Elegía


Sasuke dejó que su mirada vagara por el interior del lugar, en busca de las pocas que cosas que hacía falta en su hogar polvoriento en que vivía hace un par de días enclaustrado bajo la vigilancia de escuadrones especializados de ANBU que le seguían a todas partes y estudiaban muy de cerca todos los movimientos que hacía dentro y fuera de casa. La vida de vuelta en su antigua villa no había sido nada decepcionante; es más había sido como se lo esperaba. No era que no quería volver, sólo que la cotidianidad de sus días de civil le había robado el sentido de querer hacer algo con su ya arruinada vida. Además de que volver a la aldea no estaba dentro de sus planes.

Divagó por la tienda en par de minutos, y cansado de las continuas miradas de las demás personas en el lugar lo habían incomodado, tomó una bolsa de frituras y las metió en la cesta de compras en donde sólo reposaban un jabón y un trozo de queso. Lista su tarea se encaminó a la fila para pagar, esperando el momento justo para salir de ahí.

El inusual rosa de su cabeza se movió entre la gente mientras llenaba su cesta de compras con rapidez, leía con una velocidad impresionante la lista que con mucho esfuerzo y delicadeza su conviviente rubia, Ino.

"Y esto es todo"- Se dijo a si misma mientras se dirigió con lentitud a las filas que según la hora, estarían repletas. Cuando dio con el moreno que solo se encontraba en una de las tantas cajas, mientras que las demás estaban colmadas de gente que la sola presencia del joven había repelido. - "¡Sasuke-kun!"- Exclamó suavemente, dibujándosele una leve sonrisa cuando éste alzó un poco la cabeza como una respuesta al llamado. –"¿De compras?"- Observó la chica al momento en que estuvo frente a él, quién por la obviedad de la pregunta prefirió callar y volver su cabeza a la caja.

Su actitud autosuficiente la conocía muy bien, le era predecible y no alcanzaba a herirle de sobremanera, al menos no tanto y con el pasar de los años lejos de la aldea que lo vio nacer, lo había vuelto más duro, seco y serio que como lo era antes cuando estaba cerca de ella. Así que, al igual de molesta como solía serlo, se metió en su cesto de comprar y comenzó a inspeccionarlo mientras los vaciaba para la cajera.

"¿Esto es lo que cenaras?"- Dijo inconscientemente alzando la ceja al ver los tres elementos que habitaban su canasto. Cerró su pequeño espectáculo tomando imprudente la bolsa de frituras y agitándola sobre la nariz del Uchiha hablando de la importancia de los alimentos sanos en las dietas balanceadas, el colesterol, entre otras cosas, terminando con el estado paciente del joven. Con un arrebato violento, el Uchiha le quitó la bolsa de las manos, pareciendo más un golpe que otra cosa.

"Qué molesta eres"

"Sasuke-kun... Lo siento" – Confesó la rosada con una expresión apenada. Mientras que el moreno pagaba su compra y metió todo en una única y diminuta bolsa, dispuesto a salir del lugar. Los ojos verdes de ella lo estudiaron de soslayo al momento en que volcaba todo su canasto sobre la caja. –"Podrías esperarme y así caminar juntos"-

Él la miró como si hubiera tirado una broma, realmente no quería esperarla.

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Llevó la bolsa balanceándola con un solo dedo. Era tan ligera que no necesitaba más. En cambio ella llevaba sus manos totalmente ocupadas por una infinidad de bolsas que podrían alimentar a una familia completa por todo el mes. Pero no se preocupó de ser caballeroso, nunca lo fue mientras estuvo fuera de la villa y ya lo había olvidado para esos momentos. ¿O tal vez no?...

Quizás trataba de convencerla y a si mismo que no era un buen partido para así aburrirla y que lo dejara tranquilo por el resto de vida que le quedaba. Pero la chica ni se inmutaba, llevaba las bolsas con la misma tranquilidad que se tomaba un tiempo para respirar el aire puro de la noche y seguir la conversación que con tanto afán había comenzado desde que habían salido de la tienda.

"Por eso Ino trata siempre de salirse de la florería... Sasuke-kun¿me estás escuchando?" – Preguntó cuando se dio cuenta que él había tomado otra dirección de la que ella acostumbraba tomar y se alejaba lentamente. Ella no lo tomó como un rechazo u ofensa, sólo se apresuró a llegar a su lado y terminar su pequeña conversación consigo misma.-"En fin¿crees que alguna vez funcione?"-

Sasuke paró tratando de asimilar el pedazo que había alcanzado a escuchar y la impresionante habilidad de la chica de ponerlo pelos de punta. ¿Cómo era posible que estuviera imaginando cosas?.

"Qué cosa"

"Lo de Ino... Creo que si ella lo quiere tanto como dice que lo quiere, podría funcionar"- Finalizó su charla tomando una pequeña bocanada de aire que la caminada y su continuo parloteo le habían robado. Luego le sonrió y posó las bolsas sobre el suelo cuando supo que ya habían llegado a la residencia Uchiha y él se disponía a abrir la puerta.

"¿Sigues aquí?"- Sentenció amargamente el moreno, pero con nada podría desaparecerla de su vista. La sonrisa de la Haruno, seguía ahí...

"Sólo quiero que estés cómodo aquí en Konoha" – Sinceró con pesar la rosa.

"Lo estoy"- Mintió de sobremanera y casi gritando el último de los Uchiha. La llave de la puerta había abierto el cerrojo y con la rapidez que le había hecho falta toda noche se hizo ver cuando ponía los pies en la seguridad de su hogar, en donde nadie lo pudiera molestar más.

"Y... No quiero que te vuelvas a ir" – La miró de reojo, había sufrido un cambio considerable en el humor tan optimista y feliz.

"Realmente eres molesta"

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Al llegar a la cocina, no hizo más que tirar su bolsita de provisiones sobre la mesa y se adentró en un pasillo para poder tenderse sobre su cama. Pero sintió movimiento de la molestia detrás suyo, y se reprendió mentalmente por haberla dejado entrar. Se devolvió sobre sus pasos encontrándose a una Sakura muy concentrada observando, acechando y examinando su cocina y sus miles de bolsas estaban acomodadas sobre el suelo.

"¿Hace cuánto que no pasas un trapo por la mesa?"- Deslizó su dedo por la madera oscura, que con una sola pasada quedo negro en su totalidad. Siguió su pequeño estudio atravesando toda la estancia, caminando directamente hacia el refrigerador. -"Veamos" – Abrió la puerta blanca, sacando lo primero y único que estaba en su interior, la leche, que olisqueó para confirmar su fecha de vencimiento. –"Ya no tienes leche"-

"Sal de ahí" – Le quitó la leche y cerró la puerta sintiéndose ofendido y a la vez, invadido.-"Este es mi refrigerador, mi leche"- enfatizando todo lo que era de su propiedad.

Pero la chica ya no estaba ahí, se había desplazado en dirección a la mesa y cogiendo una de sus bolsas sacó un par de paquetes.

"Sasuke-kun¿qué quieres comer?"

"No tengo hambre"

"Aah"- Suspiró decepcionada la rosa, encogiéndose de hombros ante la gran negativa del moreno.- "Entonces te dejare un poco de comida para cuando si tengas"- Exclamó optimista mientras comenzaba a repartir la comida por todas partes. Sasuke sólo gruñó contrariado. Ella no sabía cuando parar. –"¡Listo! Ahora me iré, Ino debe esta muy preocupada, además debe estar algo enojada por que tenía preparar una cena para ya sabes quién".

El moreno suspiro aliviado, al parecer ella planeaba declarar la retirada.

"Aunque..."-Pensó en voz alta. -"Cuando él llegue tendré que desaparecer del departamento"

La mandíbula Uchiha se tensó de tal manera que parecía que iba a estallar, matándola de un instante a otro.

"Ni modo tendré que ir con Naruto a pasar la noche"

"Naruto"

"Si, con él. La verdad es que paso tanto tiempo con él que ya me he acostumbrado a dormir en su departamento, hasta es divertido por que siempre tiene rentadas algunas películas..."- Comentó gesticulando con sus brazos y manos mientras explicaba la infinidad de cosas que tenía que contar y sin darse cuenta el interminable parloteo de la pegajosa había comenzado.-"¿Nee, Sasuke-kun? Está bien, me tengo que ir, tanto hablar me ha atrasado... ¡Adiós!" Tomó sus bolsas y tan rápido como entro, se fue sin dejar rastro de su presencia sólo como única huella los estantes llenos de su cocina.

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Arrastró el insomnio desde su regreso a la Hoja. Normalmente sus actividades iban de comer la comida en descomposición que a veces llenaban el vacío de la casa, recostarse sobre su cama o sobre el sillón, o simplemente sentarse de noche en el techo para pasar el rato. Esto último era justamente lo que hacía en esos momentos. Las estrellas estaban tan nítidas como los asesinos enmascarados que rondaban todo el lugar. Los veía de reojo y éstos desaparecían de la vista. Era sólo un recordatorio del presidio que vivía en aquel tiempo. No portaba armas, ni le estaba permitido el uso de ninguna técnica. Estaba preso, aburrido y sin algún motivo de seguir soportando vivir así. Sin embargo, lo hacía.

"¡Sasuke-kun!"- Llamó la rosa desde la calle desierta de la madrugada, estaba envuelta en una gran capa que la protegía de la frescura de la noche. –"¿Sin sueño?"- Preguntó por segunda vez en el día algo tan obvio que no valía la pena responder. –"Entiendo, tampoco pude dormir¿puedo subir?"-

Él no respondió, seguramente si lo hacía ella haría caso omiso de su ruego encubierto de que se alejara de él. Pronto la chiclosa compañera suya estuvo acomodándose junto a él, alzando la vista para tener un momento con las estrellas.

"La verdad... Es que salí de la casa para dejar a Ino a solas, pero..." – Suspiró de pronto, haciendo que el Uchiha se tensara. –"Nunca llegué a la casa de Naruto, quería estar sola y pasar a ver cómo estabas"-

"Estoy bien"- Se apresuró a decir el Uchiha.

"Lo sé..." – Desvió la cabeza rosa para ver cómo los espiaban y seguían de cerca la residencia del clan ya desaparecido.-"No te preocupes, cuando vean que ya no tienes ninguna pizca de Orochimaru ni de venganza, las cosas volverán a ser como antes y podrás volver a tu vida normal"- Sonrió la Haruno, mientras se levantaba de su lugar junto a él y comenzaba a descender con sumo cuidado del techo, viéndose ya en una situación incómoda en donde ya no era necesitada ahí.

"Oi Sakura..."- Ésta se volvió sorprendida, y con casi un susurro terminó- "Gracias"

"De nada, Sasuke-kun"

Continuará...

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Nota: La verdad es que no sé si esta idea se ha usado repetidas veces y de la misma forma en que yo lo relaté, tampoco sé si esta idea está muy trillada pero quedé muy conforme de cómo quedó. Desde hace tiempo que quería escribir mi versión de cómo pienso y quiero que estos dos terminarían juntos...

¡Nos leemos!

Besos, Liv.