Para: sara_f_black en LJ que le hice este, que es de Lie to me, una serie que es creada por Samuel Baum y no me pertenece.

Una consulta

Emily no podía creer lo que iba a hacer. Toda su vida, o al menos parte de ella después de que se diera cuenta de qué clase de padre tenía, había intentado no hacer algo como eso. Con su círculo cercano y con ella misma, siempre quiso salir del escrutinio, al menos en las cosas o con las personas que le importaba.

Pero, además de ciertos trucos para saber si las personas mentían o como se sentían, había aprendido otra cosa de su padre: A situaciones desesperadas, medidas desesperadas. De acuerdo, tal vez a su padre simplemente le gustaba mucho las medidas extremas, pero ella fue testigo de que casi siempre le servían de algo.

Y estaba en una situación desesperada.

Cuando entró a la oficina de su padre, tenía las manos en sus bolsillos traseros y se movió un poco a los lados. No lo pudo evitar, pero esperaba que él lo notara, como siempre, y fuera el primero en hablar. No la decepcionó.

—Por fin vienes a dejarme ayudarte con tu amiga Stacy, ¿eh? —le dijo apenas la vio y poniéndose en pie con una ligera sonrisa, yendo hacia ella con el paso energético que siempre tenía.

Emily se sorprendió. Imaginó que él sabría que estaría ahí por un favor, pero no que lo haría por Stacy, dadas las tantas veces que le pidió que dejara ese asunto en paz. Como siempre, o casi siempre, no necesitó decirle lo que estaba pensando.

Su padre la miró a los ojos y luego le puso las manos en los hombros, aproximándole el rostro haciendo uso de su clásica cercanía, y le explicó:

—No creas que no me he dado cuenta de que cada vez más hablas con preocupación con Jenifer y Michelle. No has hablado de Stacy conmigo como en dos semanas, después de que insistiera en ayudarte, por lo que solo tuve que deducir que las cosas estaban peor y no querías meterme en eso.

Ella bajó la mirada, descubierta. Sin embargo, le respondió encogiéndose de hombros y con cierto tono malhumorado.

—No tienes que regodearte de esa manera. Vas a hacer que deje de venir a pedirte ayuda.

Cal sonrió más y la abrazó de lado para llevarla hacia las sillas diciendo:

—¡Jah! Bien que sabes que no te dejaría hacer eso.

Ella sonrió un poco más y entonces se sentó, para hablarle a su padre del caso. Lo bueno de tener un padre como él era que, para bien o para mal, estaba segura de que nunca dejaría de tomar medidas hasta extremas con lo que fuera que ella necesitara.

Empezó a explicarle sus sospechas y temores mientras la miraba con seriedad, como siempre cuando lo necesitaba.

OoOoO

Porque el amor de padre e hija es enorme, aunque tengan sus dificultades! Y comentar, es muy fácil, clickear ese botón de abajo, decir si les gustó y porqué, si quieren explayarse y ¡Listo!