Aclaración: Los personajes y todo aquello que identifiquen pertenece a J.K. Rowling, sólo la trama es mía, producto de mi retorcida mente.

Este es un invento raro jeje, luego de leerme LOTUS de MAD ARISTOCRAT por enécima vez en la vida jeje decidí hacer esta historia. No tiene nada que ver cn Lotus, pero la idea d la música me atrajo…. Spero q MAD no c enoje por haberla tomado como mi musa para este fic n.n

"¿Es que hacemos las cosas sólo para recordarlas?

¿Es que vivimos sólo para tener memoria de nuestra vida?

Porque sucede que hasta la esperanza es memoria,

y que el deseo es el recuerdo de lo que ha de venir."

Era muy temprano, a penas algunos rayos de luz tenue se colaban a su habitación, en aquella inmensa mansión que se erguía orgullosa cerca de la costa. Ni siquiera las aves entonaban sus cantos matutinos. Fastidiado por tanto silencio, por fin decidió dejar de intentar dormir y levantarse de una buena vez.

Caminó apesadumbrado hasta el cuarto de baño; observó brevemente su reflejo en el espejo y un joven de cabellos rubios platino, piel infinitamente blanca y profundos ojos grises le devolvió la mirada. Sonrió de medio lado y entró a la ducha.

Treinta minutos después salía de la mansión Malfoy un flamante Mustang negro descapotable, último modelo, conducido por Draco, el único hijo del matrimonio Malfoy.

Su vida había sido, hasta ese momento, miel sobre hojuelas… Una vida planeada, estructurada y dirigida a buen recaudo en la que él sólo era víctima de la improvisación. Desde pequeño sólo los mejores colegios, los mejores eventos, los mejores lugares, las mejores amistades; en fin, lo mejor de lo mejor. Y es que sus padres podían permitírselo.

Lucius Malfoy, político eminente, y posible próximo Primer ministro inglés. Narcissa Malfoy, embajadora de la buena voluntad en la ONU, dama benefactora de muchas causas nobles y mujer entregada a su marido y a su hijo.

La realidad era que sus padres viajaban mucho y el simplemente se dedicaba a seguir el camino trazado.

No, no es que fuese conformista, simplemente no le encontraba sentido a llevar la contraria a sus padres. Era más fácil hacer, parecer y decir lo que todos esperan de ti que cubrir expectativas propias y ser su propio crítico. Era manipulador, un gran estratega y un excelente músico (tocaba con maestría el piano, el violín y la guitarra), obviamente, como cualquier chico de 17 años tenía sus momentos de rebeldía, pero dada la inmensidad de su hogar, la cantidad de lujos para distraerse y la soledad en la que vivía; difícilmente seguía el cause de su vena revolucionaria… siempre había algo mejor que hacer que pensar en lo inevitable.

En cuanto a su personalidad, era un auténtico enigma: era sarcástico, mordaz, encantador, peligroso, frío e irreverente, pero dada su situación se comportaba con propiedad, ceñido a las normas.

Volviendo al presente, era un domingo particularmente lluvioso y después de unas prolongadas vacaciones ingresaría al día siguiente a la universidad a estudiar Relaciones Internacionales, tal como siempre deseó… su padre. No se dirigía a ningún lugar en especial, simplemente conducía porque no deseaba estar solo en casa. Doblando una esquina un olor delicioso inundó su nariz: Café.

Volvió a la cafetería de la esquina, aparcó y se encontró con el local atiborrado de gente, no había ni una mesa disponible; echó un vistazo afuera, y en la última mesa alcanzó a ver que solo había una persona. Entró decidido a la barra y pidió un enorme Lechero Latte, recibió su orden y se encaminó hacia dicha mesa. Era una mujer, estaba de espaldas a él y solo podía observar una larga cabellera castaña y ondulada y el humo de un cigarro.

Llamó su atención tocándole el hombro suavemente, ella volteó y clavó en él unos intensos ojos marrones. El solo pudo pensar una cosa: qué clase de persona es? Se dijo al contemplarla.

La chica llevaba una sudadera negra con capucha , y en ella, impresa, la palabra "Metal4Life", vestía unos jeans negros desgarrados y unos tenis del mismo color. Su cara mostraba proporciones perfectas y delicadas, una piel suave y tersa, como de porcelana, nariz respingada, ojos grandes, labios pequeños y carnosos… y de hecho, en el labio inferior lucía una arracada en el lado izquierdo, también le llamó la atención que no llevaba maquillaje y aún así lucía resplandeciente.

Draco no había tenido contacto con ese tipo de personas, pues en su mundo todo lo era el protocolo. Las mujeres no vestían de una forma tan anti femenina y ruda, pero tampoco se veían tan lindas; y tan únicas.

-Te molesta si me siento aquí?.- preguntó el rubio.

-Me da igual.- respondió ella y el se sentó en la silla de enfrente..

Tenía entre sus manos una libreta y una pluma y marcaba un ritmo extraño tamborileando con los dedos frenéticamente sobre la mesa. De pronto murmuraba algunas palabras y hacía apresuradas anotaciones en la libreta. Continuó así algunos momentos hasta que con semblante de desesperación arrancó la hoja y la depositó junto a otras que evidentemente habían acabado de aquel modo.

-Estresada?.- preguntó él intrigado.

-Si, algo.- respondió ella.- ho, por cierto, soy Hermione Granger.- le tendió la mano.

-Mucho gusto, soy Draco Malfoy.- dijo él tomando la mano que le ofrecía.- y qué es lo que te tiene tan estresada?

-Ocurre que estoy tratando de componer una canción, pero creo que mi musa entró en coma o algo así porque no puedo lograr que salga.

Draco rió con la ocurrencia.

-Eres compositora?

-Algo hay de eso.- dijo ella.- soy vocalista de una banda.

-En serio? De cuál?

-De la primera que me acepte.- rió ella.- mi banda se disolvió hace poco y estoy intentando armar una nueva.

-Valla, y que tipo de música cantas?

-Metal.

Metal. A él le sonaba ese término, lo conocía, pero en realidad nunca se había dedicado a escucharlo, por lo tanto sólo lo ubicaba como cultura general.

-Para ser honesto no te imagino.

-Lo sé, nadie lo hace, eso es lo que lo vuelve interesante.

Pasó una tarde como pocas, ya era noche cerrada cuando salió del café con las palabras de la chica clavadas en su mente.

Habían charlado de sus respectivas vidas, y la de ella le precía casi un sueño. Le habló sobre su banda, sus amigos y las presentaciones que había tenido. Pero lo que más lo impactó fue su filosofía, más que su forma de ver la vida era su forma de vivirla. "Todo lo que hago es reversible, se puede deshacer; de esa forma puedo experimentar todo lo que desee y no tendrá repercusiones en mi futuro" le había dicho en explicación a los mechones de cabello morado que lucía entre sus espesos rizos y a la perforación que tanto había llamado su atención. "Todo en la vida tiene su momento, y seamos realistas, a los cuarenta me voy a ver ridícula con piercings y cabello de colores, así que mejor hacerlo ahora que quedarme con las ganas. Toda la gente vive resignándose a vivir, toda la gente vive lo 'que le toca', pero casi nadie es tan valiente como para decidir qué es lo que quiere vivir, para buscar su propio destino y disfrutar de cada momento. El tiempo es como agua en un colador: una ves que sale es imposible recuperarla."

Tomando un poco más de confianza le preguntó por aquella perforación y su respuesta lo asombró "Como seguro sabrás, antiguamente perforaban a los esclavos africanos; por ese lado manifiesto que todos somos iguales, no hay esclavos en el mundo porque nadie puede mandar en la mente de otros, el mero hecho de pensar nos hace libres y nos vuelve iguales. En la cultura Mapuche se perforaba sólo a los varones en el labio inferior del lado izquierdo para consagrarlos al dios de la vida, mientras que a las mujeres se les hacía la perforación en el lado derecho para consagrarlas a sus maridos; en mi caso muestro la igualdad, somos tan valiosas las mujeres como lo son los hombres. Y por último, la cultura Celta hacía la misma incisión en sus sacerdotisas vírgenes… con esto último señalo mi sátira hacia la virginidad. Vale más una mujer por una membrana que por sus pensamientos?"

Pero las palabras que taladraban su cabeza las había dicho hacia el final "A mis 17 años puedo decir sin remordimientos: Confieso que he vivido."

Llegó a su casa, la cual, para variar, estaba vacía; solo los empleados pululaban aquí y allá en las labores de su casa. Subió a su alcoba y preparó todo para el día siguiente y se retiró a dormir. De veras que soy idiota, no le pedí su número, se dijo antes de caer rendido al sueño.

A la mañana siguiente el joven Malfoy llegaba a clases con un considerable retrazo de 20 minutos. Mientras que una castaña de ojos marrones tomaba su primera clase de literatura.

Y sí, Hermione Granger estudiaba ahí. Era la hija de un prominente empresario y su madre una reconocida economista de nivel internacional. Pero a diferencia de Draco, ella no vivía abrumada por los negocios, reputación e imagen de sus padres. Ella era así, libre. Esa mañana se había reunido con sus amigos, quienes formaban un grupo bastante particular. Harry Potter era su mejor amigo de toda la vida, se conocieron a los cinco años en una cena de la embajada, cuando ambos intentaban entrar a la cocina del banquete para robar un poco del enorme pastel de chocolate que habían visto al entrar. Harry también sentía pasión por el Metal, al igual que todos sus amigos; era guitarrista y vocal auxiliar de su propia banda, Potter y los Weasly's. Ginny y Ron Weasly eran amigos de Hermione desde hacía mucho tiempo, al igual que todos en su familia eran pelirrojos y de ojos azules; Ginny era la vocalista oficial de la banda, que se dedicaba al Goth Rock [N/A: Onda Evanescence], mientras que Ron era el baterista; la novia de Ron era Luna Lovegood, quién también era amiga entrañable de la castaña, Luna era una chica rubia de rasgos muy finos y ojos azules alucinantes, y qué creen? Sí, ella también era vocalista de su propia banda, The Dark Doll; se dedicaba al Gothic Metal [N/A: Si no lo conocen busquen Epica o Nightwish]y en opinión de Hermione esa banda estaba integrada por chicos realmente guapos, como Cedric Diggori, Anthony Goldstein, Ernie McMillan y Neville Longbottom, que era el compositor de las canciones y tocaba el violín prodigiosamente.

Llegado el almuerzo se reunieron en la cafetería Ginny, Hermione y Luna, pues los chicos aún no salían de sus clases.

-Herms, y ya encontraste banda?.- preguntó Luna, quien venía ataviada con una mini falda tableada negra, medias del mismo color y botas de tacon de aguja, con una blusa de encaje roja.

-No, aún no. Estoy considerando reclutar mi propia banda. No puede ser tan difícil, verdad?

-Con tu voz será facilísimo.- dijo Ginny dándole ánimos. Ella llevaba su cabello rojo suelto y ondulado, sencillamente llevaba un vestido de gasas blancas y unas botas militares.

-Eso espero, porque de otra forma no se que haré.- se levantó de la mesa.- chicas, voy por mi comida, quieren que les traiga algo?

-No Herms, no te preocupes.

De regreso Hermione cargaba su bandeja de almuerzo e iba meditando sobre la gente que podría reclutar, cuando de pronto chocó con alguien y por poco cae al suelo. Lo siento, murmuró al tiempo que volteaba y se encontraba con unos penetrantes ojos grises.

-Grandísima estúpida! Fíjate por dónde caminas.- gritó la chica con la que había chocado.

Llevaba el uniforme de las animadoras de la universidad, era alta, de buen cuerpo, cabellos negros, piel pálida y ojos grises.

-Ya pedí disculpas.- respondió la castaña fríamente.- y si no te satisface, que crees? No es mi puto problema.

La chica se dio media vuelta dejando a la animadora con la palabra en la boca.

Draco Malfoy iba entrando a la cafetería acompañado de su mejor amigo, Theodore Nott, y de Blaise Zabinni. Theo era un chico sencillo, de mentalidad madura pero al mismo tiempo inocente; a pesar de ser hijo de un multimillonario no era el típico niño pesado y sangrón; a diferencia de Blaise, que no tenía tanto dinero como ellos pero se sentía parido por Dios. Blaise era arrogante, estúpido y superficial. En fin, Draco los conocía de toda la vida y eran las personas a alas que frecuentaba. Después de todo estaban en el mismo círculo.

Tomó asiento en una mesa junto con otros "amigos", cuando de pronto llegó Pansy Parkinson fúrica a sentarse también.

-Qué ha pasado?.- preguntó Theo.

-Nada.- dijo ella.

-Cuando pones esa cara de Bull Dog es porque evidentemente ha pasado algo.- respondió él, indolente.

-Theodore, cállate!

-Tranquila, Pansy. Dime, que pasó preciosa?.- preguntó Draco.

Pansy Parkinson era la novia oficial de Draco. Obviamente entre ellos no había ningún lazo de amor, simplemente que era "lógico" que ellos estuvieran juntos.

-Esos malditos inadaptados.- dijo ella señalando la mesa de la castaña.- la tipa que se viste como hombre me golpeó con su charola del almuerzo.- continuó, victimizándose.- Draco, no puedes dejar que me traten así.- gimoteó.- soy tu novia! Y tú mandas en esta patética escuela.

-No te preocupes, ya arreglaré esto.- dijo el rubio abrazándola.- dime, quién ha sido?

-La tipa de la sudadera negra, la que está sentada allá.

Draco observó y como ella estaba de espaldas y con la capucha arriba no la reconoció.

Hermione caminaba lentamente hacia su auto, un hermoso Audi plateado, seguía sopezando la idea de reclutar elementos, cuando de pronto escuchó pasos tras ella, pero no se volvió.

-Espera!.- gritó una voz varonil tras ella.

Detuvo su marcha, pero siguió sin voltear a ver uién le hablaba.

-Qué quieres?

-Sólo vengo a advertirte que si te vuelves a acercar a MI novia, y vuelves a tratarla mal…

-Qué?.- interrumpió ella, imaginando por dónde iba la cosa.- Qué me vas a hacer? Tu novia? Debes tener un gusto pésimo, y debes ser un completo subnormal por enredarte con una zorra como esa. Así que la que te advierte soy yo, como tu noviecita vuelva a mostrarse así de déspota conmigo le arrancaré la cara con mis manos.

Comenzó a caminar de nuevo, cuando un jalón en el brazo la detuvo y ella volteó hecha una furia.

Ambos estaban sorprendidos, pues eran las últimas personas que podrían imaginar en aquella situación.

-Así que le arrancarás la cara con tus propias manos a la zorra de mi novia, eh?.- dijo él sarcásticamente, luego de reponerse.- Supongo que eres lo suficientemente inteligente para saber con quienes no meterte, Granger.- terminó arrastrando las palabras.

-Sí, eso haré precisamente.- respondió ella alzando el mentón en actitud orgullosa y trató de seguir avanzando, pero Draco no aflojó la presión en su brazo.

-Suéltame, idiota.- gritó ella.

-Cállate… Rara!.- respondió el.

-Arrogante!

-Necia!

-Bruto!

-Creída!

-Niño de papi!

El se quedó callado mirándola con odio. Estúpida Granger, claro! Como no todos podemos vivir como se nos de la gana, pensó.

-Ho, sí, yo soy un niño de papi, pero por lo menos no soy un freack anormal.- respondió el frívolamente.

-Qué quieres que te diga? Ni siquiera calificas para freack…. Después de todo la monotonía es tu mejor amiga.- cómo disfrutaba ver la furia reflejada en el rostro de Malfoy.- admítelo, no sabes vivir.

Ella lo miró desafiante, saboreando su triunfo.

-Ho, pues entonces, dado que tu eres una experta en el tema, Enséñame a vivir, Granger.

Hermione se descolocó ante la proposición, eso sí que no se lo esperaba.

-Y bien? Qué esperas? O será que ya te acobardaste, Granger?

-Sube a tu auto Malfoy…. Vamos a tu casa.

Draco condujo expectante hasta su hogar, con el auto de Hermione siguiéndolo de cerca.

Q les pareció?

Lo cierto es que soy vocalista de una banda d metal, c llama "Cossete"… y siempre he kerido ver un Draco Metalero! Hahahaha, ya lo c, yo y mis lokeras.

PD:Si kieren q Draco se tomé un kfé cn ustedes, dejen un Review y yo le aviso :)

Besos, Lilith.