Había dormido 10 horas seguidas sin que lo hubiera planeado. Su estomago rogó por comida ya que el día anterior no había probado bocado, pero siendo las 3:00 y con unos vecinos muy susceptibles al ruido decidió volver a dormir, atender a su estomago no le importaba mucho.

Se despojo de sus ropas quedando solo en bóxer, cicatrices atravesaban su cuerpo apago la luz antes de verse a si mismo ante el espejo, eso era algo que le horrorizaba.

Sin mucho afán de nada y cansado aun después de 10 minutos de estar inmóvil durmió de nuevo.

La luz del sol comenzaba a molestarle, pero no tenía intención alguna de moverse asi que solo cerro los ojos con mas fuerza a punto estuvo de dormir de nuevo cuando golpes y gritos comenzaron a regresarlos del país de los sueños

-Luffy-

¡Boom!¡Boom!¡Boom!

-¡Luffy!-

¡Boom!¡Boom!¡Boom!

-¡LUFFY!-

¡BOOM!

Abrió los ojos esperando fuera una alucinación. Todo había quedado en silencio después del último golpe ante la expectativa de algo decidió pararse y justo cuando abrió la puerta algo lo empujo cayendo los dos al piso.

-¡Luffy! – Grito Ace llorando cual magdalena sobre el mientras lo zarandeaba de los hombros – Pense que te había pasado algo ¡Buaaaaaa! – ríos de lágrimas atravesaban su rostro.

Ace lo estaba apretando con tal fuerza que el pobre de luffy había perdido color, un alma salio de su boca.

-Si no le paso nada tú le mataste – Hablo un rubio alto de cabello corto llegando a la puerta del dormitorio.

Ace lo volteo a ver mientras sorbía el moco

-¡Luffy~~~! – Lloriqueo hasta sentir que el cuerpo entre sus brazos se movía

No se sorprendió mucho al ver a sus hermanos ahí, era la historia de todos sus fines de semana.

-¿Sera que no puedo dormir sin que pienses que morí? – Se intentó librar de los brazos de Ace, pero este solo le hizo poner más fuerza en su abrazo

Cual princesa se vio levantado por Ace quien se sentó en el Sofá aun con luffy encima. Justo estaba por protestar cuando Sabo le metió una mamila en la boca.

-¿Sera que el bebe tiene hambre? – Con una sonrisa traviesa acaricio los cabellos de luffy peinándole.

Internamente ambos hermanos contaron

1… Luffy se quedo inmóvil

2… Luffy comenzó a temblar de rabia

3… Luffy la bomba explotara

4… ¡Corran por sus vidas!

-¡SI SERAN CABRONES! ¡¿QUE COJONES LES PASA?! – Luffy estiro todos sus miembros soltándose del agarre de Ace y golpeando a Sabo de Paso

-Jajajajajajaj – Reian Sabo y Ace tirados en el piso, era gracioso ver a su hermano enojado pero sobre todos les alegraba que siguiera normal, muy internamente estaban realmente preocupados por el.

-Ya ya - Intento calmar Sabo a un Luffy que expulsaba vapor por sus fosas nasales – Solo veníamos por ti para almorzar… aunque viendo la hora seria para comer –

-Vamos luffy, no seas tan rencoroso a ver ¿Quién lo queye, quien queye al bebe bonito? – Ace pico los cachetes de luffy recibiendo una mordida como respuesta - ¡Desgraciado! ¿Ya mismo te enteras! –

Sabo tomo Ace de los hombros impidiendo golpeara a luffy.

-Pero yo no quiero comer, no tengo hambre – Solto luffy dejándose caer al sofá como costal de papas, recostó su cabeza y paso su brazo sobre sus ojos.

Ambos hermanos conocían esa respuesta de ante mano, hacía tiempo que luffy no se veía motivado ni por la comida cosa que el siempre desde que tenían memoria amaba. Se vieron entre si, habían prometido hacer que su hermano se recuperara de esa interminable depresión.

-Vamos luffy, no seas tan aguafiestas estarán Zoro y Sanji ¿No tiene acaso un mes a que no les ves? – Ace se sentó al lado de luffy y Sabo hizo lo mismo.

-Que yo sepa la última vez que me vieron dijeron que no me querían más en su vida – Luffy sintió el brazo de alguien pasarse por sus hombros haciéndole rescostarse sobre alguien, sabia era sabo, reconocía la colonia que le había regalado hacía tiempo.

-Esas fueron palabras que se dijeron en el calor de una pelea, tu mejor que nadie sabe que en medo de una pelea se dicen muchas tonterías.

-¡Bah! – Soltó dejándose abrazar.

Un silencio reino unos segundos antes de que Sabo hablara

-Ok, no iremos a comer con ellos, pero al menos coje algo de ropa que te vas a pasar el fin de semana con nosotros –

-¿Por qué? – Pregunto luffy alzando la mirada a Sabo

-Porque yo digo – Inflo el pecho y lo miro cual teniente militar

-… Y por qué el tio Shanks y su Esposo estarán ahí con el pequeño Coby – Ace se recargo en Luffy.

Hacía tiempo que no veía a su familia, a sus hermanos los veía cada fin de semana ya que Ace era segundo al mando de el departamento de [insrte aquí el departamento de hospital de cirugías ] no tenía mucho tiempo entre semana para cualquier otra actividad junto con Sabo que al ser representante de uno de bufetes de aboggados más conocidos en el país solo dejaba los fines de semana libre para sus hermanos. Ambos con 26 años de edad habían tenido un éxito enorme en sus carreras.

Sus tios viajaban contantemente al ser dueños de una empresa cervezera importante y junto con ellos llevaban a su primo Coby, un niño de apenas 8 años tímido que le agradaba mucho.

Luffy se paro y se dirigió al cuarto sin decirle nada a los dos, estos con curiosidad lo siguieron.

-¿Qué haces? – Ace solo vio a luffy tomar ropa perfectamente doblada de su closet y acomodarlas sobre la cama.

Luffy nunca había sido una persona ordenada y tranquila, eso preocupaba aún más a sus hermanos.

-¿tengo algún medio de escape para no ir con ustedes? – siguió en su labor – Además quiero ver a Coby – Sonrió para ambos

Ace y Sabo le regresaron la sonrisa, era agradable ver a luffy sonreír y se conformarían con eso por el momento aunque prefirieran verle reír a carcajadas como antes, pero ya se encargarían de cambiar eso, volvería a ser el luffy de antes.