¡Hola! Pues como estoy en un proyecto de hacer un Uk/Sp largo -mayormente conocida como (Spuk)- y a veces me quedo atrancada, intento escribir otras cosas para que vuelva la inspiración a mí. ¡Y sí, el russiaxprussia es otra de mis otp! Me encantan he de confesarlo, así que escribí este drabble para todas aquellas personas a las que también les guste y aportar algo al ¿fandom? Aún no he conocido a nadie que le guste :/
Advertencias: Drama.
DESTINO
La estancia estaba iluminada por el color aloque de los últimos rayos del sol, los pocos muebles que intentaban vertebrar su soledad, creaban figuras sobre el suelo de caoba.
El silencio era profundo y melancólico, estaba seguro de que si su respiración hubiera regido de una forma corriente, y no de aquella forma sonora y quejumbrosa, podría haber oído con calma los monocordes latidos de su corazón.
Miró con atención sus nudillos; hinchados y descarnados, tiñendo de sangre más allá de ellos, sellando su dolor en la pared. Ahogó un gemido en su garganta, mientras se preguntaba cuántos dedos podría tener fracturados.
Volvió a golpear la pared, excediendo su rabia más de lo que su frágil cuerpo podía soportar, sus rodillas parecían tambalearse y con ellas todo él, pero no podía parar; no en ese momento.
Los golpes rebotaron contra el muro que había vestido un blanco impoluto, y ahora se dibujaban retazos escarlatas, violando su inocencia. Eran rítmicos y portaban rectitud, aún así sus muñecas parecían doblarse un poco más con el sobreesfuerzo.
Su boca resaca, intentaba de algún modo disfrutar del sabor metálico de las rojas lágrimas salpicadas sobre sus labios, manteniéndole fresco. Soltando de vez en cuando suspiros bañados en suaves y delicados lamentos.
"Hermano te prometo que haré lo que sea para recuperarte, no te quedaras con él, lo juro."
Y aquella frase perdía consistencia, parecía un lejano capitulo que había terminado hace décadas, aunque sólo cumpliera dos días. Sólo dos días bajo el frío de Moscú.
Su cuerpo se abalanzó exhausto sobe el suelo, se dejó llevar por el llanto mientras sus temblorosas manos se inclinaban sobre la madera, dejando penetrar el frío. No soportaba aquel dolor que aguijoneaba su corazón con cada bocanada de aire que tomaba, no soportaba aquella condición impuesta sin ninguna clase de pudor.
Se mantuvo allí observando como la sangre fluía através del dormitorio, recomponiéndose de los tortuosos sentimientos que le azotaban sin descanso. Se dejó llevar por la tranquilidad, asimilando su condición.
-¿Conejito?
Levantó la cabeza con rapidez, encontrándose de nuevo aquellos ojos siempre calmos e inundados por una calidez ficticia. Se irguió trastabillando, clavando las uñas en la pared para sostenerse.
-Rusia.- pronunció con dificultad.
El ruso examinó sus manos y el joven prusiano las escondió avergonzado tras su espalda, siendo intimidado por aquella mueca frígida.
-No puedes escapar… Es tu destino.
Fue tan rápido. Tan inesperado. Tan ininteligible…
Sus manos agarraron su nuca, su cálida respiración alborotó los cabellos de su frente, y depositó en él un beso. Se tambaleó asustado, mirando impotente aquella sonrisa infantil, intentando apartarle sin éxito de su cuerpo.
La realidad cayó sobre él, y fue inútil hacer algo cuando impotente vio caer su abrigo… Sus orbes se congelaron. Sólo quedaba el dolor, un poco más de dolor.
