La concentración era absoluta

La concentración era absoluta. Los exámenes para los que se estaba preparando eran muy importantes para su futuro, por lo que quería obtener unas calificaciones lo más altas posibles.

Sonriendo, volvió a poner atención a los libros, concentrándose totalmente en su tarea. Sin embargo, a los diez minutos de leer la lección, notó que alguien rodeaba su cuello, y unos suaves labios se posaban en su mejilla, provocándole un estremecimiento.

Sin embargo, volvió su atención a los libros inmediatamente. Su acompañante, sintiéndose ignorado, empezó a darle suaves besos en el cuello, sonriendo.

Los libros quedaron momentáneamente olvidados, pues quien los leía se giró, frunciendo el ceño, para mirar a su acompañante, el cual sonrió.

-Amor, ya has estudiado suficiente. Tienes buenas calificaciones, así que relájate, o no te saldrá nada y no servirá tu esfuerzo. ¿Que te parece si salimos a tomar un helado o un refresco? Así descansaras un poco.

Negó suavemente, sin perder la sonrisa tranquila.

-Cariño, tengo que estudiar. Tú sabes que mi carrera es importante; quiero tener un futuro.

Bufó.

-Sí, lo sé, me lo has repetido, pero deberías salir más; no es bueno que te encierres con un libro durante días…

El interrumpido estudiante enarcó una de sus cejas y cambio su sonrisa paciente por una sarcástica.

-Ah, ¿si?

El "intruso" bajo la cabeza de nuevo, rodeando a su pareja con sus brazos, intentado usar las técnicas de seducción para conseguir su objetivo.

-Por favor…salgamos un poco…

-Amor, ya te dije que tengo que estudiar. ¿Por que no te vas con los demás a tomar algo? Yo estaré aquí cuando vuelvas, te lo prometo.

Acto seguido, devolvió toda su atención a los mencionados libros, ignorando el gesto de molestia en el rostro de su acompañante, el cual, tras unos segundos, sonrió con picardía infantil.

Antes de que pudiera hacer nada, el "intruso-interruptor-de-estudios" había sacado todos los libros de la mesa y se hallaba frente al estudiante, sonriendo con satisfacción e ignorando la furia de su pareja.

-¡Pero que haces! Estoy E-S-T-U-D-I-A-N-D-O,¡estudiando!

-Y vas a seguir estudiando, cariño. Vas a estudiar anatomía, y yo se mucho de eso.

Antes de que pudiera protestar, se encontraba siendo cargada hacia la habitación continua. Sonrió con resignación, decidiendo que, al fin y al cabo, eran estudios.

-Eres imposible, Armando.

-Si, y aún así me quieres. ¿O acaso prefieres estudiar normas y leyes antes que estudiar anatomía conmigo, Bunny?

La rubia sonrió. Desde luego, los papeles habían cambiado, al menos momentáneamente. Y no le molestaba en absoluto.

¡Hola!Aquí vengo con una historia cortita,romántica y divertida,que espero que os haya o sabéis,la parejita es propiedad de naoko Takenuchi.Solo los utilizo para divertirme y divertiros.¡Besos y cuidaos mucho!