Dulce, como lo odiaba. Era tan… tan diferente a el.

El era Tom Riddle, siempre fue arisco, agrio, amargo,jamás le iban a gustar ese tipo de cosas.

Tomo el paquete y lo observo detalladamente, era una pequeña cajita plana, de no más de 15 centímetros de largo y 5 de ancho, de un color verde esmeralda atada en un lazo color de plata, como Slytherin, su casa.

Sus ojos se achinaron, tenía el repugnante olor del chocolate, del dulce.

Odiaba el dulce desde que era niño, cuando todos los niños del orfanato le lanzaron chocolate caliente en la cara, desde ese día siempre que le daban un chocolate, lo tiraba a la basura.

Sin embargo, el olor era mínimamente… diferente, había algo allí que no cuadraba, acerco el dulce a su nariz y lo olfateo, tenía un olor a menta.

Su mano, actuando sola, desato el lazo y lanzo el envoltorio lejos de allí, era un chocolate que en cada tableta tenía una letra, juntas decían: -"¡Feliz Cumpleaños, Tom!"-

Inconscientemente, sonrió, nunca nadie se había acordado de su cumpleaños, en sus 14 años de vida fue así, y el gesto le parecia… horrorosamente agradable.

Tomo una tableta y se la metió a la boca, la degusto por un rato, no tenía el sabor típico del chocolate, era un chocolate de menta, y la verdad, le había gustado.

Dos tabletas… tres tabletas, cuatro y cinco más se metieron en su boca, jamás había comido tanto chocolate en su vida y eso le empezaba a gustar.

Alrededor de su boca se habían formado manchas por el chocolate, dándole un aspecto tierno. Cuando ya se iba a comer el último trozo de aquel NO- dulce, escucho el crujido de la entrada a la Sala abrise.

Por ella pasaba una muchacha, Avery era su apellido, jamás se molestó en saber su nombre y no iba a querer tener que saberlo justo ahora, Avery lo observo de arriba hacia abajo. La muchacha alzo una ceja, divertida, jamás imagino que viviría para ver a Tom Marvolo Riddle Gaunt comiendo chocolate… SU chocolate.

-¿Estas comiendo chocolate Riddle?- pregunto divertida, aún alnzando su ceja marrón, Tom la vio con desdén. ¿Qué le importaba a esa sangre sucia lo que EL hiciera?.

-Metete en tus asuntos, Avery- dijo escupiendo la palabras, Avery, de un agil movimiento le quito el chocolate y lo olfateo.

-No sabía que te gustaba el chocolate, Riddle- dijo encogiéndose de hombros y devolviéndole el chocolate.

-Tú no sabes nada de mi Avery, y no es chocolate, tiene menta, ahora piérdete- la castaña resoplo, murmurando cosas incomprensibles para el oído del Riddle.

Tomo se llevó el último trozo a la boca, sin embargo sintió algo que no era precisamente el chocolate, era aspero, lo saco de su boca y vio que era una nota, la desenrollo y la leyó.

"Querido Riddle:

Sé que no me conoces, también sé que no te gusta el chocolate, agarre uno de los mios y lo rellene con menta, para que así no digas que es chocolate.

Espero esto te "Refresque" tu cumpleaños, ¿Entendiste?, refrescar por la menta, jaja.

PD: Feliz cumpleaños..

Atte: Lucinda Avery"

El Slytherin sonrió, como nunca lo había hecho, de felicidad, nunca nadie había tenido un gesto así con el, y que alguien se lo dijera así era… lindo.

-Gracias, Avery- susurro muy bajo, solo para que él lo oyera, mientras sostenía la carta de la castaña.