A/N: Bien, esta es mi primera traducción de una historia, así que cualquier error de traducción o gramatical es culpa mía.

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Disclaimer: Esta historia es una traducción del fic conocido como FAN MAIL de la autora Covalent Bond, así que todos los derechos le pertenecen a ella. Todos los personajes aquí usados no me pertenecen, son solo usados como entretenimiento

Sinopsis: Ubicado en los inicios de la temporada 2, Brennan está preocupada por la enorme cantidad de correos que los fanáticos de sus libros le mandan casi a diario, por lo que Booth intenta convencerla de que no se trata precisamente de algo malo sino de personas comunes que quieren conocer más acerca de su autora favorita o que simplemente quieren agradecerle. Pero una carta en particular sospeche que la persona que la envió no sea un fanático normal ni mucho menos inofensivo. ¿Podrán Booth y Brennan descubrir la identidad del acosador antes de que haga realidad todas las amenazas que escribió?

FAN MAIL

CAPÍTULO 1

-A veces me siento como analfabeta.

Ellos acaban de terminar una agotadora ronda de papeleo de un doble homicidio, los archivos y restos de cajas de arroz frito desperdigadas por toda la mesita a pocos pies de ellos. Su compañera se relaja desabotonando sus primeros botones de su blusa sobre sus pantalones de yoga mientras que él viste de traje y zapato formales, con sus mangas y botones superiores sueltos también.

Después de comer, se dedican a la tarea de alejarse del papeleo y conjuntamente se encorvan con sendas cervezas en el sofá, llegando a una situación en la que lo único que querían era disfrutar de su mutua compañía. Esto ha pasado mucho últimamente, ambos prolongando sus noches juntos mucho después de que alguna excusa de trabajar y cenar ya no eran válida. Después de su tiempo con Parker, (quien es su primera prioridad, pero Rebecca siempre reduce esas oportunidades al mínimo) , a Booth le gusta pasar el tiempo sentado en silencio con Brennan, viéndola sutilmente de vez en cuando para luego hacer alguna otra cosa.

Ella es fascinante, ocasionalmente (y más que nada involuntariamente) graciosa, y el que pensaba que ya estaba comenzando a comprenderla… Pero luego viene y dice algo como esto, lo que prueba lo lejos está todavía en términos de aprender el territorio de Temperance Brennan. Booth levanta su cabeza del sofá cuando habló, pero la frase hizo que se levantara por completo. Aún no sabía que lo sorprendía más: lo que acababa de decir, o el hecho de que lo dijera.

Brennan es una genio (probablemente certificada por MENSA) , posee tres doctorados , sabe hablar, leer y escribir 6 idiomas; y rutinariamente examina atentamente artículos con títulos tan atrayentes como "El uso de la radiología en eventos de fatalidades masivas" y otras "lecturas ociosas". Así que sabía que no estaba siendo literal por primera vez, lo que significa que debía seguir la corriente de su momento de auto-revelación.

-¿Por qué lo dices?

Cambiando su peso para poder poner su pie detrás de su otra pierna, Brennan lo sorprende de nuevo con otra afirmación franca:

-La verdad no sé que significa todo. Si una persona dice algo, no sé que quieren que les responda. Si envío una carta y esa persona no responde, ¿Qué significa eso? ¿Eso quiere decir que están enojadas? Pero no lo están. ¿Y si solo están ocupadas? ¿O qué tal si solo… no saben que decir…?

-Supongo que todas esas explicaciones son plausibles – concuerda cuidadosamente Booth.

-Y bien, ¿Qué se supone que debo contestar?

Un poco confundido, Booth le sugiere: - Solo dices lo que piensas.

-¡Pero eso es lo que no sé! ¡No sé qué es lo quieren que les diga!

Viendo su frustración, él suspira e intenta alentarla: -Bones, la gente no es tan complicada.

Le devuelve la mirada con ojos llorosos, una desesperanza contradictoria que inunda su corazón. Lo que sea que ella esté pensando ha desmentido totalmente las palabras de él. Hasta donde a ella le concierne, la gente es imposiblemente complicada. Así que él se voltea también y la mira a los ojos

-¿Qué pasó?

Sin decir nada, Brennan se levanta y recoge una caja de correos y la tumba sobre el regazo de su compañero. Trece cartas caen de su regazo al suelo.

Su compañera pone la caja junto a la mesa de café con un sonoro "clack" y regresa a su asiento con una expresión desconsolada mientras Booth recoge los trece sobres dirigidos a ella con estilos únicos de escritura.

-¿Qué son estos?

-Cartas de fanáticos, supongo.

Sus cejas se arquean y no pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa por la revelación.

-¿En serio?

¡Su compañera estaba abriéndose al mundo y ahora recibe cartas de fanáticos! ¿Por qué no estaba feliz? Ella asiente y le dirige una mirada miserable.

Él está desconcertado por su miseria, ahora preocupado porque es el contenido lo que la tiene enojada.

-¿Qué es lo que dicen?

-Puedes leerlas.

-Bones, no puedo leer tu correspondencia – la contradice.

-¿Por qué no?

-Bueno – por qué no, ya se las dio y su mirada refleja esperanza – De verdad quieres que las lea ¿cierto?

-Sí.

-¿Por qué?

-Porque no sé que es lo que quieren.

Bajando la mirada hacia los diferentes remitentes, no puede evitar notar que hay tantos hombres como mujeres entre los fans (además de un anónimo) y comenzó a entender la causa de su confusión.

-¿Quién te dijo que quieren algo? Son solo cartas de tus fans.

-¿Pero por qué me mandan estas cartas a mí?

-Porque… - aún no tienen una respuesta. Booth jamás ha enviado una carta fanática, y si no lee las cartas, no puede saber las motivaciones detrás de ellas – No lo sé, tal vez sol quieren acercarse a ti.

-¿Por qué? Ellos no me conocen – dice Brennan rodeándose con sus brazos y hundiéndose en el sillón y mordiendo su labio inferior.

Booth siente como su corazón se aprieta un poco, viendo lo afortunado que es al verla así: inestable, un poco insegura de sí misma, el lado Tempe de Temperance Brennan. Él ha llegado a la escritora a la que todos admiran y aun así hay mucho que no sabe de ella. Hay tanto de él que aún no ha compartido con ella. Booth asiente, comprendiendo al fin.

-Ellos sienten que te conocen por tus escritos. Ellos quieren que los conozcas un poco también. O tal vez solo quieren que sepas como tus novelas los afectan.

-¿Qué se supone que haga entonces? – pregunta Brennan con voz quebrantada por la inseguridad, la cual él sabe que odia.

-No se supone que debas hacer algo – le responde encogiéndose de hombros y devolviéndole las cartas.

-¿Debería de responder sus cartas?

-Sí quieres hacerlo, sí – Booth se inclina y aprieta su hombro – Pero ya sabes, una vez que tu segundo libro alcance la lista de los más vendidos, todas estas cartas van a venir en camionadas. Pronto vas a tener tantas cartas de fanáticos que vas a tener que contratar a alguien para que las lea.

-¿Qué? ¡¿Por qué?!

-¿Por qué? ¡Porque no vas a tener tiempo de leerlas todas!

-No, me refiero a por que la gente me manda esto –Booth no puede evitar ver como la preocupación ronda por su cabeza…

-¿Estas son las primeras cartas que recibes?

-No.

Brennan se levanta de nuevo y regresa unos minutos después con un pequeño sobre que contiene muchas cartas sin doblar, aún en sus sobres originales y puestas en orden cronológico.

Booth ríe mientras revisa todas las cartas y disiente. Si quieres que se haga un archivo con cartas de fanáticos, pídeselo a Brennan.

-¿Cuántas cartas hay aquí?

-Veinticinco.

-Eso no es nada malo – señala – veinticinco cartas en un año es un monto aceptable – Brennan pone una cara de preocupación al ver las primeras cartas.

-Esas son las que llegaron ayer.

-Oh… - dice Booth comprendiendo al fin la situación – tu libro salió a la venta hace pocos días.

-Booth, algunas de las cosas que dicen…

-No tienes que leerlas.

Brennan busca la carta que está en la cima del montón. Estaba dirigida a ella en letra de molde, la escritura impecable. Abriendo la carta, sus ojos voltean hacia Booth, el cual puede ver la preocupación más que evidente en el cuerpo de ella. Sus miradas se cruzan y se mantienen ahí hasta que finalmente ella deja caer el sobre en sus manos.

El escritor le asegura que él no está clínicamente loco. Jamás ha escrito algo como esto a alguien antes. Booth se despeja la garganta, sus ojos viendo la mirada de ella, buscando por un momento su aprobación. Brennan vuelve a morder su labio inferior, un hábito que él había notado cuando está incómoda y tratando de pensar en una forma de salir de ahí. Volviendo a la carta, entonces, para una escritora que jura que fue cautivado por una foto suya en la parte trasera de su libro. Tiene unos ojos tan hermosos…

Otros dos párrafos señalan la perfección con la que explicita cada detalle, causando en Booth una furia territorial que arde en alguna parte de su sien. ¿Quién demonios es este tipo para hablar así de su Bones? Por si no fuera suficiente, el desconocido comienza a describir todas las cosas depravadas que quiere hacerle a Bones y en la siguiente página Booth estaba rechinando los dientes y aún no se decide si romper la carta o dispararle con su arma a cada hombre que volteara a verla (No es que ella le permitirá hacer algo así y estaba seguro de que ella se enojaría si supiera lo que está pensando ahora mismo de ser suyo: su compañero, su Bones, su protector, lo quiera o no) ¿Pero cómo podía protegerla de una nota anónima?

Nunca se hubiera imaginado que escribir semejante porquería para una mujer, y pensando que su compañera ha sido violada de alguna manera solo por leer esto… La mano de Booth tiembla mientras dobla de nuevo la carta y preguntándose que hacer con ella.

Detectando su furia, ella lo alivia de su peso. La carta es devuelta a su sobre, pero Booth se lo arrebata de sus manos (porque sinceramente no quiere que lo toque siquiera) con la excusa de examinar detalladamente la carta para mantenerla alejada de ella.

-No tiene remitente.

Ni estampilla.

Intenta despejar su preocupación a lo que eso significa, sabiendo que es demasiado pronto para entrar en pánico.

Hubo silencio por tres segundos.

-¿Por qué me enviarían algo así? – se pregunta tragando el mal sabor de boca y la repulsión que siente.

El contenido de la carta es lo que más le preocupa, pero preocuparla a ella del por que definitivamente merece una buena consideración.

-¿Has recibido cartas parecidas antes?

-No.

Su respuesta hace que Booth se relaje un poco, pero puede ver que ella espera por una respuesta que él no tiene.

-No lo sé, puedo darles la carta a los genios de la Unidad de Ciencias del Comportamiento si quieres.

-¿Psicología? – dice rodando los ojos – No gracias.

-Mira, no sé por que un rarito te enviaría algo así. Tal vez sintió un hormigueo al escribir esto, o al pensar en ti al escribirlo. Pero igual no vamos a poder responder una carta como esta, ¿Bien? Solo tírala a la basura.

-El papel debe ser reciclado – murmura ella.

-No cuando está corrompido – le contesta, pensando que ni siquiera el agua bendita sea útil en este caso – ¿Tienes una trituradora?

-Es solo papel, Booth – dice Brennan cogiendo de vuelta la carta, caminando a la cocina y lanzándola directamente al bote de reciclaje. Esa es definitivamente la Bones estereotipada: desafiante, determinada, sin mencionar lo dedicada que es con el medio ambiente; este pensamiento hace reír a Booth afectuosamente. Ella sonríe también, en su regreso, recordándole lo realmente hermosa que es. No solo son su cuerpo y sus ojos, pero también su corazón y su alma también. Ella es simplemente… hermosa.

Y es por esa belleza que ocasionalmente Tom, Dick o Harry el Caliente se están babeando sobre su foto, mandando cartas espeluznantes, y no hay mucho que pueda hacer al respecto. Booth suspira, pasando una mano por su rostro.

-Si recibes más cartas como esta, me avisas, ¿Okay?

Su ceño no tiene precio.

Es hora de una distracción entonces. Booth soba sus manos.

-Bien, ¿Qué más tenemos aquí?