¡Hola gente!
La idea que ha dado nacimiento a este FanFic me vino a la mente hace unos 2 años aproximadamente, donde comencé a coger ideas para decidir como desarrollarlo antes de comenzar para tener una estructura intentando tener los mínimos huecos argumentales posibles. Siempre he amado leer FanFics pero escribir como tal nunca, así que espero que os atraiga la idea.
Espero leer vuestras reviews, así como sugerencias que queráis darme.
Lamento también cualquier falta de ortografía que se me haya podido escapar.
NOTA: LA HISTORIA QUE VOY A DESARROLLAR NO VA A TENER POKÉMON. ADEMÁS NO VA A SER CENTRADA SOLAMENTE EN AMOURSHIPPING, SINO QUE HABRÁ OTROS SHIPPING MÁS EN LOS QUE SE INVOLUCRARÁ A ASH CONVIRTIENDOLO UN POCO EN ASHXHAREM. LO VOY AVISANDO PARA QUE NO SE EXTRAÑE NADIE DE COMO AVANCEN ESTOS POR MUCHO QUE EL PAIRING SEA SATOSERE.
Sin más demora, os dejo con el Capítulo 1.
Capítulo 1 - Bienvenido a Kalos
- ¡Buenos días! Me llamo Satoshi, aunque podéis decirme Ash, me he mudado desde Kanto y espero que podamos ser todos amigos - Una sonrisa se dibujó en su cara mientras todos los alumnos se dedicaban a lanzarse miradas entre ellos -
- Muy bien Ash, pero... ¿¡Se puede saber por qué vienes en ropa interior al instituto!? -Exclamó el profesor dando un manotazo a su mesa -
Las risas de sus compañeros no se hicieron esperar mientras bajaba la vista para ver como estaba solo con sus calzoncillos y los calcetines.
- ¡No puede estar pasándome esto!
El joven se despertó de golpe mientras sus mejillas estaban encendidas, resaltando aún más esas marcas en forma de zeta que tenía en ellas. Solo había sido una pesadilla, se giró para ver la hora en su reloj y darse cuenta que apenas eran las cuatro de la mañana. Un suspiro salió de su boca solo para intentar volver a dormir, en unas horas empezaría su primer día de clase, y no conocía nadie en la zona. Era algo frustrante.
Cerró los ojos, dejó la mente en blanco, contó ovejas... Nada funcionaba. Se levantó pesadamente tras unos minutos dando vueltas en la cama, y a tientas, comenzó a caminar por la casa.
*PUM*
- Estúpida pared... ¿Quién te ha colocado aquí? – Susurraba mientras se frotaba la nariz debido al golpe -
Llegó hasta la cocina, abrió la nevera y se sirvió un vaso de leche. Se sentó en una silla y algo melancólico se puso a recordar.
Satoshi Ketchum, 17 años. Nativo de Paleta, un pueblo de la región de Kanto. Era un sitio muy rudimentario con apenas unas casas y el laboratorio de aquel científico llamado Samuel Oak. Debido a la necesidad de conseguir un empleo, tuvo que mudarse junto a su madre hasta Kalos, donde consiguió un puesto bastante bueno trabajando en la torre Luminalia. No la culpa de nada, era obvio que si querían sobrevivir deberían conseguir algún trabajo, la herencia de su padre, que en paz descanse, no les iba a durar toda la vida. Incluso él estaba pensando dejar el instituto para poder ayudar en casa trabajando de lo que pudiera, pero su madre quería que siguiera estudiando, y al final alguien la contactó ofreciendo el puesto en la torre, aunque ciertamente no tenía ni idea de que se trataba.
Apenas se fueron dos días atrás y ya echaba de menos a sus amigos. Gary, Misty, Tracy, Ritchie, Brock... Nunca tuvo dificultades para conocer a alguien dicho sea de paso. Pero siempre había alguien a su lado, y en esta ocasión se encontraba solo. Miró hacia un lado y se quedó viendo las manecillas del reloj. Extremadamente lentas. Soltó un bufido y decidió ponerse la televisión, aunque estaba seguro que no pondrían nada interesante. Efectivamente, tele tienda... tele tienda... más tele tienda... basura... dibujos para críos... Por dios, ¿qué clase de niño estaría levantado a esta hora? No tiene sentido que pongan esta clase de series a estas horas, y otras más interesantes las pongan en horario escolar porque, vale que a esa hora están los críos en el colegio... ¡Pero los adolescentes como él estarán en el instituto!
La luz del pasillo se encendió y se escucharon unas pisadas. ¿Había despertado a su madre? Con el porrazo que se pegó, la verdad, no le extrañaba.
- ¿Satoshi? ¿Qué haces despierto a estas horas? – Bostezó mientras se asomaba la castaña por la puerta – Mañana no vas a rendir en tu primer día de clase.
- Lo sé, mamá, pero por más que lo intento no puedo dormir. – Apagó la televisión frustrado en su cometido de ver algo que lo entretuviera –
Un suspiro salió de la boca de su madre. Hubo unos segundos de silencio sin que ninguno de los dos mencionara nada. Algo incómodo para ambos.
- Lo siento por tener que mudarnos. Se que estás nervioso por no conocer a nadie. Pero...
- No tienes que disculparte de nada. No hay otra opción. Nos las apañaremos.
Una sonrisa se dibujó en la cara de su madre.
- Me alegro que lo veas todo tan positivo. Mi pequeño está madurando. – Un leve sonrojo apareció en la cara Ash, a lo cual su madre solo pudo sonreír – Podrías conectar el ordenador, que lo necesitaré seguramente mañana. Voy a dormir que mañana me espera un largo días. Buenas noches cielo.
Tal por donde vino su madre, Delia, volvió a desaparecer. Conectar el ordenador podría ser una buena idea. Podría mirar alguna serie o jugar un rato para entretenerse hasta que volviera a conciliar el sueño.
Buscó en la sala principal entre las cajas hasta ver una que tenía escrito la palabra "FRÁGIL. ORDENADOR Y DERIVADOS". El ordenador iba a estar en la sala así que comenzó a poner cada cosa en el mueble correspondiente. Pantalla, teclado, ratón... Pero por alguna extraña razón, no encendía.
- ¿Qué está mal? No me digas que los de la mudanza lo han... – Se quedó en silencio al ver como se le había olvidado conectar todo a la toma de corriente – Seré estúpido...
Al meter el cable en la toma, salió un chispazo que asustó bastante al chico.
- Maldita sea...
Encendió el ordenador viendo que todo estaba, ahora si, correcto y abrió el archivo de una película.
El claxon de un automóvil hizo que despertara de golpe. Se había quedado dormido encima del teclado y ahora tenía varias marcas rojas en la cara debido a ello. En la pantalla se podía apreciar como el reproductor estaba en el final de la película. Al final, funcionó para dormir un poco. Pero se llevó las manos a la cabeza al ver la hora que era. Todavía estaba con su pijama y eran las 7:55. Iba a perder el autobús. Salió corriendo hasta su habitación y se cambió de ropa lo más rápido que pudo. Agarró su cartera y corrió todo lo que sus piernas le daban. Por suerte, la parada le pillaba cerca, pero aún así la carrera no se la quitó nadie. Vaya manera de comenzar el curso. El autobús estaba por irse cuando Ash llegó con el corazón en la garganta. Dio los buenos días y entró dentro. Por suerte parecía ser de las primeras paradas que éste hacía, pues no había mucha gente y la mayoría de asientos estaban vacíos, pero aún así se ganó algunas miradas. Tratando de pasar algo desapercibido, se agarró un mechón de pelo y se fue a los asientos del fondo para sentarse solo.
El trayecto era tranquilo, poco a poco el autobús se fue llenando de más y más gente. La mayoría parecía ya conocerse, pues hablaban de cosas que habían hecho ese verano. Algunos le dedicaban una mirada curiosos por ver alguien nuevo, otros simplemente lo ignoraban. No fue hasta esta parada, que alguien interrumpía el rumbo de sus pensamientos.
Un chico rubio se puso a su lado tan de golpe que se asustó. Usaba gafas y parecía que su mochila iba bien cargada.
- Menos mal que hay un sitio libre, necesitaba sentarme un rato. ¡Encantado! Soy Citrón.
Fue tan inesperado que la verdad le parecía una broma. Pero ya que no conocía a nadie, le alegró saber que podría al menos empezar el día con un amigo.
- Me llamo Satoshi, aunque mis amigos me solían llamar Ash, para abreviar.
- ¿Solían? ¿Sucedió algo?
- Bueno, soy nuevo en la ciudad, me he mudado con mi madre hace poco tiempo por tema de su trabajo, y no conozco nadie de por aquí – Dijo llevándose una mano a la nuca –
- ¿De donde eres? – Se asomó un chico regordete de los asientos delante de estos dos – Yo soy Tierno, Ash.
- De Kanto. Concretamente, Paleta.
- Entonces eres un "paleto" ¿No? – Reía Tierno mientras Citrón y Ash le miraban con una sonrisa nerviosa –
El autobús se detuvo de nuevo dejando pasar a otros alumnos. Ash se quedó sin palabras cuando una chica de cabellera como la miel, entraba en éste. Siempre había sido un chico despistado, de hecho, nunca había tenido novia si bien alguna se le había insinuado, como Misty por ejemplo, sin que éste se enterara, y era su amigo Brock quien se lo decía. Nunca había tenido una reacción así.
Y parece que se quedó un rato viéndola, ya que tanto Tierno como Citrón estaban riéndose.
- Olvídalo. Serena juega en otra liga para ti. – Decía Tierno en voz baja mientras se volvía a su asiento –
- ¿Serena se llama? No se… jamás había visto una chica como ella – Decía Ash mientras un sonrojo aparecía en sus mejillas acentuando aún más esas marcas características que tiene en ellas –
- Si quieres te la presento, es amiga mía.
Antes de que Ash pudiera decir algo, Citrón ya se giró hacia donde estaba Serena sentada.
- Eh Serena, ven que te presente a Ash. Es nuevo aquí en Kalos.
Ésta se levantó de su asiento y cada milésima de segundo que pasaba, Ash sentía que su respiración se cortaba y su corazón se aceleraba más y más.
- Ash, ésta es Serena. Serena, éste es Satoshi, pero llámalo Ash.
- Hola Satoshi, encantada.
- Hola. Lo mismo digo…
- ¿Y de donde eres?
- De un pueblo de Kanto, Paleta.
- Lo conozco, veraneaba de pequeña con mi familia allí.
Los ojos azules de la pelimiel lo hipnotizaron. Y su sonrisa era perfecta. El momento duró menos de lo que le gustaría ya que Serena volvió a su asiento. Sin duda alguna, le gustaría que estuviera en su clase.
Pasaron unos cuantos minutos más antes de que el autobús finalmente llegara a su destino, el instituto. Comparado con el de su pueblo, éste era inmenso. El autobús estacionó en la zona destinada a éstos, donde ya había otros tres autobuses, ya carentes de personas.
- Ven Ash, tendremos que ver en que clase nos ha tocado. El tablón con los listados siempre está en la entrada.
El mencionado no se entretuvo más y siguió al rubio. Todavía no tenía la confianza necesaria para poder hablar de cosas por muy triviales que fueran, así que permanecieron en un silencio que, en el caso del azabache, se le hizo algo incómodo. Llegaron hasta la entrada donde pudo ver muchísimos alumnos aglomerados. Un bufido de fastidio salió de la boca de Ash, quien si bien debía averiguar primero la clase en la que tenía que entrar, también debería averiguar donde se encontraba ésta.
- ¡Este es otro glorioso momento en el que la ciencia alumbra nuestro camino hacia el futuro! - Exclamaba Citrón haciendo que Ash pusiera una sonrisa nerviosa mientras una gota de sudor le resbalaba por la sien - Ven, sígueme, voy a meterme en el servidor del centro y hackeando los ordenadores principales sacaré el listado.
- ¿En serio puedes hacer eso? - Miraba Ash a Citrón asombrado mientras este solo reía sacando un ordenador portátil de su mochila que era, en tamaño comparado a la suya, enorme -
- Si, siempre se me ha dado bien la ciencia y la tecnología. Veamos, router del centro… ésta es la conexión Wi-Fi. ¿Clave WEP? Vaya inútiles… ¡Listo! Veamos uso el buscador en el disco local… Vale ya lo tengo. ¿Eras Satoshi…?
- Ketchum.
- Vale. Veamos… Aquí estas. Vaya, estamos en el mismo aula… Pues sígueme.
- No tan rápido. Dime la mía - Preguntó Serena mientras se acercaba a estos - No pensarás que pienso estar aquí esperando mientras tu haces de las tuyas para saltarte todo este montón de gente.
- Serena… Serena… Serena… Vaya, te hicieron retroceder un curso. ¿Suspendiste los exámenes finales? - Preguntaba Citrón asombrado mientras Serena se ponía pálida. Ash simplemente estaba en silencio, por alguna razón no era capaz de razonar bien estando cerca de ésta.
- No es posible… ¡Mis notas son geniales! Debe haber algún error. - Rápidamente le arrebató el ordenador al rubio mientras este empezaba a aguantarse las ganas de reírse. Ash lo había entendido al momento que se estaba quedando con ella al verle aguantarse la risa, así que empezó a reírse también - Estoy en la misma clase que tú… Maldito idiota -Exclamaba haciendo un mohín con los mofletes y le devolvía el ordenador de mala gana al rubio que se agarraba como podía así mismo para intentar controlar la risa - Me voy delante.
- ¿Crees que se habrá enfadado? - Preguntaba Ash mientras paraba de reír y observaba al rubio limpiarse una lágrima y se levantaba tras guardar su ordenador -
- Para nada. Vamos.
El azabache iba mirando para todos los lugares intentando memorizar todo lo posible. Supo que había llegado a su aula cuando Citrón se detuvo y entró en una. 2ºC. Debería memorizarlo bien para no equivocarse en el futuro e incluso por si algún profesor le preguntaba.
Cuando pasó se desilusionó bastante al ver como Serena estaba besándose con un chico, era de suponer que tendría novio después de todo. Esperaba no tener que aguantarlos por mucho rato. Fue hacia Citrón y no dudó en preguntarle.
- ¿Quién es el que está con Serena?
- Ah, es Kalm, su novio. ¿No es curioso? Kalm si lo pones como una C es calma en inglés. Calma y Serenidad. Lo encuentro bastante cómico.
- Supongo… - No pudo evitar sacar una sonrisa - ¿Y cómo va el tema de asientos aquí? En mi antiguo instituto, el primer día venía nuestro tutor a informarnos sobre los horarios, como nos debíamos sentar y tal.
- Pues aquí igual, supongo. Aunque el año pasado me tocó de tutor un profesor bastante agradable llamado Ciprés, y nos dejó sentarnos como nos daba la gana y el primer día no hicimos nada. Aunque he de admitir que luego había que estudiar bien su asignatura. Hizo un gran estudio acerca de la evolución.
El sonido de la puerta cerrándose les llamó la atención para ver a un hombre con una barba descuidada y otro hombre en traje.
- Por favor, tomad asiento en el primer sitio que veáis. Ya que es el primer día no importa si perdemos un tiempo. Soy Ciprés Sycamore, vuestro tutor y por lo que veo, repitiendo con varios alumnos. Este caballero que viene conmigo, es Giovanni Sakaki.
- ¿¡El presidente de la Corporación Rocket!? - Exclamó Citrón mientras se le iluminaba la mirada -
- Efectivamente, jovencito. Vamos al tema que me ha traído hasta aquí, la presentación de un nuevo producto.
- ¿Has venido para hacer spam? - Dijo entre risas Kalm -
- Kalm… - Regañó Ciprés - Continúe por favor.
- Sabemos que el año escolar es complicado, hay que estudiar mucho. Y a veces, el café no es suficiente. También sabemos que es frecuente para vosotros los estudiantes, y más cuando estáis en un curso donde ya hay que estudiar mucho, consumir bebidas energéticas. Y por ello, vamos a daros una muestra gratis.
Giovanni abrió el maletín donde se veían en fila multitud de latas. Sacó una y la enseñó a los alumnos.
- Un detalle de la bebida, es que da igual cual bebas. Para cada persona, el sabor es diferente, incluso si alguien, como en mi caso, dice que sabe a vino, aunque otro beba el mismo contenido le sabrá a su manera.
- ¿Y cómo han logrado eso? - Decía emocionado Citrón mientras se levantaba del asiento maravillado por lo que le decía Giovanni -
- Digamos que estábamos investigando y desarrollando otro producto cuando por accidente creamos esto.
- ¿Otro producto? - Citrón se veía realmente desconcertado -
- Una especie de traje. Uno de los componentes descubrimos que tenía ésta característica única y decidimos hacer éste producto.
Un silencio se hizo en la sala. Al parecer, la revelación les hizo extrañarse sobre la bebida. Una gota de sudor apareció en la frente de Giovanni y Ciprés.
- ¿Alguien… quiere probarla?
Unos segundos de silencio bastaron para que Giovanni se molestara algo. Estaba a punto de guardar la bebida cuando Ash se levantó hacia él. Los murmullos no se hicieron esperar mientras la mayoría de gente se preguntaba quien era él. Su cuerpo actuó sin pensar, a decir verdad, nunca le habían atraído las bebidas estas, pero por probar… ¿Qué podría pasar? Además le vendría bien llevarse algo al estómago, que no había podido desayunar debido a quedarse dormido.
- Muy bien joven. ¿Cómo te llamas?
- Satoshi.
- Muy bien Satoshi. Como dije, a mí me sabía a vino. ¿Podrías decirle a tus compañeros a qué te sabe?
Le pasó la lata y Ash la abrió. Miró un poco el contenido de esta pero la luz no llegaba a iluminar el líquido, aunque le parecía que era transparente, un aroma dulce le llegó y pegó un trago. Saboreó un poco. Antes de abrir los ojos como platos.
- Sabe a limón.
- Limón, ¿eh? ¿Alguien quiere beber de la lata de Satoshi para comprobar si también le sabe a limón?
Bastante gente, tras ver como parecía estar bueno y no pasarle nada a Ash, parecía animarse, pero fue Citrón el que llegó primero para arrebatarle la lata al joven y darle un trago largo.
- A mí también me sabe a limón.
- Me da a mi que es un timo, nos dice que cada sabor es diferente y es limonada normal. - Kalm se tumbó sobre su asiento declinando la oferta y fue imitado por muchos de sus compañero -
- Trae que lo pruebe yo - Dijo Serena quitándole la lata a Citrón y dando un pequeño trago - A mí me sabe a naranja.
Tras la confirmación de Serena, varios más quisieron probarlos, aunque muchos como Kalm prefirieron pasar.
- Pónganse en fila mientras os voy repartiendo una lata a todo aquel que quiera probarla. - Giovanni miró a Ash, Serena y Citrón - Satoshi, por ser el primero, ten. Vosotros dos también.
Este les entregaba varias latas mientras sonreía. Ash alzó una ceja y lo miraba desconcertado.
- No entiendo…
- Nadie quería probarlo y tú has animado al grupo - Susurraba para que solo éstos escucharan - Tienes madera de líder. Me gusta la gente como tú.
Tras entregar varias latas y escuchar exclamaciones de los alumnos que estaban bebiendo, Giovanni se despidió de todos mientras Ciprés lo acompañaba y cerraba la puerta.
- Bueno chicos, veo que ya habéis elegido sitio. Pues coged la silla y vamos a juntarnos aquí en el centro del aula que vamos a presentarnos. Hay que conocer a los compañeros desde el primer día.
- Pero Ciprés, si nos conocemos todos… - Exclamaba Kalm mientras se tumbaba en la silla -
- No, no todos. Hay algunos alumnos nuevos. Y como ellos no os conocen, lo lógico es que también os presentéis ¿No es cierto, Satoshi?
Una sonrisa nerviosa le afirmó que debía ayudarle un poco a conocer a sus compañeros.
Las horas pasaron con normalidad y aunque le costaba ir memorizándose el nombre de todos sus compañeros, aunque algunos ya se los iba aprendiendo poco a poco. Toroba, Citrón, Kalm, Sana, Corelia, Hikari, Yuki, Haruka, Koki, Serena… Esa chica tenía algo especial, no sabía que era exactamente pero le estaba volviendo loco. Las hormonas desde luego le estaban jugando una mala pasada.
El autobús estaba de regreso en su parada. Dejó el autobús y caminó a paso relajado hasta su casa, en la cual estaba su madre en la puerta.
- Hola hijo, mira estoy poniendo nuestros nombres en el buzón. - Se pone de lado para que Satoshi pudiera verlo mejor. El buzón dictaba Delia Ketchum en la primera linea y en la segunda Satoshi Ketchum - ¿Qué tal el primer día?
- Cansado, pero bien. Día de presentación, darnos horarios y poco más. Ah bueno, a venido Giovanni Sakaki al instituto.
- ¿Ah sí? ¿Y para qué ha ido?
- Promoción de un nuevo producto.- Comenzó a abrir la puerta del domicilio para que ambos pasaran - ¿Y tú qué tal?
- Día sencillito. Papeleo por aquí y por allí.
- ¿Te han dado ya algún proyecto?
- De momento no me han dado ninguno, pero he de suponer que tendré cláusula de confidencialidad cuando empiece con alguno.
- ¿Tan secreto sería que ni a tu propio hijo le contarás? - Comentó con fingido dolor -
- No te hagas la víctima que tampoco será algo que tenga mucho interés para ti. - Cerró la puerta de la casa tras haber pasado ambos - ¿Qué te apetece comer?
Ash entró su habitación, fue a preparar la mochila y se dio cuenta de que llevaba varias latas de la bebida que le regaló Giovanni, sin darle importancia abrió una lata y llevó el resto a la nevera, seguramente estarían mejor frías. Colocó su mochila encima de su escritorio y decidió dar un paseo por la ciudad.
- Mamá, voy a dar una vuelta. - Abrió la puerta, pero sintió un poco de electricidad estática al hacerlo, pegó un pequeño salto y maldijo su mala suerte -
- Vale, ten cuidado, yo tendré que volver en un rato a trabajar así que cuando quieras cenar, tendrás algo en la nevera.
Cerró la puerta de la casa, pegó otro trago a la bebida y siguió andando sin rumbo fijo. Tras un par de calles, pasaba por una tienda de informática justo en el momento en el que salía Citrón junto a una niña pequeña.
- ¡Hombre Ash! ¿Qué andas, dando una vuelta?
- Hola Citrón. Justo eso. ¿Y tú?
- Pues mira, acabo de salir de comprar un nuevo microprocesador para mi ordenador. ¿Estás tomando otra lata de la bebida esa?
- Si, nunca he sido muy aficionado a las bebidas energéticas, pero bueno, no está mal y esta noche no dormí muy bien que digamos.
- Hermanito…
- Oh perdona. Ash, esta es mi hermana Eurika, Eurika, este es Ash, un amigo mío.
- Encantado Eurika
- ¡Igualmente Ash! Oye... ¿Sabes si mi hermanito ya tiene novia?
- ¡Eurika! - Un Citrón completamente rojo le pega un coscorrón a su hermana - Deja de intentar buscarme pretendiente, estoy muy bien soltero.
La risa de los tres resonaba por el lugar. Quizás acababa de conocer a Citrón ese mismo día, pero se estaba empezando a llevar tan bien como varios de sus amigos allí en Kanto.
- ¿Quieres venirte a mi casa? Podemos pasar la tarde allí, y te enseño en que estoy trabajando actualmente.
- Me parece bien, tampoco tengo nada que hacer.
- Pues sígueme. Eurika, tú a mi lado.
Pues ya tenía un plan para la tarde. La verdad le había salvado de tirarse la tarde solo en la casa aburrido, así que se lo agradecía internamente mucho. Siempre disfrutaba de la compañía de sus amigos y raro sería el día que se quedaba solo. Citrón estaba siendo, sin apenas conocerlo, un gran apoyo, y por primera vez, se alegra de haber tenido que venir a Kalos. Su duda ahora era… ¿Cuánto le durará esa sensación? ¿Cuánto tardará en echar de menos tanto a sus amigos que quiera ir a verlos?
La casa de Citrón estaba muy cerca de la torre Luminalia. Igual podría aprovechar después para ir a por su madre... Bueno no realmente, ya le había dicho que tenía cena en la nevera así que tendrá bastante trabajo. Cuando entró a la habitación del rubio, le sorprendió ver como lo tenía todo montado. Un ordenador que parecía muy potente conectado a múltiples pantallas, todo lleno de estanterías con videojuegos, varias videoconsolas en una vitrina… A él le gustaban los videojuegos desde luego, pero no al punto al que parecía gustarle a Citrón.
- Bienvenido al cuartel general.
- ¿Cuartel general?
- Es como llama mi hermanito a su habitación. - Eurika entró a la habitación con un par de bolsas de patatas - Esto es para que podais picotear.
- Gracias Eurika. ¿Te importaría traerme una de las latas de la nevera? La que tiene una R grande, como la que tiene Ash. - Eurika salió por la puerta corriendo mientras asentía. - ¡Gracias!
- Tu hermana es muy alegre.
- ¡Hey! Que tiene 8 años, ni se te ocurra insinuártela que llamo a la policía.
Ambos empezaron a reír al tiempo que Eurika entraba por la puerta con una bebida abierta y otra cerrada que le tendía a su hermano.
- Está muy bueno. ¡Sabe a batido de chocolate!
- Eurika, se supone que no debes beber ésto, que tiene que tener cafeína a saco. Dame las dos latas anda y déjanos solos. - Eurika solo hizo un mohín al tiempo que le entregaba las latas y salía por la puerta - ¡Y tengo las latas contadas! ¡No tomes ninguna a escondidas!
- Batido de chocolate. No se como lo habrán hecho, se escapa a mi lógica como algo puede tener un sabor tan diferente de una persona a otra. Limón, naranja, vino, batido de chocolate…
- Ya te digo. la Corporación Rocket suele tener inventos tecnológicos así que me extrañé cuando nos enseñó esta bebida, aunque más aún cuando dijo que la descubrieron y desarrollaron al estar investigando un… ¿Traje dijeron? ¿Como narices pasas de desarrollar un traje a hacer una bebida?
- Igual uno de los procesos de testeo implica comerse el traje… - Ambos tardaron unos segundos en reaccionar ante la respuesta de Citrón y empezaron a llorar de risa al imaginarse a Giovanni comiéndose un traje mientras afirmaba que sabía a vino -
Ash se lo estaba pasando francamente bien. Primero ayudó a Citrón instalando el microprocesador y luego simplemente estuvieron hablando de banalidades.
- Entonces la clase entera os conocéis ya.
- No todos, algunos desde que íbamos al colegio, y otros desde el instituto. Estar ya en el último año de bachillerato hace que ya sean demasiados años juntos, aunque no hayamos estado en los mismos cursos nos conocíamos por estar en cursos paralelos y movernos por los mismos círculos de amistades, pero la chica del pelo moreno que estaba delante, Bianca, y su compañera rubia, Lillie creo que era, también son nuevas como tú por Kalos.
- Entiendo… ¿Y tú y Serena os conocéis desde primaria?
- Si, antes eramos mucho más amigos, pero desde que empezó a salir con Kalm, bueno, nos distanciamos un poco. Nunca me ha caído bien pero bueno, si le gusta a Serena, ella sabrá, pero desde luego el tío es muy desagradable.
- ¿En serio?
- ¿No lo notaste en la visita de Giovanni? Siempre dando su opinión, criticando todo, y por orgullo luego no quiso probarlo pero estaba claro que tenía ganas.
En ese momento ambos fueron a coger de la bolsa a la vez, y al rozar sus manos un chispazo bien fuerte saltó de estas. Ambos se veían asombrados y se separaron rápidamente.
- ¿Qué narices acaba de pasar? - Ash se miraba la mano. Por primera vez, ante un chispazo no solo no se amedrentaba, sino que no sintió molestia alguna -
- Nunca había visto una acumulación de electricidad estática tan bestia. Se han fundido incluso partes de la bolsa… - Se levanta y abre la ventana porque empezaba a oler al plástico quemado - ¿A ti te ha dolido?
- Ni una pizca.
- A mi tampoco. Pues menos mal, viendo la bolsa podría habernos causado una quemadura.
- Bueno. ¿Por donde íbamos?
- Ah si, Kalm. La verdad, he tenido algún encuentro con él. Delante de Serena procuro mantenerme como siempre, como buen amigo que intento ser, pero es un gilipollas. El típico tío que piensa que o lleva razón, o quieres pelea.
- Igual con ella se comporta de manera diferente, mientras la trate bien no debería haber problema.
- Espero sinceramente que sea así.
- Bueno cambiemos de tema. Mira que te enseñe en lo que estoy trabajando. - Salen por la puerta de la habitación y bajan hasta lo que parece el sótano - En el sótano es donde tengo mi taller. Como ya viste soy un fanático de la tecnología y las invenciones. Estoy desarrollando ésto.
Ash no entendía muy bien lo que veía, pero parecía un brazo mecánico.
- Déjame que te explique. Puede parecer un brazo mecánico normal, pero como ves es bastante pequeño. Pero estoy ideando un sistema que permite al brazo llegar a levantar muchísimo peso sin esfuerzo. De momento, sin fallo alguno, he sido capaz de levantar un coche con él.
- ¿En serio? - Ash se quedó bastante asombrado, nunca le había llamado tanto la atención la tecnología como a Citrón, pero desde luego le estaba pareciendo impresionante todo lo que el rubio hacía - ¿Y cual sería el objetivo al que está destinado?
- Pues supongo que hay muchos usos. Imagina que hay un derrumbamiento de un edificio, y hay personas atrapadas dentro, varias personas desde fuera con este invento serían capaces de retirar las partes más pesadas del edificio sin problema alguno, sin tener que esperar por una grúa que tarde la vida en llegar.
- Es impresionante Citrón, de verdad. Espero que tengas suerte con el proyecto.
Salieron del sótano para volver a dirigirse a la habitación.
- Señor, dos de los sujetos de experimento que sobrevivieron se han estabilizado ya.
- Muy bien. Voy a verlos. - Giovanni apareció de entre las sombras y salió de la habitación en la que se encontraban solo para pasar por un largo pasillo blanco. Se acercó hasta una habitación donde se encontraban un hombre y una mujer, los dos sujetos que le habían mencionado anteriormente. Ambos se encontraban conectados a un monitor que mostraba sus señales vitales - ¿Cómo os encontráis?
- He estado mejor, pero ahora mismo me siento como nunca. - Dijo la mujer de cabello magenta -
- El riesgo a merecido la pena desde luego. - Menciona el peliazul -
- ¿Os importaría empezar las pruebas ahora?
Ambos asintieron, se desengancharon los sensores de los monitores y se dispusieron a seguir a Giovanni. Llegaron hasta una sala bastante extraña, llena de zonas con quemaduras.
- Veamos... ¿Qué poderes habéis despertado vosotros? Al principio os costará controlarlo, pero llegará el momento en el que vayáis descubriendo la manera de usarlos a la perfección. Empezad por lo básico, a ver si vuestros poderes pueden ser lanzados por la boca que son los más comunes. Intentad escupir en esa pared, pero no saliva. Intentad expulsar algo de vuestro interior, algo que anteriormente no sintierais. Kojiro, empieza tú.
El hombre peliazul se colocó frente a una pared y se quedó intentando sentir algo que no estuviera en su cuerpo anteriormente. Estuvo unos segundos con los ojos cerrados y los abrió de golpe, haciendo caso de lo que le dijo Giovanni y expulsó algo por la boca, pero no salió saliva, sino un humo más bien negro y muy espeso, pero apenas salió un poco para cubrirlo a él.
- Vaya, esto todavía no lo habíamos visto… - Giovanni activó una grabadora - Sujeto de investigación Kojiro, en la primera prueba ha expulsado un humo muy oscuro, recordando al que suelta un incendio, quizás tenga algún poder de fuego… - Giovanni se pone un pañuelo tapándose boca y nariz para filtrar todo lo posible el humo y se introduce en él - Es totalmente opaco y no huele como a incendio, parece más algo tóxico.
- Señor, siento interrumpirle pero aunque vea el propio humo que he expulsado, puedo ver a través de él como si fuera translúcido, y a mi no me huele a nada, ni me molesta para respirar. Supongo que debería saberlo para el informe.
- Perfecto - Vuelve a activar la grabadora dando los datos que Kojiro le ha proporcionado - Musashi, tu turno.
La mujer se colocó al lado de Kojiro tras disiparse el humo que este había expulsado. Repitió el proceso que siguió el primero y se quedó un momento estática. Acto seguido, escupió contra la pared, aunque a simple vista no pasó nada.
- Tranquila, es normal que al principio cueste. Seguid practicando - Giovanni iba a irse pero un sonido en la pared alertó a los tres, que se giraron para ver que la zona de la pared donde había escupido Musashi se estaba deshaciendo - Increíble, parece que puedes escupir un potente ácido… Muy bien, practicad todo lo que podáis, veremos vuestros avances en una semana.
Giovanni salía mientras usaba la grabadora para grabar los avances. Llegó hasta su despacho y conectó la grabadora a un ordenador portátil que tenía en su escritorio para pasar los archivos de grabación que tenía almacenados. Soltó un sonoro suspiro y se sirvió en una copa un líquido translúcido. Pulsó un botón y apareció a los segundos alguien por la puerta.
- Dígame señor. - Giovanni dio un trago largo a la copa antes de ponerse a hablar -
- Empieza a buscar tiendas dispuestas a vender el Elixir por Luminalia. Dame el listado para mañana. Quiero que empecemos a distribuir el primer millar para la semana que viene.
- Si señor - Acto seguido sale del despacho cerrando la puerta -
Giovanni pega otro trago a su copa, abre la ventana y tras estirar su brazo, de su palma aparece una roca que sale disparada fuera, se mira la mano y sonríe.
Pues hasta aquí el capítulo 1. Espero que os haya gustado la mitad de lo que a mí escribirlo. Voy a tratar de traeros el capítulo 2 cuanto antes, así que espero vuestras reviews para ver que opináis.
Un saludo, nos leemos.
