Cortito, lo sé. No podía pasar por alto este día!!!

En homenaje al cumpleaños de Sasu-chan

(lamentablemente, no pude sacar algo más largo)

Celestial reminiscencia

(Drabble)

ItaSasu

"¿Qué quieres como regalo?

Tu corazón.

Ya te pertenece, otouto".

Lo tenía decidido, formaba parte de una costumbre anual, Kisame no tenía conocimiento de ello, menos el resto de los camaradas. Como cada veintitrés de julio se internaba en su cuarto, e iba cediendo a la evocación que le concedía su mente, saturaba de memorias sangrientas más que felices, las primeras se trasponían a las últimas. Y sin embargo, allí había lugar para las reminiscencias celestiales, esas que pertenecían a su cielo. Los bellos recuerdos que construyó.

Le ocurría todos los años, se dejaba arrastrar por las aguas del recuerdo... Aquel lejano cielo. Sentía la falta de ese cielo. Flotaban, persistentemente, esos trazos de distante felicidad.

Sinceramente, ninguno te sorprendió. Ni siquiera mi presente –murmuró, no sonaba molesto, pese a estarlo.

No es que no me gustara, es que no es lo que esperaba, aniki.

El punto pasaba, entonces, por otra cosa.

Y bien ¿qué quieres como regalo? –cuestionó, no entendía porqué su hermanito no se mostraba complacido por las cuantiosas cajitas envueltas, dentro de las cuales estaban sus nuevos juguetes.

Siempre fue un reto, el encontrar el regalo adecuado para su adorable hermano menor. Precavido, solía adelantarse un mes en la búsqueda del obsequio perfecto. No obstante, en Konoha (y en las aldeas que recorría en las misiones) nada pasaba el meticuloso examen de "apropiado". Quizás no era cosa de buscar fuera sino dentro…

Tu corazón –contestó muy rápido. Claramente sabía que Itachi le iba hacer esa pregunta y el niño tenía preparada su réplica. Sus ojos ardían de ansías de poseerlo, de que eso fuera suyo. Lo que Itachi interpretó como un capricho pueril, de esos que son pasajeros y vuelan con el paso de las estaciones.

Al final, Sasuke le había dicho lo que ambicionaba, ¿con paciencia?, durante cada cumpleaños. Tan simple.

Eres pequeño, Sasuke, para comprender el sentido de esa expresión –contradijo el mayor, acariciando los cabellos del niño.

No, me preguntaste qué quería –rebatió con una implacable convicción el peliazul–, y yo quiero tu corazón.

Comprendió que era inútil discutir con un menor de seis años, él no entendería de razones. Pero, también, por dentro se alegró de que su hermano estuviera seguro de sus palabras. Y, de pronto, experimentó una conocida sensación que le nutría de júbilo. Una emoción frecuente.

Hagamos una promesa –propuso tranquilamente–, cuenta de esta fecha nueve cumpleaños más, y recuérdamelo, que para ese entonces tendré una respuesta.

A su corta edad, parecía reflexionar, lo que generó dulzura en el shinobi.

¿Promesa de hermanos? –le devolvió, su rostro infantil delataba su vacilación.

Si, quedará asentado así –Acercó el meñique e incitó a que le imitara, todavía irresoluto, el pequeño entrelazó el mismo dedo con el de Itachi –. Muy bien, acuérdate. No lo olvides, sí realmente es eso lo que quieres, otouto.

Se congregaron los retazos de aquellos breves momentos celestiales, no pudo si no cerrar los ojos, intentando retener la reminiscencia, que le produjo, tiempo atrás, un desconcierto.

–Feliz cumpleaños, otouto –dijo en un hilo de voz–. Tengo dos regalos para ti. Uno: mi vida, está en tus manos, si deseas matarme y cumplir tu venganza… Dos…. dos… dos… ¿quieres que te lo diga? –acompañó la pregunta con una sonrisa – ¿Todavía quieres mi corazón? –Las risas fueron borradas, y su voz tomó un tono apagado– Felicidades, hace quince años que te pertenece.

A cada momento le ganaba el deseo de volver atrás el tiempo, en especial a ese día en particular. Mientras tanto, esperaría por la elección de Sasuke, desde en el infierno en que vivía, ajeno al cielo de su hermano menor.

FIN

Un pequeño tributo a Sasuke. Mi idea era hacer un oneshot, más no llegue a terminarlo, así que hice un drabble.

Oyasumi, mata ashita.