Esta historia va dedicada especialmente para una personita que me pidió un poco más sobre esta familia, y no la culpo, realmente adoro la temática sobre ellos, espero y les guste tanto como a mi me gustó escribirla. Muchas gracias Melia2.
Advertencia: Digimon ni sus personajes me pertenecen.
Capítulo I: Tal vez no tan molesto...
"Molesto", el sonido de la campanilla anunciando el fin de las clases era molesto; "molesto", el guardar sus cosas era molesto; "molesto", los murmullos por los pasillos y la gente pasando era molesto. Yamato soltó un suspiro mientras se hallaba recargado en la pared esperando a que salieran Sora y Taichi de la última clase; no sabía por qué ese día estaba tan molesto.
Tal vez era que había amanecido de mal humor, o tal vez era porque no había almorzado aquel día, tal vez era por los regaños que había recibido en clase al no prestar atención, o tal vez era por el hecho que hoy tendría que pasar la tarde a solas con su madre.
Si, tal vez era eso... No hay que malinterpretarlo; a Yamato no le molestaba eso, bueno, en parte sí y en parte no; no era que su mamá le hubiera hecho algo malo, era simplemente que hacía mucho no hablaba con ella, y menos estaba a solas con ella, por lo que le molestaban aquellos nervios que lo habían estado invadiendo desde el inicio de su día, así como le molestaba no ser el mejor para sacar plática, ya que era muy callado, le molestaba imaginar los momentos incómodos; en definitiva iba a ser una molesta visita; todo por culpa de su tonto hermanito.
Recordaba que la semana pasada Takeru había comenzado a fastidiarlo diciendo que quería intercambiaran de casa por 3 días, que sería divertido, además, que ya merecían pasar tiempo de calidad con su otro padre. Yamato al principio denegó rotundamente, pero al ver la insistencia de su hermano, se preguntó si él era alguien para denegarle un tiempo a solas con su papá, y después de eso acordó con que lo harían. Una vez ambos estuvieron de acuerdo, hablaron con sus padres y ellos aceptaron, si bien un poco desconcertados, pero no dudaron en decir que sí; y fue así como acordaron el viernes saliendo de clases se irían a casa del otro y se la pasarían el fin de semana allí.
El chico se hallaba sumado en sus pensamientos cuando Taichi y Sora salieron de su salón.
- Oye, das miedo con esa cara... Bueno, más miedo de lo habitual- espetó el moreno burlándose de su amigo sin siquiera saber que le pasaba, a lo que Sora le dio un codazo imaginando que se trataba de algo serio.
- ¿Todo está bien Yamato?- preguntó la chica acercándose un poco al rostro del rubio, esperando por una respuesta. Yamato al reaccionar y ver a su amiga tan cerca se alejó sonrojándose al extremo.
- S-si! Emmm... Yo solo estaba pensando
Taichi no pudo evitar formar una sonrisa de burla en su cara y comenzó a reír a carcajadas, mientras que Sora adquirió un ligero rubor y murmuró algo inentendible.
- Bueno, ¿y qué pensabas?- preguntó el castaño mientras comenzaban a caminar por los pasillos, intentando dejar de lado los nervios/"coqueteo" (como Taichi lo llamaba) de ambos.
- Nada importante- cortó el rubio perdiendo al final su voz. Sus dos amigos se miraron un poco preocupados cuando llegaron a los casilleros y allí vieron que el chico llevaba una mochila más grande de lo normal
- ¿Vas a algún lado?- reanudó de nuevo su mejor amigo esperando obtener una mejor respuesta que la anterior.
- Umhh...- un momento de silencio se produjo hasta que el rubio decidió continuar, ya que sabía no lo dejarían en paz hasta saber todos los detalles- es solo que Takeru insistió en querer pasar el fin de semana con papá, así que yo me quedaré con mamá
Otro silencio se produjo entre ellos. En realidad, Yamato nunca había comentado a sus amigos nada referente a su relación con su madre, así que los chicos no sabían si eso era algo bueno o malo; sin embargo, Sora tomó la mano del chico rubio por impulso y sin siquiera pensarlo le otorgó una de las sonrisas más cálidas que haya expresado antes.
- Estoy segura que todo saldrá bien... Después de todo es tu madre
Yamato la miró y no pudo evitar sonrojarse; aquella tranquilidad que la chica le brindaba era completamente distinta a la que los demás le podían dar. Si bien ella no era la más popular entre los chicos de su escuela, a Yamato le parecía que era la más interesante de todas, llegando a admitir únicamente a su mejor amigo que se sentía atraído por ella. El chico sólo atinó a asentir con la cabeza y tras unos pequeños instantes ambos se soltaron completamente avergonzados. Taichi no pudo evitar reír en su interior; aún recordaba el día que su amigo le había confesado sus sentimientos por Sora.
Un día por la mañana los 3 habían pasado un rato juntos; Sora y Taichi se pusieron a platicar sobre futbol y tenis, por lo que Yamato quedó fuera de la plática; ya para cuando Sora los dejó debido a que su madre la ocupaba en casa, Yamato estuvo serio y casi no hablaba. Taichi sospechó en seguida que su amigo estaba molesto, por lo que decidió arreglar las cosas.
- ¿Qué te pasa?
- ...- el rubio lo miró confundido esperando a que su amigo se explicara; entonces Taichi lo tomo de los hombros quedando frente a frente.
- Si hice algo que te molestara dímelo, no te entiendo cuando te callas las cosas, no soy un adivino- espetó molesto el castaño esperando una respuesta agresiva, pero en cambio sólo recibió un suspiro.
Yamato se encontraba arrepentido de haberse comportado tan infantil con su mejor amigo, él ni siquiera sabía que era lo que le pasaba, entonces a modo de disculpa decidió ser honesto.
- Escucha... No quería decirte esto antes porque... No quiero que haya una pelea entre nosotros o que las cosas se arruinen... No quiero perder ninguna amistad- el tono serio del rubio comenzó a preocupar al castaño quien, lo soltó de su agarre y esperó a que éste continuara- pero... a mi... m-me...- un repentino sonrojo apareció en su cara, y fue cuando Taichi sospechó por donde iba todo el asunto, pero decidió quedarse callado esperando a que el rubio superara la vergüenza y lo dijera.
El resto de la conversación ya era de esperarse, un Yamato sonrojado intentando decirlo por más de 15 minutos, un Taichi burlándose y luego asegurándole a su mejor amigo que no tenía por qué ponerse celoso en lo que a él respectaba, y bueno... Desde aquel día la amistad de ellos dos había cambiado bastante, aunque a su vez seguía siendo la misma, sólo que ahora se podía notar más confianza que se tenían anteriormente. Por si fuera poco, el hecho que sus hermanos menores comenzaran a tener citas y a tener un interés romántico entre ellos había afianzado más aquel lazo.
El castaño sonrió y apoyó el comentario de Sora intentando animar un poco más a su amigo, después de todo... No podía ser tan malo que fuera a pasar más tiempo con su madre ¿no?.
Yamato se despidió de los chicos y tomó rumbo a la casa de su madre. Realmente no sabía que esperar, pero lo único que pedía era que no fuera del todo incómodo.
Al llegar al edificio, se encontró con Yolei e Iori, quienes lo saludaron y advirtieron que Takeru se había ido por otro lado, cosa que Yamato restó importancia. Tras una brevísima plática se dirigió rumbo a la casa.
Una vez parado frente la puerta dudó por unos breves instantes en si tocar o dejarlo así; pero tras mucho pensar no le quedó de otra.
"Ding dong"; un sonido que retumbó en los oídos del joven; a pesar de apenas haber tocado sus nervios le dieron una mala jugada haciendo que el tiempo transcurriera el doble de lento. De pronto, cuando pensaba en retirarse se encontró con Natsuko abriendo la puerta. Ambos se miraron en silencio absoluto, cuando su madre salió de la sorpresa le invitó a pasar, a lo que éste respondió debilmente mientras daba un paso hacia el interior.
Bien, esa no era la bienvenida que ninguno de los dos esperaba, pero... ¿qué esperaban realmente? Tanto él como ella se hallaban hechos un manojo de nervios. Si bien antes se habían visto e intercambiado un par de palabras, era distinto, porque no estaban los dos... A solas; no desde hacía mucho tiempo.
- Ven, toma asiento- lo invitó la mujer mientras servía dos vasos con jugo; al ver a su hijo dejando la mochila al lado volvió a tomar la palabra- y... ¿qué tal la escuela?- la mujer le dio uno de los vasos mientras ella tomaba asiento en el otro sillón para quedar de frente con él.
Okey, si Yamato se había sentido como un extraño hacía unos momentos, ahora sentía que estaba en una entrevista en la que su vida corría peligro.
- Bien- dijo secamente, igual que siempre hacía, pero eso no parecía molestarle a ella, ya que sabía su hijo mayor no era un hombre de muchas palabras. "Eso lo sacó de mi" pensó un tanto orgullosa, pero después volvió a recordar la situación; no podía dejar que esa incomodidad los invadiera, por lo que quiso continuar la plática.
- Me sorprendió mucho cuando Takeru me dijo querían intercambiar... Quiero decir, nunca antes lo había visto tan entusiasmado con la idea.
El joven la miró y al ver el intento de su madre por sacar un poco de conversación lo motivó a continuar con la charla.
- Si, a mi también me extrañó su actitud... Pero supongo es normal...- al ver que su madre puso un semblante de tristeza ante aquellas palabras intentó arreglar lo ya dicho- quiero decir... Yo también... Quiero pasar un poco más de tiempo contigo.
Aquellas palabras salieron de su boca sin permiso; tanto él como ella estaban sorprendidas ante su declaración, pero entonces fue cuando la mujer esbozó una sonrisa.
- Me parece perfecto- dijo sin poder ocultar aquella felicidad en su tono de voz. Tras decir eso se levantó y se dirigió a la cocina- bien, empezaré a preparar la comida, si quieres puedes ir a dejar tus cosas y cambiarte- el chico miró confundido a su madre, pero sin pensarlo mucho se puso de pie y se dirigía a la habitación de su hermano, hasta que su madre interrumpió- puedes usar la habitación que está frente a la de tu hermano.
Si bien Yamato ya había visitado aquel departamento antes, nunca se había quedado a dormir en él, ya que normalmente era Takeru quien iba a pasar la noche en su casa. El rubio abrió la puerta y se encontró con una habitación, ésta se encontraba con una decoración simple, pero se percató que el color predominante en aquél cuarto era el azul; entonces lo supo: esa era su habitación.
El rubio no tardó en dejarse caer en la cama, pensar que su madre siempre lo había tenido presente le causaba un sentimiento de nostalgia pero a la vez alegría; todo ese tiempo había pensado que él no era importante para ella, o que ella realmente no quería tratar mucho con él, pero ahora que analizaba todo sólo podía recordar que había sacado lo callado de ella, ya que si bien su padre no era tan platicador como Takeru, él solía sacar la mayoría de las conversaciones. Yamato soltó un suspiro y tras cambiar su uniforme salió para encontrarse con su madre en la cocina.
- ¿Gustas que te ayude?- La mujer lo miró extrañada, y tras recordar la pésima cocina de su ex-marido soltó una pequeña risita.
- Claro; ayúdame con la pasta por favor.
Hubo un espacio de silencio hasta que Natsuko comenzó con una ligera plática; "después de todo me ayuda mucho que Takeru hable tanto de Yamato" pensó la mujer, ya que sin eso, no tendría una mínima oportunidad de poder conversar siquiera un poco con su hijo, al menos no durante ese primer día.
- ¿Qué tal te va con tu banda? Takeru me contó que se han separado al menos unas 3 veces- el rubio se atragantó un poco con el agua y no pudo evitar maldecir a su hermano en su mente, no era necesario que le contara cosas tan vergonzosas a su mamá.
- Va muy bien, al principio teníamos unas cuantas diferencias, pero ya lo hemos arreglado- dijo lo último con orgullo- ¿y a ti qué tal el trabajo?
- Excelente, hasta ahora todo ha ido muy bien- la rubia hizo una pequeña pausa y luego continuó- demasiado tranquilo
Yamato pudo ver una cara de satisfacción en su madre; si bien sabía que ella había tenido que trabajar horas extras durante algún tiempo, al parecer había logrado cumplir con sus metas.
Y otra vez reinó el silencio. Eso de preguntar y responder era interesante, pero no duraban mucho las conversaciones debido a que ambos carecían de esa cualidad; no eran buenos con las palabras, y lo estaban dejando más que claro. Decidido a ser ahora él en mostrar interés por conversar con su madre decidió sacar a luz un tema de suma importancia para él.
- Mamá?- miró de reojo a la mujer, y al notar que había captado su atención continuó hablando- verás... Quería... quiero... necesito un consejo por favor- su madre detuvo lo que estaba preparando y lo miró con entretenimiento- Bueno... Lo que pasa es que... hay una chica, que es mi amiga... Pero también es amiga de Tai, bueno, es amiga de los dos... Y Tai ya me dijo que a él no le gusta... Pero tal vez a ella si le gusta él... Y sé que te preguntarás qué tiene eso de malo, pero es que a mi...
- A ti te gusta- completó la mujer al ver a su hijo estallando de vergüenza- Y esa chica es Sora ¿no?
¡Claro! A Yamato ni siquiera debería sorprenderle que su mamá lo supiera, después de todo, las madres siempre lo saben todo... Bueno, casi todo. El rubio asintió mientras sentía su cara ardía más que el agua hirviendo; su madre soltó una risita y mientras retomaba su labor en la cocina comenzó a hablar.
- Bueno... Creo que deberías decírselo, probablemente ella se sienta de la misma forma hacia ti.
- ¿Pero y si no?- preguntó impacientemente el chico, y es que eso era lo que él quería escuchar, ya que siempre había llegado a la pregunta de que pasaría si ella no lo veía más que un amigo, pero nadie era capaz de darle una respuesta, así que tenía la esperanza su mamá si pudiera hacerlo.
-Bueno, al menos le darás hincapié a que piense de ti sobre esa forma... Y antes de que lo pienses siquiera, dudo que se arruine su amistad, ya que si ella no lo logra, te lo dirá y apreciará tanto la amistad que fingirá nada de eso pasó; o en caso de que lo dude, Taichi estará allí para apoyarlos; pero en caso de que diga que si, entonces tu serás capaz de tener a una excelente novia- su madre se quedó en silencio por unos instantes y al ver que no había algún reniego por parte de Matt continuó- además, dudo que le guste Taichi, ya que según lo que me contó Takeru, la última vez fue más que obvio él quiere a Meiko-san.
El rubio se quedó recapacitando las palabras de su madre y una sonrisa se dibujó en su rostro, pero así como llegó desapareció.
- ¿Y cómo se lo digo?- preguntó como si fuera algo que tuviera que decidir en ese mismo instante ya que si no no tendría la oportunidad nunca jamás. Natsuko lo meditó un poco y luego habló.
- Bueno... Sólo sé tu y díselo; sería raro que hicieras algo fuera de tu personalidad, así que sólo actúa como siempre y dilo de forma natural...
Yamato la miró confundida, pero decidió no preguntar más; eso era demasiada información para él, así que se decidió por consejo a la vez. Al fin y al cabo contaría con todo el fin de semana para consultarlo. Y estaba seguro que esa conexión no se quedaría sólo con ese fin de semana, sino que era el comienzo apenas.
Ambos prepararon la comida y después de comer comenzaron a sacar temas de poca importancia. Después de eso su madre se excusó yendo a la pequeña oficina que tenían para trabajar un rato, mientras que Yamato se dirigió a su habitación. Nunca había imaginado que pasar la tarde con su madre iba a ser tan ameno, pero ahora que lo había experimentado, esperaba poder hacer eso días más seguidos.
El chico se iba hacia su habitación, cuando la curiosidad lo invadió, así que sin más entró al cuarto de su hermano.
Ver tal lugar no le causaba asombro, ya que con él si convivía lo suficiente como para imaginarse que su habitación fuera así. Un lugar completamente ordenado y limpio; si bien todo parecía perfecto, su escritorio arruinaba aquella armonía en el cuarto, todas las hojas se encontraban apiladas por un lado, mientras que habían algunos libros por el otro lado, y todas las plumas se hallaban dispersas ahí mismo. Al intentar recoger sin desorganizar los escritos de su hermano, Yamato se dio cuenta de 2 cosas: 1) a Takeru también se le daban muy bien los dibujos, encontrando algunos en las hojas en blanco; y 2) al parecer si era cierto que los escritores hacían bolitas de papel cuando su idea se había arruinado sin siquiera llenar un renglón en la hoja. "Que desperdicio de hoja... Le enseñaré lo que es reciclar" pensó molesto Yamato mientras intentaba extenderlas para que fueran útiles.
Mientras seguía recogiendo abrió uno de los cajones para guardar sus plumas, y se sorprendió al encontrar dos marcos allí. La primera era aquella que se habían tomado los niños elegidos durante su primer aventura, una sonrisa se dibujó por su rostro; cuando dirigió su vista a la segunda foto, sintió como algo se rompía dentro de él, era aquella foto que se habían tomado los 4 las vacaciones antes de que sus padres se separaran. Yamato miró la foto cuidadosamente cuando alguien habló detrás de él.
- Cada que pierde la inspiración abre su cajón para ver aquellas fotos- habla su madre quien se hallaba recargada en el marco de la puerta- me robó esa foto del álbum... Pero nunca me encontré con el valor suficiente como para reclamársela- Yamato la miró sorprendido ante aquellas palabras; sabía que Takeru había sufrido por la separación de ellos, pero pensó que ya lo había superado... "Que tonto he sido, claro que nunca lo va a superar... Después de todo, él siempre ha tenido la esperanza que nuestra familia vuelva a ser una sola".
- Tal vez él la necesite más que todos nosotros ¿no?- dijo el chico mientras volvía a guardar los marcos en el cajón para salir del cuarto y quedarse en el pasillo sin darse cuenta del aire de tristeza que le causó a la mujer con aquella frase.
- Nunca me han reclamado, o preguntado siquiera... Ni él, ni tu- los ojos de su madre mostraban preocupación y tristeza, un momento incómodo se produjo entre ambos; si bien era cierto, no se debía a que Yamato tuviera algo que reclamarles, sino que pensaba las cosas se habían dado por algo y no era necesario pedir explicaciones a sus padres. Admitía que había sido algo duro al principio, pero debía admitir que al menos le habían permitido pasar más tiempo junto con su hermano del que él esperaba, así que no había reclamos por hacer. El joven esbozó una sonrisa y avanzó hacia su habitación, pero al quedar lado a lado, puso una mano sobre el hombro de ella.
- No hay nada que reclamar mamá... Puede que no sea expresivo como Takeru, pero sabes que te quiero de la misma forma que quiero a mi padre, yo sé que tanto tu como él procuraban por mi; aún recuerdo quien me enseñó a cocinar en vacaciones porque sabía del mal sentido culinario de papá. Y siempre escuché las llamadas que hacías en la madrugada a papá en los días festivos para preguntar si había festejado como era debido.
La mujer se quedó sorprendida ante tales palabras de su hijo, ya que todo este tiempo había pasado por alto lo maduro e inteligente que era; sin embargo, en ese momento agradeció por ello. Si bien algunas lagrimas le pedían salir, ella negó el paso y, omitiendo palabras con el silencio, procedió a hablar cambiando el rumbo de la conversación anterior.
- ¿Qué te parece si preparamos algunas palomitas y vemos películas?
- Mientras no sean de terror, me parece una buena idea- Habló Yamato.
Mientras su madre se dirigía a la cocina para prepararlas y él acomodaba almohadas en la sala y escogía las películas, reflexionó un poco y se dio cuenta que tal vez no era tan molesto aquel día... Y tal vez, sólo tal vez, aquél fin de semana no sería tan molesto.
EL FIN
Hola a todos! Bien, esta historia sólo tendr capítulos a lo mucho... Hasta ahora no he hecho una historia larga, pero eso cambiará una vez salga de vacaciones... Pero por ahora soy feliz con historias cortas xD
Tal vez me tarde unos 4 días en actualizar debido a que ahora estoy en finales y la universidad demanda tiempo, y por si fuera poco alguien lastimó su mano derecha y ahora es un tanto difícil escribir... En fin, espero y sea de su agrado.
Lamento si este capítulo tiene muchos diálogos, al inicio no pensaba escribir la mayoría de sus conversaciones, pero me pareció una lástima no detallar bien (l menos al inicio) qué era lo que ellos platicaban xD
Cualquier opinión o crítica, son bienvenidas en los comentarios, también alguna sugerencia para historia n.n
Saludos, Nyx
