TBBT no me pertenece, sólo escribo por diversión :)

Capítulo 1

Amy! - Sheldon despertó sobresaltado. Respiraba agitadamente y su corazón latía muy rápido. Sentía la boca seca. Sus ojos se adaptaron a la oscuridad de la habitación poco a poco. Extendió su mano a su lado en la cama. Estaba frío, vacío, la cama tendida.
Habían sido meses difíciles en los que había tenido la casa completa para él. Una casa que había sido pensada para ser llenada por una pareja y por niños. Se levantó pesadamente y en completa oscuridad bajó las escaleras hacia la cocina, se sirvió una taza de leche y la entibió en el microondas. Apoyado en la encimera lo bebió a pequeños sorbos, mirando todo a su alrededor en la oscuridad, sólo iluminado por la tenue luz de la luna que se filtraba tímidamente por las ventanas.
Nunca consideró la idea de ser un hombre de familia hasta que Amy entró en su corazón, tampoco la idea de comprar una casa tan grande y con un patio amplio que permitía jugar a la pelota o poner una casita. Pero ahora todo ese espacio que lo rodeaba lo hacía sentirse ahogado, como si nadara en la inmensidad del mar.
Miró hacia la sala donde estaba el acogedor sofá que Amy había escogido. Donde cabían todos sus amigos para que ya nadie tuviera que sentarse en el suelo. Las reuniones semanales eran ahí, en su casa. Se divertían tanto. Las cosas habían cambiado con los años, para todos sus amigos, pero las cenas semanales para compartir sus vidas y pasar el rato se mantenían. O al menos así era hasta hace exactamente 7 meses 2 semanas y 3 días.
Bebió otro sorbo de leche recordando el último día que se reunieron. Sonrió tristemente ante ese recuerdo.
Sabía que tenía que irse de ahí, vender la casa y buscar un lugar más pequeño. Pero no podía, era la casa que habían comprado con Amy, la que entre todas las que vieron le había hecho brillar los ojos, cómo iba a venderla?
Sus ojos se nublaron de pronto y las lágrimas comenzaron a brotar. Con todo lo que había llorado esos meses pensó que ya no le quedarían lágrimas, pero siempre estaban ahí, esperando salir en el momento más inesperado.
Lloró en silencio mientras caminaba por la sala. Veía a Amy acomodando los muebles, doblando ropa, sacudiendo la foto de su boda, abriendo las cortinas por la mañana, preparando café, entrando por la puerta con una sonrisa.
Mientras caminaba a paso lento, giraba en su dedo su anillo de bodas, su nuevo tic nervioso.
Le dolía el pecho, le dolía el alma y sabía que nunca podría deshacerse de ese dolor...