Beta y agradecimientos gigantes a : Metanfetamina.

Obviamente nada de esto me pertenece.

Advertencias: Contiene Spoilers del séptimo libro, en concreto del final.

En el ojo interior de Trelawney (la libélula):

Hasta que su nombre salió a coalición hace un minuto, Draco Malfoy sabía que estaba furioso, asustado y algo jodido.

La comadreja le había dejado morada la mandíbula, uno de sus mejores amigos había muerto y aún no tenía muy claro a qué bando debía seguir: si al del mestizo cara aplastada, o al mestizo cara rajada.

Ahora Draco Malfoy sabe que está MUY jodido.

"El verdadero dueño de la varita de saúco era Draco Malfoy…"

Mientras sus padres se miran con sorpresa, para después mirarle y susurrar "corre, Draco, corre", en lo único en lo que puede pensar es en que Potter es un puto chivato roba varitas y en que la próxima vez que aparezca en la mansión Malfoy hinchado como un globo lo ayudará su padre, porque él desde luego que no.

Y mientras se escapa de puntillas del gran comedor, mientras el destino del mundo se decide, lo último que puede escuchar, antes de cerrar la puerta con cuidado, es a esa mujer con cara de libélula decir algo como "Sí, sí, todo esto ya lo había previsto yo con mi ojo interior…".

….

Pues podía haber avisado, JODER.